Drama cercano y sencillo localizado en una pequeña aldea cántabra, con el asunto de la energía eólica como pretexto de partida. Quiene espere aquí un filme del tipo As bestas (2022) quedará decepcionado, pues de ninguna manera se explorará así el asunto de una posible oposición al progreso por parte de los vecinos del lugar. En contra a eso, en El molino, lo que nos va a ocupar es el reencuentro de Mayte (Pilar López de Ayala ) y Jaime (Asier Exteandía) tras demasiados años separados.

El filme abre con la imagen de un viejo molino de madera y hojalata, pasando a encadenar la imagen a modernos molinos de eólica en alta mar. Ese contraste será punto de partida a la confrontación de unas vidas que han seguido unos muy distintos derroteros hasta volver a confluir, ahora en una explosión de reproches y rabia, al tiempo que se toca el asunto de la España vaciada y la idea del escepticismo ante los cambios. Imanol Arias trata de brillar interpretando un vistoso personaje aquejado de Alzheimer, mientras que el resto del reparto cumple sin dificultades, lo que incluye a varias actrices televisivas y otras muy jóvenes en su debut cinematográfico.

El filme va a satisfacer al espectador sin dificultades, dejando una clara sensación de comodidad en su resolución y con una fantástica labor en la composición de una música original dramática e intimista de ciertas influencias celtas por parte de Carlos Martín Jara (si bien se presentan temas vocales ajenos de importancia para el guion cinematográfico). Muy recomendable.

No cabe duda de la fiesta que supondrá para el espectador acudir a los cines a disfrutar de Yo no soy esa, la nueva propuesta de la exitosa directora María Ripoll. El choque que la realidad causa en una chica que despierta de un estado de coma tras 20 años será el punto de partida de una comedia con mensaje.

Verónica Echegui brilla por su enorme capacidad cómica y dramática, lujosamente apoyada por el resto del elenco y con una buena selección musical.

Ripoll juega con soltura y enorme inventiva con las divertidas y estimulantes imágenes del pasado de las amigas protagonistas, para luego contrastar con el presente, dejando en el espectador ese mensaje sobre el abuso actual de las tecnologías y la deshumanización de la sociedad, tocando además temas dramáticos sorprendentes en una comedia así, tal es el caso del Alzheimer (buena interpretación de Ángela Molina). Un proyecto finalmente producido tras 8 años de espera y que hará pasar un genial rato a los espectadores que tengan la suerte de dejarse llevar por una comedia que realmente merece la pena.

Una nueva propuesta de cine basado en hechos reales de aulas.
Es una forma muy libre de contar lo sucedido en nuestra educación, esta vez con un profesor que se apoyaba en el ajedrez como método de reinserción de alumnos con dificultades educativas y sociales.
Ahora se trata de una maestra pija que regresa a la realidad tras un fracaso amoroso y todo se trata de un modo estrictamente comercial e inverosímil cayendo a veces en el ridículo (escenas del top manta, por ejemplo), pero despertando alguna sonrisa en momentos puntuales.
Quizás la parte más interesante de la historia sea la que presenta el choque de la profesora con su padre, así como su entorno cercano.
Sobra destacar el esfuerzo del elenco joven frente a al reparto ya consagrado, en un conjunto para pasar un rato y que se deja ver, pero que se pasa olvidar luego para siempre.
Recomendado a quien busque un rato de palomitas sin más.

Bueno, estoy dividido.
Por un lado este documental aporta valiosas declaraciones de archivo, algunas poco vistas, de artistas como John Barry, Louis Armstrong, Marvin Hamlisch, etc
Por otro lado, más que un documental que celebre los 60 años de la franquicia, parece un promocional encubierto del magnate, empresario y todopoderoso Hans Zimmer.
Dejan en el tintero bandas sonoras básicas como 007 Alta Tensión (1987) o Licencia para Matar (1989), vamos, que a Timothy Dalton y a Michael Kamen los ignoran descaradamente. Tampoco dan nada a Bill Conti y demasiado a las últimas y terribles canciones de la saga.
Queda al menos patente que John Barry es el creador del sonido Bond y que todos le deben pleitesía, aunque algunos lo olviden.
David Arnold también merecía mucha mas atención (y no tanta un músico tan equivocado en la saga como Thomas Newman, aunque han hecho bien en olvidar al horrible Eric Serra) y se desaprovecha el cameo final de John Barry en 007 Alta Tensión (craso error).
Una lástima que el gran Michael Kamen no haya sido incluido en las declaraciones (existen y son impagables) y que el temazo de Gladys Knight para Licencia para Matar no aparezca.

En definitiva, curioso, interesante, pero muy mejorable.

Es una verdadera lástima que esta tragicomedia sea tan ignorada en nuestras tierras. Turi Ferro es un actorazo, aquí se sale en su entrañable papel de vieja gloria de los fogones, ahora alcoholizado. Su vida es mísera y vive rodeado de patetismo, pero aunque viva al borde del suicidio, aún tiene sueños. Los otros personajes también aportan interés y se establece una trama cercana al espectador, repleta de humor y ternura. Buena música de Patucchi, situaciones divertidas y buenos gags. Todo merece la pena "Il Lumacone", tanto, que hay que recuperar esta producción del olvido.