Antes del amanecer
7.4
46,263
Romance. Drama
Céline (Julie Delpy), una estudiante francesa, y Jesse (Ethan Hawke), un joven estadounidense que viaja por Europa tras ser abandonado por su novia, se conocen en un tren con destino a París. Cuando llegan a Viena, Jesse debe bajar porque al día siguiente regresa a su país, pero logra convencer a Céline para que pase la noche con él en la ciudad. En el curso de esa noche, se conocen a fondo, discuten sobre diversas cuestiones como la ... [+]
16 de septiembre de 2015
16 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richard Linklater se atreve a definir una historia de amor primeramente con el atrevimiento de conocer a un desconocido y viceversa. Nos cuenta una historia honesta, sencilla, sincera, original e inteligente. Con centenares de diálogos que guardar en el bolsillo, con dos personajes una historia de amor se forja de manera que atrapa al espectador, en este caso a mí, aunque puedo entender que esta película sea un tanto limitada y rompa los convencionalismos del cine romántico y no atrape a todo el mundo por la sencillez y aparente simpleza que desprende este proyecto de bajo coste.
Quien iba a decir que en 1995 esta cinta fuera a ser verdaderamente reconocida con el paso del tiempo y que fuera a generar una trilogía y quien sabe donde hasta donde llegará si el señor Linklater prosigue. Me decidí y atreví a verla pese a que leí que podría llegar a aburrirme y no discuto que un par de momentos he desconectado pero por lo general Linklater capta mi atención, no al nivel de la obra maestra Boyhood pero realiza una obra tan atractiva, bella y maravillosamente interpretada que es imposible no empatizar con los dos protagonistas. El primer paso lo superaron con creces que fue el atrevimiento de darse a conocer entre un chico y una chica, atrevimiento por contar y trasladar esto por parte de Linklater y mi atrevimiento porque no es el cine que me suele gustar y ha conseguido gustarme. Buena.
Quien iba a decir que en 1995 esta cinta fuera a ser verdaderamente reconocida con el paso del tiempo y que fuera a generar una trilogía y quien sabe donde hasta donde llegará si el señor Linklater prosigue. Me decidí y atreví a verla pese a que leí que podría llegar a aburrirme y no discuto que un par de momentos he desconectado pero por lo general Linklater capta mi atención, no al nivel de la obra maestra Boyhood pero realiza una obra tan atractiva, bella y maravillosamente interpretada que es imposible no empatizar con los dos protagonistas. El primer paso lo superaron con creces que fue el atrevimiento de darse a conocer entre un chico y una chica, atrevimiento por contar y trasladar esto por parte de Linklater y mi atrevimiento porque no es el cine que me suele gustar y ha conseguido gustarme. Buena.
5 de diciembre de 2015
5 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Before Sunrise es una de esas cintas que uno comienza a ver esperando encontrarse una película romántica más. Sin embargo, y a pesar de la cursilería de las carátulas que podamos encontrar aparejadas a ella, desde el comienzo, y a medida que uno va adentrándose en su metraje, va descubriendo un trabajo de orfebrería cinematográfica de extrema calidad, cuyos elementos - guión, actuaciones, cámara, montaje, fotografía y música- se conjugan con sutileza para acabar deleitando incluso al paladar más exigente.
Antes del amanecer es la historia de amor que todos desearíamos haber vivido, cuya belleza, realismo y credibilidad consigue su magia gracias a una serie de aderezos como son la improbabilidad de lo fortuito (se conocen en un tren); la intensidad de lo efímero (todo sucede en una noche); un telón de fondo de ensueño (Viena); y, sobre todo, gracias a unos diálogos cuya imaginativa frescura e inteligencia te atrapan y te hacen cómplice de la química que desbordan los dos jóvenes protagonistas. En esta película uno no siente que esté viendo a Ethan Hawke, sino a Jessi, un joven estadounidense, alegre, culto y reflexivo, que desprende un cierto escepticismo racional hacia aspectos existencialistas del ser humano. Tampoco se percibe a la actriz, Julie Delpy, sino que en todo momento tenemos la sensación de estar contemplando a Celine, una inteligente, despierta y cultivada joven francesa, cuyos pilares racionales entran en ocasiones en conflicto con su naturaleza soñadora. A lo largo de la película, ambos jóvenes nos deleitan con una serie de lúcidas e ingeniosas conversaciones que ahondan, desde la perspectiva que se puede tener a su joven edad, en los insondables enigmas que rodean al ser humano: el amor, las relaciones entre hombres y mujeres, la muerte, la religión, la necesidad o no de lo irracional como vía de escape, etc. La complicidad que manifiestan ambos jóvenes será cada vez mayor, descubriendo, como uno puede descubrir en una noche una bella ciudad, cuáles son sus anhelos, sus miedos o sus sueños, despertándose entre ellos un sentimiento que irá creciendo cada vez más. ¿Puede tan sólo una noche ser tiempo suficiente para saber que esa persona es el amor de tu vida? A lo largo de los poco más de cien minutos que dura la cinta acompañaremos a Celine y Jessi por su paseo nocturno vienés y reiremos sus ocurrencias, reflexionaremos desde su intelectualidad y nos emocionaremos con las situaciones que vivirán. Con cada tímida sonrisa, cada esquiva y nerviosa mirada, cada caricia o beso, sentiremos el amor que va creciendo entre ellos, y, sin darnos cuenta, egoístamente nos apropiaremos de él y lo haremos algo nuestro. Y es que, más allá de los aspectos que comentábamos al principio de esta crítica, el gran logro del director quizá sea éste, no hacer de Antes de Amanecer una simple película romántica, sino ser capaz de captar la esencia del amor puro y sincero y hacerlo cine.
Si te ha gustado esta crítica y tu cine de referencia es aquel que se aleja de las grandes pantallas, no dudes en visitarnos en www.hoyhevistocine.blogspot.com.es y compartir tus comentarios y recomendaciones.
Antes del amanecer es la historia de amor que todos desearíamos haber vivido, cuya belleza, realismo y credibilidad consigue su magia gracias a una serie de aderezos como son la improbabilidad de lo fortuito (se conocen en un tren); la intensidad de lo efímero (todo sucede en una noche); un telón de fondo de ensueño (Viena); y, sobre todo, gracias a unos diálogos cuya imaginativa frescura e inteligencia te atrapan y te hacen cómplice de la química que desbordan los dos jóvenes protagonistas. En esta película uno no siente que esté viendo a Ethan Hawke, sino a Jessi, un joven estadounidense, alegre, culto y reflexivo, que desprende un cierto escepticismo racional hacia aspectos existencialistas del ser humano. Tampoco se percibe a la actriz, Julie Delpy, sino que en todo momento tenemos la sensación de estar contemplando a Celine, una inteligente, despierta y cultivada joven francesa, cuyos pilares racionales entran en ocasiones en conflicto con su naturaleza soñadora. A lo largo de la película, ambos jóvenes nos deleitan con una serie de lúcidas e ingeniosas conversaciones que ahondan, desde la perspectiva que se puede tener a su joven edad, en los insondables enigmas que rodean al ser humano: el amor, las relaciones entre hombres y mujeres, la muerte, la religión, la necesidad o no de lo irracional como vía de escape, etc. La complicidad que manifiestan ambos jóvenes será cada vez mayor, descubriendo, como uno puede descubrir en una noche una bella ciudad, cuáles son sus anhelos, sus miedos o sus sueños, despertándose entre ellos un sentimiento que irá creciendo cada vez más. ¿Puede tan sólo una noche ser tiempo suficiente para saber que esa persona es el amor de tu vida? A lo largo de los poco más de cien minutos que dura la cinta acompañaremos a Celine y Jessi por su paseo nocturno vienés y reiremos sus ocurrencias, reflexionaremos desde su intelectualidad y nos emocionaremos con las situaciones que vivirán. Con cada tímida sonrisa, cada esquiva y nerviosa mirada, cada caricia o beso, sentiremos el amor que va creciendo entre ellos, y, sin darnos cuenta, egoístamente nos apropiaremos de él y lo haremos algo nuestro. Y es que, más allá de los aspectos que comentábamos al principio de esta crítica, el gran logro del director quizá sea éste, no hacer de Antes de Amanecer una simple película romántica, sino ser capaz de captar la esencia del amor puro y sincero y hacerlo cine.
Si te ha gustado esta crítica y tu cine de referencia es aquel que se aleja de las grandes pantallas, no dudes en visitarnos en www.hoyhevistocine.blogspot.com.es y compartir tus comentarios y recomendaciones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Yo soy un ángel irreal,
un dechado de fantasía.
Quiero que sepas lo que pienso
y ya no lo tengas que adivinar.
No sabes de dónde procedo
ni sabemos a dónde vamos
Nos alberga la vida
como el río a las ramas
que fluyen aguas abajo
atrapadas en la corriente
Yo te llevo a ti, tú me llevarás a mí
Podría ser así
¿Es que no me conoces?
(Fragmento extraído del poema del Poeta-mendigo de la película)
un dechado de fantasía.
Quiero que sepas lo que pienso
y ya no lo tengas que adivinar.
No sabes de dónde procedo
ni sabemos a dónde vamos
Nos alberga la vida
como el río a las ramas
que fluyen aguas abajo
atrapadas en la corriente
Yo te llevo a ti, tú me llevarás a mí
Podría ser así
¿Es que no me conoces?
(Fragmento extraído del poema del Poeta-mendigo de la película)
3 de febrero de 2018
3 de febrero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue durante una clase de montaje en la facultad donde vi el final de una película que me recordaba a una de mis preferidas de Michelangelo Antonioni. La subestimé y no le presté demasiada atención. Por algún motivo, años más tarde, me topé con la trilogía (y por supuesto con "Antes del Amanecer"). Esta vez el resultado fue otro. Fue el de lamentar no haberla(s) visto antes, o por lo menos no haberle dado la oportunidad aquella vez.
Dos desconocidos que se cruzan en el lugar y momento exacto, generando una conexión que logra condensar toda una vida en una sola noche, el cual será irrepetible e insuperable (si vemos las secuelas sabremos por qué). He visto el amor en su plenitud. No importa si el encuentro será de una noche, el tiempo se ha detenido y por lo tanto es eterno.
Si bien la película tiene un guión y es poco lo que los actores improvisan, los encuadres, el movimiento de cámara, los planos secuencia y el montaje se realizan en pos de las actuaciones, haciendo invisible el dispositivo de narración y por lo tanto logrando una sensación de realismo. También nos encontramos con la ausencia de clichés, la utilización de los personajes secundarios que definen cómo es ese lugar y recursos o ejercicios de actuación como lo son la escena de la conversación telefónica o el juego de miradas en el local de discos ("te miro-mirame-no te miro", sostenido en una larga toma).
Algunos dirían que tiene fallas en el guión o exceso de diálogo y que por lo tanto no es cine. Walter Murch planteaba en el libro "En el momento del parpadeo" la regla de 6, donde la principal prioridad a la hora de decidir dónde realizar los cortes era la emoción. Si trasladáramos este concepto a la realización integral esta película, pienso que cumpliría con creces ese objetivo.
El film me emocionó a tal punto que no quería que terminase, quería seguir viendo. Me sentí identificado en muchas cosas. Junto con la secuela, lograron tocar fibras sensibles que no sentía hace rato. Tal vez por sentir afinidad con los personajes, por tener la edad intermedia que tienen entre la primera y la segunda, por volver a sentir ganas de viajar o por creer en la posibilidad de que algún día, sin esperarlo, me cruce con esa persona con la cual compartir esa burbuja temporal.
Se puede pensar que hay referencias a varios directores europeos como Rohmer y Truffaut. O Bresson, del quien hereda la humanidad en las imágenes.
La película de Antonioni, cuyo final me recordaba, era "El Eclipse". Seguramente el momento más autoconsciente, en el que vemos la mano del director. Los espacios que ya no serán ocupados por los protagonistas. Estos lugares estuvieron y estarán ahí siempre, pero uno no es infinito y esos espacios solo cobran sentido cuando los ocupamos. En "Antes del Amanecer", se aplica esta lógica de espacio ocupado/vacío, dejar una huella/no dejar nada, con un sentido agridulce pero más optimista que la película italiana (siempre y cuando ignoremos la secuela), con la música de Bach de fondo. Una noche estábamos en una plaza hablando sobre la vida, el amor, la filosofía, el futuro y nada alrededor nos importaba. A la mañana siguiente esa misma plaza está semivacía, transitada por personas que se pierden en el anonimato y la cotidianeidad, con el sonido de fondo de los vehículos. Y no importa que volvamos a esos lugares, ese tiempo y espacio no volverán, o quizás hayan quedado inmortalizados.
Dos desconocidos que se cruzan en el lugar y momento exacto, generando una conexión que logra condensar toda una vida en una sola noche, el cual será irrepetible e insuperable (si vemos las secuelas sabremos por qué). He visto el amor en su plenitud. No importa si el encuentro será de una noche, el tiempo se ha detenido y por lo tanto es eterno.
Si bien la película tiene un guión y es poco lo que los actores improvisan, los encuadres, el movimiento de cámara, los planos secuencia y el montaje se realizan en pos de las actuaciones, haciendo invisible el dispositivo de narración y por lo tanto logrando una sensación de realismo. También nos encontramos con la ausencia de clichés, la utilización de los personajes secundarios que definen cómo es ese lugar y recursos o ejercicios de actuación como lo son la escena de la conversación telefónica o el juego de miradas en el local de discos ("te miro-mirame-no te miro", sostenido en una larga toma).
Algunos dirían que tiene fallas en el guión o exceso de diálogo y que por lo tanto no es cine. Walter Murch planteaba en el libro "En el momento del parpadeo" la regla de 6, donde la principal prioridad a la hora de decidir dónde realizar los cortes era la emoción. Si trasladáramos este concepto a la realización integral esta película, pienso que cumpliría con creces ese objetivo.
El film me emocionó a tal punto que no quería que terminase, quería seguir viendo. Me sentí identificado en muchas cosas. Junto con la secuela, lograron tocar fibras sensibles que no sentía hace rato. Tal vez por sentir afinidad con los personajes, por tener la edad intermedia que tienen entre la primera y la segunda, por volver a sentir ganas de viajar o por creer en la posibilidad de que algún día, sin esperarlo, me cruce con esa persona con la cual compartir esa burbuja temporal.
Se puede pensar que hay referencias a varios directores europeos como Rohmer y Truffaut. O Bresson, del quien hereda la humanidad en las imágenes.
La película de Antonioni, cuyo final me recordaba, era "El Eclipse". Seguramente el momento más autoconsciente, en el que vemos la mano del director. Los espacios que ya no serán ocupados por los protagonistas. Estos lugares estuvieron y estarán ahí siempre, pero uno no es infinito y esos espacios solo cobran sentido cuando los ocupamos. En "Antes del Amanecer", se aplica esta lógica de espacio ocupado/vacío, dejar una huella/no dejar nada, con un sentido agridulce pero más optimista que la película italiana (siempre y cuando ignoremos la secuela), con la música de Bach de fondo. Una noche estábamos en una plaza hablando sobre la vida, el amor, la filosofía, el futuro y nada alrededor nos importaba. A la mañana siguiente esa misma plaza está semivacía, transitada por personas que se pierden en el anonimato y la cotidianeidad, con el sonido de fondo de los vehículos. Y no importa que volvamos a esos lugares, ese tiempo y espacio no volverán, o quizás hayan quedado inmortalizados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ya sería extenderme en hablar de las otras dos secuelas, pero para redondear un par de conceptos.
Se abre la parábola de la trilogía con una discusión de una pareja que molesta a los protagonistas, para culminar en la tercera entrega con esos mismos protagonistas, 18 años más tarde, teniendo una discusión parecida.
El adjetivo "dialéctico" puede encajar bien en la trilogía ya que dialogan mucho entre sí. Se pueden ver las secuelas individualmente y saber mucho de lo que sucede en las dos restantes, modificando la perspectiva que teníamos de los hechos. Pero si nos adentramos a la primera, tenemos un diálogo en que Jesse se pregunta de dónde provienen las almas modernas, si son fracción de las almas originales. Esto tiene sentido con lo que dice la mujer que lee las manos: "cuando las estrellas explotaron hace mil millones de años formaron todo lo que es este mundo; todo lo que conocemos es polvo cósmico, así que no olviden que son estrellas".
Se abre la parábola de la trilogía con una discusión de una pareja que molesta a los protagonistas, para culminar en la tercera entrega con esos mismos protagonistas, 18 años más tarde, teniendo una discusión parecida.
El adjetivo "dialéctico" puede encajar bien en la trilogía ya que dialogan mucho entre sí. Se pueden ver las secuelas individualmente y saber mucho de lo que sucede en las dos restantes, modificando la perspectiva que teníamos de los hechos. Pero si nos adentramos a la primera, tenemos un diálogo en que Jesse se pregunta de dónde provienen las almas modernas, si son fracción de las almas originales. Esto tiene sentido con lo que dice la mujer que lee las manos: "cuando las estrellas explotaron hace mil millones de años formaron todo lo que es este mundo; todo lo que conocemos es polvo cósmico, así que no olviden que son estrellas".
5 de abril de 2018
5 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida son momentos. Muchas veces se dice que la realidad supera a la ficción, en el caso de “Antes del amanecer”, la película logra un realismo tan brutal que no parece que estemos viendo una película, sino un suceso que podría estar ocurriendo en este mismo momento en cualquier tren del mundo. Linklater tiene la capacidad de contarnos la historia de dos personas que se conocen en un vagón de tren y emprenden una aventura de una noche por las hermosas calles de Viena. Un film repleto de realidad, de diálogos brillantes y gran cantidad de momentos en los que el espectador puede sentirse realmente identificado. La película se construye a partir de unos ingeniosos diálogos que nos hablan de temas transcendentales como la vida, el amor o el paso del tiempo, pero también está construida a partir de momentos: Momentos en los que los personajes no hablan, pero en los que el lenguaje interpretativo está muy presente. Un lenguaje construido a partir de miradas, gestos, caricias, silencios o lugares y que juegan un papel de apoyo fundamental a los diálogos escritos por Richard Linklater. Cabe destacar las magníficas interpretaciones de Ethan Hawke y July Delpy durante toda la película, no solo por la naturalidad de sus interpretaciones y el realismo de las mismas, sino por la capacidad de escucha y el trabajo realizado con el lenguaje no verbal. Estamos hablando de cine hablado, un cine dependiente de los diálogos y de la interpretación de los mismos por parte de los actores. Existe una mágica conexión entre ambos actores desde el momento que los personajes se conocen en el vagón hasta los últimos momentos de la película, es por esa razón que la película duele. Duele porque es real. Porque es una ciudad de verdad, con personas de verdad, en una situación compleja, en un momento de enamoramiento fiel a la realidad y tan rápido como la vida misma. A pesar de que la película se fundamenta en unos trabajados diálogos, es de admirar el trabajo de Linklater con los actores para lograr que transmitan tantos sentimientos al espectador. Lo complejo de esta película no es la capacidad de emocionar (que la tiene) sino la manera en la que el director nos transmite la complejidad de las relaciones amorosas efímeras. El dolor de saber que cuando esa noche se acabe quizás no se vuelvan a ver nunca más, con el consiguiente aprovechamiento del tiempo como nunca antes lo habían hecho: Vivir la ciudad por la noche, intercambiar momentos sin un rumbo fijo, intercambiar formas de pensar y de ver la vida. Lo más interesante de “Antes del amanecer” es que a pesar de su tono romántico, no busca ser pretenciosa, no busca el sensacionalismo, sino más bien todo lo contrario. Es una cinta que busca generar interés en el espectador a través de unos diálogos cuidados a la perfección, pero que también intenta establecer una cierta empatía con los personajes. Hay una pregunta que ronda toda la película de forma continua y constante: “¿Qué pasará cuando se acabe la noche que pasan juntos?”. Esa incertidumbre que se nos presenta durante todas la película y que ronda en la cabeza del espectador según van avanzando los minutos del metraje. Cuando Linklater ha logrado transmitirnos sentimientos como la empatía o la incertidumbre, de pronto comenzamos a sentir cosas parecidas a las que los personajes sienten, y eso es lo que hace maravilloso al cine. No únicamente el hecho de contar historias, sino de empatizar con los personajes y llegar a sentir un mínimo lo que ellos podrían estar sintiendo en ciertos momentos. Luego llega el aprendizaje, el mensaje final que Linklater quiere introducir en nuestras cabezas: Decidir, creer, querer, sufrir, vivir y coger el tren de la vida porque ese tren no pasa tan a menudo como creemos y cuando pasa, pasa tan rápido que no es fácil agarrarse a él. Porque los momentos, los instantes pasan rápido y la vida son momentos que quizás nunca más vuelvan a suceder.
9 de diciembre de 2019
9 de diciembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El escritor Fernando Pessoa hace la siguiente reflexión acerca del amor:
"Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos."
De ser eso cierto, creo que, la visión romántica que se pueda tener del amor, desaparecería. Ni las películas de amor tendrían sentido, pues el amor no sería más que una extensión del egoísmo, la ambición y amor propio del ser humano, cual necesidad material que satisfacer. ¿Es eso así? ¿Cuando decimos o sentimos que amamos a una persona lo hacemos en realidad con nosotros mismos? ¿Cualquiera persona nos vale? ¿Cualquiera que nos haga sentir menos solos, felices, queridos y nos preste la atención que creemos merecer? ¿Y si pensamos que eso no es así, y sentimos que solo queremos estar con una persona porque nos gusta ella, pero al cabo de un tiempo vemos que ya no nos llena, y hasta empezamos a soñar con otra, a veces en cuestión de momentos, incluso? La verdad, no lo sé. Aún lo tengo que descubrir. Personalmente, quiero pensar que no es así.
En esta película es un tema que se plantea de pasada, pero como para todo, muestra una réplica y contrarréplica. Un sí y un no constante. Puede haber opiniones de todo tipo, ninguna es definitiva. Lo único que parece claro es que hay tantos tipos de amor, y formas de comprenderlo, como personas en este planeta.
"Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos."
De ser eso cierto, creo que, la visión romántica que se pueda tener del amor, desaparecería. Ni las películas de amor tendrían sentido, pues el amor no sería más que una extensión del egoísmo, la ambición y amor propio del ser humano, cual necesidad material que satisfacer. ¿Es eso así? ¿Cuando decimos o sentimos que amamos a una persona lo hacemos en realidad con nosotros mismos? ¿Cualquiera persona nos vale? ¿Cualquiera que nos haga sentir menos solos, felices, queridos y nos preste la atención que creemos merecer? ¿Y si pensamos que eso no es así, y sentimos que solo queremos estar con una persona porque nos gusta ella, pero al cabo de un tiempo vemos que ya no nos llena, y hasta empezamos a soñar con otra, a veces en cuestión de momentos, incluso? La verdad, no lo sé. Aún lo tengo que descubrir. Personalmente, quiero pensar que no es así.
En esta película es un tema que se plantea de pasada, pero como para todo, muestra una réplica y contrarréplica. Un sí y un no constante. Puede haber opiniones de todo tipo, ninguna es definitiva. Lo único que parece claro es que hay tantos tipos de amor, y formas de comprenderlo, como personas en este planeta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Momentos que más me gustaron:
- La ternura con la que ella cuenta lo del hombre de 52 años, que un día, desolado, le contó que se arrepentía de haber entregado su vida al ámbito profesional y descuidó la personal.
- El debate de si es mejor una relación fugaz o duradera. Las experiencias fugaces, aunque no dejen de tener un regusto amargo, se mantienen en la memoria con mucha intensidad si fueron relevantes o realmente emotivas, pero qué mayor anhelo que compartir tu vida con la persona que quieres.
- Cuando consigue conquistarla y hacer que se baje del tren.
- La ternura con la que ella cuenta lo del hombre de 52 años, que un día, desolado, le contó que se arrepentía de haber entregado su vida al ámbito profesional y descuidó la personal.
- El debate de si es mejor una relación fugaz o duradera. Las experiencias fugaces, aunque no dejen de tener un regusto amargo, se mantienen en la memoria con mucha intensidad si fueron relevantes o realmente emotivas, pero qué mayor anhelo que compartir tu vida con la persona que quieres.
- Cuando consigue conquistarla y hacer que se baje del tren.
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