Rey Richard: Una familia ganadora
2021 

6.5
17,737
Drama
Biopic sobre Richard Williams, un padre inasequible que ayudó a formar a dos de las deportistas más extraordinarias de todos los tiempos, dos atletas que acabarían marcando época en el deporte del tenis. Richard tenía una visión muy clara del futuro de sus hijas, y sirviéndose de métodos arriesgados y poco convencionales, elaboró un plan que llevaría a Venus y Serena Williams de las calles de Compton, California, al olimpo del deporte, ... [+]
28 de marzo de 2022
28 de marzo de 2022
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
98/31(27/03/22) Decepcionante drama deportivo, un por momentos irritante biopic hecho a mayor gloria de un tipo insoportable, como es el padre de las míticas jugadoras de tenis Venus (Saniyya Sidney) y Serena (Demi Singleton), Richard Williams, siguiendo sus comienzos hasta el segundo partido profesional de Venus con 14 años (contra precisamente nuestra Arantxa Sánchez Vicario, que para elevar el dramatismo se dice es la nº 1, cuando en realidad era la 2), acabando similar a otra película de deportes como “Rocky”, donde la victoria no edra lo importante (la cinta se olvida un tanto de Serena, a la que no vemos jugar profesionalmente). Y eso que estando detrás de la producción las mencionadas hermanas se habrán suavizado al personaje, y aun así queda un ser altivo, mesiánico, adanista, aspirante a profeta (describió su plan en un manifiesto de 78 páginas escrito antes del nacimiento de Venbus y serena). Film dirigido por Reinaldo Marcus Green y guionizado por Zach Baylin, para un relato lineal siguiendo a este tipo egocéntrico como tiene en su narcisismo planeada la vida de sus hijas antes de que nazcan, cuando deberían ser estas el eje de la historia, resultan ser muy secundarias de sus propios éxitos, colocando en el centro a este ser que canaliza y todas sus ansias visionarias sobre el futuro que van a tener sus hijas mediante una actitud marcial, con arranques de ira mediante lecciones de vida a sus vástaga que son vomitivas, y repito, esto estará limado, seguro es mucho peor, un tipo tan extravagante como para renegar de 3 millones de dólares antes del primer partido profesional de su hija (y esto no es codicia?), y si se hubiera lesionado de gravedad? Una hagiografía chirriante de un ‘ser superior’ que nunca se equivoca (puaj!), parece un tipo con tara mental, como epítome cuando se ve con una pizarra en medio del público, con una actitud prepotente, con una filosofía de vida contradictoria, pues dice que lo que quiere es por el bien de sus hijas (por cierto, el resto de las otras tres son jóvenes al fondo del marco sin carácter, aunque no es que Venus y Serena tengan demasiado), y luego se aprovecha para sacar a su costa una caravana, una casa y trabajo.
Es una cinta hecha de un modo rutinario, sin nada que te llame la atención, si acaso que los partidos de tenis resultan realistas, pero en su estiradísimo metraje (esa es otra llega a resultar con excesivos subrayados sobre la personalidad del ínclito padre. Con temas tangenciales abordados de forma liviana, como son los conflictos en su barrio con bandas de gangsta en Compton (no me creo lo que veo), las diatribas que suelta sobre el ‘demonio blanco’ (menuda caricatura facilona el rol del ejecutivo encarnado por Dylan McDermott fumando puros), este racismo que según él ha sufrido y que nunca lo vemos por parte alguna, solo a través de sus comentarios de batallitas, de hecho, a los únicos que vemos lo tratan mal son negros, y los que le ayudan todos blancos, como lo son los dos entrenadores, a los que él precisamente humilla cuando puede, incluso corrigiendo sus entrenamientos como si él supiera de este deporte, grimante! Una historia que podría haber sido una loa al espíritu de sacrificio, a la superación personal, a la fuerza de la familia, queda reducida al supuesto carisma de este insufrible tío. Y encima tengo que comulgar con ruedas de molino con lo de la gran actuación de Will Smith dando vida al inaguantable progenitor, cuando se nota a un actor imitando a otra persona con ademanes de cansado, se nota fingiendo ser quien no es, y eso que Will no es mal actor, pero aquí (a pesar que de que le han dado el Oscar [me abstendré de hacer comentarios sobre el guantazo]) está horrible, histriónico, con gestos forzados, con esos ojos que se nota le cuesta trabajo tenerlos casi cerrados, no puedo creer se alabe tanto este pésimo trabajo. Estando mucho mejor el resto de secundarios que él, como la que hace de esposa y madre Aunjanue Ellis, o los que embisten a sus trainers Tony Goldwyn (Paul cohen) y Jon Bernthal (Rick Macci), demuestran más mesura y fuerza dramática que un Smith pasado de vueltas.
La historia comienza in media res, cuando las dos jóvenes (Serena y Venus) ya se suponen son unas muy buenas jugadoras, aunque no sabemos como empezaron a jugar, o porque el padre tiene certeza en que son excelentes, cuando esto sería midiéndose a otras jugadoras, pero lo es y punto. Vemos de modo bastante inverosímil como entra un Don nadie como Richard en contacto con grandes entrenadores que incluso puede llegar a interrumpir un entrenamiento de Pete Sampras y John McEnroe, como si fuera lo más normal del mundo. Vemos como los conflictos que surgen se resuelven de modo superficial. Ejemplo es que no tiene pista para jugar porque tiene problemas con una banda de delincuentes, pues a la siguiente están con un gran entrenador. Se suma un sentimentalismo barato buscando la emoción simplona.
Richard Williams es un manipulador, controlador, que se hace siempre la víctima. Comenzamos con él entregando folletos sobre sus hijas para que la apadrinen financieramente empresarios del deporte sin haberlas visto jugar, y esto se supone que es ceguera de los que se niegan a hacerlo, venga ya! LO vemos como un tipo estajanovista, capaz de soportar palizas por sus hijas (aunque más bien parece un tonto masoquista que disfruta siendo apalizado); Vemos a Venus entrenar con Paul Cohen y el padre para los mismos para corregir al que sabe, yo habría mandado al padre a tomar por saco, menudo engreído!; Tres cuartos de lo mismo con Rick Macci, al que no hace caso en cómo llevar su carrera de tenis, se cree más listo que nadie;... (sigo en spoiler)
Es una cinta hecha de un modo rutinario, sin nada que te llame la atención, si acaso que los partidos de tenis resultan realistas, pero en su estiradísimo metraje (esa es otra llega a resultar con excesivos subrayados sobre la personalidad del ínclito padre. Con temas tangenciales abordados de forma liviana, como son los conflictos en su barrio con bandas de gangsta en Compton (no me creo lo que veo), las diatribas que suelta sobre el ‘demonio blanco’ (menuda caricatura facilona el rol del ejecutivo encarnado por Dylan McDermott fumando puros), este racismo que según él ha sufrido y que nunca lo vemos por parte alguna, solo a través de sus comentarios de batallitas, de hecho, a los únicos que vemos lo tratan mal son negros, y los que le ayudan todos blancos, como lo son los dos entrenadores, a los que él precisamente humilla cuando puede, incluso corrigiendo sus entrenamientos como si él supiera de este deporte, grimante! Una historia que podría haber sido una loa al espíritu de sacrificio, a la superación personal, a la fuerza de la familia, queda reducida al supuesto carisma de este insufrible tío. Y encima tengo que comulgar con ruedas de molino con lo de la gran actuación de Will Smith dando vida al inaguantable progenitor, cuando se nota a un actor imitando a otra persona con ademanes de cansado, se nota fingiendo ser quien no es, y eso que Will no es mal actor, pero aquí (a pesar que de que le han dado el Oscar [me abstendré de hacer comentarios sobre el guantazo]) está horrible, histriónico, con gestos forzados, con esos ojos que se nota le cuesta trabajo tenerlos casi cerrados, no puedo creer se alabe tanto este pésimo trabajo. Estando mucho mejor el resto de secundarios que él, como la que hace de esposa y madre Aunjanue Ellis, o los que embisten a sus trainers Tony Goldwyn (Paul cohen) y Jon Bernthal (Rick Macci), demuestran más mesura y fuerza dramática que un Smith pasado de vueltas.
La historia comienza in media res, cuando las dos jóvenes (Serena y Venus) ya se suponen son unas muy buenas jugadoras, aunque no sabemos como empezaron a jugar, o porque el padre tiene certeza en que son excelentes, cuando esto sería midiéndose a otras jugadoras, pero lo es y punto. Vemos de modo bastante inverosímil como entra un Don nadie como Richard en contacto con grandes entrenadores que incluso puede llegar a interrumpir un entrenamiento de Pete Sampras y John McEnroe, como si fuera lo más normal del mundo. Vemos como los conflictos que surgen se resuelven de modo superficial. Ejemplo es que no tiene pista para jugar porque tiene problemas con una banda de delincuentes, pues a la siguiente están con un gran entrenador. Se suma un sentimentalismo barato buscando la emoción simplona.
Richard Williams es un manipulador, controlador, que se hace siempre la víctima. Comenzamos con él entregando folletos sobre sus hijas para que la apadrinen financieramente empresarios del deporte sin haberlas visto jugar, y esto se supone que es ceguera de los que se niegan a hacerlo, venga ya! LO vemos como un tipo estajanovista, capaz de soportar palizas por sus hijas (aunque más bien parece un tonto masoquista que disfruta siendo apalizado); Vemos a Venus entrenar con Paul Cohen y el padre para los mismos para corregir al que sabe, yo habría mandado al padre a tomar por saco, menudo engreído!; Tres cuartos de lo mismo con Rick Macci, al que no hace caso en cómo llevar su carrera de tenis, se cree más listo que nadie;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...Hay una entrevista a Venus por tv que el padre interrumpe en su afán metomentodo para dirigir lo que el periodista debe o no repreguntar, ello con la peregrina excusa de que es una niña, pues entonces no la pongas delante de la tv!; Ser Superior este que desprecia la opinión de su madre, por mucho que nos cuelen una supuesta escena de tensión de discusión entre ambos en la cocina, esto me queda impostado con cómo sigue el relato, su egoísmo lo lleva creerse el ombligo del mundo, un Elegido Divino (puaj!). Cuantos padres no habrán pensado que tenían al nuevo Messi o C. Ronaldo?; Además, nunca se introspecciona al protagonista, es como es y punto, un tipo de una sola nota, sin complejidades, plano como un folio, sin dilemas morales, sin dudas, siempre hace lo que quiere y es lo que hay. Con discurso rimbombantes reiterativos sobre que serán las mejores del mundo mundial y que tendrán la mejor casa del universo; Las niñas Venus y Serena son algo marginal, apenas sabemos nada de ellas, de sus aspiraciones a parte de la altivez heredada e inyectada por su padre (la humildad ni está, ni se le espera) sobre que ganarán a todas, y que ellas serán la ídolos de las demás, y que ellas solo se fijan en ellas (puaj!).
Para la coda queda que la ‘villana’ del film resulta ser Arantxa Sánchez Vicario, pues es el partido clímax contra Venus en el primer campeonato profesional de la segunda, donde nos hacen ver que es una tenista artera utilizando la excusa de ir al baño en medio de un partido para romper el ritmo del buen juego de la Venus, y dicen está más de 8 minutos, y yo me creo esto. De hecho no he podido confirmar esto sucediera, más bien parece una licencia dramática, como lo es ver a Arantxa romper raquetas iracunda, grimante tengan que caricaturizar a la buena de la tenista barcelonesa para elevar a heroína a la Venus, flaco favor le hacen cayendo tan bajo.
Oda a un tipo tóxico y alienante (además de unos valores de film mediocres). Fuerza y honor!!!
Para la coda queda que la ‘villana’ del film resulta ser Arantxa Sánchez Vicario, pues es el partido clímax contra Venus en el primer campeonato profesional de la segunda, donde nos hacen ver que es una tenista artera utilizando la excusa de ir al baño en medio de un partido para romper el ritmo del buen juego de la Venus, y dicen está más de 8 minutos, y yo me creo esto. De hecho no he podido confirmar esto sucediera, más bien parece una licencia dramática, como lo es ver a Arantxa romper raquetas iracunda, grimante tengan que caricaturizar a la buena de la tenista barcelonesa para elevar a heroína a la Venus, flaco favor le hacen cayendo tan bajo.
Oda a un tipo tóxico y alienante (además de unos valores de film mediocres). Fuerza y honor!!!
4 de octubre de 2022
4 de octubre de 2022
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zina Garrison (nº4) finalista en Wimbledon en 1990. Lori McNeil (nº9). Chanda Rubin (nº 6). Katrina Adams (nº67). Todas ellas, afroamericanas, jugaron tenis de manera profesional entre los años 80 y 90. Todas ellas antes de las hermanas Williams. Y sobre todas ellas, Althea Gibson, la auténtica pionera, la primera mujer afroamericana en los campeonatos de tenis, ganadora de diez torneos de Grand Slam desde 1956 a 1958, y como individuales Roland Garros en 1956, Wimbledon 1957 y 1958, y Estados Unidos 1957 y 1958.
Nada de ellas se menciona en el filme, nada. Increíble. Sobre todo porque, sin duda, debían conocerlas ya que eran contemporáneas suyas. Un filme rodado a mayor gloria del inefable "padre padrone" y de sus hijas. Cuando ves la película, piensas que hasta que llegaron las talentosas hermanas, nunca habían jugado afroamericanas de manera profesional. Y es mentira. No es de recibo que para mitificar a alguien debas hacer luz de gas a otras personas que llegaron antes, por sus propios medios, al mundo del tenis. Cuando nos muestran las imágenes del apalizamiento de un ciudadano afroamericano por la policía y como Will Smith, en su papel del progenitor, queda en shock, una secuencia más que oportuna, oportunista y quizás alineada con la actual doctrina woke que tanto daño hace al cine- quizás podrían haber hablado de Althea Gibson, como sufrió la segregación y como fue relegada, con 14 años, a jugar sólo en las ligas para tenistas negras.
Aparte de una biografía interesada - no en vano la producen Will Smith y las hermanas Williams - el filme tiene un evidente interés cinematográfico, si te gustan las películas de deportistas. No obstante, está muy dirigida al público afroamericano, y a sus continuas quejas, lloros y reivindicaciones, donde todos los hombres blancos son o malvados hombres de negocios - y también racistas- o directamente tontos, como los dos entrenadores que tendrán las chicas. Y eso cansa. Mucho.
Algo que vemos, pero no se analiza, es que el ascenso de las Williams coincidió con una demanda por parte del público estadounidense de "niñas-prodigio" del tenis, gracias a los logros de Jennifer Capriati. Aprovecharon esa ventana gracias a su innegable talento. Y no fueron las únicas. Mary Pierce fue otra tenista adolescente, y también tuvo otro padre controlador y desquiciante, al estilo de Williams.
Resulta llamativo que no exista una crítica, por mínima que sea, a un padre que puso a sus hijas a entrenar al tenis desde los cuatro años, porque él quería que fuesen estrellas del tenis. Fue su voluntad. No deja de recordarme al patriarca de los Jackson Five. Y siempre vestido con esos ridículos pantalones de tenis que le vienen pequeños. Las chicas fueron talentosísimas pero ¿y si no lo hubiesen sido? ¿Las habría abandonado como a su anterior familia, con seis hijos que apenas mencionan en la película? Su comportamiento es más parecido al de líder de una secta más que a un padre amoroso, por mucho que nos lo quieran vender así en el filme. Casi nos lo beatifican.
La película altera la realidad, para no estropear una buena secuencia. Así, el enfrentamiento con Arancha Sánchez-Vicario es alterado para darle un toque más épico: Arancha no era la número uno ni Venus llevaba las trenzas, que luciría años más tarde. Todo ello se apunta en un magnífico artículo del diario ABC.
Un filme de crecimiento personal. Un personaje al que hay que coger con pinzas, interpretado por un inspirado Will Smith ¿Quizás actor y personaje comparten demasiadas similitudes en la vida real? Pero me sigue faltando un biopic sobre Althea Gibson.
Nada de ellas se menciona en el filme, nada. Increíble. Sobre todo porque, sin duda, debían conocerlas ya que eran contemporáneas suyas. Un filme rodado a mayor gloria del inefable "padre padrone" y de sus hijas. Cuando ves la película, piensas que hasta que llegaron las talentosas hermanas, nunca habían jugado afroamericanas de manera profesional. Y es mentira. No es de recibo que para mitificar a alguien debas hacer luz de gas a otras personas que llegaron antes, por sus propios medios, al mundo del tenis. Cuando nos muestran las imágenes del apalizamiento de un ciudadano afroamericano por la policía y como Will Smith, en su papel del progenitor, queda en shock, una secuencia más que oportuna, oportunista y quizás alineada con la actual doctrina woke que tanto daño hace al cine- quizás podrían haber hablado de Althea Gibson, como sufrió la segregación y como fue relegada, con 14 años, a jugar sólo en las ligas para tenistas negras.
Aparte de una biografía interesada - no en vano la producen Will Smith y las hermanas Williams - el filme tiene un evidente interés cinematográfico, si te gustan las películas de deportistas. No obstante, está muy dirigida al público afroamericano, y a sus continuas quejas, lloros y reivindicaciones, donde todos los hombres blancos son o malvados hombres de negocios - y también racistas- o directamente tontos, como los dos entrenadores que tendrán las chicas. Y eso cansa. Mucho.
Algo que vemos, pero no se analiza, es que el ascenso de las Williams coincidió con una demanda por parte del público estadounidense de "niñas-prodigio" del tenis, gracias a los logros de Jennifer Capriati. Aprovecharon esa ventana gracias a su innegable talento. Y no fueron las únicas. Mary Pierce fue otra tenista adolescente, y también tuvo otro padre controlador y desquiciante, al estilo de Williams.
Resulta llamativo que no exista una crítica, por mínima que sea, a un padre que puso a sus hijas a entrenar al tenis desde los cuatro años, porque él quería que fuesen estrellas del tenis. Fue su voluntad. No deja de recordarme al patriarca de los Jackson Five. Y siempre vestido con esos ridículos pantalones de tenis que le vienen pequeños. Las chicas fueron talentosísimas pero ¿y si no lo hubiesen sido? ¿Las habría abandonado como a su anterior familia, con seis hijos que apenas mencionan en la película? Su comportamiento es más parecido al de líder de una secta más que a un padre amoroso, por mucho que nos lo quieran vender así en el filme. Casi nos lo beatifican.
La película altera la realidad, para no estropear una buena secuencia. Así, el enfrentamiento con Arancha Sánchez-Vicario es alterado para darle un toque más épico: Arancha no era la número uno ni Venus llevaba las trenzas, que luciría años más tarde. Todo ello se apunta en un magnífico artículo del diario ABC.
Un filme de crecimiento personal. Un personaje al que hay que coger con pinzas, interpretado por un inspirado Will Smith ¿Quizás actor y personaje comparten demasiadas similitudes en la vida real? Pero me sigue faltando un biopic sobre Althea Gibson.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un spoiler que no sale en la película: Williams se divorció de su segunda mujer- la madre de las tenistas- y se casó con una chica con apenas un año más que su hija Venus.
14 de febrero de 2022
14 de febrero de 2022
27 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Increíble que esta película tenga buenas referencias y favorita para la Academia... por un Will Smith intentando ganar un Óscar de manera descarada, ya no sabe cómo intentarlo, y su interpretación tampoco la veo tan buena, a veces está sobreactuado y otras no le sale tan bien hacerse la persona mayor...
Luego el personaje del padre le podrá parecer a mucha gente como alguien para admirar con su personalidad peculiar, pero es un manipulador, racista (hay escenas que al revés con un blanco se hubiera liado...), y más bien es un tóxico que quiere hacer lo que le venga en gana. El verdadero mérito es de las aptitudes de las hijas, que aquí las pintan como muy dóciles y manejables por su padre, que hace lo que quiere.
Quizá con otro equipo... la película sería más creíble/convincente, pero así parece algo ridícula y muy forzada, los actores tampoco ayudan mucho por su falta de talento.
Luego el personaje del padre le podrá parecer a mucha gente como alguien para admirar con su personalidad peculiar, pero es un manipulador, racista (hay escenas que al revés con un blanco se hubiera liado...), y más bien es un tóxico que quiere hacer lo que le venga en gana. El verdadero mérito es de las aptitudes de las hijas, que aquí las pintan como muy dóciles y manejables por su padre, que hace lo que quiere.
Quizá con otro equipo... la película sería más creíble/convincente, pero así parece algo ridícula y muy forzada, los actores tampoco ayudan mucho por su falta de talento.
20 de noviembre de 2021
20 de noviembre de 2021
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué duda cabe que las hermanas Williams, son una de las tenistas más grandes de la historia, por su talento, por su carisma y por su historia de vida tras el éxito. Pieza fundamental en ellas Richard su padre y en donde se basa este biopic totalmente logrado y cautivador.
Con un inteligente guion por parte de Zach Baylin, es que podemos disfrutar de los orígenes de las hermanas Williams, más en específico el momento de impacto de Venus y el surgimiento entre las sombras de Serena. Su guionista es bien inteligente en darnos 138 minutos de un guion entretenido, cautivador y encantador que su director Reinaldo Marcus Green, sebe llevar de forma prolija en imágenes apostando por una dirección sin mayores riesgos, pero que permiten entender cada momento que estamos viendo en pantalla de una forma precisa y entretenida hacia el momento de impacto de Venus Williams.
Ayuda mucho a que todo funcione la historia por sí misma que es bastante interesante, pero también la impresionante actuación de un Will Smith que saca candidatura absoluta a la temporada de premios. El actor demuestra que talento tiene de sobra y que cuando escoge el papel adecuado se come la pantalla con sus interpretaciones. Aquí es pieza fundamental de que todo cuadre a la perfección y su participación absoluta en cada escena así lo demuestra. También debemos sumar los secundarios que tienen sus momentos para brillar como Jon Bernthal y Aunjanue Ellis.
No menos importante son Demi Singleton en la piel de Serena y Saniyya Sidney en la piel de Venus. Ambas actrices calzan a la perfección los inicios de las hermanas Williams.
Una apuesta totalmente lograda, una película que funciona como entretenimiento y un gran biopic de un momento impactante en la vida del deporte blanco.
No es perfecta, pero sin dudas es una de las películas más interesantes de este 2021 que vale la pena ver y disfrutar. Una historia que le entrega un lado de luz a Richard el controvertido padre de las hermanas y que de manera brillante encarna un Will Smith que se permite entregarle también su sello.
Totalmente recomendada para los amantes del tenis y para los que quieren ver una buena película. Una historia potente y heroica que, aunque tenga todos los clichés posibles, la misma historia se los permite ocupar de forma acertada.
Con un inteligente guion por parte de Zach Baylin, es que podemos disfrutar de los orígenes de las hermanas Williams, más en específico el momento de impacto de Venus y el surgimiento entre las sombras de Serena. Su guionista es bien inteligente en darnos 138 minutos de un guion entretenido, cautivador y encantador que su director Reinaldo Marcus Green, sebe llevar de forma prolija en imágenes apostando por una dirección sin mayores riesgos, pero que permiten entender cada momento que estamos viendo en pantalla de una forma precisa y entretenida hacia el momento de impacto de Venus Williams.
Ayuda mucho a que todo funcione la historia por sí misma que es bastante interesante, pero también la impresionante actuación de un Will Smith que saca candidatura absoluta a la temporada de premios. El actor demuestra que talento tiene de sobra y que cuando escoge el papel adecuado se come la pantalla con sus interpretaciones. Aquí es pieza fundamental de que todo cuadre a la perfección y su participación absoluta en cada escena así lo demuestra. También debemos sumar los secundarios que tienen sus momentos para brillar como Jon Bernthal y Aunjanue Ellis.
No menos importante son Demi Singleton en la piel de Serena y Saniyya Sidney en la piel de Venus. Ambas actrices calzan a la perfección los inicios de las hermanas Williams.
Una apuesta totalmente lograda, una película que funciona como entretenimiento y un gran biopic de un momento impactante en la vida del deporte blanco.
No es perfecta, pero sin dudas es una de las películas más interesantes de este 2021 que vale la pena ver y disfrutar. Una historia que le entrega un lado de luz a Richard el controvertido padre de las hermanas y que de manera brillante encarna un Will Smith que se permite entregarle también su sello.
Totalmente recomendada para los amantes del tenis y para los que quieren ver una buena película. Una historia potente y heroica que, aunque tenga todos los clichés posibles, la misma historia se los permite ocupar de forma acertada.
12 de febrero de 2022
12 de febrero de 2022
18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un convencional biopic que tanto gusta en Hollywood, con la carismática interpretación de un fascinante Will Smith. Su presencia es lo mejor de un film que no descubre nada nuevo. La historia de un padre controlador que robó la juventud de sus hijas para enfocarlas en el deporte. La jugada salió bien. Si la apuesta es perdedora que diríamos de ese padre. El no consiguió nada por si mismo y se valió de sus hijas para ganar una fortuna. Ni siquiera se hacía respetar. Un hombre de familia que tomaba él las decisiones por todos, sin escuchar a su alrededor. Soñador, loco, manipulador y frustrado que apuesta todo por sus hijas.
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