Queridísima mamá

Drama biográfico que explora los años en debacle de la estrella de Hollywood Joan Crawford, visto a través del testimonio de su hija adoptiva Christina que vió en ella más a una autoritaria madrastra que a la madre que hubiera deseado tener desde que la recogió del hospicio. De hecho la verdadera Christina, nacida en 1939, pugnó para que la verdad se supiera más allá del libro autobiográfico que escribió y en el que se basa la película de Frank Perry. Concedió un montón de entrevistas en que hizo valer su duro testimonio en un seno familiar cruel y abusivo.

Porque en su infancia no le faltó de nada. ¿O solo ra una demostración para que su madre, la que fuera intérprete de “Johnny Guitar” (1952) mostrara su lado más humano Y enternecedor? Tal vez la película de Frank Perry (El Nadador; Duelo a Muerte en el OK Corral), peque de rebajarse al nivel de un telefilm de sobremesa pero no se le puede obviar un argumento bien planteado a merced de las dos rivales feneninas, en un brutal duelo en que no faltan gritos, lloros y piedad. Por un lado tenemos a una Faye Dunaway que no contaba ni con cuarenta años para interpretar a una perfectamente caractetizada Joan Crawford luciendo todo su glamour grotesco y por el otro lado a Diana Scarwid interpretando a su hija adoptiva Christina (aunque no hay que desdeñar la caracterización que hace Mara Hobel, que entonces contaba diez años interpretándola de niña).

Una buena película que brilla por sus actuaciones y un buen complemento como valor añadido a la primera temporada de la série “Feud” centrada precisamente en el odio que profesava una Jessica Lange emulando a Joan Crawford hacia una Bette Davis interpretada por Susan Sarandon.

Nos encontramos ante una historia basada en hechos reales, sobre una de las grandes figuras del cine clásico como Joan Crawford, en una producción correcta e interesante que dibuja y recoge la vida de éxitos de una mujer llena de personalidad que quiso se madre por encima de todo, sin darse cuenta que igual no iba a manejar bien el cuidado y educación de sus hijos adoptivos.
La película resulta interesante y sorprendente, dejando claras las luces y sombras de una estrella consumida por su propia luz y aires de grandeza.
Al ver esta película es inevitable recordar El crepúsculo de los dioses y que la ficción se puede adelantar a la realidad.
La película queda como un retrato de una vida interesante con momentos inesperados e inquietantes.
Seguro que nadie vuelve a ver con los mismos ojos a Joan Crawford.