La heredera
1949 

8.1
7,480
Drama. Romance
Año 1849, en Nueva York. Catherine Sloper, una rica heredera, tímida, inocente, poco agraciada y no muy joven, es pretendida por un apuesto joven. Ella se enamora de él apasionadamente, pero su cruel y despótico padre se opone a la boda y amenaza con desheredarla. Adaptación de la novela de Henry James "Washington Square". (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2014
23 de marzo de 2014
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trío interpretativo de lujo para «La heredera», adaptación de Wiliam Wyler de la obra de Henry James. Mientras la veía, pensaba en lo sorprendentemente genial que es Olivia de Havilland. Merecidísimo Oscar a mejor actriz, porque no se puede ser ni más buena ni más mala como su Catherine Sloper, la pobre niña rica que no tiene amor.
Aunque, ¿realmente no lo tiene? Si somos objetivos debemos recocer que no hay datos sobre el pretendiente Morris Townsend para que desconfiemos tan radicalmente de él. Esto es todo un acierto de la trama, que propone al espectador que saque también sus propias conclusiones. Y digo yo: ¿acaso no es posible que de verdad se haya enamorado de Catherine? Sin darnos cuenta, compartimos la crueldad de la historia y del doctor Sloper, que dan por aberrante que un joven apuesto sienta un afecto puro hacia una muchacha poco agraciada y resuelta. Confieso que Morris tiene por mi parte un voto de confianza.
Por lo demás, «La heredera» tiene un formato clásico bien entendido y elegante, con cierto toque teatral que sienta estupendamente. Montgomery Clift perfecto, y Ralph Richardson hace un papelón como padre sobre protector al mismo tiempo que torturador. El desarrollo de los personajes es coherente, aunque el de Catherine puede percibirse algo brusco y, desde luego, injusto, convirtiéndose en la verdadera tragedia del personaje.
La película tiene garbo y mueve a la polémica. Solos o acompañados, mejor sin rencores.
Aunque, ¿realmente no lo tiene? Si somos objetivos debemos recocer que no hay datos sobre el pretendiente Morris Townsend para que desconfiemos tan radicalmente de él. Esto es todo un acierto de la trama, que propone al espectador que saque también sus propias conclusiones. Y digo yo: ¿acaso no es posible que de verdad se haya enamorado de Catherine? Sin darnos cuenta, compartimos la crueldad de la historia y del doctor Sloper, que dan por aberrante que un joven apuesto sienta un afecto puro hacia una muchacha poco agraciada y resuelta. Confieso que Morris tiene por mi parte un voto de confianza.
Por lo demás, «La heredera» tiene un formato clásico bien entendido y elegante, con cierto toque teatral que sienta estupendamente. Montgomery Clift perfecto, y Ralph Richardson hace un papelón como padre sobre protector al mismo tiempo que torturador. El desarrollo de los personajes es coherente, aunque el de Catherine puede percibirse algo brusco y, desde luego, injusto, convirtiéndose en la verdadera tragedia del personaje.
La película tiene garbo y mueve a la polémica. Solos o acompañados, mejor sin rencores.
26 de abril de 2008
26 de abril de 2008
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación de una novela de Henry James llevada a cabo por William Wyler. El film, ambientado en la puritana sociedad neoyorkina de finales del siglo XIX, cuenta la historia de Catherine Sloper (Olivia de Havilland), una rica heredera que es objeto del deseo por parte del Morris Townsend (Montgomery Clift), un cazafortunas que utiliza todos sus encantos para conseguir seducirla (y acceder a su fortuna). La adaptación de Wyler del texto de James es ejemplar, sabiendo captar la esencia de una historia que de alguna forma contiene una crítica implícita hacia una sociedad (mejor dicho una alta sociedad), que se rige por un código muy estricto de conducta, en la que la falsedad y la hipocresía se imponen y el valor de las personas se mide por los ceros de su cuenta bancaria (tampoco es que hayamos cambiado mucho en ese sentido. Wyler estructura el film en base a dos ambientes bien diferenciados: el ambiente opresivo de la casa de los Sloper, dirigida por un autoritario y en ocasiones despótico Dr. Sloper (Ralph Richardson), que ni siquiera valora adecuadamente a su propia hija, poniéndola casi a la altura de una mercancia o moneda de cambio; y el ambiente abierto (pero desde un punto de vista moral también opresivo), de las fiestas y reuniones sociales, en las cuales sus participantes dicen lo contrario de lo que piensan. Wyler, maneja perfectamente la historia de amores, amores interesados, amores perdidos, desengaños y soledades, bien apoyado en las interpretaciones de Montgomery Clift, pero sobretodo en la de Olivia de Havilland, perfecta en su papel de rica heredera.
24 de septiembre de 2011
24 de septiembre de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Catherine Sloper es una solterona tímida y poco agraciada que durante un baile de sociedad es seducida por un joven bien parecido llamado Morris Townsend. En cuestión de días ella se enamora de él, pero el rechazo de su desconfiado padre hacia el apuesto joven pondrá en peligro la inmensa fortuna que Catherine heredará en un futuro, en el caso que contraiga matrimonio con el joven.
Espléndida adaptación de la novela de Henry James dirigida por William Wyler. La película toca temas como el amor idealizado, la diferencia de clases, el honor, la desconfianza, el desprecio hacia lo mediocre y la traición. En el reparto podemos ver a un apuesto y elegante Montgomery Clift y a una resentida Olivia de Havilland. A destacar la maravillosa música de Aaron Copland que ambienta a la perfección ésta grandiosa obra.
Espléndida adaptación de la novela de Henry James dirigida por William Wyler. La película toca temas como el amor idealizado, la diferencia de clases, el honor, la desconfianza, el desprecio hacia lo mediocre y la traición. En el reparto podemos ver a un apuesto y elegante Montgomery Clift y a una resentida Olivia de Havilland. A destacar la maravillosa música de Aaron Copland que ambienta a la perfección ésta grandiosa obra.
2 de agosto de 2020
2 de agosto de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El otro dia iba a ver Historias de Filadelfia, pero acababa de fallecer Olivia de Havilland, la última de las grandes actrices del cine en blanco y negro. Me pasó lo mismo que otras veces, que La heredera es una película que ya había visto, seguramente de niño y cuando la vi no la entendi por razones obvias.
Es una grandísima película, una actuación memorable de Olivia de Havilland que le valió un merecidísimo Oscar de la academia. Un interpretación de la bondad en estado puro, la inocencia y los valores de una mujer que se deja engañar por un cazafortunas y sus mentiras. La transformación de esa inocencia en puro rencor, en frialdad, en indiferencia. El cambio de registro del que es capaz esta gran actriz es lo mejor de la historia.
Montgomery Clift, aparte de un dibujo animado de Muchachada Nui, fue un gran actor de Hollywood al que la vida le trataba con dureza, perdiendo su atractivo de galán por un accidente de tráfico y muriendo joven, víctima de sus excesos. En esta cinta interpreta a un grandísimo zorro, perfecto canalla, un chulo al que la codicia le hará perderlo todo.
Uno de los papeles secundarios con más fuerza y más determinantes para el desarrollo de una historia es el del padre de ella, el médico rico que no tiene ningún tipo de amor paternal, quizás por convenciones sociales, pero al que su frialdad le pasará factura.
No es en absoluto una historia de amor, es una historia cruel, de traición, de deslealtad, de mentiras, de cuchilladas, de cuchilladas en las cicatrices donde en el mismo sitio antes hubo apuñalamiento por la espalda. Un horror todo.
Los dos hombres de su vida, su padre y su amado acabaron con la pureza de esta rica heredera y a cada uno la vida les da lo que merecen.
Una venganza fría, un rencor acumulado durante años, una rabia más fuerte que el dolor y que la tristeza, que el tiempo consigue enterrar a dos metros bajo tierra lo que un dia fue pasión.
Una paupérrima mujer a la que lo mejor que le ha pasado resultó ser una mentira y ni siquiera hubo golondrinas en su vida, ni negras, ni azules. Una vida tejiendo en la que tampoco pudo disfrutar del esplendor en la hierba y todo por culpa del dinero, del vil metal.
Es una grandísima película, una actuación memorable de Olivia de Havilland que le valió un merecidísimo Oscar de la academia. Un interpretación de la bondad en estado puro, la inocencia y los valores de una mujer que se deja engañar por un cazafortunas y sus mentiras. La transformación de esa inocencia en puro rencor, en frialdad, en indiferencia. El cambio de registro del que es capaz esta gran actriz es lo mejor de la historia.
Montgomery Clift, aparte de un dibujo animado de Muchachada Nui, fue un gran actor de Hollywood al que la vida le trataba con dureza, perdiendo su atractivo de galán por un accidente de tráfico y muriendo joven, víctima de sus excesos. En esta cinta interpreta a un grandísimo zorro, perfecto canalla, un chulo al que la codicia le hará perderlo todo.
Uno de los papeles secundarios con más fuerza y más determinantes para el desarrollo de una historia es el del padre de ella, el médico rico que no tiene ningún tipo de amor paternal, quizás por convenciones sociales, pero al que su frialdad le pasará factura.
No es en absoluto una historia de amor, es una historia cruel, de traición, de deslealtad, de mentiras, de cuchilladas, de cuchilladas en las cicatrices donde en el mismo sitio antes hubo apuñalamiento por la espalda. Un horror todo.
Los dos hombres de su vida, su padre y su amado acabaron con la pureza de esta rica heredera y a cada uno la vida les da lo que merecen.
Una venganza fría, un rencor acumulado durante años, una rabia más fuerte que el dolor y que la tristeza, que el tiempo consigue enterrar a dos metros bajo tierra lo que un dia fue pasión.
Una paupérrima mujer a la que lo mejor que le ha pasado resultó ser una mentira y ni siquiera hubo golondrinas en su vida, ni negras, ni azules. Una vida tejiendo en la que tampoco pudo disfrutar del esplendor en la hierba y todo por culpa del dinero, del vil metal.
19 de junio de 2021
19 de junio de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Montgomery Clift hizo dos grandes producciones en la década de los 40 acompañado de John Wayne con Red River y este acompañados por los grandes actores Olivia de Havilland y Ralph Richardson, creo que es el filme que lleva consigo sus mejores interpretaciones bajo la perfecta discreción de su director William Wyler.
Nueva York 1850, un romance que no me atrevo a contar pues cada quien debe juzgarla y analizarla como tal, todos los personajes tienen virtudes y defectos, un romance de época bien producido, de grandilocuentes actuaciones pocas veces vista en el cine, no pueden dejar de verla.
La taquilla fue fría e inexplicable, sin embargo la crítica especializada la elogio, de reconocidos y meritorios premios a Mejor Actriz (para De Havilland), Mejor Banda Sonora Original , Mejor Diseño de Producción y Mejor Diseño de Vestuario ese Año. Olivia de Havilland era una actriz singular que luchaba sus papeles, si no tampoco la habríamos encontrado en Gone with the Wind que era de un estudio diferente y ella no libre sino laboralmente contractual de otro, le hizo la vida imposible al productor Warner ganándose a la esposa Anne para dejarla ir, muestra del poder femenino en escena con gran poder de convencimiento, toda una artista, aquí nuevamente la vemos luchar creando de la nada esta producción después de haberla visto en Broadway, la obra La Heredera, convenciendo al director William Wyler y a la productora Paramount Pictures comprar los derechos de autor, con su versión menos villana que en la obra y la novela.
Contemplada en versión restaurada a color.
Remake Ikaw Pa Lang ang Minahal 1992.
Nueva York 1850, un romance que no me atrevo a contar pues cada quien debe juzgarla y analizarla como tal, todos los personajes tienen virtudes y defectos, un romance de época bien producido, de grandilocuentes actuaciones pocas veces vista en el cine, no pueden dejar de verla.
La taquilla fue fría e inexplicable, sin embargo la crítica especializada la elogio, de reconocidos y meritorios premios a Mejor Actriz (para De Havilland), Mejor Banda Sonora Original , Mejor Diseño de Producción y Mejor Diseño de Vestuario ese Año. Olivia de Havilland era una actriz singular que luchaba sus papeles, si no tampoco la habríamos encontrado en Gone with the Wind que era de un estudio diferente y ella no libre sino laboralmente contractual de otro, le hizo la vida imposible al productor Warner ganándose a la esposa Anne para dejarla ir, muestra del poder femenino en escena con gran poder de convencimiento, toda una artista, aquí nuevamente la vemos luchar creando de la nada esta producción después de haberla visto en Broadway, la obra La Heredera, convenciendo al director William Wyler y a la productora Paramount Pictures comprar los derechos de autor, con su versión menos villana que en la obra y la novela.
Contemplada en versión restaurada a color.
Remake Ikaw Pa Lang ang Minahal 1992.
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