Como indica el título de mi critica nos encontramos aunte un correcto film de dicho subgénero.
Apoyada básicamente en unas también correctas interpretaciones de Ford y Borgnine
amen de una buena dirección técnica y un ritmo interesante que no decae.
Destacar que hay un cierto toque psicológico en el personaje de Ford solo expresado muy por encima
sin llegar a profundizar, por ese camino el film huniera sido mas que aceptable.
Como ya se dice en otras críticas no es una maravilla pero se deja ver bastante bien.
La dirección de Joseph Pevney es sobria, las películas que he visto de él me parecen buenas ó correctas
como por ejemplo "el hombre de las mil caras" 1.957 (biografía de Lon Chaney encarnado por James Cagney,
"vuelta" a la vida 1.953 con el siempre correcto Rock Hudson ó "Zafarrancho de combate" 1.956, más rtutinaria que las anteriores pero correcta.
En fin, para amantes de películas de submarinos y quieran pasar un rato entretenido
Saludos
efelson

Correcto, interesante, cuidado, intrigante, emotivo, reiterativo, angustioso, emocionante, aparatoso, ambicioso y ajustado proyecto de cine bélico en el que un grupo de hombres a bordo de un submarino, toma parte en diversas misiones contra las flotas enemigas de los aliados.
Toman los mandos del periscopio dos grandes figuras del cine clásico, como: Glenn Ford y Ernest Borgnine, para mantener el interés de un argumento que parte de una premisa llamativa e interesante, pero que en algunos momentos presenta indicios de debilidad.
Cuenta con unos interesantes efectos artesanales llevados a cabo bajo las aguas, dando credibilidad a los interminables enfrentamientos entre submarinos, destructores y porta aviones.
Grandes movimientos estratégicos, presentados y desarrollados con nitidez, haciendo participe al espectador de todo lo que ocurre bajo las aguas.
El último torpedo, queda como un correcto y acertado producto de cine bélico, centrado en combates y movimientos a los mandos de un submarino que consigue mantener el interés hasta su desenlace.

Pese a contar en su reparto con dos titanes como Glenn Ford y Ernest Borgnine, "El último torpedo" tiene un grave problema. Toda la película va sobre lo mismo, aunque intenten intercalar flashbacks o las dudas morales que puede plantear la situación. Tan repetitivo es el tema, que acaba por aburrir a pesar de sus buenas intenciones en el género añadiendo además algo de vivencias personales del protagonista.