Embajadores en el infierno
1956 

5.7
520
Drama. Bélico
Cuatro soldados de la División Azul española que habían participado en la invasión del territorio soviético por parte del ejército alemán son apresados tras la expulsión de las fuerzas hitlerianas. Son enviados a campos de trabajos forzados y la única manera que tienen de vivir una vida mejor allí es renunciando a la nacionalidad española. Tan sólo dos de ellos aceptan tal condición, pero los otros españoles comienzan una lucha por ... [+]
16 de abril de 2009
16 de abril de 2009
23 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que películas que por mucho que uno intente defender, se caen con todo el equipo en cuanto la examinas detenidamente.
“Embajadores del infierno” como comenta otro compañero, tiene su aquel, incluso cayendo en el socorrido historicismo, podría resultar interesante para un estudio sociológico de la época, pero por muy buena cara que se le ponga al mal tiempo, en primavera acaba lloviendo.
Es verdad que catalogarla de fascista podría parecer excesivo, y lo es, pero teniendo en cuenta que ya estamos avanzados los años 50, y que la etapa autárquica de los 40 ya pasó a mejor vida, hacer una película como esta que parece concebida en plena Segunda Guerra Mundial sobraba. No hace falta que indique que tiene la objetividad en el culo, y que como era de recibo entonces –y siempre- es totalmente parcial, dirigida sólo para manipular a los españolitos de turno. Si a eso unimos que carece por completo espíritu autocrítico y que su versión histórica de los hechos es más bien para militantes y afiliados, no podemos más que suspenderla.
Y es que José María Forqué, -magnífica su “Atraco a las tres”-, como tantos otros en su tiempo, tenían que pasar por el aro para poder trabajar en lo que querían. Ahora también, no se piensen.
“Embajadores del infierno” como comenta otro compañero, tiene su aquel, incluso cayendo en el socorrido historicismo, podría resultar interesante para un estudio sociológico de la época, pero por muy buena cara que se le ponga al mal tiempo, en primavera acaba lloviendo.
Es verdad que catalogarla de fascista podría parecer excesivo, y lo es, pero teniendo en cuenta que ya estamos avanzados los años 50, y que la etapa autárquica de los 40 ya pasó a mejor vida, hacer una película como esta que parece concebida en plena Segunda Guerra Mundial sobraba. No hace falta que indique que tiene la objetividad en el culo, y que como era de recibo entonces –y siempre- es totalmente parcial, dirigida sólo para manipular a los españolitos de turno. Si a eso unimos que carece por completo espíritu autocrítico y que su versión histórica de los hechos es más bien para militantes y afiliados, no podemos más que suspenderla.
Y es que José María Forqué, -magnífica su “Atraco a las tres”-, como tantos otros en su tiempo, tenían que pasar por el aro para poder trabajar en lo que querían. Ahora también, no se piensen.
3 de enero de 2013
3 de enero de 2013
3 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un bonito documento histórico, apostólico y romano. Se trata de una producción de bajo coste que narra las vicisitudes de un grupo de prisioneros de la División Azul en la Unión Soviética. Como documento histórico-sociológico tiene interés, y a veces te ríes. Sorprende que después de un año de vida en el infierno conserven su ropa impoluta, como el primer día. El jefe del campo de concentración del campo comunista se parece mucho al cura de Piedrahita.
5 de junio de 2016
5 de junio de 2016
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si cualquier obra anticomunista, en realidad que sea contraria a lo que es lo "progre", corre el riesgo de ser difamada y olvidada, con más motivo si la misma surge de una dictadura derechista. Este es el caso de "Embajadores en el infierno", una película basada en la novela de Torcuato Luca de Tena, "Embajador en el infierno" (también de 1956), que recoge a su vez las andanzas de Teodoro Palacios Cueto, el capitán Palacios, en tierras rusas, es decir, de un miembro de la División Azul que acabó prisionero de la Unión Soviética, como tantos otros, a lo largo de la Segunda Guerra Mundial. El largometraje comenzó con polémica, desde los varios directores posibles a las imposiciones de la censura para llevar el ascua a la sardina del régimen y sobre todo, los intentos de quitar protagonismo a la falange, que fue el verdadero motor y la que nutría de hombres a este grupo de combatientes. Por cierto, que muchos de los falangistas más filonazis que se apuntaron a la División Azul y que eran partidarios de que España luchara abiertamente como país al lado del Tercer Reich luego acabaron en la izquierda bienpensante, como el poeta Dionisio Ridruejo. En cualquier caso, sesenta años más tarde la cosa sigue igual. Los de la izquierda la ven como mera propaganda fascista mientras los centristas la justifican en su contenido político, además de cinematográfico. Yo por mi parte, el de la derecha, voy a intentar ser ecuánime, como siempre.
Por un lado, salvo para ignorantes y sectarios, el comunismo en general y el estalinismo en particular fueron un horror. De hecho, como algunos apuntan, la visión del cautiverio de José María Forqué es extremadamente suave. A estos prisioneros los hubieran fusilado a los cinco minutos. Ahora bien, "Embajadores en el infierno" olvida, que en su intento de luchar contra el comunismo, la División Azul peleó codo con codo, junto a otros aliados del Eje, con los nazis, que cometieran auténticas barbaridades en este de Europa. Aquí aparecen españoles, italianos, rumanos, alemanes y no sé qué más, como si fueran caballeros de reluciente armadura, lo cual es bastante injusto y en el fondo, falso. El que Hitler o Stalin fuera muy malos, que lo eran, no exime a los demás de justificar sus actos, ya sea mediante Divisiones o mediante bombardeos masivos o nucleares. El caso es que pese al baño político, a veces algo forzado, tenemos una película áspera, bien rodada, con fuerza, estilo y una ambientación excelente. El guión divaga un poco, echo en falta que se profundice en los aspectos políticos y humanos, pero quizás sea demasiado para 1956, aunque en ocasiones es emotivo. En definitiva, viene a ser "El puente sobre el río Kwai" (1957) y "La gran evasión" (1963) pero a la española y lo que es más importante, antes de estas superproducciones extranjeras. No me extrañaría que David Lean y John Sturges se inspiraran en esta "Embajadores en el infierno".
Por un lado, salvo para ignorantes y sectarios, el comunismo en general y el estalinismo en particular fueron un horror. De hecho, como algunos apuntan, la visión del cautiverio de José María Forqué es extremadamente suave. A estos prisioneros los hubieran fusilado a los cinco minutos. Ahora bien, "Embajadores en el infierno" olvida, que en su intento de luchar contra el comunismo, la División Azul peleó codo con codo, junto a otros aliados del Eje, con los nazis, que cometieran auténticas barbaridades en este de Europa. Aquí aparecen españoles, italianos, rumanos, alemanes y no sé qué más, como si fueran caballeros de reluciente armadura, lo cual es bastante injusto y en el fondo, falso. El que Hitler o Stalin fuera muy malos, que lo eran, no exime a los demás de justificar sus actos, ya sea mediante Divisiones o mediante bombardeos masivos o nucleares. El caso es que pese al baño político, a veces algo forzado, tenemos una película áspera, bien rodada, con fuerza, estilo y una ambientación excelente. El guión divaga un poco, echo en falta que se profundice en los aspectos políticos y humanos, pero quizás sea demasiado para 1956, aunque en ocasiones es emotivo. En definitiva, viene a ser "El puente sobre el río Kwai" (1957) y "La gran evasión" (1963) pero a la española y lo que es más importante, antes de estas superproducciones extranjeras. No me extrañaría que David Lean y John Sturges se inspiraran en esta "Embajadores en el infierno".
6 de enero de 2023
6 de enero de 2023
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asustadito me he quedado al leer casi todas las críticas a este panfleto propagandístico de Franco, que no de Falange, que es ignorada cuando fue la primera valedora de la vergonzante División Azul. ¿La cinefilia de esta web es más bien facha? Pues parece que sí, porque este film, ojo, bien rodado e interpretado, no tiene defensa alguna. Y desde el principio sonroja, con esos oficiales que se niegan a trabajar como si fueran soldados. Ay, el clasismo. Y con ese oficial ruso de parecido sorprendente a Trotski, esa ausencia de rubios entre la militancia soviética (¡¡!!) y esos traidores que decidieron renunciar a la nacionalidad española. Qué horror. Y sí, esos tiempos ya pasaron, pese a muchos que, increíble, escriben aquí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final, con el pobre Luis Peña (joper, haciendo de malo, con lo que fue) suicidándose y esa monja diciendo que nones a otro español traidor. Viva la compasíón cristiana.
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