Danza con lobos
1990 

7.4
89,932
Western. Aventuras. Drama
Tras la Guerra de Secesión (1861-1865) y en plena colonización del Oeste (1785-1890), el desencantado teniente John J. Dunbar se dirige a un lejano puesto fronterizo que ha sido abandonado por los soldados. Su soledad lo impulsa a entrar en contacto con los indios sioux; así es como conoce a "En pie con el puño en alto", una mujer blanca que fue adoptada por la tribu cuando era niña. Poco a poco, entre Dunbar y los sioux se establece ... [+]
12 de julio de 2020
12 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco hay más qué decir sobre esta magna y bellísima obra. Sin duda, una de los filmes más bellos y más inspiradores que he visto en mi vida. En lo personal sólo Corazón Valiente se le compara en su estilo, técnica y sentimiento.
Más allá de sus grandes logros técnicos, como la caza de búfalos y hermosos paisajes, es una bella historia de amor y amistad. Amor de pareja, amistad entre hombres de etnias y culturas completamente diferentes, y amistad del hombre con la naturaleza, con un lobo salvaje y su caballo. Dolorosa también al ver la otra cara de la moneda, representada en la ambición, la muerte y la crueldad del hombre.
Costner pertenece a esos extraños casos de actores que son mejores en otros campos que en su principal ocupación: Costner, Affleck y Gibson son mejores directores que actores, así como a Stallone le va mejor en la escritura.
Lo siento por los fanáticos de Scorcese y su "Goodfellas" y su eterno lamento porque unos indios, un soldado díscolo y un lobo lo ganaron todo por encima de un grupo de gángsters. Sin desmeritar a Scorcese, a mí me emociona más un hombre jugando con un lobo o un indio sellando su amistad perpetua con un blanco, que un gángster matando a otro porque le recordó su pasado como embolador de zapatos.
Más allá de sus grandes logros técnicos, como la caza de búfalos y hermosos paisajes, es una bella historia de amor y amistad. Amor de pareja, amistad entre hombres de etnias y culturas completamente diferentes, y amistad del hombre con la naturaleza, con un lobo salvaje y su caballo. Dolorosa también al ver la otra cara de la moneda, representada en la ambición, la muerte y la crueldad del hombre.
Costner pertenece a esos extraños casos de actores que son mejores en otros campos que en su principal ocupación: Costner, Affleck y Gibson son mejores directores que actores, así como a Stallone le va mejor en la escritura.
Lo siento por los fanáticos de Scorcese y su "Goodfellas" y su eterno lamento porque unos indios, un soldado díscolo y un lobo lo ganaron todo por encima de un grupo de gángsters. Sin desmeritar a Scorcese, a mí me emociona más un hombre jugando con un lobo o un indio sellando su amistad perpetua con un blanco, que un gángster matando a otro porque le recordó su pasado como embolador de zapatos.
31 de agosto de 2024
31 de agosto de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había pospuesto ver "Bailando con lobos" debido a su extensa duración de cuatro horas (vi la versión del director, que incluye escenas eliminadas cruciales para comprender mejor la trama), pero finalmente, las circunstancias se alinearon para que pudiera disfrutar de esta excepcional película.
Lo que más me cautivó de "Bailando con lobos" es su enfoque atípico dentro del género western. A diferencia de otros westerns que giran en torno a la venganza y la violencia de protagonistas solitarios, aquí, aunque las muertes y batallas están presentes, el peso de la trama recae en temas más profundos como el amor, la reconciliación con la naturaleza y el entendimiento entre culturas. Un ejemplo de ello es cómo se respetan ciertas regiones de caza para permitir que los animales crezcan y vivan libremente, o cómo se aprovecha al máximo cada animal cazado. Además, es conmovedor ver cómo el protagonista busca conocer mejor a sus vecinos, los indios Sioux. La película destaca por la manera en que se desarrollan, de forma gradual y orgánica, las relaciones entre los personajes; pequeños gestos y actos de confianza que siembran la base de amistades genuinas y profundas.
"Bailando con lobos" también posee un tono nostálgico por una época que estaba a punto de desaparecer, y con ella, la cultura del pueblo Sioux. La película actúa como una cápsula del tiempo, ofreciendo un reflejo de cómo vivían los Sioux antes de ser casi exterminados por la expansión estadounidense.
En definitiva, este viaje en el tiempo, aunque idealizado, ofrece una ficción que es más amigable que la cruda realidad histórica que nos revela su trágico desenlace. A pesar de ser una inversión de tiempo considerable, creo que esta película merece ser vista al menos una vez en la vida. Es una experiencia cinematográfica que trasciende el género y nos invita a reflexionar sobre la historia, la naturaleza y la humanidad.
Lo que más me cautivó de "Bailando con lobos" es su enfoque atípico dentro del género western. A diferencia de otros westerns que giran en torno a la venganza y la violencia de protagonistas solitarios, aquí, aunque las muertes y batallas están presentes, el peso de la trama recae en temas más profundos como el amor, la reconciliación con la naturaleza y el entendimiento entre culturas. Un ejemplo de ello es cómo se respetan ciertas regiones de caza para permitir que los animales crezcan y vivan libremente, o cómo se aprovecha al máximo cada animal cazado. Además, es conmovedor ver cómo el protagonista busca conocer mejor a sus vecinos, los indios Sioux. La película destaca por la manera en que se desarrollan, de forma gradual y orgánica, las relaciones entre los personajes; pequeños gestos y actos de confianza que siembran la base de amistades genuinas y profundas.
"Bailando con lobos" también posee un tono nostálgico por una época que estaba a punto de desaparecer, y con ella, la cultura del pueblo Sioux. La película actúa como una cápsula del tiempo, ofreciendo un reflejo de cómo vivían los Sioux antes de ser casi exterminados por la expansión estadounidense.
En definitiva, este viaje en el tiempo, aunque idealizado, ofrece una ficción que es más amigable que la cruda realidad histórica que nos revela su trágico desenlace. A pesar de ser una inversión de tiempo considerable, creo que esta película merece ser vista al menos una vez en la vida. Es una experiencia cinematográfica que trasciende el género y nos invita a reflexionar sobre la historia, la naturaleza y la humanidad.
25 de junio de 2012
25 de junio de 2012
80 de 158 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mujerquevepelículas y Hombrequeronca estar en sofá con Niñoquepidebocata y Perritoloco para ver película “Bailando con lobos”, donde hombre que baila con lobos conoce tribu sioux y gusta muchacha llamada Enpieconelpuñoenalto, que enseñar a Hombrequebailaconlobos lengua sioux.
Historia no gustar a Mujerquevepelículas porque haber tribu de indios malos y tribu de indios buenos. Todos gritar Uhuhuhuhuhuhuhuhuh, pero en tribu mala no haber indios buenos y en tribu buena no haber indios malos. Blancos buenos no haber, sólo Hombrequebailaconlobos.
Antes siempre blancos buenos, indios malos; ahora siempre indios buenos, blancos malos. No gustar, todo claro, siempre buenos y malos. Mujerquevepelículas no comprender por qué mejor ahora que antes, si siempre haber muy buenos y muy malos.
Sí gustar mujer que se llama Mary McDonnell, parecer india; no gustar hombre que se llama Kevin Costner, no parecer indio, parecer fantoche. Sí gustar lobo bonito que baila con hombre, ahí Mujerquevepelículas llorar. Sólo llorar con lobo, con indios muy buenos y muy malos aburrir. Película ser tonta.
Historia no gustar a Mujerquevepelículas porque haber tribu de indios malos y tribu de indios buenos. Todos gritar Uhuhuhuhuhuhuhuhuh, pero en tribu mala no haber indios buenos y en tribu buena no haber indios malos. Blancos buenos no haber, sólo Hombrequebailaconlobos.
Antes siempre blancos buenos, indios malos; ahora siempre indios buenos, blancos malos. No gustar, todo claro, siempre buenos y malos. Mujerquevepelículas no comprender por qué mejor ahora que antes, si siempre haber muy buenos y muy malos.
Sí gustar mujer que se llama Mary McDonnell, parecer india; no gustar hombre que se llama Kevin Costner, no parecer indio, parecer fantoche. Sí gustar lobo bonito que baila con hombre, ahí Mujerquevepelículas llorar. Sólo llorar con lobo, con indios muy buenos y muy malos aburrir. Película ser tonta.
30 de diciembre de 2006
30 de diciembre de 2006
14 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
En aspectos técnicos es intachable como la mayoría de las películas de este tipo: vestuario, maquillae, fotografía, decorados, música... Pero para mí falla lo fundamental en el transcurso de la película: el entretenimiento.
El entretenimiento no es ver coches explotar o a tíos desintegrándose, es disfrutar con lo que estas viendo y eso a mí, con esta película no me pasa. Al principio me gusta y resulta entretenida y disfruto con la narración, pero al cabo de la hora y pico se alarga y se hace lenta, lenta.
Por el hecho de que esta película sea lenta y aburrida no debemos quitarle la buena labor de dirección a Kevin Costner, que quitando esos trozos exasperantes maneja con maestría una historia de amor, aventura y costumbres. Una maestría genial dado que era su ópera prima, y dado que antes de hacerla era muy famoso, por lo que el 90% de las veces quedan películas que son solo burdos intentos de conseguir una película que satisfazga al público a la vez que a la crítica. Pues Costner lo consigue a pesar de que "Bailando con Lobos" es para mí una obra sobrevalorada.
Los aspectos técnicos, como ya he dicho al principio son estupendos pero resalta uno en particular: la música. Si señores. Una de las partituras más bonitas que se han hecho. John Barry, creador también de la banda sonora de "Memorias de África" crea una partitura triste que acompaña al film sin desentonar.
¿Un poco exagerada? No, bastante. Solo hay que ver a Costner en la primera escena frente a los enemigos la reacción de los militares cuando lo encuentran. Eso no suele pasar así. Esto, junto al aburrimiento de la historia de amor y post- historia de amor hacen que esta película baje de nota y se queda en una propuesta buena pero irregular.
Por último, creo que las actuaciones están bien.
6.4/10
El entretenimiento no es ver coches explotar o a tíos desintegrándose, es disfrutar con lo que estas viendo y eso a mí, con esta película no me pasa. Al principio me gusta y resulta entretenida y disfruto con la narración, pero al cabo de la hora y pico se alarga y se hace lenta, lenta.
Por el hecho de que esta película sea lenta y aburrida no debemos quitarle la buena labor de dirección a Kevin Costner, que quitando esos trozos exasperantes maneja con maestría una historia de amor, aventura y costumbres. Una maestría genial dado que era su ópera prima, y dado que antes de hacerla era muy famoso, por lo que el 90% de las veces quedan películas que son solo burdos intentos de conseguir una película que satisfazga al público a la vez que a la crítica. Pues Costner lo consigue a pesar de que "Bailando con Lobos" es para mí una obra sobrevalorada.
Los aspectos técnicos, como ya he dicho al principio son estupendos pero resalta uno en particular: la música. Si señores. Una de las partituras más bonitas que se han hecho. John Barry, creador también de la banda sonora de "Memorias de África" crea una partitura triste que acompaña al film sin desentonar.
¿Un poco exagerada? No, bastante. Solo hay que ver a Costner en la primera escena frente a los enemigos la reacción de los militares cuando lo encuentran. Eso no suele pasar así. Esto, junto al aburrimiento de la historia de amor y post- historia de amor hacen que esta película baje de nota y se queda en una propuesta buena pero irregular.
Por último, creo que las actuaciones están bien.
6.4/10
31 de enero de 2011
31 de enero de 2011
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos consecuencias de envergadura política depararon los 7 Oscars y más de 400 millones de dólares de recaudación mundial (casi el doble calculando inflación) de “Bailando con lobos”:
Por un lado se inició una necesaria corriente de rehabilitación de la memoria de los indios y se señalaron las perrerías que se cometieron contra ellos en la conquista del oeste. En este sentido, me fastidió un poquito que Clint Eastwood flojeara en “Banderas de nuestras padres” (2006), porque la historia de Ira Hayes era perfecta para contar el genocidio y marginación social de esas personas. Johnny Cash, el alter ego de Clint Eastwood en el mundo de la música, versionó de manera triste y seca una canción dedicada al indio que alzó la bandera de Iwo Jima (“The Ballad Of Ira Hayes”), que en sus escasos tres minutos posee más profundidad que estas dos películas juntas.
Por otro lado, “Bailando con lobos” supone un importante espaldarazo a esa manera actual de abordar la política exterior en occidente según la cual nosotros somos los malos, y por tanto cualquier no-occidental es bueno. Incluso existe una sencilla fórmula para calcular el nivel de bondad de esos países: calcular la distancia en kilómetros hasta el país en cuestión y multiplicarlo por el nivel de corrupción y autoritarismo (del cero al diez) de su régimen político. Cuanto más alto el resultado, mejores personas encontraremos. Si uno osa rebatir el cálculo opinando que las repúblicas bananeras o los dictadores le dan por detroit se encontrará con una de esas genialidades dialécticas que ha creado la modernidad: “Son pobres pero son más felices (y tú un fascista)”.
Por eso, cuando tras casi dos horas de película Kevin Costner se transforma en una aseada mezcla de Sting y Bon Jovi con atuendo de plumas, empiezo a pegar cabezadas de sopor mientras nuestro héroe eco-pacifista se liga a una india blanca (porque una cosa es apreciar a los indios y otra mezclar razas) y comienza a cepillarse soldados de su propio ejército. Un rato después, el único personaje simpático, el lobo, sufre la mezquindad del ser humano, me despierto de mi letargo, me encuentro a Costner retozando en la nieve con su jamelga (lo que la comunidad científica define como casquete polar), James Cameron se frota las manos pensando en su remake en 3-D, y yo no me lamento demasiado por las tres horas de vida perdidas porque he descubierto una habilidad oculta: realizar mi propia mezcla de sonido e imagen en mi cabeza eliminando la historia y los diálogos, y fundiendo la maravillosa banda sonora de John Barry con las imágenes de praderas, montañas y búfalos del director de fotografía Dean Semler (imagino que el mejor amigo de Costner a juzgar por la estupenda luz con la que ilumina su careto y su culamen).
Por un lado se inició una necesaria corriente de rehabilitación de la memoria de los indios y se señalaron las perrerías que se cometieron contra ellos en la conquista del oeste. En este sentido, me fastidió un poquito que Clint Eastwood flojeara en “Banderas de nuestras padres” (2006), porque la historia de Ira Hayes era perfecta para contar el genocidio y marginación social de esas personas. Johnny Cash, el alter ego de Clint Eastwood en el mundo de la música, versionó de manera triste y seca una canción dedicada al indio que alzó la bandera de Iwo Jima (“The Ballad Of Ira Hayes”), que en sus escasos tres minutos posee más profundidad que estas dos películas juntas.
Por otro lado, “Bailando con lobos” supone un importante espaldarazo a esa manera actual de abordar la política exterior en occidente según la cual nosotros somos los malos, y por tanto cualquier no-occidental es bueno. Incluso existe una sencilla fórmula para calcular el nivel de bondad de esos países: calcular la distancia en kilómetros hasta el país en cuestión y multiplicarlo por el nivel de corrupción y autoritarismo (del cero al diez) de su régimen político. Cuanto más alto el resultado, mejores personas encontraremos. Si uno osa rebatir el cálculo opinando que las repúblicas bananeras o los dictadores le dan por detroit se encontrará con una de esas genialidades dialécticas que ha creado la modernidad: “Son pobres pero son más felices (y tú un fascista)”.
Por eso, cuando tras casi dos horas de película Kevin Costner se transforma en una aseada mezcla de Sting y Bon Jovi con atuendo de plumas, empiezo a pegar cabezadas de sopor mientras nuestro héroe eco-pacifista se liga a una india blanca (porque una cosa es apreciar a los indios y otra mezclar razas) y comienza a cepillarse soldados de su propio ejército. Un rato después, el único personaje simpático, el lobo, sufre la mezquindad del ser humano, me despierto de mi letargo, me encuentro a Costner retozando en la nieve con su jamelga (lo que la comunidad científica define como casquete polar), James Cameron se frota las manos pensando en su remake en 3-D, y yo no me lamento demasiado por las tres horas de vida perdidas porque he descubierto una habilidad oculta: realizar mi propia mezcla de sonido e imagen en mi cabeza eliminando la historia y los diálogos, y fundiendo la maravillosa banda sonora de John Barry con las imágenes de praderas, montañas y búfalos del director de fotografía Dean Semler (imagino que el mejor amigo de Costner a juzgar por la estupenda luz con la que ilumina su careto y su culamen).
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