Su novio, David, percibe que hay distanciamiento y trata de comprar su amor, ofreciéndose a pagar su capricho, pero como el intercambio de favores no llega (ella apenas le da nada a cambio, es demasiado indomable como para ceder en nada, tampoco parece necesitarlo, se sabe mover socialmente lo suficientemente bien; coge lo que le interesa de los demás y se larga), se da cuenta de que la inversión es improductiva (no le besa en la boca cuando follan, se larga de viaje por ahí sin él...) y decide dejarla (para mi gran alivio, aún hay esperanza en este mundo).

El drama de esta vida no es que exista gente 'mala' que se quiera aprovechar o abusar de ti, sino es no saber alejarse a tiempo, permitir la situación, no revertirla.

No he conectado con la película para nada; lenta, aburrida, repetitiva, hipster... Y el personaje femenino como digo me parece repulsivo e impresentable.

Me quedo con el momento del final, en el que una vez habiendo eliminado a todos los adversarios está inquieto esperando la incipiente llamada de la empresa (ahora ya sí tenía sentido que enviara su candidatura, pues era el aspirante con mejores cualidades), ya lo tiene muy cerca y en ese momento demuestra que no le importa nada más, que 'se la sudan' cosas como por ejemplo que a su hijo lo haya llamado por primera vez una chica.

En circunstancias normales, el hombre no es nada sin su ambición, no sin su empleo, como decía antes José García al mediador matrimonial, porque en realidad empleos los hay a patadas, pero los hombres no se conforman con uno cualquiera, sino que buscan uno que satisfaga su ambición, que les permita sentirse importantes.

Y la última escena también está muy lograda, ahora el objetivo ha pasado a ser él pero ya lo sabe, está preparado, de hecho lo estaba esperando. Por eso se reconoce en la atractiva mujer de la barra del restaurante de la empresa, en la que una vez estuvo sentado él observando al hombre cuyo puesto quería, y sale a recibirla. Tendrían que habernos brindado un diálogo entre ellos, aunque fuera escueto.

La película falla porque a la pareja protagonista les falta carisma y a los chavales también, además lo veo todo como surrealista, los lugareños raros y poco colaboradores porque sí, ellos (él) demasiado serviciales con esos niños psicópatas cuando les están meando en la cara... En otras películas sí creo recordar que dicho recurso creaba una atmósfera malsana hasta hipnotizar al espectador ('U-Turn', 'Funny Games' y si me lo permitís, 'La casa de cera' -que acojona y tiene un ritmo trepidante-, pesadillas que se sienten reales, ahora las volveré a ver y diré lo mismo que de esta, pero bueno) pero esta no posee el magnetismo de las imágenes de aquellas así como el devenir de los acontecimientos es más brusco y absurdo, para terminar dando la impresión de que se persigue el único propósito de ofrecer una torture porn algo repetitiva y arrítmica que busca sacudir al espectador dando a entender que los retoños han salido a sus progenitores. Vaya, nunca lo habríamos imaginado.

El único momento que me impactó fue la impasibilidad del chaval que supuestamente estaba esperando a su madre ante la muy malherida Reilly, pero vamos, una película desagradable que la tenía en un pedestal y ahora me ha decepcionado en parte porque no hay un enfrentamiento más o menos equilibrado, es un abuso en toda regla y no les das ni la más remota posibilidad (puede ser que sea de esas que si la ves por segunda vez sea totalmente imposible disfrutar con ella, pues realmente carece de pasajes relevantes/emocionantes).

Para que el cuento haga su magia te lo tienes que creer, meterte en la historia y este no ha sido el caso.

Además, como decía Agustín Jiménez, yo a la segunda coincidencia o cosa rara ya estoy corriendo monte abajo sin querer saber na.

Veo mucha hipocresía. A la matriarca, en un nuevo arrebato de autoritarismo, se le viene la idea de hacer una fiesta en honor a la abuela demente, y al final están todos a su rollo pasando totalmente de la homenajeada, que llegado un momento se retira a su aposento a morirse sola. La gente sana no puede relacionarse con gente mentalmente ida, es un sinsentido y en el fondo son conscientes todos, es algo fácil de entender, que a la abuela la fiesta se la bufa porque no se entera de nada, y es más, vivir con una persona que ha perdido la cabeza es un estorbo para todos, y por otro lado una persona así estaría mejor en un centro con profesionales que sepan que cuidados hay que brindar en esta etapa de la vida, y no bajo la supervisión de una desgraciada que ha nacido en el lado equivocado del mundo a la que tienes semiesclavizada, pero hay que mortificarse, hacerlo por mamá, porque así lo dictan las normas sociales y si te atreverías a decir lo contrario serías un insensible, etc. Y cuando se muere, todos lloran pero a los cinco minutos se los olvida y siguen con su vida. Y es que en verdad es un quebradero de cabeza menos, excepto para la pobre sirvienta que se ha quedado sin trabajo (a destacar el detalle de que la matriarca, durante la noche de la fiesta de la anciana, cuando esta ya se estaba acercando a su fin, invita a bailar con ella a la saturada sirvienta, como queriendo aunque solo sea por unos minutos hacerla participe de la celebración, hacerla sentir que es una de los suyos (¿con qué intención? ¿por capricho, aburrimiento?) Todo para a la mañana siguiente, al estirar la pata la carcamal, indicarle la puerta de salida sin preaviso, como quien abandona un enser que ya le he dejado de prestar utilidad. No se puede actuar con mayor crueldad, desconsideración ni de una manera más ruin).

La niña a la que le parece que le falta un hervor anda que poco ha tardado en aprender de las tácticas de su madre, de mover las cosas para que sean a su antojo. Me refiero a cuando evitó a que Libertad, la hija de la chacha, se fuera a las Islas Baleares junto a un chaval, desvelando el plan al padre de este, pues ella era la única amiga que tenía en ese lugar de ensueño o cárcel de oro, mejor dicho, en la que no tiene nada que hacer en lo que apura entre hastío y ociosidad una temporada de vacaciones que más bien parece una condena de exilio. Libertad odiaba estar ahí y tampoco le caía bien aquella retraída niña gomela, pero se juntó con ella a falta de algo mejor mientras que su carácter espontáneo, intenso y aguerrido es lo más auténtico que probablemente haya conocido Nora (que se da a entender que padece problemas de socialización) de ahí que la quiera solo para ella.

He redactado mis impresiones con bastante efusividad, pero no puedo decir que haya disfrutado con el visualizado, se me ha hecho pesado. Igual es una buena película porque hace una sutil denuncia de todo esto, pero me cuesta disfrutar si no empatizo con ningún personaje aún a sabiendas de que sean tóxicos, o no haya una interpretación especialmente carismática que robe mi atención (esta es una película casi coral, cosa que no suele ser de mi entusiasmo, que reduce la presencia masculina prácticamente a la figura del apuntador, mientras que el peso actoral/protagónico lo llevan las dos adolescentes).