Posesión infernal
5.8
19,950
Terror. Fantástico
Cinco amigos se alojan en una cabaña de Tenessee para así poder ayudar a una de los jóvenes, que se encuentra en rehabilitación por drogas. Estar sin sus drogas convierte a la chica en una persona agresiva, lo que llevará a sus amigos a no darse cuenta de que en realidad esta poseída por demonios que fueron desatados al leer el Necromicon... Remake del clásico de Raimi. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2013
8 de abril de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
De género: Terror, fantástico, sobrenatural, casas encantadas, gore, posesiones/exorcismos. Es terrorífica, es fantástica, es sobrenatural, estan en una casa encantada, tiene gore y hay posesiones y exorcismos, cumple con creces el género por lo que ya en sí merece un notable ya que no todas películas lo cumplen, pero si aún encima lo hace con creces y hace que no te muevas de la butaca de tu cine, eso se valora muy bien, pero, ¿cuál es la razón por la que del notable pasa al sobresaliente?
Hacía mucho tiempo que no se hacian películas tan terroríficas como está, en la que te da miedo hasta ir al baño a mitad película, para los amantes del gore bastante sobresaliente sobre todo en algunas escenas, y lo que más me ha sorprendido es lo terrorífico que puede llegar a ser una película en tan poco terreno y en la que la trama va cambiando constantemente y hace que no sea pesada, y salgas del cine sorprendido, y sobre todo, pensando en que vas a dormir con la luz encendida.
Hacía mucho tiempo que no se hacian películas tan terroríficas como está, en la que te da miedo hasta ir al baño a mitad película, para los amantes del gore bastante sobresaliente sobre todo en algunas escenas, y lo que más me ha sorprendido es lo terrorífico que puede llegar a ser una película en tan poco terreno y en la que la trama va cambiando constantemente y hace que no sea pesada, y salgas del cine sorprendido, y sobre todo, pensando en que vas a dormir con la luz encendida.
21 de abril de 2013
21 de abril de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aclaro que, al contrario de los que cabría esperar en un adicto al terror cutre-salchichero, y más si está a la mitad de la treintena, nunca he sido especialmente entusiasta de la trilogía de Sam Raimi, que en conjunto, y a riesgo de ganarme el odio eterno de muchos, nunca me ha parecido que pase de simple “chorradilla cutre”.
De hecho, y a eso vamos, la única de entre aquella trilogía que hasta ahora estaba dispuesto a salvar de la quema era precisamente “Posesión infernal”, a la que se le podían perdonar sus múltiples cagadas narrativas, sus maquillajes a base de plastilina y leche, y de sus stop-motion de baratillo teniendo en cuenta su presupuesto de risa (300.000$) y lo relativamente bien, al menos en determinados momentos, que Raimi había sido capaz de manejar algo tan difícil como el terror, máxime cuando se trata de plasmar algo como las abstracciones lovecraftnianas. En efecto, la primera “Posesión infernal”, y a pesar de que se le notan mucho las costuras, “acojona”: tiene momentos realmente inquietantes y todavía, a pesar de los años pasados, consigue que se te ponga el vello de punta en según qué escenas. Por supuesto, y seguramente es lo más recordado, había gore e higadillos para aburrirse, pero lo que verdaderamente te los ponía de corbata no eran la casquería, que ha envejecido terriblemente mal, si no lo logrado de la atmosfera; la sensación constante de indefensión y mal rollo: el hacerte verosímil la idea de que algo poderoso y maligno acechaba en aquel bosque.
Pues bien, ¿Qué es este remake? Un bluf, un coñazo: la nada más absoluta; una sucesión de escenas gore muy bien hechas pero sin el menor sentido narrativo; una mierda de perro envuelta en un filete de hígado recién cortado. No hay intriga, no hay juego psicológico sobre quién está poseído o no, no hay regusto lovecraftniano, no hay sensación de angustia o indefensión, no hay horror ante la transformación radical de los personajes (como sí había en el original). En definitiva, NO HAY TERROR. Todo se reduce a una bastante aburrida sucesión de escenas sanguinolentas, automutilaciones y vomitonas que ya hemos visto en otras películas antes. Y no: tampoco hay humor más allá de los chistes involuntarios en las que se convierten ciertas estupideces de guión.
¿Algo bueno que sacar de esta película? En mi caso sí: he aprendido a valorar más la trilogía original, que ahora, en comparación con esto, se me antoja un festival de ingenio y saber hacer . Película, torpe, efectista, vacua e insustancial que se olvida tan rápido como se ve.
De hecho, y a eso vamos, la única de entre aquella trilogía que hasta ahora estaba dispuesto a salvar de la quema era precisamente “Posesión infernal”, a la que se le podían perdonar sus múltiples cagadas narrativas, sus maquillajes a base de plastilina y leche, y de sus stop-motion de baratillo teniendo en cuenta su presupuesto de risa (300.000$) y lo relativamente bien, al menos en determinados momentos, que Raimi había sido capaz de manejar algo tan difícil como el terror, máxime cuando se trata de plasmar algo como las abstracciones lovecraftnianas. En efecto, la primera “Posesión infernal”, y a pesar de que se le notan mucho las costuras, “acojona”: tiene momentos realmente inquietantes y todavía, a pesar de los años pasados, consigue que se te ponga el vello de punta en según qué escenas. Por supuesto, y seguramente es lo más recordado, había gore e higadillos para aburrirse, pero lo que verdaderamente te los ponía de corbata no eran la casquería, que ha envejecido terriblemente mal, si no lo logrado de la atmosfera; la sensación constante de indefensión y mal rollo: el hacerte verosímil la idea de que algo poderoso y maligno acechaba en aquel bosque.
Pues bien, ¿Qué es este remake? Un bluf, un coñazo: la nada más absoluta; una sucesión de escenas gore muy bien hechas pero sin el menor sentido narrativo; una mierda de perro envuelta en un filete de hígado recién cortado. No hay intriga, no hay juego psicológico sobre quién está poseído o no, no hay regusto lovecraftniano, no hay sensación de angustia o indefensión, no hay horror ante la transformación radical de los personajes (como sí había en el original). En definitiva, NO HAY TERROR. Todo se reduce a una bastante aburrida sucesión de escenas sanguinolentas, automutilaciones y vomitonas que ya hemos visto en otras películas antes. Y no: tampoco hay humor más allá de los chistes involuntarios en las que se convierten ciertas estupideces de guión.
¿Algo bueno que sacar de esta película? En mi caso sí: he aprendido a valorar más la trilogía original, que ahora, en comparación con esto, se me antoja un festival de ingenio y saber hacer . Película, torpe, efectista, vacua e insustancial que se olvida tan rápido como se ve.
28 de mayo de 2013
28 de mayo de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una película cuyo cartel nos promete que su visionado va a ser la experiencia más terrorífica que jamás vayamos a vivir. Se trata de una promesa importante que ha conseguido atraer la atención de más de uno (servidor, por ejemplo), valientes, que hemos reunido el suficiente valor y los suficientes pañales para ir a verla.
Hay quien dice que estamos ante un caso claro de publicidad engañosa y eso no es cierto. Vale que el film no sea terrorífico, pero los siete euros con ochenta céntimos que he tenido que pagar para asistir a semejante desfile de látex y banalidades me han dejado temblando todo el mes.
Fíjense bien, debajo de la puntuación he puesto “deficiente”. No “mala” o “floja”, sino “deficiente”, como guiño a la deficiencia mental que evidencia el director de esta repugnante basura que hacen llamar película y que ya ha recaudado sus milloncejos en todo el mundo.
Esta es sino un remake de Posesión Infernal (Sam Raimi, 1981), considerada una de las películas más decentes del mal llamado director, Sam Raimi. Película que, pese a lo mala que fuera, era original y supuso una novedad en su época. Todo ese mérito que pudiera tener, con Evil Dead se ha esfumado de un plumazo.
La película narra la excursión a una casa en un bosque de un grupo de adolescentes sobrehormonados que intentan ayudar a una amiga drogadicta quien, en un magistral giro de guión, acaba poseída por el mismísimo Satán.
Con este panorama por delante no podemos esperarnos una obra maestra, ni mucho menos, pero con todo y con eso tampoco nos esperamos la escoria que finalmente nos presenta esta pseudopelícula cuyo mayor atractivo se encuentra en el gore de la misma. ¿Quieren ver gore? ¡Comienza el destripamiento!
En el aspecto visual no se le pueden sacar excesivas pegas y es que, con dinero, se puede hacer casi todo (excepto una película decente, en este caso). La película promete sangre y vísceras y eso es todo lo que da, sin más. El abuso del gore dentro de la misma provoca momentos realmente absurdos, pero que pueden resultar deliciosos para los amantes de este tipo de películas.
Los actores parecen sacados de un casting para modelos de ropa de mercadillo. Ni ellos mismo se creen su papel, ni existe una química entre ellos ni nada.
El guión cae por su propio peso. Partiendo de ese argumento simple y directo era difícil fastidiarlo de alguna manera. Sin embargo, mediante esas “tramas” secundarias, esos personajes con conflictos y esa narración de cachondeo lograron destrozar lo que un día fue considerado algo bueno (el guión original).
Diálogos torpes y absurdos a lo largo de una película que llega a hacerte bostezar en más de una ocasión.
CONCLUSIÓN
Imágenes pornográficas, violentas y sangrientas; tacos y blasfemias; y chicas guapas cubiertas de pintura roja. Eso es todo lo que ofrece este largometraje. Si eso es a lo único que aspiras en la vida, ve a verla.
Sin embargo, las personas que entienden el cine como un arte llorarán por hacer perdido hora y media de su vida si se atreven a ver esta farsa. Es como comerse una hamburguesa y pasar tres días con diarrea.
Huelga decir que no supone un reto intelectual y que carece de toda profundidad o carga filosófica, pero es que ni siquiera se puede decir que resulta un divertimento ya que llega a ser soporífera en algunos momentos.
Un aspecto técnico y visual muy bueno para una película no apta para gente con buen gusto o que guarde algún cariño a sus neuronas.
Eso sí, si finalmente te atreves a verla con la intención de pasar un buen rato, hazlo con amigos. ¡Puede que hasta no lo paséis mal!
Hay quien dice que estamos ante un caso claro de publicidad engañosa y eso no es cierto. Vale que el film no sea terrorífico, pero los siete euros con ochenta céntimos que he tenido que pagar para asistir a semejante desfile de látex y banalidades me han dejado temblando todo el mes.
Fíjense bien, debajo de la puntuación he puesto “deficiente”. No “mala” o “floja”, sino “deficiente”, como guiño a la deficiencia mental que evidencia el director de esta repugnante basura que hacen llamar película y que ya ha recaudado sus milloncejos en todo el mundo.
Esta es sino un remake de Posesión Infernal (Sam Raimi, 1981), considerada una de las películas más decentes del mal llamado director, Sam Raimi. Película que, pese a lo mala que fuera, era original y supuso una novedad en su época. Todo ese mérito que pudiera tener, con Evil Dead se ha esfumado de un plumazo.
La película narra la excursión a una casa en un bosque de un grupo de adolescentes sobrehormonados que intentan ayudar a una amiga drogadicta quien, en un magistral giro de guión, acaba poseída por el mismísimo Satán.
Con este panorama por delante no podemos esperarnos una obra maestra, ni mucho menos, pero con todo y con eso tampoco nos esperamos la escoria que finalmente nos presenta esta pseudopelícula cuyo mayor atractivo se encuentra en el gore de la misma. ¿Quieren ver gore? ¡Comienza el destripamiento!
En el aspecto visual no se le pueden sacar excesivas pegas y es que, con dinero, se puede hacer casi todo (excepto una película decente, en este caso). La película promete sangre y vísceras y eso es todo lo que da, sin más. El abuso del gore dentro de la misma provoca momentos realmente absurdos, pero que pueden resultar deliciosos para los amantes de este tipo de películas.
Los actores parecen sacados de un casting para modelos de ropa de mercadillo. Ni ellos mismo se creen su papel, ni existe una química entre ellos ni nada.
El guión cae por su propio peso. Partiendo de ese argumento simple y directo era difícil fastidiarlo de alguna manera. Sin embargo, mediante esas “tramas” secundarias, esos personajes con conflictos y esa narración de cachondeo lograron destrozar lo que un día fue considerado algo bueno (el guión original).
Diálogos torpes y absurdos a lo largo de una película que llega a hacerte bostezar en más de una ocasión.
CONCLUSIÓN
Imágenes pornográficas, violentas y sangrientas; tacos y blasfemias; y chicas guapas cubiertas de pintura roja. Eso es todo lo que ofrece este largometraje. Si eso es a lo único que aspiras en la vida, ve a verla.
Sin embargo, las personas que entienden el cine como un arte llorarán por hacer perdido hora y media de su vida si se atreven a ver esta farsa. Es como comerse una hamburguesa y pasar tres días con diarrea.
Huelga decir que no supone un reto intelectual y que carece de toda profundidad o carga filosófica, pero es que ni siquiera se puede decir que resulta un divertimento ya que llega a ser soporífera en algunos momentos.
Un aspecto técnico y visual muy bueno para una película no apta para gente con buen gusto o que guarde algún cariño a sus neuronas.
Eso sí, si finalmente te atreves a verla con la intención de pasar un buen rato, hazlo con amigos. ¡Puede que hasta no lo paséis mal!
3 de julio de 2013
3 de julio de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Que decepción!, pero que decepción!!
Lo único bueno que tiene son los efectos, efectos que se desperdician como el pescador cuando lanza por la borda las tripas y las carcasas de sardinas y lubinas podridas porque ya se la sudan. ¿Y esta era la peli de terror del año? Menudo TRUÑO.
Reconozco que habré valorado películas con un 4 sólo por los efectos, pero de esta me esperaba más, mucho más. Sólo hay tripas y ojos viejunos sin sustancia, es infantil, predecible, tonta.., quita los efectos y lo que queda es un TRUFO realizado por estudiantes de.., por estudiantes de violonchelo joder¡¡
Por no tener no tiene ni sustos. En fin, me quedo con las primeras. Por lo menos te reías...
Lo único bueno que tiene son los efectos, efectos que se desperdician como el pescador cuando lanza por la borda las tripas y las carcasas de sardinas y lubinas podridas porque ya se la sudan. ¿Y esta era la peli de terror del año? Menudo TRUÑO.
Reconozco que habré valorado películas con un 4 sólo por los efectos, pero de esta me esperaba más, mucho más. Sólo hay tripas y ojos viejunos sin sustancia, es infantil, predecible, tonta.., quita los efectos y lo que queda es un TRUFO realizado por estudiantes de.., por estudiantes de violonchelo joder¡¡
Por no tener no tiene ni sustos. En fin, me quedo con las primeras. Por lo menos te reías...
3 de abril de 2014
3 de abril de 2014
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, porque puede haber secuela. Posesión infernal documenta una vez más, por si era necesario, la falta de imaginación, la ausencia de originalidad y la impotencia del Hollywood actual. ¿Para qué un remake de lo que Raimi hizo mejor (no era difícil) hace más de 30 años, y que tampoco era nada del otro mundo? Una película pequeña, barata, sin pretensiones, justita en sus méritos artísticos, que cayó en gracia y se convirtió en título de culto. Ahora, para contentar a ese público adolescente que cría telarañas en el cerebro, repetimos la jugada, con Raimi como productor, muy contento de que los beneficios del bodrio hayan triplicado su presupuesto. Lo de siempre: cinco de los jóvenes más imbéciles del mundo se reúnen en una cabaña aislada en el bosque para curar el "mono" a una drogota (una situación ridícula, absurda e impensable). Cuando uno de ellos se dedica a descifrar, desafiando a cualquier sentido común, un libraco que todos sabemos henchido de perversidad, el mal se desencadena y los va poseyendo y mutilando entre litros y litros de falsa sangre. Diálogos de pesadilla, interpretaciones de obra de párvulos, efectos especiales nauseabundos, todo es un horror, salvo la banda sonora de Roque Baños, que sale indemne del desastre. Ideal para lobotomizados y borderlines. Ya sé que me vais a dejar a parir, pero alguien tenía que decirlo. Ah, sale Bruce Campbell un momento en un cameo.
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