Gato negro, gato blanco
Comedia. Romance
Grga Pitic, un mafioso gitano que controla los vertederos de basura, y Zarije, el orgulloso propietario de unas obras de cemento, son amigos desde la infancia. Ahora tienen ochenta años, han sobrevivido juntos a todo tipo de aventuras y se profesan un profundo respeto. Estando Zarije en el hospital, su hijo Matka acude a Grga para pedirle dinero. Él y su socio Dada lo necesitan para hacer un gran negocio vendiendo petróleo en el mercado ... [+]
30 de junio de 2018
30 de junio de 2018
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
138/20(25/06/18) Comedia extravagante con claro sabor felliniano realizada por el serbio Emir Kusturica, escrita por Gordan Mihic, en lo que es un tributo del director a su etnia gitana-zíngara, en un desarrollo de torrente de situaciones que bordean (cuando no se hunden) en el humor cartoon, con personajes estrafalarios, pasados de vueltas, encuadrado en situaciones bufas divertidas y en algunos momentos pasándose de bizarros. Ello en el marco de un mundo cuasi-idealizado de los alrededores del Danubio, un cosmos de tradicionalismo exagerado de gitanos balcánicos, donde surgen romances, matrimonios forzados, drogas, crímenes, estafas, muertes, y sobre todo mucho humor slapstick. El punto de partida para el film fue la idea de Kusturica de hacer un documental sobre los músicos tuba-toting que vagabundeaban por la película “Underground” (1995), evidentemente, esperaba disipar parte de la tristeza inherente a la visión de esa película de su Yugoslavia natal, y comenzó (con Gordan Mihic) a idear una fábula alegre y absurda que haría el argumento, una especie de cuento de hadas, con clanes enfrentados, con “ogros”, madres malévolas, gigantes, bosques cuasi-encantados por lo que allí ahí, ríos evocadores, amores que tienen que salvar mil dificultades, y más elementos propios como es sobre todo su sobreimpresionado final (spoiler). Con algunas excepciones, el elenco de la película está formado por actores gitanos no profesionales (una gran sonrisa parece haber sido el principal criterio de selección). Ganó el León de Plata a la mejor dirección en la Mostra de Venecia. No es una obra maestra, tiene sus vaivenes de ritmo alocado, tiene picos agradables, y sobre todo tiene un espíritu de fábula vitalista apreciable.
El mundo algo atemporal de los gitanos. Matko es un pícaro, pobre diablo, al que su plan para hacerse de oro con el comercio clandestino de petróleo le sale mal. Dadan, su compinche, más pícaro aún, le ofrece una salida para resarcirle del dinero perdido por el malogrado negocio: casar a Zare, el hijo de Matko, con su hermana Mariquita, una joven arisca que apenas levanta un metro del suelo. Alrededor pululan los familiares de los dos clanes, tres generaciones; la joven Ida, a la que Zare ama; y un peculiar gángster que ve una vez y otra en su televisor la escena final de Casablanca.
La cinta posee un ritmo trepidante de principio a fin, su colorista visión estética es como subirse a una montaña rusa llena de sensaciones, todo tipo de humor se da en el metraje, desde el sombrío, el absurdo, el físico, el de diálogos, el surrealista, el de personajes esperpénticos, todo un tsunami que no te deja reflexionar, simplemente todo va hacia adelante, un microcosmos singular donde prima la astracanada, lo bizarro, remarcado por los trajes que llevan entre lo hortera y lo folklórico agitanado, con vehículos salidos de una imaginación delirante. Kusturika entrecruza varias tramas en un mosaico de historias que chocan una con otras de modo jocoso, ello puede que dentro del mismo plano, ello el director erigiéndose en maestro de ceremonias de un circo con varias pistas donde no siempre el equilibrio es bueno donde lo cómico aplasta cualquier atisbo de dramatismo, porcinos que se comen autos, sillas de ruedas motorizadas, vestidos de novia carcasa, pistolas de oro, muertos que vuelven a la vida, crucifijos con cocaína, gigantes que sienten flechazos por enanas, “piscinas” de excrementos, ocas-toallas, ah, y los dos gatos que dan título al film, como testigos de todo este anárquico mundo. Un universo particular caótico (creo que adrede) donde lo bizarro domina la escena. Una película coral donde todos los personajes tienen su espacio propio donde desparramar histrionismo. Sesteando el creador serbio la cinta con algunos guiños cinéfilos, el más acusado es el de “Casablanca” y su última mítica escena de la frase “… presiento que este es el comienzo de una gran amistad” (Rick), revistiendo el metraje de un halo distendido de pasatiempo, mezclado con temas como asaltos a trenes, matrimonios de conveniencia, muertos congelados, venganzas escatológicas, ello en un entramado de codicia, y amores complicados.
Obra que transpira vitalismo, alegría de vivir, libertad, optimismo, ello con notorias influencias al Federico Fellini de “Amarcord”. Kusturika camina por la peligrosa línea entre la genialidad y lo esperpéntico, no siempre consiguiendo salvar esto último, pero se agradece que la película se nota falta de pretensiones, solo quiere entretener con un discurrir ligero de comedia que te haga reír, y ello lo consigue en varios momentos cumbre. Ello lo hace además adornándose con música folklórica zíngara que da frescor y aire propio.
La puesta en escena resulta un gran acierto en su aire de jolgorio carnavalesco, con un diseño de producción muy pintoresco de Milenko Jeremic (“Balkanski spijun”), rodando mayormente a orillas del bucólico rio Danubio, con barracas-restaurantes, colgadas sobre el recorrido fluvial, con constantes visiones de barcos de vapor de recreo, recreando un mundo feista, mugriento, ayudado por el vestuario creado vestuario Nebojsa Lipanovic (“Underground”), pero turbadoramente con una belleza genuina en su recargada extravagancia, ello atomizado por la fulgente cinematografía de Thierry Arbogast (“Nikita” o “Leon”), rebosante de cromatismos exuberantes, haciendo resaltar la naturaleza y el colorido ambiental, así como hábil captando los diferentes niveles de acción en un mismo plano, muy buena labor; La música es obra de los cantautores balcánicos Vojislav Aralica, Dr. Nele Karajlic, y Dejan Sparavalo, aportando un aire chispeante al relato, con melodías zíngaras que impregnan de alegría muy teatral al argumento.
El mundo algo atemporal de los gitanos. Matko es un pícaro, pobre diablo, al que su plan para hacerse de oro con el comercio clandestino de petróleo le sale mal. Dadan, su compinche, más pícaro aún, le ofrece una salida para resarcirle del dinero perdido por el malogrado negocio: casar a Zare, el hijo de Matko, con su hermana Mariquita, una joven arisca que apenas levanta un metro del suelo. Alrededor pululan los familiares de los dos clanes, tres generaciones; la joven Ida, a la que Zare ama; y un peculiar gángster que ve una vez y otra en su televisor la escena final de Casablanca.
La cinta posee un ritmo trepidante de principio a fin, su colorista visión estética es como subirse a una montaña rusa llena de sensaciones, todo tipo de humor se da en el metraje, desde el sombrío, el absurdo, el físico, el de diálogos, el surrealista, el de personajes esperpénticos, todo un tsunami que no te deja reflexionar, simplemente todo va hacia adelante, un microcosmos singular donde prima la astracanada, lo bizarro, remarcado por los trajes que llevan entre lo hortera y lo folklórico agitanado, con vehículos salidos de una imaginación delirante. Kusturika entrecruza varias tramas en un mosaico de historias que chocan una con otras de modo jocoso, ello puede que dentro del mismo plano, ello el director erigiéndose en maestro de ceremonias de un circo con varias pistas donde no siempre el equilibrio es bueno donde lo cómico aplasta cualquier atisbo de dramatismo, porcinos que se comen autos, sillas de ruedas motorizadas, vestidos de novia carcasa, pistolas de oro, muertos que vuelven a la vida, crucifijos con cocaína, gigantes que sienten flechazos por enanas, “piscinas” de excrementos, ocas-toallas, ah, y los dos gatos que dan título al film, como testigos de todo este anárquico mundo. Un universo particular caótico (creo que adrede) donde lo bizarro domina la escena. Una película coral donde todos los personajes tienen su espacio propio donde desparramar histrionismo. Sesteando el creador serbio la cinta con algunos guiños cinéfilos, el más acusado es el de “Casablanca” y su última mítica escena de la frase “… presiento que este es el comienzo de una gran amistad” (Rick), revistiendo el metraje de un halo distendido de pasatiempo, mezclado con temas como asaltos a trenes, matrimonios de conveniencia, muertos congelados, venganzas escatológicas, ello en un entramado de codicia, y amores complicados.
Obra que transpira vitalismo, alegría de vivir, libertad, optimismo, ello con notorias influencias al Federico Fellini de “Amarcord”. Kusturika camina por la peligrosa línea entre la genialidad y lo esperpéntico, no siempre consiguiendo salvar esto último, pero se agradece que la película se nota falta de pretensiones, solo quiere entretener con un discurrir ligero de comedia que te haga reír, y ello lo consigue en varios momentos cumbre. Ello lo hace además adornándose con música folklórica zíngara que da frescor y aire propio.
La puesta en escena resulta un gran acierto en su aire de jolgorio carnavalesco, con un diseño de producción muy pintoresco de Milenko Jeremic (“Balkanski spijun”), rodando mayormente a orillas del bucólico rio Danubio, con barracas-restaurantes, colgadas sobre el recorrido fluvial, con constantes visiones de barcos de vapor de recreo, recreando un mundo feista, mugriento, ayudado por el vestuario creado vestuario Nebojsa Lipanovic (“Underground”), pero turbadoramente con una belleza genuina en su recargada extravagancia, ello atomizado por la fulgente cinematografía de Thierry Arbogast (“Nikita” o “Leon”), rebosante de cromatismos exuberantes, haciendo resaltar la naturaleza y el colorido ambiental, así como hábil captando los diferentes niveles de acción en un mismo plano, muy buena labor; La música es obra de los cantautores balcánicos Vojislav Aralica, Dr. Nele Karajlic, y Dejan Sparavalo, aportando un aire chispeante al relato, con melodías zíngaras que impregnan de alegría muy teatral al argumento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El elenco actoral respira naturalidad, no parecen actuar, habrá quien diga que son histriónicos, pero eso es algo a la etnia zíngara. Dentro de sus miserias poseen dignidad, orgullo, individualidad: Empezando por un carismático e híper-vitaminado Srdjan 'Zika' Todorovic (como Dadan Karambolo), un mafiosillo hortera, mujeriego, adicto a las drogas y a la música techno-disco, su desparpajo y ademanes continuos dotan a su rol de carácter singular, muy divertido en su sobreactuación muy buena para su rol. Por cierto me recuerda y mucho a nuestro Santiago segura; Zabit Memedov (como Zarije Destanov) y Sabri Sulejmani (como Grga Pitic), están radiantes como los patriarcas ancianos con una vitalidad y ganas de vivir extraordinarias; Bajram Severdzan (como Matko Destanov), resulta un papel muy jocoso en su torpeza, un buscalios delirante; Branka Katic (ida) es una presencia jovial y muy hermosa, aportando picardía, vis cómica (ese toque violento disparando a los gatos) y sensualidad; Florijan Ajdini (como Zare Destanov) da bien en su rol de enamoradizo que encuentra a su media naranja en medio de una disputa de matrimonios de conveniencia, tiene buena química con Branka, siendo el zenit su escena en el campo de girasoles; Ljubica Adzovic (como Sujka) está brillante encarnando a la oronda madre de Ida; Salija Ibraimova (como la “enana” Mariquita) da un toque extrovertido intentando escapar a las garras de su codicioso hermano, teniendo una extraña compenetración con el “gigante”, esto le da un toque de cuento de hadas; Jasar Destani (como Grga Veliki) encarna al gigantón que surca el bosque y allí encuentra a su amor de metro y medio, bufonesco rol, pero con personalidad, con ese sombrero y bigotes enormes como su estatura larguirucha, personaje que acentúa el carácter de cuento de hadas.
Spoiler:
Además de los ya mencionados, momentos recordables (me dejaré en el “tintero”): Todo el tramo del intento de robo al tren, con el culmen de Matko intentando bajar a un muerto de una barrera a nivel; El bucólico tramo del baño en el río, de cómo Ida manipula a su antojo al enamoradizo Zare, con ese hermoso encuentro en el hinchable; La persecución propia de los dibujos animados de la CBS “Los autos locos”, con Dadan en el rol de Pierre Nodoyuna, con esa atmósfera comicquera potenciada por esa cabra (toque muy zíngaro) que pilla en su silla de ruedas motorizada el patriarca; El delicioso solo de acordeón del otro patriarca antes de “morir”; La escena de en qué Dadan es trampeado para que caiga en el pozo negro de excrementos es delirantemente escatológica, siendo de un humor imaginativamente grotesco (me encanta, entiéndaseme bien) lo de que para limpiarse utilice ocas vivas, un toque que veo muy buñuelesco. A lo que voy, seguro que Danny Boyle plagio la escena del baño de heces para su oscarizada “Slumdog Millionaire” (2009), no me creo dijera lo contrario; Hay más en este festín que apabulla amontonando gagas.
Por supuesto que no es perfecta, tiene muchas aristas, los golpes de humor a veces caen en lo pueril, pero en su irregularidad resulta una cinta recomendable para ver en momentos de bajón, posee una vitalidad fulgurante. Por cierto, lo del ya mencionado carácter de cuento de hadas queda marcado a fuego en su sobreimpresionado final que pone “Happy End”, le falta y comieron perdices. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Además de los ya mencionados, momentos recordables (me dejaré en el “tintero”): Todo el tramo del intento de robo al tren, con el culmen de Matko intentando bajar a un muerto de una barrera a nivel; El bucólico tramo del baño en el río, de cómo Ida manipula a su antojo al enamoradizo Zare, con ese hermoso encuentro en el hinchable; La persecución propia de los dibujos animados de la CBS “Los autos locos”, con Dadan en el rol de Pierre Nodoyuna, con esa atmósfera comicquera potenciada por esa cabra (toque muy zíngaro) que pilla en su silla de ruedas motorizada el patriarca; El delicioso solo de acordeón del otro patriarca antes de “morir”; La escena de en qué Dadan es trampeado para que caiga en el pozo negro de excrementos es delirantemente escatológica, siendo de un humor imaginativamente grotesco (me encanta, entiéndaseme bien) lo de que para limpiarse utilice ocas vivas, un toque que veo muy buñuelesco. A lo que voy, seguro que Danny Boyle plagio la escena del baño de heces para su oscarizada “Slumdog Millionaire” (2009), no me creo dijera lo contrario; Hay más en este festín que apabulla amontonando gagas.
Por supuesto que no es perfecta, tiene muchas aristas, los golpes de humor a veces caen en lo pueril, pero en su irregularidad resulta una cinta recomendable para ver en momentos de bajón, posee una vitalidad fulgurante. Por cierto, lo del ya mencionado carácter de cuento de hadas queda marcado a fuego en su sobreimpresionado final que pone “Happy End”, le falta y comieron perdices. Fuerza y honor!!!
9 de febrero de 2010
9 de febrero de 2010
28 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me fue fácil ver entero éste film, quizás por el humor tan banal que presenta, quizás por la nauseabunda sensación que provocan algunas escenas, quizás por la falta de peso en el argumento, o quizás será que no veo lógica alguna en la forma de actuar de los personajes.
Si tienes un estómago frágil no la veas. (No es gore ni nada por el estilo)
Si te gusta un humor medianamente inteligente no la veas.
La interpretación no es tan penosa como el resto de factores, aunque no es buena ni por asomo.
Si tienes un estómago frágil no la veas. (No es gore ni nada por el estilo)
Si te gusta un humor medianamente inteligente no la veas.
La interpretación no es tan penosa como el resto de factores, aunque no es buena ni por asomo.
10 de enero de 2010
10 de enero de 2010
24 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver esta bazofia (quien me manda tras el visionado de Underground), espero poder recuperarme del shock y subida de azúcar en la que me he visto inmerso.
Gitanos, capullos, bastardos, hijos de perra, feas, putas, animaluchos y subnormales sin ninguna estructura, guión, y con menos dosis de humor (ojo, es una comedia) que una jornada completa de Lina Morgan. Todo ello acompañado de ruido y ruiditos insoportables...
Una pregunta, ¿el del columpio con la cartera era el director?.
Por si acaso, iniciaré el tratamiento de Good Vibrations en los próximos días para evitar la Perdición.
Si fuera española, no tendría más de un 4, yo le doy un 0.5 por el doblaje de los títulos iniciales, a los finales ya no llegué, me encontraba en el hospital...
Gitanos, capullos, bastardos, hijos de perra, feas, putas, animaluchos y subnormales sin ninguna estructura, guión, y con menos dosis de humor (ojo, es una comedia) que una jornada completa de Lina Morgan. Todo ello acompañado de ruido y ruiditos insoportables...
Una pregunta, ¿el del columpio con la cartera era el director?.
Por si acaso, iniciaré el tratamiento de Good Vibrations en los próximos días para evitar la Perdición.
Si fuera española, no tendría más de un 4, yo le doy un 0.5 por el doblaje de los títulos iniciales, a los finales ya no llegué, me encontraba en el hospital...
26 de mayo de 2008
26 de mayo de 2008
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un amigo me recomendó que la viera y la verdad es que no me ha decepcionado.
Película entretenida y disparatada, con una estética difícil de ver en cine, si no es gracias a kusturica. Me ha dejado muy claro que se puede hacer una comedia medio romántica sin tener que ver la típica historia de argumento americano previsible, en donde el humor está más que refrito, personajes pencos por no decir desenlaces... por el contrario kusturica regala al espectador originalidad, muy buena fotografía, argumento de lo más loco pero con fibra sensible y por ultimo una banda sonora impecable. Entiendo que haya gente que no le haya gustado y sobre todo por tanto excentricismo, para gustos los colores, pero a mí me ha gustado bastante.
Película entretenida y disparatada, con una estética difícil de ver en cine, si no es gracias a kusturica. Me ha dejado muy claro que se puede hacer una comedia medio romántica sin tener que ver la típica historia de argumento americano previsible, en donde el humor está más que refrito, personajes pencos por no decir desenlaces... por el contrario kusturica regala al espectador originalidad, muy buena fotografía, argumento de lo más loco pero con fibra sensible y por ultimo una banda sonora impecable. Entiendo que haya gente que no le haya gustado y sobre todo por tanto excentricismo, para gustos los colores, pero a mí me ha gustado bastante.
4 de agosto de 2007
4 de agosto de 2007
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es cierto que el cine de Kusturica es tremendamente original y divertido, de hecho a mi Underground me impactó profundamente. Me encanta que en un mundo como el cine en el que los relatos tristes abundan y la tragedia parece el único modo de hacer cine "de verdad" algunos improvisen y se suban al tren de la carcajada para escribir sus guiones.
Asi que benditos sean los Billy Wilder, Benigni o Kusturica y todos los que hagan un cine fresco y que nos haga reir y también llorar. Basta ya de enormes tragedias humanas y de cine de Prozac en que el sufrimiento más crudo parece ser el único modo de llegar al espectador (como Dogville por ejemplo).
Quien quiera pasar un buen rato y ver un relato de personajes entrañables, de amigos de toda la vida y simpáticos embaucadores puede ver esta película. Cierto es que algunas veces es casi demasiado alocada pero uno pasa un buen rato y se rie, una cosa difícil de encontrar en el cine de hoy. ¿Bastan la locura y las risas?, a mi si, espero que a vosotros os baste para animaros a ver la película.
Asi que benditos sean los Billy Wilder, Benigni o Kusturica y todos los que hagan un cine fresco y que nos haga reir y también llorar. Basta ya de enormes tragedias humanas y de cine de Prozac en que el sufrimiento más crudo parece ser el único modo de llegar al espectador (como Dogville por ejemplo).
Quien quiera pasar un buen rato y ver un relato de personajes entrañables, de amigos de toda la vida y simpáticos embaucadores puede ver esta película. Cierto es que algunas veces es casi demasiado alocada pero uno pasa un buen rato y se rie, una cosa difícil de encontrar en el cine de hoy. ¿Bastan la locura y las risas?, a mi si, espero que a vosotros os baste para animaros a ver la película.
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