The Company Men
6.1
9,169
Drama
Bobby Walker (Ben Affleck) tiene un buen trabajo, una familia estupenda y un espectacular porsche en el garaje. Cuando, de manera inesperada, su empresa decide reducir la plantilla, él y muchos compañeros se quedan en el paro. Sus superiores (Chris Cooper y Tommy Lee Jones) poco pueden hacer para ayudarle, porque tampoco ellos tienen asegurado su puesto en la empresa. Bobby tendrá entonces que replantearse su vida y su papel como marido y padre. (FILMAFFINITY) [+]
29 de abril de 2011
29 de abril de 2011
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de la crisis, sin duda. Un vivo retrato de la desagradable situación que vivimos en la actualidad, reflejándose en su argumento la historia de aquellos que pasan de tenerlo todo, o al menos una determinada estabilidad que le garantice una vida cómoda y sin grandes preocupaciones, a no tener absolutamente nada (excepto muchas deudas). Puede que algunos no se sientan identificados en su totalidad con lo ofrecido aquí, al estar narrado principalmente desde una sola perspectiva (la de personas de gran poder adquisitivo), pero lo cierto es que hay mucha verdad en las palabras del guión escrito por John Wells (que dirige ésta, su primera película), y el punto de vista escogido es acertado al ser el origen o uno de los lugares en los que se empezaron a detectar los devastadores efectos de uno de los mayores problemas de nuestra generación. No es cuestión de asistir impertérritos ante el desmorone de una persona que baja desde el cielo del club de golf, los buenos vinos y los coches caros a la vida real, sino de contemplar la magnitud y la fuerza de la que dispone la crisis económica, capaz de poder arrasar a cualquier persona y familia con indiferencia de su clase social.
Y algo así es lo que podemos llegar a vivir con esta película, en la que una gran compañía llamada “GTX” reduce su plantilla de manera drástica al notar en el esqueleto de su economía los efectos de una gestión viciosa que deriva en el caos más profundo. Ejecutivos como Bobby Walker (Ben Affleck) ven perder su empleo de buenas a primeras, explotándole en la cara toda una vida que junto a su familia desarrollaba por encima de sus posibilidades (gran hipoteca en una lujosa vivienda, un flamante coche cuya costosa letra se debe pagar fielmente todos los meses…). Al vivir de esta manera la demanda económica para cubrir todos los compromisos firmados es amplia, y eso es lo que le sucede a Bobby, que a pesar de su millonaria indemnización por despido ve como cada uno de sus dólares debe ser utilizado para cubrir las deudas generadas por su anterior forma de vida.
Otros altos ejecutivos, como el vicepresidente de la compañía Gene McClary (Tommy Lee Jones) o Phil Woodward (Chris Cooper) dejan clara su desconfianza sobre el terreno en el que trabajan, oponiéndose McClary continuamente a las desproporcionadas decisiones del despreciable James Salinger (gran Craig T. Nelson) director absoluto de “GTX” (en la que se puede despedir a miles de empleados sin motivo, pero no hacer que alguien del Consejo se prive de lujosas condiciones económicas, jets privados o modernos edificios inútiles para albergar oficinas sin funciones) y Woodward se teme, a sus aproximadamente sesenta años, lo peor.
Y algo así es lo que podemos llegar a vivir con esta película, en la que una gran compañía llamada “GTX” reduce su plantilla de manera drástica al notar en el esqueleto de su economía los efectos de una gestión viciosa que deriva en el caos más profundo. Ejecutivos como Bobby Walker (Ben Affleck) ven perder su empleo de buenas a primeras, explotándole en la cara toda una vida que junto a su familia desarrollaba por encima de sus posibilidades (gran hipoteca en una lujosa vivienda, un flamante coche cuya costosa letra se debe pagar fielmente todos los meses…). Al vivir de esta manera la demanda económica para cubrir todos los compromisos firmados es amplia, y eso es lo que le sucede a Bobby, que a pesar de su millonaria indemnización por despido ve como cada uno de sus dólares debe ser utilizado para cubrir las deudas generadas por su anterior forma de vida.
Otros altos ejecutivos, como el vicepresidente de la compañía Gene McClary (Tommy Lee Jones) o Phil Woodward (Chris Cooper) dejan clara su desconfianza sobre el terreno en el que trabajan, oponiéndose McClary continuamente a las desproporcionadas decisiones del despreciable James Salinger (gran Craig T. Nelson) director absoluto de “GTX” (en la que se puede despedir a miles de empleados sin motivo, pero no hacer que alguien del Consejo se prive de lujosas condiciones económicas, jets privados o modernos edificios inútiles para albergar oficinas sin funciones) y Woodward se teme, a sus aproximadamente sesenta años, lo peor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Además del inmensamente rico, didáctico y disfrutable guión de la película, son las interpretaciones de todo un reparto de lujo las que llevan esta historia narrada con ritmo pausado y muchos detalles de gran calidad, hasta el máximo nivel de interés. Cuántas veces habrán criticado a Ben Affleck, y qué bien lo ha hecho el amigo en sus dos últimas películas. Igual que en “The Town” (2010), aquí hace un papel mucho más serio, contundente y firme que el tipo de trabajos a los que nos tenía acostumbrados en cintas de otros años, géneros e intenciones. Puede verse como, finalmente, Affleck no se entierra como actor para convertirse exclusivamente en director (algunos apostaban únicamente por esa posibilidad) y puede cerrar la boca a sus detractores, ofreciendo una interpretación muy creíble, agradable y simpática que dibuja a un personaje de igual definición a los adjetivos citados, con el que se puede crear empatía, reír y sentirse identificado. Su cara de pasota es un poema. Gran acierto la elección de Affleck por parte de la dirección. Tommy Lee Jones y Chris Cooper son dos gigantes de los que no sorprende decir que realizan un trabajo estupendo. Mientras Jones (“En el valle de Elah“, 2007) da vida a su incrédulo y bonachón personaje, amante de la guapísima Sally Wilcox (buen papel de Maria Bello), Cooper (“Lone Star“, 1996) refleja en su rostro la indignación por todo lo que decide “GTX” y el miedo a poder verse en la calle de un día para otro. Puro trámite de Costner, que se convierte en un extra más.
Aunque la música no sea demasiado protagonista en esta película, se agradecen las apariciones de los agradables y tranquilos compases de Aaron Zigman (“John Q”, 2002), buen complemento de este buen y esperanzador relato sobre los efectos que la crisis económica, producida por una desmedida soberbia y falta de previsión, puede producir sobre las personas y sus vidas. Una gran sorpresa exenta de aires comerciales y con olor a independiente (a pesar de su poderoso elenco de actores), que al menos un servidor ha seguido con entusiasmo durante toda su duración.
Aunque la música no sea demasiado protagonista en esta película, se agradecen las apariciones de los agradables y tranquilos compases de Aaron Zigman (“John Q”, 2002), buen complemento de este buen y esperanzador relato sobre los efectos que la crisis económica, producida por una desmedida soberbia y falta de previsión, puede producir sobre las personas y sus vidas. Una gran sorpresa exenta de aires comerciales y con olor a independiente (a pesar de su poderoso elenco de actores), que al menos un servidor ha seguido con entusiasmo durante toda su duración.
24 de enero de 2011
24 de enero de 2011
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo lo que no fue y pudo haber sido "Up in the air" lo es "The company men". Es decir, un crítico y acertado retrato de la sociedad en que vivimos hoy en día. Con la carga justa de melodrama y humor, además de estar bien interpretada y dirigida.
Tratando un tema tan delicado como lo es el despido lo hace desde un punto de vista serio y realista nada frívolo como lo hacía la película de Jason Reitman.
Por otro lado tengo que decir que no estoy nada de acuerdo con la crítica de Canelita.
Se pregunta ella como es posible que alguien que gana 160.000 dólares anuales caiga de pronto en la miseria más absoluta. Bueno la explicación es sencilla, en realidad el causante de esto no es ni más ni menos que el ritmo de vida al que el sistema y su inherente ritmo y modelo de vida nos llevan.
El pago de la hipoteca, de los coches, la universidad, el seguro médico y todo lo que uno necesita para vivir hace unos pocos años estaban por encima de las posibilidades de muchos ciudadanos gracias al sistema de crédito que los bancos nos pusieron en la sopa.
Por lo tanto cuando el protagonista pierde su empleo empiezan los problemas de impago ya que a principios de mes todo el dinero que gana se va para pagar todas esas cosas. Hasta la Xbox la tenía puesta a plazos, eso es algo que ha sido muy común aquí en España y ha hecho que mucha gente vea su dinero ser menos rentable cada mes. El interés come del capital activo.
Además hay que tener en cuenta que una película no suele estar contada respetando una cronología. Lo que para nosotros suponen 2 escenas pueden suponer 2 meses en el filme y en este caso hay que imaginarselo para poder entender que la debacle y caída de estas personas no son cosa de 2 semanas si no de unos meses.
Como han dicho otras críticas es una película muy de actualidad y que relata perfectamente como está el panorama actual en cuanto al desempleo y todas las consecuencias familiares y estructurales que conlleva.
Todo gracias a un puñado de ratas que ganan más despidiendo a la gente que cambiando la orientación de sus negocios cuando estos dejan de ser "rentables".
A todos ellos gracias!
Uno más que toma el sol...
Tratando un tema tan delicado como lo es el despido lo hace desde un punto de vista serio y realista nada frívolo como lo hacía la película de Jason Reitman.
Por otro lado tengo que decir que no estoy nada de acuerdo con la crítica de Canelita.
Se pregunta ella como es posible que alguien que gana 160.000 dólares anuales caiga de pronto en la miseria más absoluta. Bueno la explicación es sencilla, en realidad el causante de esto no es ni más ni menos que el ritmo de vida al que el sistema y su inherente ritmo y modelo de vida nos llevan.
El pago de la hipoteca, de los coches, la universidad, el seguro médico y todo lo que uno necesita para vivir hace unos pocos años estaban por encima de las posibilidades de muchos ciudadanos gracias al sistema de crédito que los bancos nos pusieron en la sopa.
Por lo tanto cuando el protagonista pierde su empleo empiezan los problemas de impago ya que a principios de mes todo el dinero que gana se va para pagar todas esas cosas. Hasta la Xbox la tenía puesta a plazos, eso es algo que ha sido muy común aquí en España y ha hecho que mucha gente vea su dinero ser menos rentable cada mes. El interés come del capital activo.
Además hay que tener en cuenta que una película no suele estar contada respetando una cronología. Lo que para nosotros suponen 2 escenas pueden suponer 2 meses en el filme y en este caso hay que imaginarselo para poder entender que la debacle y caída de estas personas no son cosa de 2 semanas si no de unos meses.
Como han dicho otras críticas es una película muy de actualidad y que relata perfectamente como está el panorama actual en cuanto al desempleo y todas las consecuencias familiares y estructurales que conlleva.
Todo gracias a un puñado de ratas que ganan más despidiendo a la gente que cambiando la orientación de sus negocios cuando estos dejan de ser "rentables".
A todos ellos gracias!
Uno más que toma el sol...
27 de junio de 2012
27 de junio de 2012
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
He leído críticas ciertamente simplistas sobre esta película. Considero que algunos no han llegado al meollo de lo que John Wells ha querido transmitir, o se han dejado seducir por la parte mas obvia.
Bajo mi criterio, en The Company Men se hace una severa reflexión, sobre vidas basadas en la superficialidad del dinero. En el instante en que surge una devastadora recesión, miles de mediocres o brillantes ejecutivos ven su coche Ferrari, su casa de nuevo rico, o su club de golf desaparecer tan rápido como al trampa económica en que se habían embarcado. Entonces surge el miedo al rechazo, a perder el estatus, a terminar siendo un paria... Ninguno de ellos se plantea que el valor real del que cada uno podamos gozar o entregar, se encuentra en otro lugar, el único donde jamás buscarían: Dentro de si mismos.
Quienes hemos padecido la crisis, nos enfrentamos a ella de dos maneras. Los hay que han perdido casi todo incluso la dignidad, y otros, entre los que me encuentro, que dada la situación se han reducido mis ingresos hasta la mitad, pero sigo llevando el mismo nivel, porque el coche que he comprado con el dinero ganado por mi empresa es un Opel Astra, y mi vivienda es un sencillo apartamento. Conservo mis escasos buenos amigos de siempre y la libertad de disfrutar de un atardecer frente al mar... Todo lo que realmente tiene valor en la vida no lo podemos comprar porque es gratis, se entrega o se regala...
Bajo mi criterio, en The Company Men se hace una severa reflexión, sobre vidas basadas en la superficialidad del dinero. En el instante en que surge una devastadora recesión, miles de mediocres o brillantes ejecutivos ven su coche Ferrari, su casa de nuevo rico, o su club de golf desaparecer tan rápido como al trampa económica en que se habían embarcado. Entonces surge el miedo al rechazo, a perder el estatus, a terminar siendo un paria... Ninguno de ellos se plantea que el valor real del que cada uno podamos gozar o entregar, se encuentra en otro lugar, el único donde jamás buscarían: Dentro de si mismos.
Quienes hemos padecido la crisis, nos enfrentamos a ella de dos maneras. Los hay que han perdido casi todo incluso la dignidad, y otros, entre los que me encuentro, que dada la situación se han reducido mis ingresos hasta la mitad, pero sigo llevando el mismo nivel, porque el coche que he comprado con el dinero ganado por mi empresa es un Opel Astra, y mi vivienda es un sencillo apartamento. Conservo mis escasos buenos amigos de siempre y la libertad de disfrutar de un atardecer frente al mar... Todo lo que realmente tiene valor en la vida no lo podemos comprar porque es gratis, se entrega o se regala...
19 de octubre de 2012
19 de octubre de 2012
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si un ejecutivo que gana 120 000 dólares al año más incentivos y que vive en una casa con jardín al perder su trabajo se asusta porque teme no poder echar gasolina a su flamante Porsche debería venir a España, si cree que la situación económica de Estados Unidos es mala que vaya a trabajar a Atenas, Lisboa, Madrid o Dublín por no nombrar países que no están en Occidente...
Si yo viviera en Estados Unidos o no estuviéramos enfrascados en España en una crisis sin precedentes, a lo mejor sentía pena por Ben Affleck, a lo mejor.
Más interesante es el devenir de otros dos compañeros de trabajo de Ben Affleck que también son despedidos, Tommy Lee Jones (incomprensible como Maria Bello sea su pareja en la ficción) y Chris Cooper tienen más de 60 años y entonces sí que es mas difícil encontrar trabajo. En un momento de la película, acongojados, los protagonistas afirman que les gustan las suites de 5 000 dólares, las cenas de 500 y vivir en grandes casas….
Lo mejor de la película son las interpretaciones y personajes de Maria Bello y Kevin Costner, son muy secundarios, con esto lo digo todo. La verdad es que me esperaba más, la crisis está ahogando a gente muy humilde en países mucho más humildes y si unos ejecutivos adinerados de Estados Unidos pierden su trabajo y deben de renunciar a algún privilegio porque están acostumbrados a un tren de vida excesivo tampoco impresiona demasiado.
Buen intento, mal resultado. No te la crees en ningún momento, deberían de haber afinado mejor la historia
Si yo viviera en Estados Unidos o no estuviéramos enfrascados en España en una crisis sin precedentes, a lo mejor sentía pena por Ben Affleck, a lo mejor.
Más interesante es el devenir de otros dos compañeros de trabajo de Ben Affleck que también son despedidos, Tommy Lee Jones (incomprensible como Maria Bello sea su pareja en la ficción) y Chris Cooper tienen más de 60 años y entonces sí que es mas difícil encontrar trabajo. En un momento de la película, acongojados, los protagonistas afirman que les gustan las suites de 5 000 dólares, las cenas de 500 y vivir en grandes casas….
Lo mejor de la película son las interpretaciones y personajes de Maria Bello y Kevin Costner, son muy secundarios, con esto lo digo todo. La verdad es que me esperaba más, la crisis está ahogando a gente muy humilde en países mucho más humildes y si unos ejecutivos adinerados de Estados Unidos pierden su trabajo y deben de renunciar a algún privilegio porque están acostumbrados a un tren de vida excesivo tampoco impresiona demasiado.
Buen intento, mal resultado. No te la crees en ningún momento, deberían de haber afinado mejor la historia
2 de mayo de 2011
2 de mayo de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 2011. La sociedad ha cimentado sus bases en una economía piramidal en la que los que están más cerca de la cúspide, pueden avasallar a todos los que se encuentran un peldaño por debajo. La clase media es aniquilada de manera sistemática para que los sueldos de los dirigentes no se vean resentidos, mientras tienen que sobrevivir en una existencia llena de quieros y no puedo, para mostrar al resto que ellos tienen la clave de la "felicidad": el éxito.
Con este punto de partida, el hasta ahora realizador televisivo John Wells, nos presenta una de las mejores películas en lo que va de año. Un drama que clama al cielo por la insostenibilidad de nuestro sistema económico actual. Y lo hace a través de una película realista, de regusto amargo, que huye de muchos de los convecionalismos de este tipo de cine, para darnos un mosaico fiel de la época que nos ha tocado vivir; porque sí, así son las cosas, les guste a muchos o no. Los que más tienen, más quieren; los que creen tener, se dan cuenta que sólo aparentan tener; y la clase obrera, siempre, es la sólida base sobre la que todos descargan sus angustias, pero ellos, y sólo ellos son los héroes.
Y para traernos este peliculón, John Wells ha reunido un reparto soberbio, que se sostiene en el trío protagonista. Ben Affleck nos presenta en la pantalla una de sus mejores interpretaciones con la que pretende acallar muchas bocas (y si sigue por esta senda, lo hará); Tommy Lee Jones solo merece un adjetivo: perfecto; y Chris Cooper se nos presenta sólido y memorable. Pero el resto del reparto no le va a la zaga, y eso hace que la cinta gane enteros según avanzan los minutos.
La única pega que poner al film, por ponerle alguna, es que el guión en algún momento, se acelera, y no da descanso al espectador, que se ve sobrepasado por tanto realismo, para aceptar su lugar en el mundo. Pero al fin y al cabo, así es la vida. El mundo sigue y no espera a nadie.
Por tanto, termino recomendando esta película a todos aquellos que crean que el cine, sigue siendo cosa de los actores, y que una buena película se cónstruye gracias a un buen guión y a unas soberbias interpretaciones.
Con este punto de partida, el hasta ahora realizador televisivo John Wells, nos presenta una de las mejores películas en lo que va de año. Un drama que clama al cielo por la insostenibilidad de nuestro sistema económico actual. Y lo hace a través de una película realista, de regusto amargo, que huye de muchos de los convecionalismos de este tipo de cine, para darnos un mosaico fiel de la época que nos ha tocado vivir; porque sí, así son las cosas, les guste a muchos o no. Los que más tienen, más quieren; los que creen tener, se dan cuenta que sólo aparentan tener; y la clase obrera, siempre, es la sólida base sobre la que todos descargan sus angustias, pero ellos, y sólo ellos son los héroes.
Y para traernos este peliculón, John Wells ha reunido un reparto soberbio, que se sostiene en el trío protagonista. Ben Affleck nos presenta en la pantalla una de sus mejores interpretaciones con la que pretende acallar muchas bocas (y si sigue por esta senda, lo hará); Tommy Lee Jones solo merece un adjetivo: perfecto; y Chris Cooper se nos presenta sólido y memorable. Pero el resto del reparto no le va a la zaga, y eso hace que la cinta gane enteros según avanzan los minutos.
La única pega que poner al film, por ponerle alguna, es que el guión en algún momento, se acelera, y no da descanso al espectador, que se ve sobrepasado por tanto realismo, para aceptar su lugar en el mundo. Pero al fin y al cabo, así es la vida. El mundo sigue y no espera a nadie.
Por tanto, termino recomendando esta película a todos aquellos que crean que el cine, sigue siendo cosa de los actores, y que una buena película se cónstruye gracias a un buen guión y a unas soberbias interpretaciones.
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