Hace unos años, el para mi cada vez menos interesante Hal Hartley, realizó una película, Henry Fool, para mi irregular pero de cierto interés, pero que no creo que pueda ser considerado un film excepcional, y que a mi desde luego no me suscita ningún interés de continuidad respecto a lo que les pudiera pasar a sus personajes.

Pero Hartley decidió que si, y se ha embarcado en una trilogía, cuya segunda parte es continuar la historia de Henry Fool desde la perspectiva de su mujer, Fay Grim, (la tercera irá sobre el hijo).

El cine independiente americano nunca se ha caracterizado por sus trilogías, segundas partes, etc, pero si esta es la gran historia de Hartley con vocación de continuidad en el tiempo, y que haga arrastrar a sus seguidores a lo largo de los años, la verdad es que menuda decepción, no entiendo que jugo pretende sacar, o que ha visto en unos personajes para mi tan poco apasionantes.

Aquí Hartley se mete en una historia de espionaje, una especie de thriller, con toques paródicos, confusa y a veces tirando a ridícula, Parker Posey, que por lo general me encanta, aquí no me deslumbra tanto, y el resto de los actores, como siempre un tanto autómatas, aunque con algún toque de glamour (Burrows). Desde el punto de vista de la trama, me es imposible seguirla (creo que Hartley no ha visto ninguna peli de Hitchcock), y desde la perspectiva de los personajes, hay unos amores y profundidades que yo no vi en Henry Fool por ningún lado, y que aquí las da por hechas sin más. Todo esto termina con una especie de conspiración internacional con terrorismo islámico, y servicios secretos, a los cuales el "gañan" de Henry Fool tiene en jaque (esto no se lo cree ni la madre de Hartley)

Hartley, cuyas primeras películas adoro, cada vez es menos reconocible, sigue siendo personal, pero su estilo inicial sólo lo distingo por los actores que aparecen en sus películas, que no por sus cada vez más enrevesadas y recargadas historias.

Creo que me va a dar mucha pereza ver, cuando la haga, la tercera parte de una trilogía, que no creo que ocupe un lugar relevante en la historia del cine.

Pd: Sigo sin aguantar las interpretaciones de Thomas Jay Ryan