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Samy y yo

Comedia. Romance Samuel Goldstein, que está a punto de cumplir los cuarenta, vive agobiado por múltiples problemas; entre ellos está Esther, su astigmatismo, su madre y su hermana. Su trabajo consiste en escribir los monólogos humorísticos de un programa que languidece a la misma velocidad que su autoestima, aunque eso no significa que haya renunciado a su sueño de ser un verdadero escritor. De hecho, cada año se propone empezar una novela, pero todos ... [+]
Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
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4
28 de abril de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la comedia uruguaya El baño del Papa, nos quedamos en el mismo género y en la misma región. Eduardo Milewicz nos ofrece desde Argentina la historia de un personaje agobiado, paranoico y obsesivo que se ve envuelto sin quererlo en una vorágine de fama televisiva incontrolable.

Ricardo Darín personifica a Samuel Goldstein, una suerte de Woody Allen a la argentina, que vive atrapado por un trabajo de guionista humorístico en el que no es valorado, en una relación de pareja que apenas existe y por una familia que le atormenta con sus problemas. Sin embargo, la aparición de Mary (Angie Cepeda), una joven, atractiva y enérgica productora de televisión supone un vuelco en su vida que le llevará, sin él poder evitarlo, a protagonizar su propio show.

El planteamiento de la película funciona en un primer momento. Durante la primera mitad de la película, la personalidad excéntrica del personaje de Darín sostiene en gran medida la atención del espectador. Los chistes reiterativos y la incapacidad del personaje para asumir y controlar todo lo que se le viene encima, junto con las diferentes situaciones que le llevan al estrellato, mantienen el interés. Es interesante observar cómo un hombre corriente puede ser conducido, con el dinero suficiente y a través de las manos adecuadas, a ser una figura mediática de primer orden.

A pesar de todo, la trama se diluye en la historia romántica entre los dos personajes principales, restándole interés al personaje de Goldstein y, de paso, a la película entera. Como bien apuntó uno de los observadores sogueros presentes durante su visionado, hubiera resultado brillante que el éxito de Samuel Goldstein, su programa televisivo y la paralela languidez que producen en el espectador estuvieran realizados con una intención artística; pero no. Un tipo corriente, aunque parcialmente entretenida y con buenos momentos, termina siendo… una película corriente.
3
10 de octubre de 2009 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal como mi título dice, se ha pretendido hacer una comedia a lo Woody Allen, no llegándole ni a la suela del zapato. Qué pena, teniendo uno de los grandes, Ricardo Darín, un bellezón como Angie Cepeda, y una extraordinaria secundaria, la madre.
Esta pretendida comedia no tiene ni pies ni cabeza, ni abdomen, ni tórax.
6
8 de diciembre de 2020 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente el Ricardo Darín de finales del veinte y principios del veintiuno estaba más que bendecido. Corría por sus venas esa magia capaz de transformar lo, como poco intrascendente, en algo más que interesante. "Un tipo corriente (Samy y yo)" se benefició en gran medida de ello.
En este film de Eduardo Milewicz mi idolatrado Darín es poseído por el cínico y lenguaraz espíritu del Woody Allen actor en una suerte de agridulce comedia romántica con más de lo que aparenta bajo ese caparazón. "Un tipo corriente (Samy y yo)" además se muestra muy heredera de "El show de Truman" (Peter Weir, 1998), y escénicamente Milewicz se postula como muy almodovariano. Todo ello con una Angie Cepeda pasándolo en grande y haciéndoselo pasar pipa al espectador. Y así es como vamos barnizando una película que parecía que no nos iba a entregar nada. Obra menor, si. Pero con mucho orgullo y amor propio.
Es imposible no enfrentarse a la cinta con ciertas reticencias, derivadas en gran parte de su poca atractiva carrocería. De hecho, gran parte de los gratos elementos que forman parte del chasis de "Un tipo corriente (Samy y yo)" nunca son aprovechados con la merecida ambición, precisamente por ese tono de comedia romántica de manual que embadurna todo el producto. Pero aun así funciona la obra.
En resumidas cuentas, no será "Un tipo corriente (Samy y yo)" de los trabajos más recordados de Ricardo Darín. La película no puede competir contra las soberbias cintas en las que estuvo metido por esa época el actor argentino. Pero aun y con todo le tendré cariño.
6
22 de diciembre de 2015 Sé el primero en valorar esta crítica
Realmente Darín se pasa en esta película, y el contraste visual que genera con esa bomba de mujer resulta un tanto atractivo y excitante. La idea de convertir una vida en la parodia de sí mismo no solo es gracioso sino que habla también de la sabiduría al enfrentarse con los propios problemas. A veces, encontrando la manera, lo que te afecta como persona puede llegar a pasar a tu favor.
8
7 de octubre de 2012 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de reconocer, que Ricardo Darín me gusta mucho, pero el título de la película no me gustaba nada, y he pospuesto verla muchas y muchas veces. Ha sido una grata sorpresa, y una gran comedia de principio a fin. La interpretación de Ricardo, me ha encantado, y la de Angie Cepeda y Cristina Banegas también.

Me ha gustado la película, porque en muchos momentos no me he podido ni querido aguantar la risa, y eso que estaba en un sitio un tanto inadecuado para verla.
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