La legión del águila
2011 

5.5
11,170
Aventuras. Drama
Siglo II d.C. Un legionario romano, Marcus Aquila (Channing Tatum), y su esclavo celta Esca (Jamie Bell) emprenden la búsqueda de la Legión Novena, una compañía romana que desapareció veinte años atrás en alguna parte del Norte de Escocia y a cuyo frente se encontraba un general que era el padre de Marcus. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2014
4 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El péplum, o el cine de romanos, ha dado grandes superproducciones a lo largo de su historia. Títulos tan mastodónticos como “Quo Vadis” (1951), “Ben-Hur” (1959), o la más reciente “Gladiator” (2000), resuenan en nuestras cabezas inevitablemente cuando comenzamos a ver “La legión del águila”, sin ser conscientes de que no se pueden comparar películas aunque sean del mismo género. El filme de Kevin Macdonald se encuentra a años-luz de cualquiera de las obras anteriores, pero no por ello tiene que ser forzosamente peor, tan sólo diferente.
Y es diferente por el mismo planteamiento del filme. Mientras que lo magno y épico campan por cada fotograma de los tres ejemplos anteriores, la cinta de Macdonald ofrece una historia más puntual, más enfocada a los avatares de un hecho concreto y, a primera vista, muy simple: la odisea de un legionario (Channing Tatum) que decide ir, acompañado de un esclavo britano (Jamie Bell), más allá del Muro de Adriano, la frontera que separa el imperio romano del Norte de las tribus britanas, para buscar el símbolo que perdió su padre con la desaparecida Novena Legión.
Esta aventura supone un hecho importante pero muy puntual; aquí no se decide el destino de un imperio en una megabatalla de ejércitos con innumerables soldados, sino que se busca la consecución de dos objetivos: averiguar cómo murió el padre del aguerrido legionario, y el rescate del águila dorada que custodiaba, verdadera pieza sagrada que simboliza el poder de Roma y por la que tantos hombres han dado la vida.
En todos los aspectos, el filme se acerca más a “El último mohicano” (1992) que a “Gladiator” (2000). La búsqueda desesperada del legionario y su esclavo no está exenta de épica, y las batallas se suceden muy dosificadas pero acertadas y bien ejecutadas. En cuanto a escenografía y fotografía, el filme se enriquece sobremanera con los planos exteriores y una paleta de colores variada y vistosa, lo que hace que la película mantenga un buen formato durante todo su metraje.
Sus carencias son muchas y la principal de ellas radica en la poca emoción que despide el relato. La cinta va pasando, los personajes avanzan, los hechos se suceden, pero en ningún momento se consigue esa comunión con el espectador tan necesaria. Es una obra para disfrutar de su aspecto visual y de su espíritu de cine de aventuras añejo sin que en ningún momento penetre en el alma y se quede en el recuerdo.
Para disfrutar sin quebraderos de cabeza.
Y es diferente por el mismo planteamiento del filme. Mientras que lo magno y épico campan por cada fotograma de los tres ejemplos anteriores, la cinta de Macdonald ofrece una historia más puntual, más enfocada a los avatares de un hecho concreto y, a primera vista, muy simple: la odisea de un legionario (Channing Tatum) que decide ir, acompañado de un esclavo britano (Jamie Bell), más allá del Muro de Adriano, la frontera que separa el imperio romano del Norte de las tribus britanas, para buscar el símbolo que perdió su padre con la desaparecida Novena Legión.
Esta aventura supone un hecho importante pero muy puntual; aquí no se decide el destino de un imperio en una megabatalla de ejércitos con innumerables soldados, sino que se busca la consecución de dos objetivos: averiguar cómo murió el padre del aguerrido legionario, y el rescate del águila dorada que custodiaba, verdadera pieza sagrada que simboliza el poder de Roma y por la que tantos hombres han dado la vida.
En todos los aspectos, el filme se acerca más a “El último mohicano” (1992) que a “Gladiator” (2000). La búsqueda desesperada del legionario y su esclavo no está exenta de épica, y las batallas se suceden muy dosificadas pero acertadas y bien ejecutadas. En cuanto a escenografía y fotografía, el filme se enriquece sobremanera con los planos exteriores y una paleta de colores variada y vistosa, lo que hace que la película mantenga un buen formato durante todo su metraje.
Sus carencias son muchas y la principal de ellas radica en la poca emoción que despide el relato. La cinta va pasando, los personajes avanzan, los hechos se suceden, pero en ningún momento se consigue esa comunión con el espectador tan necesaria. Es una obra para disfrutar de su aspecto visual y de su espíritu de cine de aventuras añejo sin que en ningún momento penetre en el alma y se quede en el recuerdo.
Para disfrutar sin quebraderos de cabeza.
6 de febrero de 2019
6 de febrero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Once años después de Gladiator, el renacer del peplum y el cine épico histórico ya estaba una vez más de capa (romana) caída. Este inesperado renacimiento, que dio películas como Alejandro Magno, El rey Arturo, Troya, La última legión, Tristán e Isolda (aunque menos) o El reino de los cielos, tuvo su penoso epílogo con esta película de Kevin Macdonald, que toma como punto de partida, al igual que Centurión, la desaparición de la famosa Legión IX de Hispania en tierras de Caledonia, actual Escocia. Esta historia, que ha inspirado tantas novelas, series y películas, incluidas las mecionadas Centurión o La última legión (a su vez basada en una novela de Valerio Massimo Manfredi), da un nuevo giro con este extraño drama épico del director de El último rey de Escocia.
Y decimos extraño drama porque la película, como apuntan otras críticas en esta casa filmaffinitera, no sabe lo que quiere ser. A ratos quiere ser la propia Centurión, pero le faltan violencia y arrestos. A ratos quiere ser cualquiera de las aventuras artúricas, pero le falta encanto y sentido épico. A ratos, incluso, y esto es lo más sorprendente, quiere ser Brokeback Mountain, pero no se decide a ir al límite, a pesar del claro pulso homoerótico entre Marcus y Esca en algunas escenas y durante su viaje por las tierras salvajes. A ratos también quiere ser una buddy movie (ver su plano y conversación final). Y todo esto provoca que la mezcla resulte bastante extraña y además, y esto es lo peor, nada satisfactoria. Termina por ser una película que apunta a demasiados sitios como para resultar relevante en ninguno, y ni siquiera es un buen entretenimiento con logradas secuencias de batallas y acción.
Bastante regular esfuerzo.
Lo mejor: Los escenarios naturales (Hungría, por cierto, no Inglaterra o Escocia) y Jamie Bell, que siempre es un placer verlo en pantalla.
Lo peor: Termina siendo bien poca cosa.
Y decimos extraño drama porque la película, como apuntan otras críticas en esta casa filmaffinitera, no sabe lo que quiere ser. A ratos quiere ser la propia Centurión, pero le faltan violencia y arrestos. A ratos quiere ser cualquiera de las aventuras artúricas, pero le falta encanto y sentido épico. A ratos, incluso, y esto es lo más sorprendente, quiere ser Brokeback Mountain, pero no se decide a ir al límite, a pesar del claro pulso homoerótico entre Marcus y Esca en algunas escenas y durante su viaje por las tierras salvajes. A ratos también quiere ser una buddy movie (ver su plano y conversación final). Y todo esto provoca que la mezcla resulte bastante extraña y además, y esto es lo peor, nada satisfactoria. Termina por ser una película que apunta a demasiados sitios como para resultar relevante en ninguno, y ni siquiera es un buen entretenimiento con logradas secuencias de batallas y acción.
Bastante regular esfuerzo.
Lo mejor: Los escenarios naturales (Hungría, por cierto, no Inglaterra o Escocia) y Jamie Bell, que siempre es un placer verlo en pantalla.
Lo peor: Termina siendo bien poca cosa.
29 de junio de 2019
29 de junio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mira que la peli empieza bien. Tiene una de las mejores escenas de batalla de una peliculs de romanos. Y un gran Donald Sutherland.
Pero a partir de ahi, a los 30 o 35 minutos se desinfla y termina pasando a ser la tipica pelicula de "los malos persiguen a los buenos". Y ademas sin lograr crear nada de tension, ni siquiera en la batalla final.
En definitiva, una pelicula palomitera, entretenida en general y pasable, pero que podia haber dado de si muchisimo mas.
Pero a partir de ahi, a los 30 o 35 minutos se desinfla y termina pasando a ser la tipica pelicula de "los malos persiguen a los buenos". Y ademas sin lograr crear nada de tension, ni siquiera en la batalla final.
En definitiva, una pelicula palomitera, entretenida en general y pasable, pero que podia haber dado de si muchisimo mas.
3 de agosto de 2019
3 de agosto de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como la canción de Sabina, Una de romanos es lo que define a esta película moderna sobre la antigua roma, que es un tema muy tocado en el cine de antaño, ahora no se hacen muchas. Buena fotografía, buenos efectos especiales.
La película tiene como dos partes, una primera es un poco aburrida y luego cuando salen de viaje los protagonistas se torna algo mas interesante.
Aun asi Channing Tatum es un actor de comedia moderna adolescente y no encaja en un papel donde se tiene que poner tan serio. Una mala elección del reparto y un guiño final a ese tipo de películas para adolescentes.
Jamie Bell lo hace mejor que Tatum, tiene un mejor papel y es mejor actor,
Por lo demás toca temas importantes como la lealtad y el honor, valores militares, también civiles, que se han perdido, son lo único que vale la pena. Un hijo siguiendo los pasos de su padre y buscando su lugar en el mundo.
La película tiene como dos partes, una primera es un poco aburrida y luego cuando salen de viaje los protagonistas se torna algo mas interesante.
Aun asi Channing Tatum es un actor de comedia moderna adolescente y no encaja en un papel donde se tiene que poner tan serio. Una mala elección del reparto y un guiño final a ese tipo de películas para adolescentes.
Jamie Bell lo hace mejor que Tatum, tiene un mejor papel y es mejor actor,
Por lo demás toca temas importantes como la lealtad y el honor, valores militares, también civiles, que se han perdido, son lo único que vale la pena. Un hijo siguiendo los pasos de su padre y buscando su lugar en el mundo.
3 de febrero de 2024
3 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Típico Péplum de aventuras excelentemente ambientado, adaptación de una de las novelas históricas más famosas de Rosemary Sutcliffe, una autora de los comienzos del género, allá por los años 1950, a la zaga de otros autores de renombre como Robert Graves, Gore Vidal o Hubert Monteillhet, entre otros.
Los ropajes, armaduras, armas, etc. siguen escrupulosamente la época (salvo las sillas de montar y estribos, que no existían pero se colocaron para seguridad de los actores). En general es una adaptación fiel de la novela, con algunas licencias; buena fotografía de variados parajes britanos y escoceses, y por supuesto, violencia, combates, batallas y sadismo romano a raudales...aunque los diálogos a veces son un poco pueriles, y ciertos personajes (como el encarnado por Donald Sutherland) parecen deambular por la película como en broma...
Y es verdad que la relación entre el centurión y su esclavo es un tanto "especial", ya entendéis...aunque ese tipo de "apego" era común y normal en la época del Imperio Romano.
Destaco también la buena banda sonora, muy épica, y en la que se incluyen bastantes cantos tribales para más ambientación...
En fin, una especie de secuela o continuación de la historia de "Centurión", film estrenado el año anterior. Para fans del Péplum de toda la vida y en general de los buenos títulos estrenados a lo largo del S. XXI, a partir de "Gladiator"...
Se deja ver.
Los ropajes, armaduras, armas, etc. siguen escrupulosamente la época (salvo las sillas de montar y estribos, que no existían pero se colocaron para seguridad de los actores). En general es una adaptación fiel de la novela, con algunas licencias; buena fotografía de variados parajes britanos y escoceses, y por supuesto, violencia, combates, batallas y sadismo romano a raudales...aunque los diálogos a veces son un poco pueriles, y ciertos personajes (como el encarnado por Donald Sutherland) parecen deambular por la película como en broma...
Y es verdad que la relación entre el centurión y su esclavo es un tanto "especial", ya entendéis...aunque ese tipo de "apego" era común y normal en la época del Imperio Romano.
Destaco también la buena banda sonora, muy épica, y en la que se incluyen bastantes cantos tribales para más ambientación...
En fin, una especie de secuela o continuación de la historia de "Centurión", film estrenado el año anterior. Para fans del Péplum de toda la vida y en general de los buenos títulos estrenados a lo largo del S. XXI, a partir de "Gladiator"...
Se deja ver.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here