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Las chicas GilmoreSerie

Serie de TV. Comedia. Drama Serie de TV (2000-2007). 7 temporadas. 153 episodios. Historia de la jovencita Rory Gilmore y su moderna madre soltera Lorelai, en la pequeña y encantadora población de Stars Hollow, Connecticut. Rory acaba de entrar en la etapa adolescente, sigue siendo una buena estudiante y se lo pasa en grande con su amiga Kim, pero ya le gusta un chico y está claro que ha pasado la época de las muñecas. Mientras, su alocada madre Lorelai dirige un ... [+]
Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
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10
4 de noviembre de 2005
25 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
esta serie cuenta con lo que se denominan puntazos de humor negro o de humor satírico. Me encanta el contrapunto que demuestran Lorelai y Rory como locura y racionalismo. Sencillamente sublime
10
4 de junio de 2015
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si los problemas del primer mundo no son problemas, sufrir los quebraderos de cabeza de Rory Gilmore alegraría la existencia a más de uno.

¿Harvard o Yale?¿Dean o Jess?¿viaje por Europa con la abuela a todo lujo? No, por favor. O sí a regañadientes y sólo por fastidiar a mamá.

Una serie que repite el patrón de madre sobreprotectora y padre ausente en cada una de las relaciones familiares que analiza, podría parecer a priori aburrida, cargante, trillada y falta de originalidad, pero la fuerza y la singularidad de sus personajes secundarios y los comentarios, siempre ingeniosos, de nuestra querida Lorelai, la convierten en una serie amena, que hace que te termines enamorando locamente al menos de un personaje del “Universo Star Hollows”.

El ecosistema del pueblo y aledaños, puede pillar desprevenido a los “no iniciados”, que se dejarán seducir por la amabilidad de sus gentes y la tranquilidad de la que hace gala este pueblo-fotocopia de un moderno Pleasentville, todavía en blanco y negro. Y es que esta serie está concebida así, en blanco y negro. Llena de luces y sombras, de todos o nadas, de dicotomías y ultimátums que le dan un ritmo genial que hace que te vayas introduciendo en su universo y termines enganchado hasta la médula. Hay un punto de ironía en el hecho de que una serie que engalana la comida basura y la cafeína hasta la náusea, engendre los "espectyonkies" más desnatados y descafeinados de la historia de la televisión, dejando a un lado a los seguidores de “Los Serrano”.

Aunque la manera en la que retrata muchos aspectos de la vida y cultura norteamericana sean, más bien cuestionables, hay muchos temas “tabú” que trata con total naturalidad, y es que, al menos a mí se me hace extraño, que la sexualidad de los jóvenes se trate con total patetismo y que la homosexualidad no haga acto de presencia en las 7 temporadas, mientras que la sexualidad de los abuelos e incluso de la bisabuela Gilmore, se trate con una sencillez y una espontaneidad que sorprenden, no por ser algo negativo o desagradable, sino porque en la televisión actual las referencias a relaciones entre personas de esa edad, son casi inexistentes.

Capítulo aparte se merecen las “madres de Star Hollows” y mención especial a Emily Gilmore, sin duda, mi personaje favorito.
Miss Kim, Emily, la propia Lorelai, aunque aparentemente sean antagónicas, siguen una misma línea de acción, con un origen más o menos diferente, las tres crían a sus vástagos con un padre ausente o semiausente, las tres se esfuerzan por dar a sus hijas lo que a ellas les hubiera gustado recibir de sus padres, ya sea libertad, valores religiosos o una guía para saber comportarte en sociedad (de qué sociedad hablemos, ya es otra cosa).

Emily Gilmore, historiadora, esposa, madre y abuela, pero sobre todo SEÑORA. Demonizada durante toda la serie, es el salvavidas de las Gilmore, ¿Tienes un problema? Talonario-yayos, y además cena de Viernes gratis. Como veis, nunca ha destacado por ser buena negociadora, ya vemos cómo lidia con sus problemas internos, pelea con el marido, a quemar tarjeta, y si riñes con tu nieta, pues te compras un avión, compartido, eso sí, como la culpa.
Emily es mucho más que superficialidad y esnobismo, es junto a Paris el personaje más coherente de toda la serie, el que tiene un desarrollo “vital” más normal y es que ambas, dentro de su excentricidad y su “locura”, son las más congruentes.
Se podría hablar largo y tendido sobre esta serie, analizar todas las nimiedades que la hacen REDONDA, si fuera española, ya se habrían producido múltiples spin-offs, la precuela, la secuela, “Mis Patty: Diario de juventud” y “Kirk, ese gran desconocido”, así pues, desde aquí sólo puedo recomendarla y ponerle un 10, porque aunque sólo sea por el mérito de dejarse ver durante 7 temporadas sin bajar la calidad en ningún momento, se lo merece.
Eva
8
23 de agosto de 2005
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que es la única serie de Televisión capaz de conseguir que una hija adolescente, quiera parecerse de mayor a su madre. Y no es de extrañar. Lorelai Gilmore, es la clase de madre que a toda adolescente le gustaría tener: divertida, alocada y enrollada. Eso sí, que nadie se atreva a tocarle un pelo a su encantadora hija Rory, o se las verá con ella. Independiente, positiva y con afán de superación. ¿Qué más se puede pedir? Demasiado buena para ser cierta. Eso sí, de mayor quiero ser como ella. De momento, me conformo con seguir el ejemplo de Rory Gilmore: estudiosa, muy madura para su edad, con los pies en la tierra y las cosas claras. Excepto en el ámbito amoroso. No me importaría tener un novio como Dean...¿Existirá todo eso en la realidad?
1
7 de enero de 2021
28 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es una serie de petardas y para petardas. De hecho la única razón por la que he conseguido llegar hasta la tercera temporada es porque yo soy también una petarda y mi hija otra. Por eso cada noche durante varios meses nos hemos sentado religiosamente delante de la tele para tragarnos los avatares de las vidas de las petardas Gilmore.

Si tengo que decir la verdad a mí lo único que me gusta de la serie es el maravilloso alumbrado público de Stars Hollow. Un pueblito que parece estar siempre en temporada navideña. Los árboles, las calles, los bares, las tiendas, las casas... y yo, que soy una verdadera friki de la Navidad, no he podido evitar engancharme a esa perpetua iluminación que lo mismo te vale para el invierno que para el verano, para la primavera o para el otoño.

Por lo demás las Gilmore, y con ellas todas sus amigas, son un coñazo de tías. Para empezar no paran de hablar, son auténticos loros andantes. Lo hacen además a una velocidad de concurso de papagayos. Son turboverborreicas a más no poder. Parlotean por igual en un funeral, en una representación teatral, en un concierto, en una misa, en un cine, en una reunión de comunidad; son las típicas hijasdeputa a las que quisieras matar en uno de esos lugares porque no te dejan enterarte de nada, y nunca paran de cuchichear a tu lado. Una pesadilla de tías, en definitiva.

Luego está lo de la comida. Básicamente se alimentan de basura: pizzas, hamburguesas, salchichas, bollería variada, tartas, galletitas... No saben cocinar y jamás cenan nada medianamente sano, sólo porquería de las más variadas nacionalidades. Cada día llaman a un restaurante distinto para que les lleve la cena: chino, japonés, italiano, turco, jamaicano, haitiano, balinés... Por cierto, para ser Stars Hollow un minúsculo pueblecito de unos 500 habitantes que se juntan para las reuniones asamblearias en una pequeña sala con cabida para 15 personas, hay que ver la variedad nutricional y hostelera del lugar. No falta una representación de la cocina de ningún sitio del mundo. Las Gilmore tienen una cultura gastronómico-basurera insuperable, y todo sin haber salido de su encantadora aldea de Connecticut.

Ni que decir tiene que, pese a la cantidad de mierda hipercalórica que se meten entre pecho y espalda, no sólo no engordan ni un gramo sino que son, con diferencia, las más guapas y tipositas del lugar. Su esbeltez es directamente proporcional a su capacidad engullidora. Eso sí, sus amigas son indefectiblemente feas, gordas o coreanas, porque de algún modo habrá que poner en valor y hacer destacar la inconmensurable belleza de las petardas Gilmore.

Además de inflarse a comer porquerías, las chicas beben café a todas horas. No un cafelito en una tacita normal, no. Lo beben en tazones de cereales, y lo beben a cualquier hora del día y de la noche. Lo beben durante el almuerzo, durante la cena, cuando se despiertan a mear, cuando van de picnic, o de bodas, bautizos y funerales... en todas partes, vamos. Por este motivo se pasan media vida en el café de Luke. Bueno, por eso y porque es la excusa perfecta para desarrollar una insoportablemente tediosa tensión sexual no resuelta entre mamá Lorelai y el dueño del susodicho café. Y cuando digo tediosa quiero decir muuuuuuuuy tediosa.

Luego están los problemas de las Gilmore con los hombres. Pese a que por su deslumbrante belleza, su finura y su impresionante ingenio las Lorelais madre e hija tienen rendidamente enamorados a todos los caballeros que se les acercan, a la hora de la verdad ninguna relación termina de cuajar. Lorelai madre es culo veo, culo deseo. Le gustan todos. Puede tener una relación con cualquier señor, pero eso no impide que siga haciéndole ojitos permanentemente al papá de su hija o al paciente camarero Luke, al que no deja de incordiar en ningún momento ni en ninguna temporada. Entre tanto la Lolerai hija, más conocida como Rory, empieza a dar sus primeros pinitos con un muchacho guapísimo, altísimo y buenísimo del pueblo para ir poco a poco cogiendo todos los infumables tics amorosos de la madre. Y hasta aquí puedo contar de este asunto.

Y para terminar están las amigas. Como ya he dicho antes todas ellas son o bien obesas (para que quede bien claro que lo de la extraña delgadez de las zampabollos Gilmore es un prodigio irrepetible de la naturaleza), o coreanas, bajitas y feúchas (la pobre Lane), o bien aún más chillonas, histéricas y espeluznantes que las protagonistas (véase la repelente Paris).

En fin, lo que dije, una serie sobre petardas, hecha por petardas para otras petardas. Sólo siendo una de ellas resulta medianamente soportable, y con todo y con eso cansa bastante. Ay si no fuera por esas luces de Stars Hollow que me vuelven loca! No quiero imaginarme una reunión entre las 3 marías: Lauren Graham, Alexis Bledel, y la creadora del engendro, Sherman-Palladino. Por cierto, que antes de esta serie vi Parenthood, que me gustó muchísimo más, y en ella Graham hace prácticamente el mismo papel de Lorelai, aunque se llame Sarah y tenga unos cuantos años más. Esta mujer sabrá interpretar algún otro papel? Yo ahí lo dejo.
10
5 de abril de 2007
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta serie es mágica. No encuentro otra explicación al efecto y la adicción que causa en mí. Esta hecha de imposibles, sobre todo Lorelai.
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