Es una de esas películas que, cuando está en la cartelera de los cines, decides ver con tu familia (sobre todo si hay niños) o que vas a ver con tus amigos/as si no hay nada mejor o si han quitado la/s peli/s que querías ver.
Aún así, aunque no resulte una gran elección, hay que reconocerle el mérito: es una comedia familiar divertida. Trillada y sobada, vale, pero hace reír, y eso es lo que cuenta.
Ben Stiller se repite una vez más en un típico papel de tipo bonachón y soñador, que tiene que aguantar carros y carretas. En este caso, entra a trabajar como vigilante nocturno en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Lo que parecía que iba a ser un trabajo aburrido, resulta ser el reto más trepidante y difícil al que el protagonista se ha enfrentado jamás.
Con una acción desbordante y montones de escenas tronchantes, asistiremos al caos total que se arma en el museo al caer la noche, mientras el sufrido vigilante trata de recurrir a todas las estrategias que se le ocurren para mantener la calma. Irá recibiendo una ayuda inesperada, brindada por Robin Williams (que interpreta a una figura de cera que cobra vida todas las noches), descubrirá un complot por el que algunos indeseables tratarán de cometer un robo en el museo, y habrá alguna sorpresilla más. Por lo demás, todo marcha dentro de lo previsible, sin quebraderos, pero al menos esbozaremos muchas sonrisas y nos reiremos con las jocosas aventuras de todos los peculiares ocupantes del museo.
Nada memorable, pero no está mal para verla en compañía de la familia.

¿Quien le iba a decir a Larry que ese nuevo trabajo le iba a acarrear tales experiencias con personas de todoos los tiempos y con todos los animales?
Pues sí, una comedia muy divertida, donde los efectos especiales son tratados en su justa medida y donde todo personaje histórico tiene su hueco. Muy buena mezcla en el argumento, con un guión bastante aceptable y unas interpretaciones en la línea de lo que se pretendía.
De las mejores películas para niños que he visto últimamente, en la que cualquier adulto se puede divertir.

Muy recomendable

Entretenidísima comedia para todos los públicos en la que destaca, como siempre, el buen hacer de Ben Stiller para la comedia y la encantadora presencia de Owen Wilson, que siempre te arranca una bonita sonrisa.
Una entretenida comedia que gustará, sobre todo, a los más pequeños.

Mi nota: 8,35.

Esta película se estrenó un viernes 25 de diciembre del 2006 en México, dirigiendo Shawn Levy (mismo de la película Gordo Mentiroso con Amanda Bynes).

El eterno soñador y corazón de oro Larry Daley (Ben Stiller), a pesar de no contar a menudo con la suerte a su favor, está convencido de estar predestinado a hacer algo grande. Pero nunca pensó en algo tan "grande” cuando acepta lo que parece ser un sencillo trabajo como guarda de seguridad nocturno del museo de ciencias naturales de Nueva York.

Durante la vigilancia de Larry empiezan a suceder cosas extraordinarias: Mayas, Gladiadores Romanos y vaqueros salen de sus exposiciones para participar en batallas épicas; en su búsqueda del fuego, un Neanderthal prende fuego a su propia exposición; Atila el Huno se dedica a saquear las exposiciones vecinas, mientras que el T-Rex se encarga de recordar a todo el mundo por qué es considerado el depredador más fiero de la historia.

Entre todo este caos, la única persona que puede ayudar a Larry es la figura de cera del Presidente Teddy Roosevelt (Robin Williams), quien intenta que nuestro héroe pueda tener aquel desastre bajo control lo antes posible, parar una trama vil y salvar el museo.

Maravillosa y ligera película. Muy buena en entretenimiento, que es lo que se propone; de aventurera y cómica también se la avienta. Ligera porque no conoces el personaje de Ben Stiller, que es muy bueno y te hace reír haciendo rápida la película, o sea, te lleva al grano. Cuando la vi en el cine me reí mucho, me pareció muy cómica y encantadora, además de que va dirigida a todo público, con personajes burlescos y un excelente Robin Williams con esa grande sonrisa y su frase que no me pudo salir de la cabeza que dice así: “Mientras más sepas del pasado, más estarás preparado para el futuro”.

Y el changuito roba-llaves y la gran estatua Bom-pom, Tontón. También está bueno el T-Rex. Y qué decir de Owen Wilson, que se lleva la película desde su primera aparición como el vaquero Jeddediah en contra de los romanos.

Me encanta cuando los monitos quieren desinflar el neumático de un auto y estos la ven de peligro cuando el aire en presión se lleva a la mayoría de los romanos, ¡de risa! Los personajes, como dije, son muy buenos y muy divertidos, es más, hasta te hacen conocer la historia de algunos de ellos; te dicen: “No vayas al museo, mejor ve la película y así pasas Historia”, jaja. Eso sí, lástima que la segunda vez que la vi, con mis amigos de la escuela, no me gustó como si fuera la primera vez, no me reí en las escenas que me había reído antes, pero esto se me olvido y así pude decir honestamente cómo es la película en realidad: Maravillosa y ligera. No te quedes con las ganas porque es una buena película.

“Navidad. Todo cobra vida” – Night At The Museum.

Elegante comedia de Shawn Levy, basada en el libro infantil de Milan Trenc "The night at the museum" y en la que el realizador de "Doce en casa" se enmienda después de la patética nueva versión de "La Pantera Rosa".

La lógica no tiene cabida en cuanto se cruzan las puertas del museo, pero desde el primer minuto cuenta con lo suficiente como para no aburrir al espectador, siempre y cuando, este deje de lado su credibilidad y se entregue por completo al parque de atracciones que despliega Levy con la eficaz aportación del imparable Ben Stiller y unos efectos especiales bastante dignos. Mencionar también a Robin Williams que está bastante aceptable, lo que no es decir poco y sobretodo resaltar la carismática presencia del trio formado por Dick Van Dyke, Bill Cobbs y Mickey Rooney como los veteranos guardas del edificio.

Ni a Stiller, ni a Levy les ha salido mal la jugada con "Noche en el museo", es entretenida y se acerca premeditadamente a los clásicos de Walt Disney, aunque el invento parece perder algo de magia en cuanto el escenario deja de ser el museo, pero de igual modo, la diversión no cesa y es recomendable dejar prejuicios a un lado, para poder disfrutar de una película con indiscutible sabor a añejo; y si es en compañía de niños, mucho mejor.

Saludos.