Ju Dou: Semilla de crisantemo
7.7
4,705
Romance. Drama
En la China rural de los años veinte, un hombre mayor, propietario de una tintorería, compra a Ju Dou, una joven campesina, con la esperanza de que le dé un descendiente varón. Se niega a aceptar que es impotente y paga sus frustraciones con ella, golpeándola constantemente. Un sobrino del hombre, que vive en la misma hacienda que la pareja, es testigo mudo de la situación hasta que intenta consolar a Ju Dou y entre ambos surge un amor ... [+]
22 de mayo de 2007
22 de mayo de 2007
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada nuevo bajo el sol... bajo este epígrafe se puede esconder el argumento de la película china. No existe nada que no se haya contado de una u otra forma a lo largo de la historia, la violencia, la vileza, el amor, el deseo, la frustración, el engaño, el miedo, el odio, la desesperación... todos ellos son sentimientos humanos universales, la maestría de la película radica en la forma de contarlo al espectador occidental... éste, perplejo, lleno de tabúes y de prejuicios se espera una triste película de agricultores chinos poco menos que mudos y sin sentimientos, pero todo lo contrario, los personajes están dotados de una fuerza brutal que pasa del más absoluto de los encantos de la mujer a la más absoluta de la barbarie de su hijo, testigo mudo de unos amores que él considera pecaminosos y que observa sumido en un mar de odio. Las imágenes de las telas al sol y el colofón final con el rojo brillando dentro de la piscina de tinte, son maravillosos, así como el respeto que muestra el director hacia la tradición, la censura, la critica, pero al mismo tiempo es respetuoso... Amores imposibles y encuentros improbables.
19 de marzo de 2007
19 de marzo de 2007
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El chino Yimou refleja de nuevo con gran maestría el peso de la tradición en el rural chino, en esta ocasión con una historia de amor prohibido. Un amor secreto al que el honor y el orgullo no permite salir a la luz.
Yimou asienta de nuevo todo el peso de la tradición el Gong Li, la actriz que mejor expresa la manera de ver el cine del maestro oriental, que nos vuelve a dar una lección de encuadre y fotografía mostrándonos su total dominio de esta faceta tan embellecedora en un film.
Yimou asienta de nuevo todo el peso de la tradición el Gong Li, la actriz que mejor expresa la manera de ver el cine del maestro oriental, que nos vuelve a dar una lección de encuadre y fotografía mostrándonos su total dominio de esta faceta tan embellecedora en un film.
10 de enero de 2015
10 de enero de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muchísimas películas que se dedican a hacer daño con sus historias, con dramas que se ven venir ya desde el principio. Lo que le sucede a la pobre Ju Dou, desde que llega a la casa del patrón, es algo que si el espectador no es capaz de tomar distancia le va a alcanzar inevitablemente y le va a ocupar durante sus noventa minutos. Por cierto, un gran acierto que la duración de la película se quede en menos de dos horas, cosa rara para los tiempos que corren y que demuestra que un largometraje puede ser maravilloso sin tener que tirar de minutos y minutos. Zhan Yimou y su colega Fengliang trazan una historia que ya desde su presentación no deja lugar para dudar: el patrón es un monstruo, un bárbaro, es inhumano y se vuelve centro de nuestra atención.
De ahí en adelante todo se intrinca cuando el sobrino bobalicón y la mujer maltratada encuentran una salida a su cárcel, huyen a través del amor cierto que nace entre ellos y todo parece que su vuelve más razonable. No entraré en más detalles, pero el guión me parece portentoso porque se apoya en una idea común a todos los personajes: la imposibilidad de alcanzar la plenitud, la imposibilidad de ser felices y vivr alejados del dolor. Esto funciona igual para todos y lo que es mejor, la película arrastra consigo una belleza visual prodigiosa muy propia del cine oriental. Es decir, el cine en su máxima expresión si tenemos en cuenta que extrae lo mejor de todos los recursos posibles: al fenómeno visual propio de las imágenes de los colores de las telas al sol, de esas piscinas de tinte, se le suma un drama humano poderoso que avanza gracias a un guión inmejorable. Casi una obra maestra.
¿Qué más puedo decir?; se trata de una película que me ha hecho daño, como le digo a muchos amigos, una película "que hace pupita" no es agradecida porque todos preferimos reír a llorar, pero cuando hablamos de cine de calidad, de haber visto una película redonda, entonces pese a ese daño sufrido no queda otra que quitarse el sombrero. Yo no podría ver un melodrama así tras otro, hay que respirar porque en la vida y en el planeta también han de haber esperanza y alegría. Pero las cosas como son, todo lo que aquí tiene que ver con Ju Dou es un ejemplo de creatividad admirable.
De ahí en adelante todo se intrinca cuando el sobrino bobalicón y la mujer maltratada encuentran una salida a su cárcel, huyen a través del amor cierto que nace entre ellos y todo parece que su vuelve más razonable. No entraré en más detalles, pero el guión me parece portentoso porque se apoya en una idea común a todos los personajes: la imposibilidad de alcanzar la plenitud, la imposibilidad de ser felices y vivr alejados del dolor. Esto funciona igual para todos y lo que es mejor, la película arrastra consigo una belleza visual prodigiosa muy propia del cine oriental. Es decir, el cine en su máxima expresión si tenemos en cuenta que extrae lo mejor de todos los recursos posibles: al fenómeno visual propio de las imágenes de los colores de las telas al sol, de esas piscinas de tinte, se le suma un drama humano poderoso que avanza gracias a un guión inmejorable. Casi una obra maestra.
¿Qué más puedo decir?; se trata de una película que me ha hecho daño, como le digo a muchos amigos, una película "que hace pupita" no es agradecida porque todos preferimos reír a llorar, pero cuando hablamos de cine de calidad, de haber visto una película redonda, entonces pese a ese daño sufrido no queda otra que quitarse el sombrero. Yo no podría ver un melodrama así tras otro, hay que respirar porque en la vida y en el planeta también han de haber esperanza y alegría. Pero las cosas como son, todo lo que aquí tiene que ver con Ju Dou es un ejemplo de creatividad admirable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay muchas escenas, muchos momentos, que son capaces de producir un impacto que al fin y al cabo es lo que hace grande a esta película. El final es tremendo, con ese niño que parece que sea de piedra, que no muestra emoción alguna y sólo es capaz de desarrollar violencia, que asesina a quien sabe positivamente que es su padre. Pues bien, por encima de ese maravilloso colofón quisiera destacar la escena de la celebración del tercer año de vida del heredero, del mencionado monstruito. En el momento de brindar el verdadero padre sólo puede hacerlo como tío, no como padre, se da cuenta de que sigue viviendo en un rincón, que sigue siendo un don nadie y que no puede brindar como lo que es, como padre. El que haya visto la película seguro que tiene en cuenta esta escena, el pobre hombre empieza a llorar y todos ríen porque le creen borracho... pero no, son lágrimas de impotencia, de hondo penar, consecuencia de un drama interior profundo.
28 de julio de 2010
28 de julio de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ju Dou, la tía, es la actriz Gong Li, que hace de mujer preciosa y cautivadora; qué decir de esta actriz sensacional y bella que ya está plantada deslumbradoramente en la historia del cine con sus actuaciones sobresalientes en este y otros film de Yimou como "Sorgo rojo" (1988), "La linterna roja" (1991), "Quiu Ju" (1992), "¡Vivir!" (1994), "La joya de Shanghai" (1995) y "La maldición de la flor dorada" (2006).
Yang Tianqing, el sobrino, es el actor Li Baotian, aquí en un papel de amante y humilde. Notorio actor que también ha intervenido en otros film de este director como "La joya de Shanghai" (1995) y "Keep Cool" (1997).
Yang Jinshan, el tío, es el actor Li Wei, para mi el que mejor actuación desarrolla en esta historia, haciendo de hombre odioso y odiador que atrae el mal a su vida y a la de los que tiene a su vera. En concreto, la escena en que Li Wei, relegado a un recipiente de madera con ruedas, se ayuda con dos palos para acercarse poco a poco a hutardillas hasta la espalda del niño de tres años, con endiabladas intenciones y el chavalito se vuelve y le dice "Pa, pá", es estremecedora, sorprendente, maravillosa, pone los vellos de punta.
Sin duda, una muy buena película de Zhang Yimou, pero no mejor que otras suyas como "Ni uno menos" (1998) o "El camino a casa" (1999).
Yang Tianqing, el sobrino, es el actor Li Baotian, aquí en un papel de amante y humilde. Notorio actor que también ha intervenido en otros film de este director como "La joya de Shanghai" (1995) y "Keep Cool" (1997).
Yang Jinshan, el tío, es el actor Li Wei, para mi el que mejor actuación desarrolla en esta historia, haciendo de hombre odioso y odiador que atrae el mal a su vida y a la de los que tiene a su vera. En concreto, la escena en que Li Wei, relegado a un recipiente de madera con ruedas, se ayuda con dos palos para acercarse poco a poco a hutardillas hasta la espalda del niño de tres años, con endiabladas intenciones y el chavalito se vuelve y le dice "Pa, pá", es estremecedora, sorprendente, maravillosa, pone los vellos de punta.
Sin duda, una muy buena película de Zhang Yimou, pero no mejor que otras suyas como "Ni uno menos" (1998) o "El camino a casa" (1999).
23 de febrero de 2011
23 de febrero de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambientada en la China rural de los años veinte, Zhang Yimou prestará especial atención al retrato de esa sociedad tradicional y de marcado sesgo patriarcal, esencializada en la figura de “El tío”, aunque también palpable en todos los aspectos del film.
Una sociedad en la que irrumpirá un amor. Un amor furtivo, destinado a perecer. La rebelión sentimental se llevará a cabo en la oscuridad, sembrando secretos de alcoba que más tarde terminarán por aflorar, dando pie así a un conflicto emocional que terminará resuelto por el peso de la tradición.
Historia sencilla, pero intensa. Aporta pequeños momentos de grandeza que transmiten puro sentimiento. Nos contagia el dolor al contemplar lo natural de la tortura; la atracción reflejada en ese pequeño agujero; la osadía de buscarse y encontrarse; la felicidad por esos pequeños e inolvidables instantes; la pena de no saber olvidarse del entorno; la pesadumbre de vivir con el tío; la amargura por ese hijo que te odia, por ese amor furtivo.
Una sociedad en la que irrumpirá un amor. Un amor furtivo, destinado a perecer. La rebelión sentimental se llevará a cabo en la oscuridad, sembrando secretos de alcoba que más tarde terminarán por aflorar, dando pie así a un conflicto emocional que terminará resuelto por el peso de la tradición.
Historia sencilla, pero intensa. Aporta pequeños momentos de grandeza que transmiten puro sentimiento. Nos contagia el dolor al contemplar lo natural de la tortura; la atracción reflejada en ese pequeño agujero; la osadía de buscarse y encontrarse; la felicidad por esos pequeños e inolvidables instantes; la pena de no saber olvidarse del entorno; la pesadumbre de vivir con el tío; la amargura por ese hijo que te odia, por ese amor furtivo.
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