Película simple y facilona para toda la familia, con el hermanísimo de John Belushi como protagonista, con algunas frases ingeniosas y un perro viejo para hacer de policía y que compite con un super perro policía con adiestramiento aleman.
Jefe tocapelotas, algunos tópicos manidos del cine policíaco y una tensión sexual resuelta con su compañera policía.
Una película con pocas ambiciones, con un guión sin muchas arista, para disfrutar con la familia un sábado o domingo por la tarde.

Recordado título de finales de los ochenta a pesar de que su éxito comercial no fuera demasiado grande. Con algo más de 78 millones de dólares recaudados se convirtió en la número 21 de la taquilla mundial, por debajo de "Solos con nuestro tío" (1989), que esa sí que se ha hundido en el olvido. Sea como fuere, tenemos una buddy film policial más, género al alza en ese momento, recordemos "Arma Letal" (1987), "Danko: calor rojo" (1988) con James Belushi también, o "Arma Letal 2" (1989), pero con una particularidad especial. Por supuesto, toda estas obras, sobre todo las de Richard Donner, Mel Gibson y compañía, son bastante mejores que "Superagente K-9".

Pero ¿Cuál es la particularidad? Pues que el compañero de Michael Dooley (James Belushi) es un perro policía, un pastor alemán muy mono y muy listo que es el que consigue sacar a flote esta "Superagente K-9" porque lo que es la película en sí me parece demasiado esquemática y Belushi está demasiado cargante o histriónico para mi gusto. Por cierto, que la fórmula de policía y perro se volvió a repetir en "Socios y Sabuesos" (1989). Sea como fuere, la película como dice el crítico de El País es "De consumo rápido y olvido veloz" pero no obstante consigue ganarse nuestra simpatía. De hecho, subsistió como saga de bajo presupuesto con varios títulos más.