La película narra la reciente historia estadounidense desde un punto de vista satírico, irónico y bajo la voz tierna, simple y humilde de una persona con limitaciones mentales pero de una calidad humana incalificable, hasta el punto de erizársete la piel en constantes momentos, no sólo por la tensión que genera el film en muchos de sus puntos sino por la dureza de la realidad abrumadora que refleja en algunos fotogramas.

De este modo habla abiertamente del capitalismo, de la discriminación, los problemas de la sociedad moderna y sus valores a la vez que da una lección magistral de cómo hay que tener en cuenta algunos tan estrepitosamente faltos hoy en día como la lealtad, la bondad, la humildad, el valor de la amistad o de la familia.

Se hace particularmente dura la crudeza con la que algunas situaciones hace ver la consciencia del personaje para con sus limitaciones, en la relación imposible con la mujer de sus sueños, o cuando conoce a su hijo, no cayendo en el drama fácil sino tomándo las situaciones desde un punto de vista positivo admirable, sacándo lo mejor de cada persona y cada momento.

En definitiva, aparte de la maravilla cinematográfica que es en todos sus ámbitos consigue olvidarnos de nuestro efímero mundo durante el tiempo que dura aportándonos un claro mensaje acerca de un mundo al que constantemente estamos dando de lado y en el que no recaemos con la consideración que se merece, descubriéndo cómo éste tipo de gente puede dar una lección a cualquiera de nosotros acerca de cómo ser feliz aun con sus problemas y limitaciones, siendo agradecidos con cualquier cosa y sobre todo teniendo buenos sentimientos para con todo sin recaer en superficialismos, consumismo, avaricia o prejuicios.

Quizás por ésta misma razón se pueda vislumbrar aún un rayo de humanidad y esperanza en los ojos de un niño no corrompido.