Al igual que ocurría con "The Walking Dead", "Person of interest" prometía más. Pero mientras que lo que convertía a la primera en una serie normalita era el argumento mil veces visto en cualquier película de zombies, éste constituye la baza fuerte de la segunda. "Person of interest" aprovecha muy bien el temor de la sociedad actual tras los atentados del 11-S para, mediante una combinación explosiva de recursos tecnológicos -vigilancia en las calles con cámaras, móviles intervenidos, acceso a bases de datos con ingente información -, asentar la base de sus capítulos. Que existan máquinas inteligentes capaces de predecir violencia o intención de ejercerla no es nada descabellado y da pie a la credibilidad de la serie. Además, hay una gran química entre Finch y Reese, convertidos en una especie de "Equipo A" de nuestros días (aunque falta saber más sobre ellos).
El problema que tiene "Person of interest" es la irregularidad de los casos, pues en mi opinión no todos enganchan del mismo modo. A mí los que más me gustaron fueron "Cura te ipsum" (y creo que es el cuarto, si mal no recuerdo) y los dos últimos. Hablando de la primera temporada hasta donde emitió La Sexta, claro está. No obstante, seguiré viéndola si continúa.

Sin duda alguna la mejor serie de acción. Tiene unos personajes logradísimos, cada episodio es interesante de por sí, y tiene un continuum a lo largo de los capítulos que se integra perfectamente con cada uno de ellos. Es original, divertida, te mantiene intrigado y te sorprende.
La idea en su principio te parece que va a resultar algo complicado, alambicado, pero no, se sigue con facilidad, no hace trampas con sus guiones y ves cómo las intrigas van casando de capítulo a capítulo. Cada temporada es mejor que la anterior, incluso variando alguno de los personajes no se nota, sino que gana.
En su género la considero a la altura de series como "El ala oeste de la Casa Blanca" o "Juego de Tronos".

Que va mejorando en sus tramas temporada tras temporadas, entretiene y cumple con su cometido. Dos héroes en la sombra que con ayuda de gente que van buscando justicia y el salvar el mayor numero de vidas de personas que corren peligro, la utilización de la tecnología para salvar vidas, contra intereses políticos y financieros. Eso es lo que ofrece, siendo un poco mejor que la media por sus tramas, que no van solo caso por caso, hay mucho mas. Entretiene, un placer.

Serie bien escrita, como no es para menos de Jonathan Nolan, que cuenta la historia de La Máquina, su creador, Finch y su mejor soldado, John Reese.

Una máquina que se preocupa por detectar aquellos posibles casos de asesinato próximo que aún tienen solución con la prevención, mediante el espionaje de ciudadanos de a pie y su observación en la vida diaria en su relación con los demás.

Así se cumple con la intervención de su único hombre, interpretado por Jim Caviezel la salvación de muchas vidas gracias a su labor policíaca, detectivesca y hasta psicológica, pues este es el punto fuerte de esta gran serie, que no se trata de la serie al uso que trata casos criminales o los perfiles de los asesinos como CSI o Without a Trace, sino que Person of Interest muestra por primera vez esa mezcla de ambos componentes en un solo individuo, tal y como es el personaje de John Reese: el de un colaborador especializado en todo tipo de lucha y acciones terroristas, militares y policíacas que se preocupa por entender tanto a la víctima como al verdugo que hay en quien trata.

Solo James Caviezel podría ser capaz de interpretar a un personaje así por una razón: su adicción personal a su personaje, que es desinterés por ayudar a los demás, fe y sobre todo esa aptitud lejana pero al mismo tiempo elegante que ofrece la mano tendida a todo aquel que está dispuesto a cambiar. Y es que en John Reese hay mucho de Caviezel, firme creyente católico, que imprime una personalidad en el personaje que es el verdadero alma de esta serie. Todo esto será equivalente en la primera y segunda temporada, por supuesto porque de la tercera a la última, la introducción de los personajes interpretados por Amy Acker y Sarah Shahi destrozan la historia, reventándola desde dentro al cambiar el ritmo, el equipo que solía trabajar, para llenar con otros personajes impersonales, fríos, y sin sentido alguno.
Así las tres últimas temporadas no son Person of Interest, sino una precuela de Terminator y de probablemente Matrix.

El resto del reparto es bueno, excepto la pesada presencia impuesta de Amy Acker, quien destroza la trama y la vuelva tensa, aburrida y esperable. planteando el dilema entre tecnología y humanidad, cuando ya estaba planteado desde el primer episodio por Michael Emerson.
Caída en picado de una serie que comenzó prometedora por la mala elección de personajes.

«Estás siendo observado.
El gobierno tiene un sistema secreto.
Una máquina que te espía cada hora de cada día.
Lo sé porque yo la construí.
Diseñé la máquina para detectar actos de terrorismo, pero lo ve todo.
Crímenes violentos que afectan a personas normales.
Personas como tú.
Crímenes que el gobierno considera irrelevantes.
Ellos no actúan, así que decidí hacerlo yo.
Pero necesitaba un compañero. Alguien con habilidades para intervenir.
Buscados por las autoridades, trabajamos en secreto.
Nunca nos encontrarás.
Víctima o asesino, si tu número aparece, te encontraremos».

…Y después de semejante premisa cabe preguntarse si encontrarán el corazón de la audiencia. No hablo de números sino de calidad, de auténtica y genuina calidad que nos haga recordar esta serie. Yo, al menos, no la encuentro por ninguna parte.

El sello J.J. Abrams y el apellido Nolan parecen ser los reclamos principales de “Person of Interest”. Aunque las producciones de Abrams tienen un éxito mediático siempre interesante, y aquí se suma al proyecto el hermano de Christopher Nolan, Jim Caviezel y ‘Benjamin Linus’, la serie se ha convertido en una de las decepciones de la temporada en cuanto calidad que no audiencia. Podría optar hacía una vertiente experimental facilitada por esas cámaras y programa que vigilan a Nueva York pero en el fondo “Person of Interest” quiere ser un rutinario thriller con capacidad de perdurar.

La máquina hackeada escupirá episodios a discreción y la originalidad no está en el modo de resolverlos ni siquiera en los protagonistas implicados. El sistema tiene mucho control y mucha tuerca pero precisamente a la serie le falta esa vuelta de tuerca que cree cierto misterio. No la tiene. El recurso del flashback para desenterrar las tramas del pasado de los dos protagonistas que los ha llevado a ser justicieros, ante la inoperancia y permisividad del gobierno para crímenes que considera menores, se antojan previsibles sin capacidad de brillar. Queda, únicamente, un perseguidor policial y una serie con cuerda, por sus infinitas capacidades procedimentales, así como paritorio de spin off a discreción. Sí, “Person of Interest” se desarrolla en Nueva York… y quién no dice que la máquina, a lo “CSI”, empiece sus pruebas en Miami, Las Vegas… A mí no me hace falta que me salven Benjamin Linus y Jesucristo: con sus primeros capítulos ya me han matado. No pierda su tiempo y pulse un botón también en esa máquina: el de apagado.