Poco inteligente
Si hacer ficción es pensar la trama más estúpida que se puede ocurrir, bueno entonces esto es un filme de ficción por excelencia.
La peli es clase B, con un presupuesto limitado; pero con un elenco más que aceptable.
Discurso y propósito: el típico de los filmes con poco fundamentación. Entretener con situaciones más que disparatadas. Por momentos, posee cierto grado de atractivo, pero enseguida saltan las irrisorias situaciones que desmoronan el concepto original.
Las formas son mediocres, con aceptables actuaciones, con la típica historia clásica de protagonistas héroes que son inmunes a las más peligrosas situaciones que a un ser humano se le puedan ocurrir.
Los efectos visuales son comunes, sin mucho para resaltar. Dignos de ser mirados, pero no para encomiar.
Como género ficción puede resultar entretenida, pero no va a asombrar con nada. No propone nada que no hayamos visto en esta clase de filmes.

Horrible, infumable y desesperante. Fui a verla en su estreno y siempre me arrepentiré. La recuerdo perfectamente porque fue la primera vez en mi vida que pensé marcharme de una sala de cine. No es más que un refrito de las sobras de una comida caducada. Pretende dar miedo pero los efectos especiales dan risa hasta a un niño pequeño.

Aburrida y llena de tópicos, un aborto cinematográfico que solo buscaba hacer taquilla imitando las películas que estaban de moda en aquel momento. Solo recomendada si buscas cine cutre para reirte con tus amigos.

Ya cuando se estrenó me dio mala espina, pero la pillé el otro día en televisión y madre mía. ‘Virus’ tiene la mala fortuna de haberse estrenado un gran año, aquel 1999 que nos otorgó joyas cinematográficas de todos los palos y que supuso la cumbre de los efectos digitales gracias a la excelentísima obra maestra ‘Matrix’. Bueno, pues no me equivoco si ‘Virus’ me parece que está justo al otro extremo.

A pesar de que os he puesto el argumento, uno no entiendo muy bien qué es lo que querían los responsables del film porque la trama tiene más agujeros que un queso. Bueno, está claro que ganar dinero a costa de un refrito de ideas pilladas de los distintos proyectos en los que el director había estado involucrado (John Bruno, que colaboraba siempre en los efectos especiales de James Cameron y que tiene un Oscar gracias a eso… no volvió a ponerse tras las cámaras).

Mención aparte un reparto que no sabe muy bien a qué atenerse y donde solo Jamie Lee Curtis parece querer intentar hacer algo medianamente decente (y, de paso, intentar marcarse un Sigourney Weaver con ‘Alien’) pero no lo consigue. William Baldwin nunca fue un actor especialmente interesante más allá de su conocido apellido así que pedirle aquí algo era un sueño. Lo que es de juzgado de guardia es lo de Donald Sutherland.

No perdáis el tiempo.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/

Bastante menos que mediocre producción de acción.

Realizada con abundantes medios en cuanto a efectos especiales, éstos acaban por empachar pues, en su mayoría, están compuestos de mucho ruido y pocas nueces.

La acción está llevada de forma cansina y repetitiva, no aportando nada a lo ya visto mil veces en ocasiones anteriores.

De los diálogos mejor no hablar, malos y ridículos de solemnidad, a excepción de las dos mujeres, con mucho lo mejor de la cinta.

En cuanto al personaje encarnado por Donald Sutherland, decir que es ridículo es quedarse corto.

Pobre, muy pobre.

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Si algún día una inteligencia del espacio exterior llega a la Tierra con intenciones hostiles, los norteamericanos se van a llevar una sorpresa tremenda, y no precisamente agradable.

Lo digo porque, como en la mayoría de estas películas, que parecen del Oeste con el añadido de dos o tres (en esta, muchos más) robots para colarlas por ciencia ficción, la supuesta inteligencia avanzadísima, que actúa a la velocidad del rayo (lo dicen varias veces a lo largo de “Virus”), que controla todo, que sabe todo, a la hora de enfrentarse a los buenos se comporta como un enemigo tonto, torpón, lento de reflejos y de mente, al que engaña hasta el más descerebrado de los buenos.

Por no usar, no usa como arma ni el rayo laser que maneja con soltura en otras ocasiones. Pese a que demuestra en varias ocasiones poder entender el lenguaje hablado, los protagonistas se gritan uno al otro los planes a seguir sin que la “Inteligencia” se dé por enterada. Supongo que es bien educada y no le gusta oír conversaciones ajenas. Y para qué seguir... Lo dicho: credibilidad nula. Pero supongo que de eso se trata. No sea que algún día ganen los malos...

Donald Sutherland, gran actor donde los haya, a veces se presta a cada ladrillo que entumece. Y qué decir de JL Curtis... Se encasilla sóla en papeles de chica chillona. El resto, sin pena ni gloria.