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Star Wars: El ascenso de Skywalker

Ciencia ficción. Aventuras. Fantástico. Acción Un año después de los eventos de "Los últimos Jedi", los restos de la Resistencia se enfrentarán una vez más a la Primera Orden, involucrando conflictos del pasado y del presente. Mientras tanto, el antiguo conflicto entre los Jedi y los Sith llegará a su clímax, lo que llevará a la saga de los Skywalker a un final definitivo. Final de la trilogía iniciada con "El despertar de la Fuerza". (FILMAFFINITY)
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7
26 de diciembre de 2019
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras varias películas de la saga galáctica más famosa de la historia del cine, Star Wars: Episodio IX El Ascenso de Skywalker ha venido pegando muy fuerte. No quiero empezar con que si Rian Johnson hizo esto, que si JJ Abrams hizo aquello y ahora en esta hace lo otro… En un futuro se la pondrá en el sitio que corresponda. Y si no, al tiempo. Ya pasó con las precuelas.
La trilogía adolece de una falta de planificación tremenda, es el error que tumba por completo este conjunto de películas. Tras unas críticas devastadoras por la prensa, la película dirigida por J.J. Abrams (TFA, Star Trek, Lost) ha traído el equilibrio a la Fuerza. ¿O no? Puesto que este film requiere entrar en spoilers pronto, como siempre, daré una valoración general para luego extenderme al final y no destripároslo.
Con esta película, lo lamento, pero manda el corazón. Posiblemente no es la mejor película que se haya podido estrenar, pero considero que es la mejor película de Star Wars que se ha hecho en estos cuatro últimos años. Matices. Tenedlo en cuenta.
Sí, la premisa es una castaña pilonga. Os lo reconozco. Es que huele mal por todas partes. El guion hace aguas si te paras a pensar…Esta empieza con que el emperador Palpatine ha vuelto y siempre ha estado entre las sombras desde El Retorno del Jedi. ¿De verdad? ¿No se les podría haber ocurrido otra cosa? No tiene ni pies ni cabeza, sobre todo porque no hay una referencia en las otras dos películas. Sin embargo, es un placer ver a Ian McDiarmid interpretando a un emperador terrorífico, y que funciona a las mil maravillas. Y que en ningún momento del film te paras a pensar sobre los miles de problemas que tiene. Cada dos o tres minutos están pasando cosas, tantas que al final sales un poco patidifuso de la cantidad de información que has recibido durante dos horas y veinte minutos. Y, en líneas generales, trata de resolver todos los problemas que Episodio VIII tuvo. En su resolución resulta menos original y más conservadora. Más Abrams y menos Johnson, como The Force Awakens.
Los personajes principales (Rey, Kylo Ren, Finn y Poe Dameron) están ya completamente definidos en esta película, por lo que J.J. Abrams no se anda con chiquitas para meterlos en aventuras y situaciones que son del ADN de SW. Cabe destacar que la inclusión de C3PO en el equipo (ya que en las otras dos de la trilogía había sido relegado a un segundo plano) es de las decisiones más acertadas de todo el largometraje. Rey y Kylo Ren siguen siendo los personajes más interesantes: son los que más dilemas muestran durante su trayectoria en esta trilogía, sobre todo el personaje interpretado por Adam Driver. ¡Qué gran actor se ha vuelto! Atentos a spoilers que os comento cositas…
No voy a comentar las escenas de acción porque siempre son de primer nivel en blockbusters como este, pero sí voy a hacer mención al humor, ya que en este episodio sí que funciona. Se siente un humor que parte de la “comedia” que Star Wars puede contener. Aquí no hay ni rastro de ‘Hola, ¿está Hax? Sí, soy Hux, hable’. Thank God.
Lo que podemos criticar también es la cantidad de personajes secundarios que aparecen que no pintan nada: los caballeros de Ren. Han resultado ser unos patanes como Phasma y Hux. Tantas expectativas con ellos para nada.
Se comenta de fan-service en la película, pero más que ello veo respeto por la saga, por la propia trilogía que se ha creado y por el legado que se ha construido en estos cuarenta años. Fijaos también que no solo referencian a la propia saga: también encontramos homenajes a Los Goonies, a Blade Runner e incluso a Indiana Jones.
El punto que más se va a echar de menos en futuras películas de Star Wars va a ser la banda sonora de John Williams, quien ya dejó en manos de otros compositores como Giacchino y Powell la BSO en Rogue One (2016) y Han Solo (2018). Qué delicia. Siempre tan perfecto, Sr. Williams. Una vez que conoces los temas en esta trilogía es imposible no tararearlos durante dos o tres días. Se le echará de menos y gracias por tanto.
No puedo comentar mucho más sobre la película sin entrar en terreno spoilers, por lo que todo el arsenal se descargará ahí.
Para terminar, Star Wars Episodio IX: El ascenso de Skywalker se ha ganado un 7 bajo. Se disfruta mucho si eres un fan, pero si empiezas a pensar en ella, verás que es una tontería tremenda. Quiero que entendáis que esta película tiene muchos defectos, tantos como La amenaza fantasma, The Last Jedi o El retorno del Jedi. Aún así, tiene algo muy importante: respeto. Y que con cada visionado te entran ganas de seguir viendo películas, con más ganas de Rey, de Kylo Ren, de Finn y Poe. Ahí seguiremos, al pie del cañón.
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spoiler:
MENUDA TONTERÍA LO DE REY Y PALPATINE. Es que es de traca. No lo compro, ni de coña. Traído muy por los pelos. Nada.
Oye, ¿y no se habían cargado el sable de Luke en la anterior? Ay, JJ…
¡Por fin vale para algo C3PO y su herramienta de traducir idiomas! Y cómo mola Babu Frik.
Lo de Hux podría haber quedado genial diciendo que era un espía desde el principio y no con una pataleta de crío.
¿La escena de Rey oscura en la Estrella de la Muerte? Qué guapo habría estado que hubiese luchado contra ella misma.
¿Caballitos sobre una nave? Ejem… Más caballitos.
Chewbacca parece que en esta película también encuentra un hueco más importante, aunque su “muerte” es muy falsa. Pensé que iban a tener narices, pero no. Eso sí, al final han conseguido que se redimiera el personaje, consiguiendo su medalla de Una nueva esperanza.
Kylo Ren es el personaje de la trilogía. Se nota que él es el Skywalker y que es un dilema redondo (Anakin se siente atraído por la oscuridad en las tres precuelas; Kylo, por la luz en las secuelas). Qué interesante es esa escena con el cameo de Harrison Ford. Buenísima. La mejor, posiblemente, de la trilogía.
LA ESCENA DE LOS JEDI HABLANDO CON REY. BRU-TAL. Y en VO más. Es que suenan TODOS, desde Qui-Gon Jinn hasta los de Rebels (Kanan y Ashoka).
Me fastidia tremendamente también el final con Rey. ¿No se supone que la película se basan en que ella no es nadie? No hacía falta que adoptara el apellido.
Y no, el beso no me ha disgustado. Me ha parecido que los dos personajes se atraían desde la primera escena que comparten. Y que se acabe ahí era obligatorio.
6
27 de diciembre de 2019
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para disfrutar de este cierre de saga es necesario saber a lo que se va cuando vas a ver una peli de Star Wars, que es básicamente cine palomitero para cerebros desconectados. Y también hace falta comprender de donde se viene, que es de un Episodio 7 sin ideas y un Episodio 8 que dejaba tierra quemada. El director del episodio anterior tiró la casa abajo y no dejó ningún plan para el siguiente a sabiendas de que él no se haría cargo de la última.

Así que JJ Abrams, con la misma libertad que tuvo Rian Johnson para mearse encima del trabajo anterior, decide hacer como si el predecesor no existiese y continuar. Pero hay cosas que no se pueden continuar porque los personajes muertos no se pueden resucitar. ¿O sí? Abrams se inventa en el texto de inicio una resurrección que cambia por completo la historia. Repito, fuera de foco, es decir, no se cuenta, directamente se informa al espectador de que eso ha pasado mientras estaba en el baño. Puede ser top de decisiones cutres en la historia del cine.

Y eso no es lo único. En su énfasis por desacreditar el anterior episodio da un salto al vacío de las incoherencias que anula todo lo hecho por su predecesor, aplicando incluso correctivos en líneas de diálogo como si esto fuese una lucha de raperos ("El arma de un jedi se merece más respeto"). Así que mi forma de entrar a la película es la peor posible. Me va entreteniendo y divirtiendo pero cada pocos instantes suceden cosas que me desencajan la cara. Si no es una incoherencia o un deus ex machina sacado de la manga, es una escena que de tanto querer molar acaba siendo ridícula.

Pero van pasando los minutos y yo voy asumiendo tanto esos defectos que cada vez me sacan menos de la película. Total, tampoco es que yo me fuese a tomar muy en serio una de Star Wars. Y quizá ahí está la clave. Todo lo que sucede es tan excesivo a todos los niveles (narrativo, visual, emocional...) que si no entras en ese juego estarás ante la entrega más esperpéntica de Star Wars. Pero si te dejas llevar, empezarás a vibrar. Porque, otra cosa no, pero Abrams sabe recurrir a los instintos primitivos. Y, transcurrida una hora y pico de película, me voy dando cuenta de que me lo estoy pasando bien, de que me estoy divirtiendo, de que me estoy entreteniendo y de que, sobre todo, me estoy emocionando.

Y no soy amante de lo vacuo. Si al mismo tiempo consigues darle una mayor profundidad, como consiguió Episodio 3 o el 5, pues genial. Pero en un blockbuster eso es un añadido. Y tratar de subvertirlo todo a ello te puede salir bien como en esos dos títulos o mal como le pasó a Johnson en el Episodio 8. El objetivo principal de un blockbuster no es ese, ni tampoco el dar una explicación plausible a todo lo que sale. El objetivo principal es entretener, emocionar. Y eso no lo consiguió Johnson y sí lo consigue Abrams.

JJ sabía que de esa masa madre ya no se iba a poder sacar un buen pan, pero también sabía que con lo único que podía disimularlo era yendo a la esencia de Star Wars, que es gozar como un enano con una de aventuras. Él tiene bien asimilado eso. Ya nos lo mostró con El despertar de la fuerza, un film sin ideas muy bien camuflado. Y aquí vuelve a alegar a ello ofreciéndonos un mix de todo lo que los fans de Star Wars quieren ver en un tour de force emocionalmente inmersivo a la par que divertido y que no da tregua al espectador. El objetivo es hacerte olvidar y para ello recurre a pellizcarte la fibra, al chantaje sentimental barato. Si con ese popurrí de reapariciones casi parece el episodio final de una sit com familiar. Pero, oye, reconozco que he caído y me ha encantado caer.

Esta última entrega se empeña en aglutinar todos los must del universo Star Wars. Con mala leche se podría decir que se basa en hacer fan service. Pero también se basaba en ello Infinity War y Endgame y fue todo un éxito de público y de crítica. De hecho, esta peli tiene un concepto narrativo similar; es un viaje que pone a unos aventureros a prueba en distintas localizaciones hasta llegar a su destino final. Muy Indiana, muy gamer también. Eso sí, no pares a preguntarte por qué Rey domina tanto la fuerza sin apenas entrenarla ni de donde sale esa inmensa flota escondida. Este no es país para viejos. Es para niños o para quien este dispuesto a sentir como un niño.

Durante este largo camino todo estará salpicado de guiños, desde lugares hasta personajes pasando incluso por simples objetos. No nos están desarrollando ninguna historia, eso ya lo tendrían que haber hecho en su presentación y su nudo. Ahora toca despedirse. No es el momento de pensar, es momento de emocionarse. Y para ello JJ nos propone entrar en su particular parque de atracciones, un viaje que nos llevará a todos los rincones del corazón del fan. Es Star Wars con esteroides, como un chili 10 guindillas. No cabe duda de que es la entrega más emocional, un viaje de éxtasis. Llego al apoteósico final con el corazón a mil por hora y un nudo en la garganta al compás de la preciosa música de John Williams. Paso del "Madre mía, qué despropósito" al "Pero me encanta", empiezo dándole un 3 y voy subiendo hasta el 6,5. No puedo darle menos nota a una película que me hace vibrar tanto.

No se puede negar que los guiones de esta trilogía son ridículos, pero lo que me pasa con esta peli a diferencia de la anterior, es que ahora sí me lo estoy pasando bien, sí me estoy emocionando, sí vibro. Y por eso le hago la vista gorda a muchos detalles. Claro, si el guion acompañase es que podría ser la mejor película de la saga porque hay enormes toneladas de emoción aquí. ¿Y yo para qué veo Star Wars? Pues para emocionarme y divertirme. No me molestaba Johnson porque rompiese dogmas ni me gusta Abrams por ser complaciente, simplemente el primero me aburrió y el segundo me ha emocionado. Comprendo que, al ser la película que invalida la anterior, a los que si les gustó el Episodio 8 sean los que con más ferocidad tratan de imponer que esta película es un insulto. Pero yo la disfruto.

Nota: 6,5
6
28 de diciembre de 2019
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de todo lo acontecido estos años, tras el revivir de la saga con ‘El Despertar de la Fuerza’, la controversia en torno a la, para mí, excelente ‘Los Últimos Jedi’, ha llegado el momento de poner punto y final a la denominada “Saga Skywalker” y cerrar un capítulo de la historia galáctica que, se avecina más larga vistos los planes de Disney. Como es lógico, es un final que no gustará a muchos, pero a otros sí. Habrá quien salga encantado de la sala de cine y habrá quien se quede dando botes de rabia al ver lo sucedido.

Servidor, que siempre ha intentado ser mucho más moderado y al que el entusiasmo y la emoción le apoderan cuando ve volar por los aires el Halcón Milenario, piensa en ‘El Ascenso de Skywalker’ como un final, como otro cualquiera. Es cierto que se ha perdido la oportunidad de dar un gran broche final, pero visto el devenir de los acontecimientos, era inevitable que este episodio IX se quedase a mitad de camino de todo lo que quería ser.

J.J. Abrams vuelve a ponerse al mando para firmar, en mi opinión, una de sus peores películas como director. Simplemente, por el hecho de que coge el timón casi por rutina. Hay atisbos de genialidad en el film, desde luego que sí, pero son tan contados que se hace muy complicado ver al hombre que nos trajo una anterior entrega mucho más amena y entretenida.

En definitiva, es un final. A mí, a pesar de todas las pegas que le he encontrado, me puede la nostalgia y la aventura. Es un final, una aventura entretenida que seguramente no pasará a la historia pero que dejará descansar, al menos un tiempo, a estos personajes tan queridos.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
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spoiler:
Sin duda, lo mejor de la trilogía es la relación entre Kylo y Rei. El primero, un chico que quiere ser un Lord Sith, pero que en el fondo ve cómo no está yendo por el camino que debería. Ve en Rei, su oposición, una oportunidad de escapar de la oscuridad y de la luz. Ella es la luz, y la capacidad de Daisy Ridley para representarla es tan poderosa que ha pasado a ser una de mis heroínas favoritas. Su química con Adam Driver es total y de ella se aprovecha el director en las mejores escenas del film: la batalla en los restos de la estrella de la muerte (un escenario capaz de hacer que se te ponga la piel de gallina) y el momento “te-paso-el-sable-láser” ante el emperador.

Creo que tampoco se tenía decidido, en ningún momento, los orígenes de Rei y es un fallo que se achaca a las tres películas. El enigma se deja abierto en la primera parte mientras que, la segunda, decide dejarlo en un “no eran nadie” para, después, sacarse de la manga el regreso de Palpatine. Una vuelta, por cierto, nada bien explicada en su atropellado inicio. Uno tiene que recurrir a internet para enterarse de que es un clon.

Uno de los mejores momentos del film es el pequeño regreso de Han Solo. Es curioso como la nueva trilogía ha tirado perfectamente de ciertos personajes míticos y, sin Han debía volver, era en ese momento oportuno. En cambio, no se maneja nada bien el final de la princesa Leia, jugando demasiado con el homenaje y el “a ver si podemos exprimir el personaje un poquito más” (entrenamiento de Jedi sacado de la manga, por ejemplo). No paro de pensar en qué finalazo hubiera sido, si es ella la que estampa la nave contra el destructor imperial en el anterior episodio.

La creación de nuevos personajes que atraigan a nuevos fans, a parte de BB8, ha sido completamente nula. El interés que podría tener Finn, un soldado imperial que “despierta”, cae entrega a entrega, otorgándole un mero papel testimonial. Luego está Poe Dameron, piloto bocazas que no me despierta tanta simpatía como para acabar cogiendo el mando de la resistencia. Lando, en menos tiempo, hace el papel que se le pide y ya está.
6
31 de diciembre de 2019
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si se tratara de una cinta individual, obviando todo lo que tiene a sus espaldas, esta El Ascenso de Skywalker se rebela como una película entretenida y de gran factura cuyo punto fuerte es la vertiginosidad en que se desenvuelve. No en vano, sus 135 minutos se pasan volando como las naves que inundan la acción de esta estelar historia. Tras ella, está el director que inició esta nueva trilogía pasando antes por el acertado reboot de Star Trek, J. J. Adams, que aporta su granito de arena con un estilo más directo y comercial si cabe que anteriores entregas, con grandes dosis de acción, humor y epicidad como suelen verse en las entregas de Star Wars. A ello contribuye el reparto de los anteriores episodios encabezados por Daisy Ridley (Asesinato en el Orient Express -2017-), Adam Driver (ojo a la estupenda Historia de un Matrimonio en Netflix), el entusiasta John Boyega (Attack the Block), Oscar Isaac (Ágora) y el resto de la vieja guardia como Carrie Fisher en su trabajo póstumo o Harrison Ford y Mark Hamill. Hasta aquí, el lado positivo.
La parte negativa comienza porque por desgracia no es la única Star Wars y tiene un mundo, una mitología a sus espaldas con la que no es capaz de cargar en parte gracias a su endeble guión y a su historia disparatada. Más que nada porque se ven inclusiones forzadas, apariciones que ni siquiera se han sugerido en sus dos episodios anteriores, ni siquiera una mirada a lo que tiene que llegar en este episodio IX. Está todo demasiado improvisado, como si se hubiera escrito el guión nada más terminar la anterior película, sin una preparación previa al inicio de esta nueva trilogía, forzando muchas situaciones con las que quieren sorprender pero que realmente deja patidifuso al seguidor de esta saga desde el primer episodio. El más purista se queda anonadado con la evolución hacia atrás de la historia: el prometedor episodio VII se queda en aguas de borrajas con el desarrollo de las dos últimas entregas y todo se precipita a un final que hemos visto ya, y que cuando sales del cine te preguntas por qué ha sido necesario hacer esta trilogía cuando todos los camino la vuelven a conducir a Roma. También está demasiado anclada al pasado, como si fuera incapaz de avanzar sin las viejas glorias, aunque luego las borre de un plumazo, por fuerza o sin ella, con desacierto porque no es capaz de encontrar un final digno mejor de lo que se inventan los nuevos guionistas, que sin duda han dado un gran resbalón con este desenlace, que ojo, puede que haya cabreado más de un fiel seguidor de la saga Star Wars. Y después está el poder Jedi elevado a cuasi divino que deja a sus predecesores en pañales: si Qui Gon Ji, Yoda u Obi Wan vieran esto se retiraban inmediatamente del uso y manejo del sable láser.
Resumiendo: como cinta individual es muy entretenida (una de las que más de todas) y el apartado técnico es genial; pero sus boquetes argumentales quedan en evidencia por una falta de planificación evidente y un guión falto de chispa e ilusión. Aquellos que se quejaron de la trilogía precuela, ahora la pondrá muy por encima de estas 3 últimas entregas.
20 de diciembre de 2019
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando hace más de 40 años, tras visionar por primera vez el montaje inacabado de 'Star Wars' (1977, George Lucas), Brian De Palma gritó airado 'sin ánimo de ofender, ¿qué ha sido esta mierda?', probablemente le movió más la sensación de desconcierto que la del déjà vu que empujó a tantos fans del universo warsie -¿mayoría o minoría de ellos?- a pensar lo mismo de otras entregas desarrolladas tanto por Lucasfilm en solitario como por la compañía del ratón. A ver, repasemos con calma este 9° episodio, pero sin destripar ningún spoiler que no se vislumbre ya en el propio trailer: tres protagonistas -dos hombres, una mujer-, Chewbacca y Lando Calrissian, y una pareja de droides, vuelven a unir fuerzas tras encarar peligros por separado en la primera secuela del tríptico. Pero al final, la heroína principal tendrá qué afrontar sola su destino, pelear contra su oponente directo y, para cerrar el círculo, enfrentarse al terrorífico Emperador (Ian McDiarmid) de la Galaxia.
¿Cuál es el resultado? Pues que Abrams ha obrado un (moderado) milagro. Porque, a base de reciclar situaciones ya conocidas, diálogos, batallas que ya has visto, y colar cameos -físicos o de audio- para todo el reparto original, prepara el camino -con algún altibajo- de cara a un cierre de 45 minutos de órdago que hacen que valga la pena haber soportado la trilogía completa. Por una vez he sido capaz de ver una película contemporánea de 'Star Wars' con la mirada de un crío.
Por su parte J. J. Abrams se corona indiscutiblemente como el autor de los mejores capítulos de 'Star Wars' y 'Star Trek' estrenados en este siglo.
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