Destino Final 3

Desde luego aquí ya se pierde por completo la originalidad de la historia que hubo en la primera y algo menos en la segunda, con lo cual todo se centra en "disfrutar" de las retorcidas muertes y del brutal accidente de turno.
No se puede destacar nada de este tipo de film (secuela avanzada de saga de terror estirada), pero al menos da lo que promete (muertes bestias), entretiene y dura poquito.
Además, la secuencia de la montaña rusa está bastante bien hecha.

Sí, es cierto, es exactamente igual que la primera y la segunda, más de lo mismo.

En la primera película veíamos como, después de unas premoniciones del protagonista, toda la gente cercana comenzaba a morir de forma accidental, aunque todo era parte del destino. En la segunda era una chica,y aquí, vuelve a ser otra chica la que tiene las premoniciones de muertes, o sea, exactamente lo mismo.

Aun así la película logra perfectamente cumplir su cometido, entretener a tope. Bien rodada lo único negativo que le veo son las muertes, que, al igual que las anteriores, se van sucediendo a lo largo de la película, ya sabemos todos que van a morir y nadie o casi nadie se va a salvar, ya no hay sorpresa en el ese aspecto, aunque a veces juegan a hacernos pensar que van a morir de otra forma para despistarnos, como la muerte de la pistola de clavos o en el gimnasio, por mencionar algunas.

Para ser tercera parte esta bastante bien, mejor que la segunda, aunque la escena inicial de la montaña rusa no es tan impactante como la del avión o la carretera de sus antecesoras. Pero es lo que es, cine de palomitas para fin de semana por la tarde.

Por cierto, a pesar de lo que he leído y de lo que dice la gente, el final de esta película me parece estupendo.

Lo mejor: La muerte de las dos chicas pijas.
Lo peor : Algún fallito tonto de guión.

Llega la tercera entrega de la saga de ‘Destino final’ y lo hace con menos gracia que nunca. No se asusten, tampoco es tan mala. Aunque sí bastante inferior a las dos anteriores. La película da exactamente lo que ofrece, es decir, mucha muerte rebuscada, algo de gore light, sustos esporádicos y otros tantos gritos. Si uno espera que el guión de para más, quedará bastante decepcionado. Es más, no hay apenas historia. La cosa avanza de manera previsible incorporando un nuevo elemento para que la chica vaya viendo las muertes que si me permiten, es bastante ridículo. Además, la gran muerte principal es menos efectiva y cañera que las anteriores. Las montañas rusas defectuosas no dan tanto juego como un gran accidente de avión o de carretera. Por su parte, el final quizá podía haber sido otro, aunque bastante coherente mientras que el elenco interpretativo cumple de manera correcta con sus limitados personajes. En resumen, que no aporta nada nuevo a la saga pero permite pasar una hora y media bastante entretenida llena de sangre y acción y al menos se agradece que la cosa vaya al grano desde el principio y no nos aburran con subtramas adolescentes y tonterías varias de nulo interés.

Lo mejor: Un par de muertes, que incluyen una taladradora y un gimnasio.
Lo peor: Nos quedamos con las ganas de que hubiesen creado una historia con algo más de argumento.

Pues sí, el siete es una bastada, pero no lo voy a desmentir, las dos pelis de James Wong son mis favoritas de la saga de la parca, y todavía no sé porque.
Y es que esta tercera parte es entretenida, incluye alguna novedad por tonta que sea y el accidente de la montaña rusa para mí está muy bien filmado. Además las muertes son bastantes más bestias que las anteriores.
Mi conclusión es está: Si han sido capaces de aguantar las dos anteriores entregas, está les va a gustar seguro. Y sino, dejen de mirar pelis solo para ponerles malas notas, que eso es de amargados hombre.

Cómo se nota que es James Wong quien regresa tras su debut en la primera parte. Y se nota para bien, claro. Aunque la visión sangrienta sigue estando muy presente, se recupera esa pátina reflexiva sobre la muerte que caracterizaba a «Destino final 1». Que conste que esta sigue siendo mi favorita, casi por goleada. El encanto, el empuje, la naturalidad y originalidad del inicio de la saga no puede copiarse ni recuperarse.

Porque, a fin de cuentas, ya se dijo todo lo importante en la primera, así que lo que ha venido después, tercera entrega incluida, es más de lo mismo, sólo que con otros escenarios. En este caso, un parque de atracciones y una montaña rusa serán el sitio mortal que marcará a un grupo de estudiantes. Vuelve a ser una chica, Wendy, la que tras la pertinente premonición, se ve envuelta en una carrera para salvar su vida y la de sus amigos. La película tiene la novedad de incorporar un elementos fotográfico que, como idea está muy bien, pero que en el desarrollo se desmorona de tal forma que invita al cachondeo; las pistas de esas fotografías no sirven absolutamente para nada. Si no, atención a la multitud de interpretaciones, que requieren de una inventiva y clarividencia bárbaras, que puede haber en una misma imagen.

Además, comete el error de no saber acabar bien la trama. Todo parece encajar hasta cierto momento, en el que el plan de la muerte deja de cobrar sentido y se revuelve en contra de la clásica lógica que ha caracterizado a la saga; el orden de morir es fundamental, y aquí chirría bastante. El final es rizar demasiado el rizo, pero, bueno, es curioso y mantiene el suspense. Las muertes son a cual más desagradable, y en lo personal hay una en unos rayos uva que me parece escalofriantemente gore. De verdad que no entiendo ese afán por alimentar al espectador de crueldades innecesarias y cada vez más fuertes.

Aún con todo, contiene intriga, interés y espectáculo juvenil. Muy entretenida.