El guardián invisible
2017 

5.7
18,030
Thriller. Intriga
En los márgenes del río Baztán, en tierras de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en circunstancias que relacionan ese crimen con un asesinato ocurrido un mes atrás. La inspectora Amaia Salazar dirige la investigación, la cual le llevará de vuelta al pueblo de Elizondo, donde ella creció y del que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las complicadas derivaciones del caso y sus propios fantasmas, la ... [+]
13 de marzo de 2017
13 de marzo de 2017
49 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mito. El Basajaun y las brujas. Se trata por encima este asunto. Aunque es el que da el tono de misterio, tradición y sobrenaturalidad. La transformación de nuestros miedos en inventos, de nuestros deseos y anhelos en leyendas, ideales y terrores; todo ese mejunje folclórico y sustento de toda la tradición literaria en sus inicios orales nos acompaña desde el principio de los tiempos, forma parte de nuestra sangre, de nuestra letra, de nuestro verbo, de nuestra palabra, del ser mismo.
Familia. Pozo sin fondo de endogámico dolor. Una madre monstruosa (se les va la mano), un padre débil (como en Alas de mariposa) y tres hijas, la protagonista víctima y huida, la mayor más responsable y amargada y la otra que ni fu ni fa. La tía hace de contrapeso, es la tierra, el sentido común, la magia, la experiencia, la bondad. El pasado que reverbera eternamente.
Investigación criminal. Quizás sea la parte más floja, por obvia y muy vista; es una pobre traducción, o corta y pega rudimentario del aluvión, abusón, de películas made in USA que nos ha ido cayendo sin falta, más bien desgraciadamente, gota malaya o diluvio bíblico, desde hace décadas. "Nos enfrentamos a un asesino en serie", dice Amaia Salazar (bonitos nombre y apellido, preñados de "a" femeninas hermosas y redondas, llenas de curvas, punteadas por una "m" maternal, una "s" sutil y salvaje y rematadas por una "z" impecable, contrastada y zalamera) y suena ridículo, poco creíble, a nada nuestro, a trasunto lejano, a exageración grotesca y muy pulp de realidades no tan abracadabrantes ni excitantes ni calculadas ni siniestras como en verdad son las nuestras. Los crímenes patrios (y los suyos la mayoría, los de todos en verdad) suelen ser mucho más esporádicos, improvisados, desperdigados y chapuceros, sin un plan, a la que salga, mucho más pequeños, monetarios y mezquinos normalmente.
Las jerarquías policiales también son maraña recurrente, muy sobada, de este tipo de historias truculentas y tan poco serias.
Tiene buena factura técnica, calidad formal (aunque a veces no se escuche bien) y un dinero, parece, bien empleado. Pero toda ella es una colosal idiotez, una inmensa tontería de alma enfermizamente escabrosa, macabra y banal. Todo huele a impostado y artificial, a forzado y poco verosímil, a mal resuelto y desarrollado, a pesar del esfuerzo por atraer modelos ajenos a culturas propias.
Se deja ver. Sin problema ninguno. Tal vez solo al final el estrépito y el desastre asoman el hocico y ensucian una película que hasta ese momento era aceptablemente oscura, frívola e insustancial.
Marta es una actriz eficaz, el resto acompaña (Elvira se ha especializado en la rabia y el tremendismo sufriente, lo borda la pobre mujer) con pulcritud. La dirección es correcta. Falla el guion. Cómo no. Para variar.
Familia. Pozo sin fondo de endogámico dolor. Una madre monstruosa (se les va la mano), un padre débil (como en Alas de mariposa) y tres hijas, la protagonista víctima y huida, la mayor más responsable y amargada y la otra que ni fu ni fa. La tía hace de contrapeso, es la tierra, el sentido común, la magia, la experiencia, la bondad. El pasado que reverbera eternamente.
Investigación criminal. Quizás sea la parte más floja, por obvia y muy vista; es una pobre traducción, o corta y pega rudimentario del aluvión, abusón, de películas made in USA que nos ha ido cayendo sin falta, más bien desgraciadamente, gota malaya o diluvio bíblico, desde hace décadas. "Nos enfrentamos a un asesino en serie", dice Amaia Salazar (bonitos nombre y apellido, preñados de "a" femeninas hermosas y redondas, llenas de curvas, punteadas por una "m" maternal, una "s" sutil y salvaje y rematadas por una "z" impecable, contrastada y zalamera) y suena ridículo, poco creíble, a nada nuestro, a trasunto lejano, a exageración grotesca y muy pulp de realidades no tan abracadabrantes ni excitantes ni calculadas ni siniestras como en verdad son las nuestras. Los crímenes patrios (y los suyos la mayoría, los de todos en verdad) suelen ser mucho más esporádicos, improvisados, desperdigados y chapuceros, sin un plan, a la que salga, mucho más pequeños, monetarios y mezquinos normalmente.
Las jerarquías policiales también son maraña recurrente, muy sobada, de este tipo de historias truculentas y tan poco serias.
Tiene buena factura técnica, calidad formal (aunque a veces no se escuche bien) y un dinero, parece, bien empleado. Pero toda ella es una colosal idiotez, una inmensa tontería de alma enfermizamente escabrosa, macabra y banal. Todo huele a impostado y artificial, a forzado y poco verosímil, a mal resuelto y desarrollado, a pesar del esfuerzo por atraer modelos ajenos a culturas propias.
Se deja ver. Sin problema ninguno. Tal vez solo al final el estrépito y el desastre asoman el hocico y ensucian una película que hasta ese momento era aceptablemente oscura, frívola e insustancial.
Marta es una actriz eficaz, el resto acompaña (Elvira se ha especializado en la rabia y el tremendismo sufriente, lo borda la pobre mujer) con pulcritud. La dirección es correcta. Falla el guion. Cómo no. Para variar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Todo lo ocurrido tras, y durante, las mil vueltas de campana, terraplén mediante, es pura descojonación y alquímica suspensión, sin duda de ninguna clase levitación. Dos rasguños, una leve indicación y zas, das con la casa y el asesino. Garrotazo recibido, discurso a modo (a más matar, más ganas de teorizar, explicar y mucho charlar) y (requete)zas, la hermana que pasaba por allí con ganas de orden y recato. Caso cerrado. Claro que sí.
Y la justificación asesina. Esa idea que opone las libertades femeninas actuales a la supuesta tradición del Baztán parece puro anacronismo, nos cuesta creer que todavía planteamientos de ese jaez puedan ser origen (ni en la ficción más desnortada o morbosa) de actos tan nefandos. Parece sacada de muchos años atrás, de una sacristía o un bar concurrido, cuando la moral sexual, en ese aspecto tan pacato y concreto, todavía era un caballo de batalla. Ahora estamos metidos de lleno en otras cosas/guerras mucho más "genéricas", mucho menos evidentes, más escurridizas y sangrantes si cabe. O así pinta la cosa.
Y la justificación asesina. Esa idea que opone las libertades femeninas actuales a la supuesta tradición del Baztán parece puro anacronismo, nos cuesta creer que todavía planteamientos de ese jaez puedan ser origen (ni en la ficción más desnortada o morbosa) de actos tan nefandos. Parece sacada de muchos años atrás, de una sacristía o un bar concurrido, cuando la moral sexual, en ese aspecto tan pacato y concreto, todavía era un caballo de batalla. Ahora estamos metidos de lleno en otras cosas/guerras mucho más "genéricas", mucho menos evidentes, más escurridizas y sangrantes si cabe. O así pinta la cosa.
10 de agosto de 2017
10 de agosto de 2017
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más loco del filme es la parte en que la hermana prueba la galleta que es "prueba forense", se la come. Sí, la saborea. Parece de locos, la galleta que estuvo en el pubis de la muerta, ah, sí, pregunta antes si está envenenada. ¿Era necesario? ¿No podían determinar la procedencia de la harina en el laboratorio? ¿O por los perros policías?
¿No es ridículo?
¿No es ridículo?
9 de julio de 2017
9 de julio de 2017
33 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que da verguenza ajena y que los críticos han alabado inexplicablemente.
El desarrollo es lento, se hace muy muy pesada. El guion es caótico y previsible y a veces hasta pueril.
Algunas actuaciones son lamentables, los personajes parece que recitan.
Cae en tópicos aberrantes (la detective protagonista es vasca y ex agente del FBI.. Toma ya!! y vuelve a casa donde lo ha pasado mal y casualmente es donde suceden los crimenes)
La fotografía esta muy saturada con abuso de lluvia y niebla en cada plano. Ni los titulos de credito se salvan del sonido de la lluvia.
El desarrollo es lento, se hace muy muy pesada. El guion es caótico y previsible y a veces hasta pueril.
Algunas actuaciones son lamentables, los personajes parece que recitan.
Cae en tópicos aberrantes (la detective protagonista es vasca y ex agente del FBI.. Toma ya!! y vuelve a casa donde lo ha pasado mal y casualmente es donde suceden los crimenes)
La fotografía esta muy saturada con abuso de lluvia y niebla en cada plano. Ni los titulos de credito se salvan del sonido de la lluvia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es infame lo del Yeti vasco, quitandole toda la credibilidad a la pelicula apareciendo al final (bastaba con insinuar no mostrar.) Queda muy cutre
Cuando el inspector ve algo moverse en la escena de crimen y dispara y mata a un animal, en seguida uno de los policias le recita la especie y conoce su historia. Asi viendolo de lejos. Increible.
Lo de la repostera colaboradora de la policia es de traca.
Y los dialogos con el Agente del FBI son risibles. Le falta decirle que sienta la fuerza en su interior.
En fin.. intentaré olvidar que la he visto.
Cuando el inspector ve algo moverse en la escena de crimen y dispara y mata a un animal, en seguida uno de los policias le recita la especie y conoce su historia. Asi viendolo de lejos. Increible.
Lo de la repostera colaboradora de la policia es de traca.
Y los dialogos con el Agente del FBI son risibles. Le falta decirle que sienta la fuerza en su interior.
En fin.. intentaré olvidar que la he visto.
3 de marzo de 2017
3 de marzo de 2017
32 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intentaron hacer una buena película y no les salió pero al menos se deja ver.
Afortunadamente muy malo ha de ser un thriller para que no resulte entretenido y este ademas tiene puntos que lo hacen interesante como es la ambientación rural con los mitos y leyendas de la zona, a lo cuarto milenio.
Por lo demás ni la protagonista ni el malo dan la talla. Tampoco es una buena película costumbrista. El guión muy lineal, sin ninguna sorpresa.
Mi recomendación es que si se quiere ver una película muy similar pero buena vean "La isla mínima"
Afortunadamente muy malo ha de ser un thriller para que no resulte entretenido y este ademas tiene puntos que lo hacen interesante como es la ambientación rural con los mitos y leyendas de la zona, a lo cuarto milenio.
Por lo demás ni la protagonista ni el malo dan la talla. Tampoco es una buena película costumbrista. El guión muy lineal, sin ninguna sorpresa.
Mi recomendación es que si se quiere ver una película muy similar pero buena vean "La isla mínima"
9 de marzo de 2017
9 de marzo de 2017
26 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos lugares habrá con unas características tan propias, como las de la comarca del Baztán. Aunque vayas cien veces, siempre acabas sucumbiendo a la magia de sus lugares, hay un algo sobrenatural en su orografía, en su ambiente, en sus ritos ancestrales y en la misma luz, que parece filtrarse por algún halo mágico, no en vano estamos en el corazón mismo de la mitología vasca y no es para menos; Arizkun con la historia de los Agotes, El puerto misterioso de Ibardin, Lekaroz , Elizondo, las cuevas de Zugarramurdi y su auto de fe inquisitorial, conjuros y akelarres que nunca acaban de desaparecer del todo de este valle de leyenda.
Llueve mucho en El guardián invisible, quizás demasiado, aunque también lo hacía en SEVEN, EL COLECCIONISTA DE HUESOS o RESURRECTION y nadie nos extrañábamos por ello, en cualquier caso la lluvia se convierte en un personaje más de la trama, borrando y desfigurando las formas del valle y sus habitantes. El comienzo es perturbador, con los primeros hallazgos de niñas asesinadas en extrañas circunstancias y con mensajes ocultos. Amaia Salazar, inspectora de policía oriunda de Elizondo, se hace con el caso y regresa al valle después de haberse ido hasta los mismísimos Estados Unidos, huyendo de un drama personal terrible y que poco a poco va cobrando nuevamente vida, añadiendo una nueva dosis de suspense y algún que otro susto.
Los diálogos, en ocasiones se vuelven plomizos y despistan al espectador en el devenir de la trama, hay momentos que incluso rozan lo absurdo, pero siempre vuelve la lluvia y el bosque legendario con sus formas inquietantes que te hacen olvidar esas torpezas. En ésta parte de la película, la búsqueda del asesino serial va quedando en un segundo plano para cobrar protagonismo los demonios que atormentan a la inspectora Salazar desde su niñez y que procuran algunos de los momentos más dramáticos de la película, una película que si bien tiene fisuras, éstas quedan en segundo plano ante la fotografía deslumbrante y el trabajo de su protagonista MARTA ETURA y sobre todo una malévola ELVIRA MÍNGUEZ.
Es posible que la promoción de ésta cinta haya estado salpicada por circunstancias ajenas a ella, con mensajes en las redes sociales poniendo de manifiesto quien es el asesino y otros desaciertos propios de personajes, más que de personas; no se preocupen, la película da mucho más que eso y deja deliberadamente pistas para sugerir la posibilidad de la trilogía completa de la novela de DOLORES REDONDO. Esperemos que prevalezca la razón sobre la estupidez y pronto volvamos al valle donde habita el ser más mitológico de todos; el guardián invisible.
Llueve mucho en El guardián invisible, quizás demasiado, aunque también lo hacía en SEVEN, EL COLECCIONISTA DE HUESOS o RESURRECTION y nadie nos extrañábamos por ello, en cualquier caso la lluvia se convierte en un personaje más de la trama, borrando y desfigurando las formas del valle y sus habitantes. El comienzo es perturbador, con los primeros hallazgos de niñas asesinadas en extrañas circunstancias y con mensajes ocultos. Amaia Salazar, inspectora de policía oriunda de Elizondo, se hace con el caso y regresa al valle después de haberse ido hasta los mismísimos Estados Unidos, huyendo de un drama personal terrible y que poco a poco va cobrando nuevamente vida, añadiendo una nueva dosis de suspense y algún que otro susto.
Los diálogos, en ocasiones se vuelven plomizos y despistan al espectador en el devenir de la trama, hay momentos que incluso rozan lo absurdo, pero siempre vuelve la lluvia y el bosque legendario con sus formas inquietantes que te hacen olvidar esas torpezas. En ésta parte de la película, la búsqueda del asesino serial va quedando en un segundo plano para cobrar protagonismo los demonios que atormentan a la inspectora Salazar desde su niñez y que procuran algunos de los momentos más dramáticos de la película, una película que si bien tiene fisuras, éstas quedan en segundo plano ante la fotografía deslumbrante y el trabajo de su protagonista MARTA ETURA y sobre todo una malévola ELVIRA MÍNGUEZ.
Es posible que la promoción de ésta cinta haya estado salpicada por circunstancias ajenas a ella, con mensajes en las redes sociales poniendo de manifiesto quien es el asesino y otros desaciertos propios de personajes, más que de personas; no se preocupen, la película da mucho más que eso y deja deliberadamente pistas para sugerir la posibilidad de la trilogía completa de la novela de DOLORES REDONDO. Esperemos que prevalezca la razón sobre la estupidez y pronto volvamos al valle donde habita el ser más mitológico de todos; el guardián invisible.
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