Si te ha pillado la vaca, jódete. Y si han hecho experimentos científicos rarunos con tus padres durante unos ensayos nucleares, una de dos: usas tu superpoder pirómano arrojando bolas de fuego que aprendes a controlar -sí, sé que te suena a Stephen King- o te enfrentas a otros que no piensan contener su don como tú. Como Tobe Hooper tiene mejor mano con los desequilibrados que con los superhéroes -al menos los que lanzan telarañas y no llegan a materializarse- vamos a desfogarnos, nunca mejor dicho, a la vez que un antiheroico protagonista tan propenso a desbarrar e irse de pinza como cabe prever con Brad "Chucky" Dourif como desafortunado portador de la antorcha, deliciosamente desquiciado: no ser desquiciado con semejante mirada sería para cualquier actor un desperdicio antinatural de su don.
Un cuento de scifi horror autodestructivo envuelto con papel de mad doctors, miembros amputados y mutaciones tan enfermizo, cafre e intenso como las dos entregas de 'La Mosca' contemporáneas -he dicho las dos- que, ahora que lo pienso, dejaban tantas huellas de Cronenberg en Hooper como la de las refriegas psíquicas explotacráneos. Por descontado, Brad Dourif aporta a su febrilidad una respiración gestual tan insana, sufrida y oscura a su proceso de transformación en una cerilla humana, sin apenas autocontrol, como la de Jeff Goldblum escupiendo ácido encima de la merienda.
Mitad paranoia nuclear, mitad pesadilla truculenta y tronada que hará salivar a quienes dispongan de una personalidad (como espectador) afín a dichas VIRTUDES, o bien sean capaces de reconocer el hipnótico poder estético del teléfono de neón rosa con el que Dourif calienta a distancia el almuerzo de John Landis.
Algún día tenía que ser la primera vez que leyeses una crítica sobre una peli de Tobe Hooper con Lengua de Serpiente arrancada con la frase "si ta' pillao la vaca, jódete".
¡Pues hoy ha sido!

Es una de las menores cintas del maestro que nos brindó obras de arte míticas como La matanza de Texas o Poltergeist. Se salvan pocas cosas de la quema: Brad Dourif en el papel de rarito al que nos tenía acostumbrados, los flashback, en especial el que abre el film y algún fugaz maquillaje artesanal o localización. . .Por lo demás, ni los fx pirotécnicos aprueban, han envejecido muy mal, y lo peor de todo es que no es ni medianamente entretenida ni lo suficientemente loca o salvaje. Los 90 no fueron buenos para Tobe Hooper, esta fue la época de su declive como director, y no fue hasta La masacre de Toolbox (2004) y luego en Masters of horror (2005) que recuperó un poco su energía.

Una verdadera obra maestra del cine de terror, increíbles efectos especiales (para lo vieja que es la película), una increíble interpretación de Brad Dourif (como siempre), mejor película que La matanza de Texas (muy buena también). Termino diciendo que es la película de terror perfecta.