Comedia amable, guion de estar por casa, cada vez menos negra, menos ácida, más dulce y familiar ( Santiago perdona por acordarme de ti si pienso en cine familiar del malo) aunque eso sí, un enorme Alterio la mantiene a flote y la lleva a buen puerto. Un San Juan aceptable, del resto prefiero olvidarme; que poca gracia tiene la pareja de guardia civil, chupando casi tanta cámara como los protagonistas, que papel tan simple el de Areces. Peli de fin de semana, peli para salir del paso de Alex.

Alocada comedia del ínclito Álex de la Iglesia, que formalmente es impecable y en cuanto a desarrollo, en mi opinión, bastante mejorable.

La historia está bien, es decir, el punto de partida y se sigue sin mayores problemas. Pero sucede, siempre según mi opinión, que avanza a trompicones, con ritmo desigual, situaciones irregulares y entretenimiento variado.

Creo que su primera mitad, por así decir, es mejor a su parte final, muy descocada pero creo que menos
convincente. Es un desbarajuste argumental y sólo la buena composición de los intérpretes y sus atribulados pero entrañables personajes hacen que se siga con atención, sobre todo para ver cómo finalizará todo el tinglado. Y el final, para mi gusto, no deja de ser algo soso y por ello decepcionante.

Creo sinceramente que es un film sobrevalorado, no de lo mejor de De la Iglesia, precisamente.

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Está claro que a Álex de la Iglesia le gustan los muy elocuentes planos de dos personajes riéndose ensangrentados...
Echa la referencia a Balada triste de trompeta, El cuarto pasajero es un poco lo que el espectador espera del realizador vasco: una historia bastante bizarra, pero basada en sentimientos universales (el amor), personajes esperpénticos, mucho humor negro y una violencia que estalla de forma muy loca en el momento justo.
El problema es que a estas alturas se le empieza a ver un poco el plumero al director de El día de la bestia. Además, le pasa un poco como a Guillermo del Toro: ha hecho películas tan tan buenas (en su caso, la mencionada El día de la bestia, Las brujas de Zugarramurdi, Muertos de risa o sobre todo La comunidad), que cuando hace una "obra menor" como esta sabe a poco. Sobre todo porque, como decimos, esta misma fórmula se la hemos visto ya mil veces, y ya empieza a cansar. Y en un 2022 tan extraordinario de cine español que hemos vivido, sinceramente, a de la Iglesia le han adelantado por la derecha, por la izquierda y por todos los lados muchísimos otros creadores.
Eso sí, qué bien le sienta a Blanca Suárez el cambio de registro (a ver si hace más comedia de esta clase) y qué bien encajan en el cine del vasco Alberto San Juan y Ernesto Alterio.
Pasable.

Lejos de otros grandes títulos que ha firmado el director vasco, no deja de ser un ejercicio interesante que mezcla suspense y comedia, con el punto fuerte de unos actores bien seleccionados y más que solventes.

Destacar, por encima de todos, a un Ernesto Alterio en un papel agradecido y que es el motor absoluto de la película y al resto que está a muy buen nivel pero en papeles más de segundo plano, discretitos, casi anodinos en algún caso.

La premisa no es para nada novedosa, pero funciona bien sobre todo hasta la mitad de película, cuando el argumento se embala y la comedia se vuelve casi una locura. Es ahí, en el desbarre, cuando empieza a cojear y cuando los secretos de alguno de los ocupantes se comienzan a desvelar y la cosa comienza a perder gracia.

Con todo, a la espera de obras mayores, una película simpática que se ve con agrado, sin más. Por cierto, Blanca Suárez, que está muy bien, ha alcanzado una espléndida madurez, está guapísima, muy asentada en sus interpretaciones, casi como nuestra Mónica Bellucci, vaya.

Soy usuario de Blablacar y tengo que decir que lo que sale en esta película puede ser real, aunque claramente exagerado, no deja de ser una película, de eso se trata precisamente. El planteamiento inicial de la película es inteligente y promete curvas, pero hay un momento en el que se va de manos todo y creo que ya el director no sabía cómo resolver semejante desbarajuste, y lo de hace de la manera más abrupta posible. Sin embargo, el desarrollo de la película es entretenido y no te da tregua a aburrirte, que en definitiva es lo que uno espera de una película.

Ernesto Alterio para mí sin duda es el mejor del reparto, pues consigue acaparar la cámara en cada escena en la que sale.