Cuando se empieza a mirar el tiempo que le queda para terminar una película, malo. Panahi, gran director, tiene el don de hacer de lo nimio arte y argumento. Y así sucede en la mayoría de su producción cinematográfica; pero, aquí, acaba uno hasta los pelos del carácter de la niña y de lo irreal y plúmbeo de la situación "requeterrecurrentísima".
Cierto que la superposición de planos relidad-ficción (metapelícula, realmente) suponen virtuosismo, originalidad y manejo técnico, pero ¡qué pesadez con las rabietas de la niña y con el viaje interminable y el mangoneo a los adultos!

Este es un concepto de cine puro: el Director ha optado por jugar con sólo dos recursos: cámara y sonido. Sin música, ni SFX.

La historia en sí es bastante sorprendente.

A veces, cuanto menor sea el presupuesto, mayor será la creatividad. La frontera entre el documental y el cine se difumina, por lo que el sentido de la "realidad" está bastante presente y se mantiene hasta el final.

El director también juega con la audiencia: hay un cierto punto cuando el espectador se siente extraviado.

Al igual que la pintura de René Magritte "La Venganza", en la que el artista no acepta las limitaciones inherentes a su arte, y se atreve a pintar fuera del caballete, de esa manera Jafar Panahi va más allá de la simple estructura simple del cine.

Sólo para amantes del cine independiente "avanzados" .

9/10

Del director persa Pahari, se trata de cine experimental que no va a gustar a todos. Está formado por dos partes: la parte reflejada y la parte real. En la primera parte, una niña con el brazo en cabestrillo quiere llegar a casa de su madre dado que esta no ha llegado a recogerla al colegio. La segunda parte no la desvelaré para no caer en spoiler pero francamente es de lo más original que vais a ver en el cine. En esta segunda mitad, la película se convierte en falso documental. Como documental, el crítico director nos muestra la discriminación que sufre la mujer en Irán.

Sin embargo, buena parte del film está grabada desde un coche, donde la cámara raras veces enfoca la acción. Ya desde el principio, el director nos avisa de ese montaje experimental con esa toma circular que nos muestra todo lo que sucede alrededor de la escuela de la niña. Y esa ahí, frente a todo ese desorden y desconexión entre la imagen y la acción, que voy perdiendo el interés por la película.

Una vez más, le reconozco el mérito pero se me ha hecho muy pesada.

Si te consideras amante del cine no podes prescindir de esta joya del cine iraní. Que la actriz sea una niña tan pequeña y adorable es un aditivo original y sin desperdicios.