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Stalker

Ciencia ficción. Drama. Intriga En un lugar de Rusia llamado "La Zona", hace algunos años se estrelló un meteorito. A pesar de que el acceso a este lugar está prohibido, los "stalkers" se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje. (FILMAFFINITY)
Críticas 208
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10
10 de febrero de 2010
96 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene tanto escondido en su metraje, tantas posibles lecturas, nunca dejará de sorprenderme con cada nuevo visionado.
Muestra perfectamente la situación en la antigua URSS y las distintas maneras de enfrentarse a esa vida, tenemos al Stalker que es un ser exclusivamente espiritual y soñador, y luego el lado más racional del científico y el escritor.
Como juega con los colores para transmitir el estado de ánimo, dentro de la ciudad, dentro del régimen, es todo gris, el paraiso socialista que no lo es tanto, como las personas renuncian a algo mejor por que alienados creen que no hay nada más.
La Zona yo pienso que es la libertad es su mas puro siginificado, una sociedad libre donde poder vivir, pero claro conlleva que sea utilizada adecuadamente, por ello el científico pretende destruirla por que puede caer en malas manos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero para mi lo más importante es la hija del Stalker, cada una de las posturas fracasará, la espiritual y la racional, Tarkovsky nos propone una combinación de ambas y que hay que luchar desde el interior del problema, no huir de él. El momento clave es cuando al niña ve la ciudad donde vive en color y no en blanco y negro. Un mensaje de esperanza a las nuevas generaciones.
10
14 de diciembre de 2009
84 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera crítica que hago de una película pero no lo podía evitar, necesitaba escribir sobre esto.

Me preparé a conciencia para ver esta película, acababa de ver un bodrio de ciencia-ficción ("Los sustitutos") y el cuerpo me pedía revancha, así que de repente me fijé; "Stalker" hacía tiempo que la quería ver pero no estaba seguro así que me puse a leer críticas, principalmente las que la tachaban de aburrida, algunas decían: "escenas de 10 minutos cuando podían durar 30 segundos", otras: "ladrillo" y después estaban las críticas buenas, dónde podía leer a mucho sufridor de "intelectualitis" así como otros que daban una imagen mucho más creíble. Así que me puse cómodo y le di al play.

Tan pronto como una escena se hacía "larga" recordaba aquella crítica y en otros momentos recordaba la de ladrillo. De pronto, sin darme cuenta, cuando pensé que habían pasado 20 minutos de película había terminado la 1ª parte. Entonces empecé a entender que lo que estaba viendo no era una película convencional, puse la 2ª parte y fui entendiendo "Mi Zona" y digo ésto porque la película hace que tu hagas "tu Zona" en tu cabeza mientras la hermosa fotografía te envuelve, y me di cuenta de que, como dicen en la película, fui débil y dócil y me dejé atrapar por "Stalker", mucho tiempo para pensar para entender pero no para entender la película si no para entender tu película. Y es que el "Stalker" que vi yo hace una hora no es el mismo que veré el día que la vuelva a ver porque, al igual que en teatro, no hay dos funciones iguales, con Stalker pasa lo mismo: no hay dos zonas iguales.

Mi puntuación de 10 no es un 10 convencional no es el mismo 10 que le daría a "El Padrino" ni a otras obras le doy un 10 simplemente porque no existe una opción fuera de la numeración "Stalker" y "La Zona" no es una película, sino un estado de ánimo.


Como bien dice una de las críticas que leí: a mi me encanto pero jamás se la recomendaré a nadie a "Stalker" tienes que llegar tú, por eso entiendo perfectamente a la gente que le encantó y a la gente que la odia.
10
8 de mayo de 2016
70 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
“I watched the film until the film itself became a kind of blindness.” (G.C. Waldrep, citado por Geoff Dyer en su libro ‘Zona’)

Vi la película hasta que la película misma se convirtió en una especie de ceguera. Algo así se experimenta –o yo he experimentado– al ver Stalker sucesivas veces. Hay visionados en que todo encaja: la suciedad del mundo blanco y sepia, el paso al otro lado, cuando todo pudiera estar aconteciendo en la cabeza de quienes viajan. La naturaleza en continuo e inquietante fluir, a la espera, agazapada y huidiza, hermosa y temible. La atmósfera de irrealidad, el territorio del sueño. La luz interior del guía-sacerdote, un simple –tan distinto de los más complejos científico y escritor–. Esos días, entramos en la Zona. Y la Zona existe.

Otras veces, buscamos, a trechos siempre oblicuos, permanentemente inciertos. Y no damos con la puerta. Nos recibe un páramo desierto.

Dice Andrei Tarkovski: “A menudo se me ha preguntado qué representa la Zona. Sólo puedo dar una respuesta: la Zona no existe. Es el propio Stalker quien ha inventado su Zona. La ha creado para poder llevar a ella a ciertas personas muy desgraciadas y ofrecerles una idea de esperanza. La habitación de los deseos es igualmente creación del Stalker, una nueva provocación contra el mundo material. Esa provocación, construida en la cabeza del Stalker, es un acto de fe.”

Sustituyan Stalker por Tarkovski.

El director ruso rechazaba los acercamientos intelectuales, aun cuando en su cine abunden los personajes dados al razonamiento. Como en el Fausto de Pessoa, la inteligencia pierde la partida. Encuentro al final de la monografía de Antoine de Baecque para la colección “Auteurs” de Cahiers du cinéma, una cita de ‘Esculpir en el tiempo’ que enseña quizás como ha de verse esta película:

“El poeta es un hombre con la imaginación y la psicología de un niño. Su percepción del mundo es inmediata; no describe el mundo, lo descubre.”

La Zona está delante de nosotros y en nosotros. Tiene la extensión exacta del cine de Tarkovski. No se llega a ella a través del intelecto. Es un lugar anodino y encantado. Un espejo en que mirarse y descubrirse. Igual que una ceguera.

“Everything just is. Or isn’t. But may be.” (Geoff Dyer)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La habitación de los deseos es una versión moderna y fascinante del ‘Conócete a ti mismo’. ¿Quién sabe, realmente, sus más recónditos afanes? ¿Quién se atrevería ciegamente a realizarlos? ¿Cuántos de nosotros querrían traspasar el umbral del Oráculo de Delfos?
7
12 de febrero de 2006
85 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros minutos son demasiado lentos. Luego, mejora mucho, dando protagonismo a una fuerza visual impresionante en la parte de la incursión en La Zona; con unos peligros invisibles que acrecientan sobremanera el interés del espectador. Y a partir de ahí va perdiendo fuelle lenta pero inexorablemente con los típicos devaneos filosóficos, salvo en la parte del túnel.
Los actores están perfectos, sobre todo el stalker.

Tarkovsky no aprovecha el cine como debiera. Existe un conocido aforismo atribuido al filósofo de existencia controvertida Lao Tse que dice que "una imagen vale más que mil palabras". Hombre, creo que no siempre es aplicable –como dijo Al Ries, "esta frase de Lao Tse se recuerda porque Lao Tse la dijo, no la dibujó, ni la fotografió, y mucho menos, la filmó"–, pero sí en la mayoría de los casos; éste, por ejemplo. ¿No hubiera sido mejor retratar con la cámara la vida marginal del stalker en el lado civil (al principio, por ejemplo) en lugar de hacerlo con uno de esos monólogos tan aburridos? La duración final sería la misma, pero el resultado, mucho más ameno e igualmente profundo.
Lo siento pero no pude evitar "reírme" por lo ridículamente artificial que me resultan algunos de esos monólogos. Me gustaron mucho más los diálogos de la parte buena; por ejemplo, cuando acaban de llegar por las vías de ferrocarril al frío paraje y el profesor y el escritor hablan sobre el difunto Puercoespín y otras aclaraciones.

En mi opinión, este tipo de directores con inquietudes filosóficas SUELEN tener unos problemas gravísimos con la duración de sus películas y con el manejo de las situaciones y los diálogos.
Me parece un claro síntoma de "intelectualitis" el de aquellos que SÓLO valoran este tipo de cine.
9
31 de mayo de 2014
53 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tu entrada en la 'Zona' ha sido circunstancial o accidental, si sólo 'pasabas por allí', no habrás visitado ningún lugar. Todo es hojarasca seca, lodo y metal oxidado.

Si tu entrada ha sido voluntaria, desesperada, rogando respuesta a una pregunta aún no formulada, Tarkovsky habrá escenificado aquello que ves al cerrar los ojos, con la única presencia de tus demonios, que bloquean el espacio entre el infinito y tú.

Tarkovsky no puede hacer milagros. Si no calzas tus botas y levantas asiento, no hay viaje. No volverás de la 'Zona' porque ni siquiera la pisaste.

...

"— Querida mía, el mundo es demasiado aburrido. Por eso no hay ni telepatía, ni fantasmas, ni platillos voladores. Nada de eso puede existir. El mundo se rige por leyes rígidas como el hierro colado y eso es muy aburrido. Desgraciadamente, nadie viola esas leyes. No pueden alterarse (...). En la Edad Media era más interesante. Cada casa tenía su duende, y cada iglesia su Dios. ¡La gente era joven! Ahora, uno de cada cuatro es un viejo. ¡Oh, qué aburrido es todo eso, mi ángel!"

'Stalker' no es ciencia ficción.

Es realidad esencial, cotidiana, antiquísima. La 'Zona' ha sido pisada por millones. Todos en busca de...

Están los que huyen rápido de ella. Y la inmensa mayoría, que morirá sin haber pasado una noche allí. Y los últimos, quienes la toman como su hogar.

La 'Zona' es ese fin del viaje que uno emprende dentro de sí mismo. Y el fin no es respuesta. Es saberse encarcelado pero, además, conseguir la proeza de palpar con una mano los barrotes.

"¿Volver a prisión? En cualquier sitio me siento como en prisión"

...

El agua, y bajo ella el espeso barro que sepulta recortes de periódicos, objetos personales, monedas de oro...

La implacable fuga hacia la 'Zona'. Del mundo real a los límites de la moral; perseguidos por feroces uniformes de chaqueta y medalla, que buscan que no salgas de allí, que no te preguntes, que no sepas.

El perro, silente guardián, en la retaguardia, recordando que aún existe un nexo con el mundo, un paso hacia atrás.

La dimensión orgánica. Los rostros del Científico, del Escritor y del Stalker, manchados de barro. Peces minúsculos moviéndose alrededor de los pies. Pequeños gusanos reptando por el dorso de la mano.

...

La 'Zona'; cambiante, ingobernable. La descomposición de todo, hecha hombre. Las certezas en la cúspide de un árbol inalcanzable. Ésta película, al final, no estaba hecha para el Escritor, ni para el Profesor. No era de ellos este viaje. El verdadero Stalker lo es antes y después de estos 150 minutos. Para ellos, pues; para nosotros, es éste hermosísimo film, con el que volverse a asomar al vacío.

Gracias.
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