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España España · Madrid
Críticas de loganxxx
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Críticas 65
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
1 de febrero de 2009
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Camino” no es una obra maestra. Ni siquiera estoy demasiado seguro de si se merece la lluvia de Goyas que le ha caído encima, pero de lo que no hay duda es de que es una película muy valiente, tanto en forma como en contenido, y eso, en estos tiempo de anquilosamiento cinematográfico nacional, resulta agradable y, por qué no decirlo, sorprendente.

La gran baza de la película, y su principal atractivo, es la soberbia utilización de la metáfora y la engañosa frialdad con la que presenta el mundo de la religión y de sus fanáticos seguidores, que no dudan en minusvalorar, herir, manipular, engañar y perpetrar cualquier cosa que les ayude a mantener ese ilustre y desfasado cuento de fantasmas que sigue mediatizando y constriñendo la vida de millones de seres humanos. Es normal que Fesser presuma de haber firmado una película neutral. Para hundir y dejar en su sitio a la religión y a los que la practican hasta el fanatismo basta con enseñarla como es.

Las fantasías de felicidad de Camino, basadas en algunas de las constantes que mueven a cualquier ser humano a la madurez: su ilusión por un vestido, por los cuentos de fantasía y, sobre todo, su primer amor… resultan un contrapunto adecuadísimo al mundo de oscuridad, miedo y pavor que le vende su propia madre, personificación de la cobardía religiosa, y que necesita escudarse en una mentira antes que aceptar la realidad de la vida: que las personas se mueren, sin más. Este mundo de oscuridad malsana (la religión, vaya) aterroriza a la pequeña Camino, que esconde y reprime en su interior sus ilusiones y metas para encajar en el mundo de oscuridad que le inculca, de forma despiadada, su propia madre. Ese miedo está increíblemente bien plasmado en una de las ideas más brillantes del filme: el implacable ángel de la guarda siniestro, tiránico y agobiante que persigue incesantemente a la niña en sus pesadillas, aterrorizándola sin cuartel.

Atención también al personaje del padre, ejemplo de verdadera humanidad, que llora y sufre la enfermedad de su hija en silencio, sin contar ni siquiera con el apoyo de su esposa, que prefiere cerrar los ojos ante la verdad. Su viaje hacia el verdadero interior de su hija, hacia sus sueños callados y reprimidos, son uno de los elementos más emocionantes del filme.

A destacar también los protagonistas de la parte terrorífica de la cinta, los monigotes con sotana que, como siempre, hacen su destacada y gloriosa aparición para soltar el mismo puñado de sandeces que sueltan siempre (Ya quisieran Freddy y Jason asustar tanto como ellos).

En resumen, “Camino” es una estupenda cinta, tal vez excesivamente dramática a ratos, pero que deja un regusto de buen cine, además de defender, una vez más, lo que dicta la lógica y la cordura: vivamos y seamos felices con las cosas más mundanas; de ese modo, no temeremos morir porque no nos lamentaremos de nada de lo que hemos hecho. Y las biblias, pues eso, para usarlas de pisapapeles que es para lo único que sirven.
loganxxx
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10
30 de enero de 2009
31 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fragilidad de las relaciones humanas y lo intangible que resulta a menudo la aplastante y dolorosa verdad para muchas parejas son dos de los elementos que se han combinado en esta soberbia película para cristalizar en uno de los análisis más poderosos y desgarrados que nos ha ofrecido el cine sobre un tema universal: el intenso y malsano placer que provoca la ignorancia y la infelicidad consentida.

Durante las dos horas de metraje, Mendes construye un drama agónico, lapidario, epidérmico y a la vez frenético, sustentado en la magistral actuación de dos de los mejores actores que ha dado el reciente cine estadounidense. Impresionante DiCaprio e inconmensurable Winslet.

No hay tregua. No asoma una brizna de piedad. La película discurre tensa, con pulso férreo, y vomita sobre el espectador su pavoroso mensaje, su desgarrada visión de la realidad que destripa sin piedad ese poderoso monstruo que es la sociedad y sus absurdas y desfasadas leyes y convicciones. Esa criatura malsana que ha devorado las vidas de tantos seres humanos a lo largo de la historia y que los ha digerido hasta la mismísima defecación. Convirtiéndolos es excrementos de unas normas sociales intransigentes y dictatoriales, en víctimas podridas de la mentira, la apariencia, el miedo y la cobardía.

Revolutionary Road se erige como un valiente paladín de la verdad y disecciona de raíz las extremidades del poderoso monstruo, los ridículos apéndices de una sociedad que te atrapa y te engulle con las fauces de la falsa moralidad, los forzados y ya decrépitos valores familiares tradicionales, la violencia agazapada tras la burda y falsa hombría, la manipulación a la que nos someten sutilmente los que nos rodean, el miedo a lo diferente, a romper las normas, a ser distinto… y, sobre todo, el pavor que provoca ser tú mismo y ser feliz.

Nada queda en pie. Menders en un contador de historias despiadado, capaz de evidenciar a más de un espectador la miseria que le embargará esa noche, cuando tras salir del cine se acueste junto a una persona que no ama, cuando vuelva a un trabajo que odia, cuando repita una y otra vez interminables retahílas de mediocridades para encajar en un colectivo social que detesta, cuando su pareja le bese y le dé asco, cuando mire a sus hijos y compruebe que nunca quiso tenerlos, cuando contemple su vida y solo sienta ganas de llorar ante tanta represión, tanto miedo, tanta amargura, tanta infelicidad…

Estremecedora, sin duda, una de las mejores películas del año.
loganxxx
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1
28 de enero de 2009
31 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas no es una novedad que la imaginación de los productores de las series españolas está bajo mínimos desde hace bastantes años. Todo el mundo con un mínimo de sentido común es consciente de que llevan plagiando las series estadounidenses una y otra vez de forma descarada, sin preocuparse ni lo más mínimo por disimularlo y con unos resultados muy inferiores al original, por supuesto. Pero “Acusados” es la gota que colma el vaso.

Por que es, simple y llanamente, un plagio descarado y cutre de “Daños y prejuicios”, la estupenda serie protagonizada por Glen Close, y cuyo visionado recomiendo a todos los que quieran disfrutar de una buena serie de abogados con giros inesperados y final sorprendente. La copia es tan descarada que hasta empieza igual, con una escena ubicada en el futuro en la que la protagonista aparece ensangrentada para que el espectador se pregunte qué a ocurrido (lo prometo, pasa igual en “Daños y prejuicios”, pero si hasta está todo filmado en tonos naranjas, igualito que en la serie estadounidense). Después, la abogada (en este caso jueza) que quiere contratar a la novatilla (en este caso novatillo). El gran caso de fondo con un millonario malísimo al que hay que procesar (igualito que en “Daños y prejuicios”), los medios aparentemente despiadados y amorales de la protagonista…, pero, por favor, si en lugar de “Acusados” debería titularse “Acosados (por el plagio)”.

Y para colmo, tiene todos los defectos de la mayoría de las series españolas: un guión flojo, interpretaciones que rozan lo mediocre (incluso Blanca Portillo, que era muy buena actriz hasta que decidió creérselo, momento a partir del cual sus cualidades interpretativas descendieron varios enteros) y, como siempre, una puesta en escena precaria que hace pensar si no se solucionaría un poco la crisis contratando a buenos iluminadores, atrezistas, etc. O es que nadie se ha dado cuenta de que en estas series todo tiene la misma iluminación, tanto un mercado como una comisaría.

Bueno, un bodriete más que sumar a la interminable lista de producciones españolas, a cuál más insufrible, con la que nos bombardean impunemente las televisiones, como si los espectadores fuéramos imbéciles y nos tragáramos todo solo porque es español. Aunque, la verdad, en vista de las audiencias, hay un sector del público español con muy poco criterio, pero con la tira de patriotismo.
loganxxx
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6
7 de septiembre de 2008
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta sorprendente que la mayor parte de las críticas positivas que se le hacen a esta película ensalcen, precisamente, lo que desde mi punto de vista es su punto más flojo: la contención emocional.

“Lejos de ella” es un filme que narra con tremenda sobriedad una historia durísima a nivel emocional: el deterioro de la mente de una mujer debido al alzheimer y su paulatino alejamiento del hombre que ama. No seré yo el que discuta la soberbia interpretación de Julie Chistie, con su merecidísima nominación al Oscar; ni la de Gordon Pinsent, que no fue nominado pero que hubiera podido estarlo igualmente; ni tampoco pondré en duda algunos momentos dramáticos realmente brillantes, pero si “Lejos de ella “ no es la grandísima película que hubiera podido ser (y la prueba está en que la Academia de Hollywood no le prestó excesiva atención en las nominaciones) es precisamente por una especia de obsesión por parte de la directora de contener el filme a nivel emocional, algo que no siempre es adecuado y en este caso resta muchos enteros al resultado final.

La sobriedad narrativa por la que discurre la cinta resulta efectiva en la mayor parte de las escenas, pero en determinados momentos, cuando la contención emocional elude de forma consciente el puro melodrama, la película adquiere un tono distante, incluso frío, y el espectador no puede evitar cierta sensación de irrealidad, de trampa hábilmente tramada para evitar enfrentarse de lleno al drama que la situación plantea. Para entendernos: falta el nudo en la garganta, ese que aparece cuando lo que vemos nos llega de verdad y nos taladra sin piedad el corazón.

No se trata de caer en un melodrama cutre, desmedido y barato, pero sí de trasmitir las emociones y los sentimientos de una forma más verosímil, mas alejada de esa formalidad académica que parece impregnar el moderno cine de autor (término este profundamente abominable, por cierto, por muy fantástico y moderno que les parezca a los críticos).

Por supuesto, en estos tiempos que vivimos, en los cuales todo el mundo prefiere apostar por lo aséptico frente a lo emocional porque da una imagen más culta e intelectual, no resulta raro que la directora haya planeado minuciosamente ese desarrollo. Pero la precariedad de esa carga dramática, que solo se insinúa a veces, ha restado a la película la verdadera trascendencia que necesitaba y ha cristalizado en un producto efectivo pero a ratos frío y distante.

Aun así, “Lejos de ella" es una cinta más que digna, con personajes sólidos e interesantes, que se deja ver sin demasiado problema (siempre y cuando no aburran los filmes de ritmo lento y pausado) y que incluso llega a emocionar en momentos muy puntuales.

Para acabar solo añadiré que el final, en la línea del resto, no alcanza el nivel deseado y se queda solo en correcto.
loganxxx
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WALL·E
Estados Unidos2008
7.9
130,413
Animación, Fred Willard
10
19 de agosto de 2008
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás algún día, dentro de muchos siglos, el cine será algo obsoleto y los seres humanos se entretengan con espectáculos tridimensionales y con máquinas conectadas directamente a su cerebro. Tal vez no haya enfermedades graves y la vida de los humanos se habrá prolongado muchos años, quizá demasiados.

Quizás podamos almacenar recuerdos en cristales y grabar sueños en prismas multicolores, y tal vez haya ciudades que cubran más de la mitad de nuestro mundo y habrá que cruzar enormes distancias para contemplar los restos de los mares y los océanos moribundos. Quizás la luz el sol habrá cortado la atmósfera y los continentes estén protegidos por cúpulas tornasoladas, y tal vez la fauna de los cinco continentes habite en enormes reservas orbitales fabricadas para salvaguardar las especies de una extinción segura.

Quizá la gente ya no salga de sus casas, el ser humano haya perdido la capacidad de comunicarse y sólo se enviarán emails y sms. No habrá fiestas, ni celebraciones. Todo será frío, mecánico, aséptico, sin alma... Ya no se amará con caricias, sino con pulsos electrónicos, y los besos serán dibujos digitales sobre pantallas multicolores.

Tal vez sea así o tal vez no.

Pero si es así nos convendría mirar entre los restos de nuestro mundo, entre aquello que destruimos con desdén, entre los escombros de sociedades orgullosas devastadas por su propia ignorancia.

Y tal vez allí, en medio de las ruinas, dos pequeñas máquinas hayan descubierto aquello que nosotros perdimos: la capacidad de amar. Y quizá entre sus sencillos circuitos les quede la nobleza y el valor suficiente para recordar al ser que las construyó lo que jamás debe perderse, aquello que mueve y da sentido a la vida de todos y cada uno de los seres vivos de este mundo: la capacidad de sentir… y de vivir.

Pixar eres grande,
Inmensa…
loganxxx
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