Para empezar he de decir que estamos ante una de esas películas que pasan de largo inmerecidamente. Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto pasó bastante desapercibida cuando su estreno pese a contar con un reparto de lujo. García en uno de sus mejores papeles, Walken en su faceta de personajes histriónicos, Warden dando el contrapunto y haciendo de narrador de la historia, Williams en un papel memorable (ojo al uso que hace de su "material" de trabajo) y LLoyd en su personaje menos excéntrico que se le recuerda.
Todos conviven en una cinta al más puro estilo del cine negro clásico. Cambiemos el color por el blanco y negro, cambiemos a García por Cagney y cambiemos a Walken por G. Robinson. Cierto es que ciertas empresas que aparecen (en especial la empresa de Jimmy el santo y la de Christopher Lloyd) no podrían existir en los años 40, pero por lo demás estamos ante una película inclasificable