Jeremy Irons, uno de esos actores cuya sola presencia ante las cámaras, sugiere sólida garantía de calidad.
Su escasa expresividad, no resulta, como en muchos otros casos una merma de recursos, al contrario. Esa mirada, aquí tortuosa, transmite emociones con la suficiente fuerza para obligar al espectador a bucear dentro, y obtener respuestas.

Louis Malle, nació en 1932 en Thumeries, en una familia de importantes industriales del azúcar. Decidió comenzar su carrera cinematográfica, abandonando el Institut d'Études Politiques de París; pero en esos momentos, la sociedad francesa todavía no estaba preparada para asimilar ciertos códigos éticos de sus trabajos, frecuentemente al margen y de los cuales los espectadores no participaban.

En "Damage", Malle, parece tener muy claro lo que necesita de cada uno de sus actores; Juliette Binoche se desenvuelve con excesiva soltura, actitud que en esta película parece ser censurada por algunos críticos.

El director a lo largo de su intensa carrera, mantuvo siempre una posición fiel a sus principios. Como detalle, tal vez desconocido, decir que cultivó amistad con Buñuel, de la que existen cartas que así la avalan.

Coincido con todas las demás críticas, la película es muy fría a la hora de abordar las relaciones entre ese padre y sus hijos y ésa mujer, Miranda Richardson, sensacional, la mejor en la película con diferencia. Jeremy Irons, como siempre, cumpliendo con creces en su papel de hombre obsesionado por Juliette Binoche, toda la pasión la guarda para ella, personaje frío donde los haya. Interesante película, si tuviera un suegro como Jeremy.........

Como se puede calificar de fría a una película con escenas de pasión, miedo, tristeza, odio e incluso amor tan sobrecogedoras. Esta película es imprescindible: por la visceral historia que cuenta, por la sublime interpretación de sus protagonistas, porque cuando la terminas de ver, si eres mínimamente sensible, el título del film cobra toda su dimensión semántica... Gracias a películas como ésta empieza uno a idolatrar a los actores de la talla de Irons o Binoche de forma irresistible, e incluso perdonas otras desafortunadas participaciones, que no interpretaciones, en algún que otro bodrio comercial.

Muy buenas interpretaciones, escenas intensas...Es disfrutable, pero le falta algo...
Nos vemos de repente inmersos en la historia de pasión entre el ministro con su futura nuera sin preliminares...Como si ella ya lo fuera buscando desde el principio, pero no lo hemos visto surgir, me da la sensación de que nos hemos perdido una parte... Por no mencionar la actitud del señor tras el inesperado final (que es bueno por cierto) que se queda como que ni frío ni calor...No sé, la historia en sí me parece poco creíble...
Flojilla a pesar de las interpretaciones de dos pedazo de actores.

-No puedo ver más allá de ti...
-Creo que nunca has visto gran cosa.

La intensidad de un encuentro, de la búsqueda de un instante que se convierte en perpetua necesidad.

Louis Malle, traslada esas mentes torturadas que se mueven desde la necesidad. Asistimos a la destrucción que supone la entrega absoluta, la búsqueda de un inalcanzable instante que solo existe en la cabeza de quien la vive.

Un retrato incuestionable sobre la pasión... sin medida, sin conciencia.

Arrastra... y arrasa.