Humm... Curiosa película, un remake de otra de origen sueco, y que nos vuelve a ofrecer el tan visto tema del vampiro. Peor aún: El vampiro con sentimientos. La verdad es que no he visto la sueca (mea culpa), así que sólo me referiré a esta en mis impresiones.

No puedo tildarla de mala porque no lo es tanto. Pero tampoco es que sea buenísima. Ni siquiera es original, lo que le hace perder bastantes puntos. Hacer una crítica neutra no es lo mío; soy más extremista en estos casos, y cuanto peor es la película mejor me lo paso criticándola.

El argumento es básico, sencillo y resultón: Un niño olvidado por sus padres y martirizado en el colegio se hace amigo de una niña misteriosa que siempre va descalza y sólo se le aparece por las noches. Al mismo tiempo, una serie de desapariciones y asesinatos están alterando la paz del pueblo de nuestros protagonistas. Rápidamente nos damos cuenta de que la niña misteriosa tiene algo que ver en este turbio asunto. ¿Espiritismo? ¿Fantasmas? No: Vampiros.

Abby es una niña vampiro y, como tal, necesita sangre para vivir. Su sed de sangre humana parece ser algo instintivo y que no puede controlar. Sin embargo, una vez aplacados sus instintos básicos, es una niña dulce y buena que trata de mantener su amistad con Owen y no hacerle daño.

Me pareció una buena historia, y supongo que tanto la película sueca como la versión literaria serán mucho mejores. En este film da la sensación de que quedan muchos cabos sueltos. ¿Quién es el misterioso hombre que estaba con Abby al principio, y que no es su padre? ¿Por qué Owen no huye de Abby al verla matar, si es un niño tan sensible? ¿Por qué los padres de Owen pasan tanto de él? ¿Qué ha provocado su divorcio? ¿Por qué nadie más que la policía parece inmutarse por la oleada de asesinatos que ocurren en el pueblo?

En fin, que se deja muchas cosas en el tintero y, como además es un remake, su calidad baja bastante. Sin embargo, la considero digna de ver siquiera para una tarde de domingo en las que no tienes que pensar demasiado ni tienes ganas de seguir un argumento pesado y dado a la reflexión. Al menos, es lo que a mí me ha ocurrido.

Jajajajaja!!! Creíais que esto no podía ir a peor? Acaso habíais pensado, pobres ilusos, que no me iba a pillar por banda este truñaco para poder criticarlo a gusto? Y lo peor es que yo misma me lo he buscado!! Pero ahora sí que puedo hablar con conocimiento de causa: Tres Metros Sobre el Cielo se puede definir en tres sílabas: A-PES-TA!!!

Se supone que se trata de una parejita de lo más trillada: chica bien de rostro angelical se enamora (no sé muy bien cuándo ni por qué) del malote de turno cuya vida es muy dura por las circunstancias. El resto? Aderezar con una sesión de dominadas que ni el Wii Party, carreras de motos sin casco y con grave riesgo para las chicas que montan de espaldas (tu churri está a punto de morir, pero oye, da igual: el caso es dejar claro quién manda al chulaco de tu vecino), palizas a mansalva que no están justificadas, secuestro de un perro y otras maravillas sublimes a ojos del espectador.

El reparto, sacado de lo mejor que Antena 3 puede ofrecer, que no es mucho. Mario Casas lucha por convertirse en el Taylor Lautner español: moreno, mirada penetrante y ansioso por quitarse la camiseta cada dos minutos. Obviamente, este papel le permite ofrecer lo mejor de sí mismo... que tampoco es mucho. Y la María Valverde, más de lo mismo. Eso sí: el papel de tontipija le va como anillo al dedo. Que siga así, a ver si se encasilla de una vez.

En general, la película es un alegato a favor del mundo del polígono y todo lo que hay en él, como esas carreras de motos ilegales, tías que se abren de piernas a la primera de cambio, espectáculo de musculitos, peleas porque sí... pero haciendo hincapié en que los canis y las chonis son personas con sentimientos y aspiraciones a algo más que ser dependienta del Bershka o repartidor de pizzas con tu Harley pagada por tu papaíto rico del que no quieres saber nada.

Pero al ver la película y, sobre todo, tratar de ahondar en su argumento (si es que lo tiene) es cuando se me presentan un millar de dudas:

No soy fan de las historias románticas tal y como las conocemos; es decir, nada de obras de Johanna Lindsay, Kathleen Woodiwiss o Julia Quinn, por poner un ejemplo. Son historias que, aparte de ser demasiado bonitas y azucaradas para una chica como yo, no me parecen nada realistas y redundan en tópicos cargados de machismo en los que no quiero meterme. Pero oye, si tienen seguidores será porque tiene que haber de todo en este mundo.

Con esta película me pasó tres cuartos de lo mismo. Empieza con cierto aire a La Joven Jane Austen: Una jovencita romántica y soñadora deposita todos sus esfuerzos en escribir una maravillosa novela rosa que deslumbra por su estilo atrevido y apasionado. Automáticamente se convierte en un best seller y la joven Angel se hace dueña de una inmensa fortuna.

El problema viene en lo larga y aburrida que es. Angel me cayó bien al principio, cuando era una chiquilla dulce pero orgullosa y decidida, pero luego se transforma en una petulante de nariz respingona a la que le importa un pepino que su doncella llore porque su prometido ha tenido que alistarse para la guerra. Angel evoluciona hasta convertirse en un personaje frívolo al más puro estilo María Antonieta (llega a decir del pobre jardinero alistado en el ejército "pues más le vale volver cuanto antes si quiere conservar su empleo"). Se entrega a sus pasiones hasta límites desmedidos, de tal forma que a veces resulta grotesco verla. La premisa de la película parece ser la de mostrar a una mujer que desea vivir en su mundo literario, donde las pasiones triunfan y todo es feliz y de color rosa, pero la perra vida acaba por destruir nuestros sueños un día u otro.

Sinceramente, no me pareció bonita más que por el vestuario. La ambientación me ha parecido edulcorada y abarrotada en ocasiones, rozando el horror vacui; los actores, desproporcionados: Angel sobreactúa demasiado hasta parecer una completa pirada, y los otros simplemente están por estar; el argumento se me hizo largo y aburrido, y a mitad de película ya estaba deseando que acabara de una vez. Y total... no fue para tanto.

En fin, poco más que añadir. Recomendada para chicas (y chicos, por qué no?) a las que les guste la novela romántica, el amor sin fronteras, el sacrificio de la mujer por su amado, las pasiones sin final... Para personas más cínicas, como yo, tal vez se haga algo pesada de más.

Grandísima película que, a pesar de su longevidad y de las muchas veces que la han repuesto por la tele, nunca había visto (por favor, no me matéis!!) hasta el domingo pasado que, por casualidad, pusieron en Cuatro.

Me he quedado sin palabras, y lo digo bien alto. Aunque sea una película antigua, de los 80, tan vieja como yo, es preciosa. Lo tiene todo: un argumento original para la época, una buena dosis de aventuras, actores que se creen sus personajes, magia, amor, odio, venganza, épica. Si alguna pega se le puede poner es que la hubiera preferido más lineal, sin tanto flashback, y más centrada en los tiempos antiguos, con mayor encanto que la actualidad. La segunda historia de amor de Connor también la hubiera quitado; no por nada, sino porque me parece un poco abrupta y se puede pasar sin ella. Heather era el gran amor de su vida; no hace falta ponerle otro.

Mención especial para Christopher Lambert, un francés que hace de escocés, y para Sean Connery, un escocés que hace de español. Los dos me han encantado en el tándem maestro/aprendiz, una de las fórmulas más repetidas de las historias de aventuras pero que nunca cansan (excepto en Eragon. Lo siento, tenía que decirlo).

Recomendada para toda la generación que nació o creció en los 80. Es una joya de nuestra época y, aunque en algunas escenas se vean los cables que sujetan a los actores, creo que bien vale 9 estrellitas por nuestra parte. Es algo irrepetible, y las secuelas no le hacen justicia.

Películas como "Los inmortales" sólo hay una.

Antes de empezar la crítica, debería darle las gracias a la fallecida Megaupload (que los dioses la tengan en su seno), pues gracias a eso pude descargármela en su día y disfrutar como una enana hasta el último de sus episodios.

Nos encontramos con un anime extraño. No podemos encasillarlo en los típicos shonen y shojo (chico y chica, vaya), porque pertenece a ambos y a ninguno. Temática original y bien llevada, con toques de dramatismo y humor a partes iguales. Es infantil y es adulta. Es luminosa y es oscura. Puedes reír con alguno de sus gags y, de repente, pasar a ponerte serio con el cambio de situación. Es interesante. Es muy buena.

La lucha entre siete muñecas de porcelana que tienen vida propia y un único deseo: convertirse en Alicia, la niña perfecta. Para ello, su misión será matarse entre ellas y apoderarse de la rosa mística de la perdedora (lo que le da vida). La que consiga las siete rosas místicas, se convertirá en Alicia y tendrá el derecho de ver a Padre, una suerte de creador/Dios cuyo espíritu ha sobrevivido en el tiempo y que vela desde la distancia por sus muñecas, aguardando a la que será Alicia.

A todo esto se suma Jun, un chico que se pasa la vida recluido en su cuarto por algo que le pasó en su instituto hace un año. Aunque tiene a su hermana junto a él, Jun prefiere ocultarse del mundo que desprecia y encerrarse en su propia burbuja, donde todo ocurre como él quiere. Sólo la llegada de las muñecas y su concepto de Vivir y Luchar consigue despertarle de su letargo y demostrarle que hay todo un mundo más allá de las paredes de su casa; un mundo que merece ser vivido.

Como podéis ver, a mí me encantó. El argumento me pareció muy original y está muy bien llevado. Los dibujos son encantadores y tétricos al mismo tiempo, como una muñeca de porcelana. Y, pese a las diferencias con el manga, el anime es de lo más recomendable para cualquier otaku.