El jinete pálido
7.4
20,269
Western
Un grupo de colonos buscadores de oro se establece en un lugar de California, pero sufren el acoso de los hombres de Lahood, el propietario del resto de las explotaciones mineras. Pero un día al poblado llega un misterioso y frío predicador (Clint Eastwood) que se pone de parte de los colonos, y comienza a enfrentarse al temido cacique local. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2007
27 de enero de 2007
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con estas palabras del capítulo 6 sobre los cuatro famosos jinetes del apocalipsis, contenidas en los versículos 7 y 8 del Libro de la Revelación (ó Apocalipsis) de San Juan, que a la pequeña niña de rasgos indígenas Megan (Sydney Penny) le gustaba leer cuando estaba a solas con su madre Sarah Wheeler (Carrie Snodgress), da comienzo este soberbio western de comienzos de los 80, cuando Eastwood, el discípulo aventajado del más prestigioso tardo-revisionista del western, Sergio Leone, consiguió hacer renacer de forma definitiva este preciado género.
Tal vez la pequeña se viera inconscientemente motivada por los tristes episodios que atañían a su comunidad acampada en las laderas de la colinas de Carbon Canyon, en territorio Californiano, cuando la banda del cacique y pionero del nocivo sistema hidraúlico de explotación de minas de los alrededores, Coy LaHood (Richard A. Dysart), irrumpió por enésima vez en su comuna, intimidando al personal (inmerso en la fiebre del oro decimonónica) sin causar bajas humanas, salvo la muerte de una vaca y el perrito de Megan.
Eastwood retoma el género del western bebiendo de sólidos paradigmas del pasado y en mi opinión mejorándolos como pudieran ser por ejemplo "Raíces profundas(1953)" de George Stevens y de la cual se dice en este foro éste sea un "vilolento y sombrío remake" de aquel, por aquello de la amenaza intimidatoria de un despótico terrateniente amenazando la humilde cosecha de un pobre trabajador y el advenimiento en forma de "milagro" de un hombre redentor y mesiánico.
Un autoconfeso republicano como Eastwood es de esperar que se haga eco de temáticas religiosas como las referencias apocalípticas recien comentadas, o el oficio de predicador de un enigmático personaje que Eastwood retrata conscientemente como un ser de dudosa entidad (sus aún incandescentes y descarnadas heridas mortales de bala en su espalda así nos lo hacen sospechar).
Pero lo que más nos "sorprende" todavía por ésto, son sus referencias medioambientales concienciando y denunciando al espectador del "peligro inminente" de la degradación de nuestro entorno ambiental...ecos de la rapiña Nietscheniana.
Son también muchas las referencias y raíces de este personaje central de Predicador; desde el hombre sin nombre que él mismo interpretara en "Por un puñado de dólares" de su maestro Leone, pasando por el Forastero en Lago de mi admirada "Infierno de cobardes", e incluso sirviendo como inspiración del famoso y posterior Bill Munny de la espléndida "Sin perdón".
En todos los casos personajes que hacía mucho que no actuaban de forma violenta pero que de repente se ven impelidos a actuar de tal forma con el sano propósito de restaurar el bien (la concepción zoroástrica del bien y el mal).
La espléndida fotografía de Bruce Surtees sirviendo de inspiración a Andrew Lesnie para "La comunidad del anillo" de Peter Jackson, junto con una acertada narración, convierten a esta película en todo un legendario
C L Á S I C O.
Tal vez la pequeña se viera inconscientemente motivada por los tristes episodios que atañían a su comunidad acampada en las laderas de la colinas de Carbon Canyon, en territorio Californiano, cuando la banda del cacique y pionero del nocivo sistema hidraúlico de explotación de minas de los alrededores, Coy LaHood (Richard A. Dysart), irrumpió por enésima vez en su comuna, intimidando al personal (inmerso en la fiebre del oro decimonónica) sin causar bajas humanas, salvo la muerte de una vaca y el perrito de Megan.
Eastwood retoma el género del western bebiendo de sólidos paradigmas del pasado y en mi opinión mejorándolos como pudieran ser por ejemplo "Raíces profundas(1953)" de George Stevens y de la cual se dice en este foro éste sea un "vilolento y sombrío remake" de aquel, por aquello de la amenaza intimidatoria de un despótico terrateniente amenazando la humilde cosecha de un pobre trabajador y el advenimiento en forma de "milagro" de un hombre redentor y mesiánico.
Un autoconfeso republicano como Eastwood es de esperar que se haga eco de temáticas religiosas como las referencias apocalípticas recien comentadas, o el oficio de predicador de un enigmático personaje que Eastwood retrata conscientemente como un ser de dudosa entidad (sus aún incandescentes y descarnadas heridas mortales de bala en su espalda así nos lo hacen sospechar).
Pero lo que más nos "sorprende" todavía por ésto, son sus referencias medioambientales concienciando y denunciando al espectador del "peligro inminente" de la degradación de nuestro entorno ambiental...ecos de la rapiña Nietscheniana.
Son también muchas las referencias y raíces de este personaje central de Predicador; desde el hombre sin nombre que él mismo interpretara en "Por un puñado de dólares" de su maestro Leone, pasando por el Forastero en Lago de mi admirada "Infierno de cobardes", e incluso sirviendo como inspiración del famoso y posterior Bill Munny de la espléndida "Sin perdón".
En todos los casos personajes que hacía mucho que no actuaban de forma violenta pero que de repente se ven impelidos a actuar de tal forma con el sano propósito de restaurar el bien (la concepción zoroástrica del bien y el mal).
La espléndida fotografía de Bruce Surtees sirviendo de inspiración a Andrew Lesnie para "La comunidad del anillo" de Peter Jackson, junto con una acertada narración, convierten a esta película en todo un legendario
C L Á S I C O.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Se abre la película con la banda del cacique Coy LaHood (Richard A. Dysart) a galope hacia las laderas de las colinas de Carbon Canyon, donde se asienta una comuna de buscadores de oro con la intención de ahuyentarles del lugar, ya que su emplazamiento entorpece sobremanera las actividades de LaHood como pionero del sistema de explotación hidraúlico de minas, algo de lo que Eatwood denuncia e intenta concienciar...
Al llegar allí, la banda provoca el caos destruyendo las improvisadas casas de cartón-piedra, aunque no matan a nadie salvo una vaca y un perrito propiedad de Megan (Sydney Penny), la pequeña e hija única de Sarah Wheeler (Carrie Snodgress) cuyo padre les abandonó, y que ahora viven en compañía del novio de su madre, el honesto y valiente Hull Barret (Michael Moriarty)...
Desconsolada por la muerte de su mascota, la pequeña Megan le entierra a la vez que implora al "Señor en las Alturas" la llegada de un milagro para reforzar su debilitada fé...
Es en ese momento cuando aparece majestuosa a la manera de "Raíces profundas" ó "Infierno de cobardes" la silueta de un enigmático jinete montando de manera elegante y majestuosa sobre su ceniciento corcel (por amarillo), mientras en un plano secuencia narrado de forma simultánea, la niña lee a su madre aquel pasaje del Apocalipsis que da título a mi crítica...
Hull, que acaba de bajar al pueblo pese a las advertencias de peligrosidad de sus vecinos ( algunos de los cuales están desertando de la comuna), para hacer acopio de existencias en la tienda de ultramarinos del señor Blankenship (Richard Hamilton), que vende a crédito sus mercancías debido a la morosidad de sus clientes, es apalizado por la banda de LaHood...
En ese momento aparece el enigmático jinete en su defensa...rápidamente entablan amistad, y Hull le hospeda en su casa junto a Sarah y Megan, a las cuales no tardará en enamorar aún a pesar de su reciente revelación como Predicador...las cicatrices descarnadas de 6 balazos en la espalda inquietan a Hull...
El Predicador se hace con las riendas de la comunidad a quien infunde valor...LaHood ausente por días, cede los mandos a su hijo Josh (Chris Penn), que se valdrá en primera instancia para persuadirles, de su gigantón Club (Richard Kiel), quien será severamente escarmentado por el Predicador, para mayor regocijo aún de los miembros de la comunidad...
Pero la cosa no quedará así, porque los LaHood contratan a un temido pistolero (viejo y misterioso rival de el Predicador), Stockburn (John Russell) junto con sus 6 sicarios...
Pero el Predicador no se amedrentará y les hará frente a todos en el pueblo, como así lo hiciera el Forastero en la roja ciudad de la verguenza de "Infierno de cobardes"...
Aquel desesperado grito final de la niña Megan al llegar tarde a despedirse de el Predicador, y la silueta de éste alejarse a galope en lontananza...
Al llegar allí, la banda provoca el caos destruyendo las improvisadas casas de cartón-piedra, aunque no matan a nadie salvo una vaca y un perrito propiedad de Megan (Sydney Penny), la pequeña e hija única de Sarah Wheeler (Carrie Snodgress) cuyo padre les abandonó, y que ahora viven en compañía del novio de su madre, el honesto y valiente Hull Barret (Michael Moriarty)...
Desconsolada por la muerte de su mascota, la pequeña Megan le entierra a la vez que implora al "Señor en las Alturas" la llegada de un milagro para reforzar su debilitada fé...
Es en ese momento cuando aparece majestuosa a la manera de "Raíces profundas" ó "Infierno de cobardes" la silueta de un enigmático jinete montando de manera elegante y majestuosa sobre su ceniciento corcel (por amarillo), mientras en un plano secuencia narrado de forma simultánea, la niña lee a su madre aquel pasaje del Apocalipsis que da título a mi crítica...
Hull, que acaba de bajar al pueblo pese a las advertencias de peligrosidad de sus vecinos ( algunos de los cuales están desertando de la comuna), para hacer acopio de existencias en la tienda de ultramarinos del señor Blankenship (Richard Hamilton), que vende a crédito sus mercancías debido a la morosidad de sus clientes, es apalizado por la banda de LaHood...
En ese momento aparece el enigmático jinete en su defensa...rápidamente entablan amistad, y Hull le hospeda en su casa junto a Sarah y Megan, a las cuales no tardará en enamorar aún a pesar de su reciente revelación como Predicador...las cicatrices descarnadas de 6 balazos en la espalda inquietan a Hull...
El Predicador se hace con las riendas de la comunidad a quien infunde valor...LaHood ausente por días, cede los mandos a su hijo Josh (Chris Penn), que se valdrá en primera instancia para persuadirles, de su gigantón Club (Richard Kiel), quien será severamente escarmentado por el Predicador, para mayor regocijo aún de los miembros de la comunidad...
Pero la cosa no quedará así, porque los LaHood contratan a un temido pistolero (viejo y misterioso rival de el Predicador), Stockburn (John Russell) junto con sus 6 sicarios...
Pero el Predicador no se amedrentará y les hará frente a todos en el pueblo, como así lo hiciera el Forastero en la roja ciudad de la verguenza de "Infierno de cobardes"...
Aquel desesperado grito final de la niña Megan al llegar tarde a despedirse de el Predicador, y la silueta de éste alejarse a galope en lontananza...
28 de diciembre de 2008
28 de diciembre de 2008
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Jinete Pálido es una película de una importancia histórica notable, supuso la resurrección del género entre géneros, el western, que cayó sepultado definitivamente en 1980 bajo la losa de “La Puerta del Cielo” de Michael Cimino. Es el tercer western de Clint como director, tras “Infierno de Cobardes” y “El Fuera de la Ley”, y en mi opinión es el filme que inicia su etapa de madurez, a partir de aquí todas las películas dejan de ser buenas para convertirse en muy buenas, cuando no excelsas.
En “El Jinete Pálido” hay rastro de sus dos primeros westerns, sobre todo en la caracterización del forastero, pero mientras que la primera nadaba en las aguas de Sergio Leone, quizá en exceso, y la segunda en las de Don Siegel (genial el personaje de Josey Wales), es aquí donde queda constancia de la impronta de Clint con su sello característico, da la impresión de ser su primera aportación definitiva a la historia del género. Tal hecho puede resultar chocante si tenemos en cuenta que estamos ante un remake de “Raíces Profundas” (Shane), la magnífica obra de George Stevens lastrada para toda la eternidad por la presencia de un impávido Alan Ladd, una historia de por sí definitiva en la que Eastwood interviene con dos modificaciones que son el corazón de la película:
1. El aura de misterio, de magia, de mitología que añade a la historia, convirtiendo al personaje del Predicador en un ser que roza lo sobrenatural. Alusiones a la biblia y al apocalipsis, ese personaje que llega de ninguna parte a partir del hechizo de una adolescente y se marcha sin dejar huella tras cumplir su misión, un tipo con capacidad de aparecer y desaparecer sin ser visto. Un hombre que debía estar muerto (se muestran las cicatrices de balazos en la espalda), y que sin embargo tiene un pasado, se afeita, se acuesta con una mujer y tiene dos pistolas guardadas en una caja fuerte. Esa incertidumbre por la mezcla de fantasía y realidad es todo un acierto y el gran logro del filme.
2. Eastwood cambia al chico de “Raíces Profundas” por una adolescente, Megan, que irremisiblemente se enamora de él. Marca de la casa, Clint Eastwood a lo largo de su filmografía ha repetido una y otra vez como chicas de todas las edades, profesiones y razas han caído rendidas ante su irresistible figura; yo también lo haría si fuera director de cine (en este caso dos, la madre y la hija). Megan reza buscando una solución a su desesperación y El Predicador es la respuesta. El enviado les da el AMOR que necesitan, si bien dos personajes femeninos están dibujados con enorme dignidad y perfectamente interpretados.
En “El Jinete Pálido” hay rastro de sus dos primeros westerns, sobre todo en la caracterización del forastero, pero mientras que la primera nadaba en las aguas de Sergio Leone, quizá en exceso, y la segunda en las de Don Siegel (genial el personaje de Josey Wales), es aquí donde queda constancia de la impronta de Clint con su sello característico, da la impresión de ser su primera aportación definitiva a la historia del género. Tal hecho puede resultar chocante si tenemos en cuenta que estamos ante un remake de “Raíces Profundas” (Shane), la magnífica obra de George Stevens lastrada para toda la eternidad por la presencia de un impávido Alan Ladd, una historia de por sí definitiva en la que Eastwood interviene con dos modificaciones que son el corazón de la película:
1. El aura de misterio, de magia, de mitología que añade a la historia, convirtiendo al personaje del Predicador en un ser que roza lo sobrenatural. Alusiones a la biblia y al apocalipsis, ese personaje que llega de ninguna parte a partir del hechizo de una adolescente y se marcha sin dejar huella tras cumplir su misión, un tipo con capacidad de aparecer y desaparecer sin ser visto. Un hombre que debía estar muerto (se muestran las cicatrices de balazos en la espalda), y que sin embargo tiene un pasado, se afeita, se acuesta con una mujer y tiene dos pistolas guardadas en una caja fuerte. Esa incertidumbre por la mezcla de fantasía y realidad es todo un acierto y el gran logro del filme.
2. Eastwood cambia al chico de “Raíces Profundas” por una adolescente, Megan, que irremisiblemente se enamora de él. Marca de la casa, Clint Eastwood a lo largo de su filmografía ha repetido una y otra vez como chicas de todas las edades, profesiones y razas han caído rendidas ante su irresistible figura; yo también lo haría si fuera director de cine (en este caso dos, la madre y la hija). Megan reza buscando una solución a su desesperación y El Predicador es la respuesta. El enviado les da el AMOR que necesitan, si bien dos personajes femeninos están dibujados con enorme dignidad y perfectamente interpretados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por lo demás, la historia es muy simple, maniqueísmo puro y duro, la eterna lucha entre el bien y el mal, entre los tiranos y los favorecidos, una historia típicamente bíblica y en la que un ángel surge del infierno para tomar partido. El Predicador le da a cada uno lo que necesita, a Hull Barrett, un hombre honesto y con capacidad de liderazgo para sacar a su pueblo del apuro (un Moisés), le enseña a ser fuerte y tenaz, a Carrie Snodgress, aparte del merecido polvo, le enseña que hay cosas por las que vale la pena seguir luchando (Hull en este caso) y a la chica Megan, que debe optar a alguien mejor que un cadáver viviente ávido de venganza. Todo muy poético y homérico, objetivo cumplido, todo salvo….. la sed de sangre, claro. El Predicador no puede marcharse sin acabar su misión, y para ello hace falta un poco de acción. La venganza se sirve mejor fría, y El Predicador acribilla al comisario Stockburn (un genial John Russell, clásico secundario del mundo del western) y a todos sus ayudantes, en una larga escena deudora nuevamente en exceso de Sergio Leone. Stockburn, que está seguro de haber visto antes al forastero, muere con el mismo círculo de disparos que lucen en su propia espalda, que cada uno saque sus conclusiones.
Antes de terminar, volver a mi escena favorita, esa que superpone las imágenes de Megan pidiendo a dios una ayuda con la llegada bajo los truenos y relámpagos de nuestro héroe (que ellos paisajes nevados). Brutal, como brutal es el martillazo en los cojones a Richard Kiel (el Tiburón de Moonraker y La espía que mamó), que le sirve para redimirse y cambiarse de bando. Ser expeditivo en las soluciones se llama….
Antes de terminar, volver a mi escena favorita, esa que superpone las imágenes de Megan pidiendo a dios una ayuda con la llegada bajo los truenos y relámpagos de nuestro héroe (que ellos paisajes nevados). Brutal, como brutal es el martillazo en los cojones a Richard Kiel (el Tiburón de Moonraker y La espía que mamó), que le sirve para redimirse y cambiarse de bando. Ser expeditivo en las soluciones se llama….
24 de febrero de 2008
24 de febrero de 2008
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Respeta los convencionalismos del género pero los trasciende: con decirte que hoy se puede ver sin problemas, disfrutando de todos los detalles del guión, la fotografía, las interpretaciones y el aire mágico del héroe.
Todo el proceso argumental se desliza suavemente, no hay que hacer el esfuerzo como con tantos westerns de aceptar reglas hoy anacrónicas, vetustas: aquí la cosa funciona de maravilla, y cuando más adelante llegue Sin perdón aquí hay un buen antecedente. Pero mientras Sin perdón es un furibundo y maravilloso melodrama, ésta es otra cosa: una de aventuras con un héroe que entronca con el fantástico por su misterio, por las numerosas cosas que sospechamos que no sabemos exactamente a lo largo de la película... No es propio del género tantos aciertos en el suspense y en el misterio aunque sepas cómo acabará la historia. La combinación de acertadas reglas de juego e innovación funciona a las mil maravillas. Eastwood ya era un gran director.
Todo el proceso argumental se desliza suavemente, no hay que hacer el esfuerzo como con tantos westerns de aceptar reglas hoy anacrónicas, vetustas: aquí la cosa funciona de maravilla, y cuando más adelante llegue Sin perdón aquí hay un buen antecedente. Pero mientras Sin perdón es un furibundo y maravilloso melodrama, ésta es otra cosa: una de aventuras con un héroe que entronca con el fantástico por su misterio, por las numerosas cosas que sospechamos que no sabemos exactamente a lo largo de la película... No es propio del género tantos aciertos en el suspense y en el misterio aunque sepas cómo acabará la historia. La combinación de acertadas reglas de juego e innovación funciona a las mil maravillas. Eastwood ya era un gran director.
23 de febrero de 2012
23 de febrero de 2012
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué Eastwood se carga a los pistoleros con tanta facilidad?
¿Por qué le parece a mucha gente que esta película roza el ridículo por inverosímil?
Porque no se han enterado.
Véanla otra vez. Yo tuve que hacerlo tres veces.
Escuchen lo que leen las mujeres cuando él está llegando, al principio.
Observen lo que tiene en la espalda, cómo se mira en el espejo, fíjense en las miradas al final de la película, primero la del jefe de los malos, y a continuación la del minero, quien acaba por darse cuenta de lo que ha pasado.
Comprueben si los tíos a los que se va cargando le ven siquiera.
Cuando descubran de que va, a lo mejor les parece una obra maestra sobre el perdón y la culpa, y, quizás, una obra de redención del propio Clint Eastwood como cineasta, una metáfora de su carrera como actor y director antes y después de esta maravilla.
Es el western más extraño y complejo y al mismo tiempo más sencillo de la historia del cine.
¿Por qué le parece a mucha gente que esta película roza el ridículo por inverosímil?
Porque no se han enterado.
Véanla otra vez. Yo tuve que hacerlo tres veces.
Escuchen lo que leen las mujeres cuando él está llegando, al principio.
Observen lo que tiene en la espalda, cómo se mira en el espejo, fíjense en las miradas al final de la película, primero la del jefe de los malos, y a continuación la del minero, quien acaba por darse cuenta de lo que ha pasado.
Comprueben si los tíos a los que se va cargando le ven siquiera.
Cuando descubran de que va, a lo mejor les parece una obra maestra sobre el perdón y la culpa, y, quizás, una obra de redención del propio Clint Eastwood como cineasta, una metáfora de su carrera como actor y director antes y después de esta maravilla.
Es el western más extraño y complejo y al mismo tiempo más sencillo de la historia del cine.
12 de marzo de 2010
12 de marzo de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Hayyy Clint que vamos a hacer naciste en 1930 y creo que no te queda demasiado tiempo junto a nosotros, esa mirada tuya y ese semi guiño del ojo izquierdo que asustaba a cualquiera no los tendrá nadie; cuando todos decían que no podías hacer nada fuera del western y el papel de duro, hiciste Los puentes de Madison y les diste a tus detractores una lección de cómo se hace, se cuenta y se interpreta una historia de AMOR. Todos los actores que han trabajado para ti coinciden en que eres el mejor director actoral de nuestros tiempos aunque en realidad no eres de nuestros tiempos eres de otro tiempo pero estás aquí con la intención de que los demás directores aprendan algunas cosas antes de que te vayas, ojala aún haya tiempo para eso pues lo amantes del 7° arte quedaremos desprotegidos ante tu inminente partida pero yo creo que hay por ahí unos 3 directores que podrían encargase de nosotros.
En fin tal vez Dios de apiade de nosotros y te mantenga por aquí otros 10 años más, de por sí tu lugar junto a los dioses del cine está asegurado y esperándote hasta que sea tiempo".
Cuando en 1985 se anunció que el siguiente proyecto de Clint Eastwood iba a ser un western, toda la industria cinematográfica quedó sorprendida: creían que el western había pasado a mejor vida. Sin embargo obtuvo gran éxito de recaudación y los críticos coincidieron en que era magnífico ver a Eastwood cabalgando de nuevo. De todas las películas de Eastwood como director. El Jinete Pálido es la mejor en cuanto a interpretaciones de todo el reparto se refiere y su propia interpretación del misterioso es inolvidable. Un grupo de buscadores de oro y sus familias se encuentran aterrorizados por una poderosa compañía minera que utiliza la violencia para echarles de sus tierras. Es cuando aparece en sus vidas un misterioso hombre sólo conocido como "el predicador" (Clint Eastwood). A pesar de vestir hábito es muy ducho en el manejo de armas y está dispuesto a defenderles.
En fin tal vez Dios de apiade de nosotros y te mantenga por aquí otros 10 años más, de por sí tu lugar junto a los dioses del cine está asegurado y esperándote hasta que sea tiempo".
Cuando en 1985 se anunció que el siguiente proyecto de Clint Eastwood iba a ser un western, toda la industria cinematográfica quedó sorprendida: creían que el western había pasado a mejor vida. Sin embargo obtuvo gran éxito de recaudación y los críticos coincidieron en que era magnífico ver a Eastwood cabalgando de nuevo. De todas las películas de Eastwood como director. El Jinete Pálido es la mejor en cuanto a interpretaciones de todo el reparto se refiere y su propia interpretación del misterioso es inolvidable. Un grupo de buscadores de oro y sus familias se encuentran aterrorizados por una poderosa compañía minera que utiliza la violencia para echarles de sus tierras. Es cuando aparece en sus vidas un misterioso hombre sólo conocido como "el predicador" (Clint Eastwood). A pesar de vestir hábito es muy ducho en el manejo de armas y está dispuesto a defenderles.
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