Al más puro estilo, sin gracia sin diversión, guarra. En fin un puro "Schneider Film". Pero lo que pasa es que me sorprendió (ligeramente), que las actuaciones fuesen tan buenas y que un guión tan simple no sea tan monótono y aburrido. De todas maneras es una parida como una casa.

La película no va más allá de lo que es, una comedia americana sin ninguna trascendencia, pero que cumple su objetivo, que no es más que entretener y hacer reír.
Todo comienza cuando el ricachón Stan es condenado a cumplir una pena de prisión y decide aprovechar el tiempo que tiene antes de su ingreso para entrenar y ser el más fuerte de la cárcel, con la intención de provocar miedo y salir virgen analmente hablando...

Dejemos a un lado el poner en evidencia la calidad cinematográfica de esta película y seamos realistas, este producto está ideado para pasar un buen rato de risas y punto, solamente por que lo consigue y por ver las caras que pone el gigante homosexual, se le puede otorgar tranquilamente 6 puntazos.

He dicho.

Aunque al principio parece una auténtica payasada de película por la caratula de mediana espectacularidad (no todas las películas pueden tener caratulas guays) conforme avanza la peli te vas dando cuenta de que no es así, pues aunque parece una chorrada depués se va poniendo más interesante, conforme avanza la película, llegando a divertir bastante. Sí, ya sé que no es una obra maestra cinematográfica, pero eso no quiere decir que sea un bodrio con la cual no te vayas a divertir, pues yo la he visto ya varias veces cuando la han echado por la tele y no me parece tan mala, pues tiene escenas muy curiosas, como la enorme cantidad de cigarillos que fuma el maestro que entrena al protagonista, o las escenas de combate en la ducha, etc.

Resumiendo, que no es un peliculón como ya he dicho antes, de acuerdo, pero si te gustan las pelis de artes marciales originales, esta es tú película, si no, puede que también te gusté, depende de los gustos de cada uno ...

Primera y esperemos que última experiencia de Rob Schneider como director de cine. Todos recordamos a Schneider como el cómico protagonista de la divertidísima "Gigoló", de ahí que, antes de ver "El gran Stan", uno supusiera que por mala que ésta fuera, al menos se reiría. Craso error, ya que el film no tiene gracia en ningún momento, con una serie de intentos de gag que no provocan la risa ni por asomo.

Ya se sabe que este tipo de películas descuidan por completo el argumento ya que su única función es hacer reír al espectador, pero si sólo consigue despertar los bostezos del personal, apaga y vámonos. De hecho, lo único salvable de la película son aquellos momentos en los que la preciosa Jennifer Morrison (la actractiva doctora de "House") aparece en pantalla contoneándose con una gran diversidad de modelitos. Pero el resto es, lisa y llanamente, basura, de ahí que en Estados Unidos se estrenase directamente en vídeo y en España haya llegado a los cines dos años después de su producción.