El Cid
6.7
8,466
Aventuras
En la segunda mitad del siglo XI, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, se hizo célebre por sus victoriosas campañas contra los musulmanes durante la reconquista del Reino de Valencia. Acusado injustamente de traición, Rodrigo mata en duelo al padre de Jimena, que lo rechaza y se encierra en un convento. Este es el punto de partida de numerosas peripecias: las intrigas del conde García Ordóñez, el desafío del rey Ramiro de Aragón y ... [+]
13 de abril de 2017
13 de abril de 2017
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La más conocida de las producciones que Samuel Bronston rodó en España es ésta espectacular adaptación del Poema del Mio Cid, obra anónima que hablaba de las gestas del noble caballero castellano que defendió los territorios de su reino de las hordas invasoras musulmanas durante el período de Reconquista.
Al tratarse de una película lógicamente ni sus casi tres horas de duración entran en detallar o constatar los verdaderos hechos o gestas que se le atribuyen al Cid Campeador. El argumento se centra en las batallas más importantes, su relación con Jimena o las rencillas entre los descendientes infantes del rey Fernando de Castilla que ponen a su protagonista entre las cuerdas.
Y, como no, grandes estrellas como Charlton Heston como Rodrigo Díaz “El Cid Campeador”, Sofia Loren en su rol de Jimena, Raf Vallone o Herbert Lom no podían faltar en ésta producción bronstoniana que tomó el paisaje castellano como referencia y las playas de Peñíscola con el castillo de fondo para recrear la batalla de Valencia. El director Anthony Mann le dió guinda a ésta espectácular película de alto presupuesto y que contó con la aportación de millares de extras.
Al tratarse de una película lógicamente ni sus casi tres horas de duración entran en detallar o constatar los verdaderos hechos o gestas que se le atribuyen al Cid Campeador. El argumento se centra en las batallas más importantes, su relación con Jimena o las rencillas entre los descendientes infantes del rey Fernando de Castilla que ponen a su protagonista entre las cuerdas.
Y, como no, grandes estrellas como Charlton Heston como Rodrigo Díaz “El Cid Campeador”, Sofia Loren en su rol de Jimena, Raf Vallone o Herbert Lom no podían faltar en ésta producción bronstoniana que tomó el paisaje castellano como referencia y las playas de Peñíscola con el castillo de fondo para recrear la batalla de Valencia. El director Anthony Mann le dió guinda a ésta espectácular película de alto presupuesto y que contó con la aportación de millares de extras.
14 de marzo de 2021
14 de marzo de 2021
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Para ser de 1961 la película se conserva bastante bien, mas de 3 horas de película que pese a tener ese ritmo pausado de la época no se me hicieron largas, contando casi todas las etapas de la vida adulta de el Cid.
Tanto Charlton Heston como la preciosa Sophie Loren están inconmensurables, bordando su papel, en una película en la que no creo que nada tenga que ver con la historia verdadera, pero en la que me encantó su final.
Por cierto una parte de la película esta grabada en Torrelobatón un pueblito de Valladolid muy cercano a mi pueblo
Tanto Charlton Heston como la preciosa Sophie Loren están inconmensurables, bordando su papel, en una película en la que no creo que nada tenga que ver con la historia verdadera, pero en la que me encantó su final.
Por cierto una parte de la película esta grabada en Torrelobatón un pueblito de Valladolid muy cercano a mi pueblo
17 de julio de 2024
17 de julio de 2024
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Uno de los iconos de las leyendas de caballería, Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido cómo El Cid Campeador, es uno de los símbolos de la España de la Edad Media, un caballero de gran valor que escribió una de las páginas más importantes de la historia castellana siendo una fuente de inspiración durante siglos que aún perdura en la actualidad, un gran héroe que superó a la muerte conquistando la gloria en el campo de batalla aterrando a sus enemigos, el mito y el folklore han contribuido a elevar a esta mágica figura del medievo, su vida e historia se recogen en una de las obras más importantes de la época, “El Cantar del Mio Cid”. Junto a Don Pelayo, El Cid se convirtió en un de los más importantes símbolos contra la ocupación musulmana en el sureste de la península, un mito cuyo eco resonó, principalmente, gracias a la literatura, con el nombrado “Cantar del Mío Cid” (escrito entre el 1195 y 1207 por un autor anónimo) y numerosos textos españoles, alfaquíes o franceses que ensalzan el espíritu de este bravo caballero andante, un espíritu que siempre se ha asociado a la garra española y que se ha plasmado en celuloide en varias ocasiones, siendo la más famosa la muy entretenida película que hoy nos ocupa: “El Cid” (Anthony Mann, 1961).
“El Cid” de Mann basa su historia en el amor de Rodrigo y Jimena, añadiendo intrigas palaciegas, muerte de monarcas que no existieron en la realidad y cómo fondo y final la reconquista española, un sofrito americano de Samuel Bronston rodado en España que se debe valorar por su entretenimiento y no cómo documento, pese a contar como asesor histórico con Ramón Menéndez Pidal. Anthony Mann nunca consideró al Campeador un personaje realmente histórico, él quería hacer algo sobre España y empezó a leer libros de historia hasta que dio con este personaje, uno de los más grandes de la historia de España o quizá de la leyenda española, y esto es justamente lo que a él le interesaba mostrar al mundo: España y un personaje de su leyenda. El guion de “El Cid” bebe fundamentalmente de dos fuentes, la primera parte se basa sobre todo en una obra teatral del siglo XVII: “Le Cid” de Pierre Corneille, la tragicomedia que popularizó la figura de Rodrigo en todo el mundo, esta obra estaba directamente inspirada en “Las Mocedades del Cid” de Guillén de Castro (s. XVII) donde se presenta al Cid como un “Hombre de Estado”, un cortesano eficiente y moderado. La otra gran fuente es el antes nombrado “El Cantar del Mío Cid”, en cuyo argumento se basa parte de la segunda parte del film. “El Cid” de Anthony Mann, recoge parte de todas estas narraciones, las que considera más atractivas para el espectador del siglo XX, para aunarlas en un texto que, a su vez, va a mostrar la visión particular de sus autores respecto al mito.
Aunque la película cuenta con la dirección de un genio de la talla de Antony Mann, la aportación del productor al film, Samuel Bronston, no se quedaría tan solo en la elección de la historia y en su producción, sino que influiría también en la configuración de un personaje (debido en gran medida al guionista Ben Barzman) en el que, de algún modo, se proyecta él mismo en su búsqueda de la armonía y la amistad, existe un mensaje claro en pro de la paz, pero también de la libertad, de la libertad para pensar de manera diferente a lo que los poderes establecidos o la tradición imponían y a ser independiente en la toma de decisiones, como pretendía el productor respecto a las “majors” estadounidenses.
Cuando llegó el director a hacerse cargo del film, daba la impresión de que todo estaba hecho, y, como hemos visto hasta aquí, parece que los productores y los guionistas, ya tenían la película perfilada. ¿Hasta dónde llegó la contribución del director? El director (que en aquel momento estaba casado con Sara Montiel) afirmaba que pretendía mostrar el paisaje espectacular de España y un héroe que surge de esos paisajes, su idea era la de colocar a un hombre corriente frente a su destino, un hombre cuyo único objetivo es casarse y que acaba siendo convertido en leyenda. “El Cid” es la culminación lógica del héroe típico de Mann, el individuo sencillo que se convierte en héroe, al que se suma el perfecto héroe cristiano que encarna Rodrigo.
Pero “El Cid” es ante todo un gran espectáculo, no deberíamos esperar mucho más, en este sentido, es impresionante y memorable.
“El Cid” de Mann basa su historia en el amor de Rodrigo y Jimena, añadiendo intrigas palaciegas, muerte de monarcas que no existieron en la realidad y cómo fondo y final la reconquista española, un sofrito americano de Samuel Bronston rodado en España que se debe valorar por su entretenimiento y no cómo documento, pese a contar como asesor histórico con Ramón Menéndez Pidal. Anthony Mann nunca consideró al Campeador un personaje realmente histórico, él quería hacer algo sobre España y empezó a leer libros de historia hasta que dio con este personaje, uno de los más grandes de la historia de España o quizá de la leyenda española, y esto es justamente lo que a él le interesaba mostrar al mundo: España y un personaje de su leyenda. El guion de “El Cid” bebe fundamentalmente de dos fuentes, la primera parte se basa sobre todo en una obra teatral del siglo XVII: “Le Cid” de Pierre Corneille, la tragicomedia que popularizó la figura de Rodrigo en todo el mundo, esta obra estaba directamente inspirada en “Las Mocedades del Cid” de Guillén de Castro (s. XVII) donde se presenta al Cid como un “Hombre de Estado”, un cortesano eficiente y moderado. La otra gran fuente es el antes nombrado “El Cantar del Mío Cid”, en cuyo argumento se basa parte de la segunda parte del film. “El Cid” de Anthony Mann, recoge parte de todas estas narraciones, las que considera más atractivas para el espectador del siglo XX, para aunarlas en un texto que, a su vez, va a mostrar la visión particular de sus autores respecto al mito.
Aunque la película cuenta con la dirección de un genio de la talla de Antony Mann, la aportación del productor al film, Samuel Bronston, no se quedaría tan solo en la elección de la historia y en su producción, sino que influiría también en la configuración de un personaje (debido en gran medida al guionista Ben Barzman) en el que, de algún modo, se proyecta él mismo en su búsqueda de la armonía y la amistad, existe un mensaje claro en pro de la paz, pero también de la libertad, de la libertad para pensar de manera diferente a lo que los poderes establecidos o la tradición imponían y a ser independiente en la toma de decisiones, como pretendía el productor respecto a las “majors” estadounidenses.
Cuando llegó el director a hacerse cargo del film, daba la impresión de que todo estaba hecho, y, como hemos visto hasta aquí, parece que los productores y los guionistas, ya tenían la película perfilada. ¿Hasta dónde llegó la contribución del director? El director (que en aquel momento estaba casado con Sara Montiel) afirmaba que pretendía mostrar el paisaje espectacular de España y un héroe que surge de esos paisajes, su idea era la de colocar a un hombre corriente frente a su destino, un hombre cuyo único objetivo es casarse y que acaba siendo convertido en leyenda. “El Cid” es la culminación lógica del héroe típico de Mann, el individuo sencillo que se convierte en héroe, al que se suma el perfecto héroe cristiano que encarna Rodrigo.
Pero “El Cid” es ante todo un gran espectáculo, no deberíamos esperar mucho más, en este sentido, es impresionante y memorable.
3 de enero de 2020
3 de enero de 2020
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clásico en la filmografía de un grande como Charlton Heston en la que podemos ver a una muy percutible Sofía Loren. Dirigida por el Spielberg de la época Anthony Mann y con la música de Miklos Rozsa además, Filmada en varias localizaciones de España.
Me alegra haberla visto en mi infancia pues vista hoy día y a pesar de estar bien filmada y con muchos exteriores cosa que no envejece no como ese CGI que lo hace fatal, resulta algo irregular, probablemente lo que más canta al ojo sean esos actores pintados con betún ejerciendo de Moros, muy horrible y típico de los 60 y 70y no creo que aguante el visionado a ojos de un Milennial o generación Z.
Esto me ha hecho plantearme como sería una Película del Cid para llevar la Generación Z al cine.
Rodrigo Díaz de Vivar tendría que estar de Gym, bien musculado como Thor y ser un Playboy.
Debería ir soltando One liners sarcásticos al más puro estilo Tony Stark.
La armadura y escudo por supuesto se la diseñaría y fabricaría Stark Induntries y estaría concebida con Adamantium para aumentar su resistencia y durabilidad además blandiría una espada mítica forjada en la primera edad de la tierra media y predestinada a acabar con los Moros en la batalla final de Valencia durante la Tercera Edad.
Doña Jimena seria Wonder Jimena una espectacular pibe vestida con unos short de cuero azul oscuro y protector para el torso amarillo y rojo para combatir al lado de su esposo además posee una gran inteligencia y habla más de 10 idiomas.
A raíz de la muerte de Rodrigo en la épica-mega-súper batalla por la toma de Valencia se compone “El Trap del Mío Cid” un Hit número 1 en los 40 principales.
Me alegra haberla visto en mi infancia pues vista hoy día y a pesar de estar bien filmada y con muchos exteriores cosa que no envejece no como ese CGI que lo hace fatal, resulta algo irregular, probablemente lo que más canta al ojo sean esos actores pintados con betún ejerciendo de Moros, muy horrible y típico de los 60 y 70y no creo que aguante el visionado a ojos de un Milennial o generación Z.
Esto me ha hecho plantearme como sería una Película del Cid para llevar la Generación Z al cine.
Rodrigo Díaz de Vivar tendría que estar de Gym, bien musculado como Thor y ser un Playboy.
Debería ir soltando One liners sarcásticos al más puro estilo Tony Stark.
La armadura y escudo por supuesto se la diseñaría y fabricaría Stark Induntries y estaría concebida con Adamantium para aumentar su resistencia y durabilidad además blandiría una espada mítica forjada en la primera edad de la tierra media y predestinada a acabar con los Moros en la batalla final de Valencia durante la Tercera Edad.
Doña Jimena seria Wonder Jimena una espectacular pibe vestida con unos short de cuero azul oscuro y protector para el torso amarillo y rojo para combatir al lado de su esposo además posee una gran inteligencia y habla más de 10 idiomas.
A raíz de la muerte de Rodrigo en la épica-mega-súper batalla por la toma de Valencia se compone “El Trap del Mío Cid” un Hit número 1 en los 40 principales.
27 de abril de 2015
27 de abril de 2015
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
67/03(08/04/15) Gran Clásico, cine Épico de mayúsculas, superproducción soberbia de medios, de 6,2 millones $, atronador homenaje a unos de los Iconos de la reunificación española, Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid (del árabe sidi, significa "El Señor", “El Compasivo”, “El Misericordioso”). Esta es una película de productor, del megalómano Samuel Bronston, judío-ruso de nacimiento (sobrino de Leon Trotski), nacionalizado estadounidense, se instaló en España en connivencia con el gobierno para rodar grandes epopeyas, con esta primera tocó la cima (además de filmó “55 días en Pekín”, “Rey de Reyes”, “La caída del Imperio Romano” o “El fabuloso mundo del circo”), contrataron a dos de las estrellas más fulgurantes del momento, Charlton Heston, venía de hacer Ben-Hur, y la italiana Sophia Loren, puso de director a un especialista en el western como Anthony Mann, sabia dar a sus cintas un toque reflexivo (venía de ser despedido por Kirk Douglas de “Spartacus”), con guión Philip Yordan (“Johnny Guitar”) , Ben Barzman (“La caída del Imperio Romano”) y Fredric M. Frank (“Los 10 Mandamientos”), basado en una historia del último, adaptan libremente un poema épico de principios del SXIII, “El Cantar del Mío Cid”, en que se hace una mesiánica reflexión del heroísmo. Sinopsis omitida por falta de espacio.
Anthony Mann mezcla con pericia acción, cine bélico, drama, construye con paso firme el relato en increscendo dramático del ascenso de un guerreo a los altares de la Leyenda, en dos partes (separadas por el símbolo de grandeza Overture e Intermision), en la primera se gesta en sus acciones el Mito, en la segunda ya tiene constancia de su papel de cuasi Moisés en que debe liderar a su pueblo a la victoria. El realizador en sus westerns intentaba insuflar la narración del drama humano de los protagonistas, personajes enmarcados en situaciones extremas en la frontera USA, lugares donde la ambigüedad entre el bien y el mal se alzaba, para este film toma algunas de estas señas en el tormento interior del héroe que su dignidad y orgullo le dictan un camino que debe seguir, aunque le cueste perder todo lo que tiene, su compasión le hace liberar a los dos emires al principio, estos principios le hacen enfrentarse en un duelo con el padre de su prometida, aunque esto le cause el desamor de ella, le hacen humillar públicamente al rey, aunque esto le cause ser desterrado, convirtiendo el relato en una historia de tintes elegiaco-mesiánicos, pues a cada paso catarquico que da más gente le sigue. En el otro lado está Ximena, prometida de El Cid, tras una trágico hecho pasa a odiarlo mortalmente, planeando su muerte, y si no lo consigue, decidirá el peor de los castigos casarse con él para con su indiferencia hacerle infeliz, es el choque de estas personalidades la mejor salsa en que se mueve Mann. El director maneja con brillantez la ambientación, con castillos, vestuarios, banderones, armaduras, armamento, y sabe sacarle gran partido a los vastos paisajes, manejando gran equilibrio entre las escenas épicas y las intimas. Una realización muy elegante sabiendo utilizar fueras de campo inteligentes como en el duelo entre Rodrigo y el conde Gormaz, los dos contendientes desaparecen bajo una escalera, y de la oscuridad aparece el segundo letalmente herido, o con el manejo de elipsis, sofisticada cuando Ximena es sacada de los calabozos por el conde Ordóñez, denota gran estilo.
La historia toca el tema Universal de la lucha por la libertad, se habla de la tolerancia entre diferentes culturas, del entendimiento entre religiones, y lo hace de modo respetuoso, atacando prejuicios sociales, la intolerancia racial y teológicos, arremetiendo contra el egoísmo, los celos, el odio, la sed de venganza, y ensalzando valores como la valentía, la lealtad, la compasión, y la dignidad. A pesar de tener la producción un asesor como Ramón Menéndez Pidal , autoridad española en El Cid y España de la Edad Media, los historiadores la masacraron por no ser realista, pero yo me atengo a aquella máxima de “El hombre que mató a Liberty Balance” <Cuando la leyenda se convierte en hecho, imprime la leyenda>, esto es un film, no un documental histórico, aquí prima emocionar, entretener y hacerte pensar, esto lo consigue con creces con un espectáculo portentoso, edificando una Odisea Homérica en la que el héroe debe pasar distintas fases hasta llegar a su cuasi-místico destino (poco importa que este no sea real). Llega a fundirse por momentos su figura con la de Jesucristo, cuasi-deidad enviada a salvarnos de la tiranía del invasor y que nos hará unirnos, este aura mesiánica queda reflejada en una secuencia magistral cerca del final, bordeando la herejía, Ben Yosuf tiene preso al conde Ordóñez y habla con él:
Ordóñez: -Todos hemos de morir. Por que no por una buena causa?
Ben Yosuf: -Y que causa merece tal tortura?
Ordóñez: -El Cid.
Ben Yosuf: -El Cid? Es un hombre como los demás. Yo he de matarle.
Ordóñez: -No morirá nunca. Nunca!
Os atreveis a equipararle con el profeta?
Ordóñez: -Si!
Ben Yosuf: -Esto no será una batalla corriente. Será nuestro Dios (mirando al cielo) contra el vuestro (mientras le clava un puñal a Ordóñez)!
La puesta en escena es Kolossal, con suntuoso diseño producción Veniero Colasanti (“55 días en Pekín”) y John Moore (“Gigante”), candidatos al Oscar, con fascinante recreación de la edad Media, rodando la mayor parte en España, con profusión de castillos, los bellos de Belmonte (el de la Calahorra en el film), los de Peñíscola y Bamburgh (reflejan Valencia), además en poblaciones como Torrelobatón (pueblo de Vivar) y Ampudia (pueblo atacado al inicio), o en la sierra madrileña, algunas escenas filmadas en estudios de Roma (exigencias de la co-producción), con manejo de 35 barcos, 10000 trajes y 50 máquinas de guerra medievales, con formidables interiores de castillos, rozando en la composición el expresionismo, con múltiples arcos, escaleras, ventanas, desbordando realismo,... (continua en spoiler)
Anthony Mann mezcla con pericia acción, cine bélico, drama, construye con paso firme el relato en increscendo dramático del ascenso de un guerreo a los altares de la Leyenda, en dos partes (separadas por el símbolo de grandeza Overture e Intermision), en la primera se gesta en sus acciones el Mito, en la segunda ya tiene constancia de su papel de cuasi Moisés en que debe liderar a su pueblo a la victoria. El realizador en sus westerns intentaba insuflar la narración del drama humano de los protagonistas, personajes enmarcados en situaciones extremas en la frontera USA, lugares donde la ambigüedad entre el bien y el mal se alzaba, para este film toma algunas de estas señas en el tormento interior del héroe que su dignidad y orgullo le dictan un camino que debe seguir, aunque le cueste perder todo lo que tiene, su compasión le hace liberar a los dos emires al principio, estos principios le hacen enfrentarse en un duelo con el padre de su prometida, aunque esto le cause el desamor de ella, le hacen humillar públicamente al rey, aunque esto le cause ser desterrado, convirtiendo el relato en una historia de tintes elegiaco-mesiánicos, pues a cada paso catarquico que da más gente le sigue. En el otro lado está Ximena, prometida de El Cid, tras una trágico hecho pasa a odiarlo mortalmente, planeando su muerte, y si no lo consigue, decidirá el peor de los castigos casarse con él para con su indiferencia hacerle infeliz, es el choque de estas personalidades la mejor salsa en que se mueve Mann. El director maneja con brillantez la ambientación, con castillos, vestuarios, banderones, armaduras, armamento, y sabe sacarle gran partido a los vastos paisajes, manejando gran equilibrio entre las escenas épicas y las intimas. Una realización muy elegante sabiendo utilizar fueras de campo inteligentes como en el duelo entre Rodrigo y el conde Gormaz, los dos contendientes desaparecen bajo una escalera, y de la oscuridad aparece el segundo letalmente herido, o con el manejo de elipsis, sofisticada cuando Ximena es sacada de los calabozos por el conde Ordóñez, denota gran estilo.
La historia toca el tema Universal de la lucha por la libertad, se habla de la tolerancia entre diferentes culturas, del entendimiento entre religiones, y lo hace de modo respetuoso, atacando prejuicios sociales, la intolerancia racial y teológicos, arremetiendo contra el egoísmo, los celos, el odio, la sed de venganza, y ensalzando valores como la valentía, la lealtad, la compasión, y la dignidad. A pesar de tener la producción un asesor como Ramón Menéndez Pidal , autoridad española en El Cid y España de la Edad Media, los historiadores la masacraron por no ser realista, pero yo me atengo a aquella máxima de “El hombre que mató a Liberty Balance” <Cuando la leyenda se convierte en hecho, imprime la leyenda>, esto es un film, no un documental histórico, aquí prima emocionar, entretener y hacerte pensar, esto lo consigue con creces con un espectáculo portentoso, edificando una Odisea Homérica en la que el héroe debe pasar distintas fases hasta llegar a su cuasi-místico destino (poco importa que este no sea real). Llega a fundirse por momentos su figura con la de Jesucristo, cuasi-deidad enviada a salvarnos de la tiranía del invasor y que nos hará unirnos, este aura mesiánica queda reflejada en una secuencia magistral cerca del final, bordeando la herejía, Ben Yosuf tiene preso al conde Ordóñez y habla con él:
Ordóñez: -Todos hemos de morir. Por que no por una buena causa?
Ben Yosuf: -Y que causa merece tal tortura?
Ordóñez: -El Cid.
Ben Yosuf: -El Cid? Es un hombre como los demás. Yo he de matarle.
Ordóñez: -No morirá nunca. Nunca!
Os atreveis a equipararle con el profeta?
Ordóñez: -Si!
Ben Yosuf: -Esto no será una batalla corriente. Será nuestro Dios (mirando al cielo) contra el vuestro (mientras le clava un puñal a Ordóñez)!
La puesta en escena es Kolossal, con suntuoso diseño producción Veniero Colasanti (“55 días en Pekín”) y John Moore (“Gigante”), candidatos al Oscar, con fascinante recreación de la edad Media, rodando la mayor parte en España, con profusión de castillos, los bellos de Belmonte (el de la Calahorra en el film), los de Peñíscola y Bamburgh (reflejan Valencia), además en poblaciones como Torrelobatón (pueblo de Vivar) y Ampudia (pueblo atacado al inicio), o en la sierra madrileña, algunas escenas filmadas en estudios de Roma (exigencias de la co-producción), con manejo de 35 barcos, 10000 trajes y 50 máquinas de guerra medievales, con formidables interiores de castillos, rozando en la composición el expresionismo, con múltiples arcos, escaleras, ventanas, desbordando realismo,... (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...todo realzado por la esplendida fotografía Robert Krasker (“El Tercer hombre”), en radiante Cinemascope, explota la pantalla panorámica extraancha con líricos amaneceres de cielos rojizos, planos preciosos de playas, de páramos montañosos, engrandecido con un proceso de cromatismo especial, la gran pantalla aprovechada para el manejo de miles de extras, unos 7000 (soldados españoles), con gran manejo del espacio, con ingeniosos movimientos de cámara, con impresionantes travellings. Se suma la hermosa música de Míklos Rózsa, una delicia de acompañamiento que se mueve exuberante en las fanfarrias de las escenas de acción como en los cálidos momentos íntimos, fue nominada al Oscar.
Charlton Heston realiza una actuación soberbia, encarnación del héroe, con rostro tallado por los Dioses, mostrando una tremenda evolución, imprime tremebundo carisma a su rol, lo dota de un aura cuasi-sobrenatural, es la misericordia, la fe, la pasión, el honor, el sentido del deber, la justicia, de un porte regio que hacen impensable a otro actor como El Cid. Sophia Loren en su momento álgido de belleza, expone glamur, delicadeza, atractivo, seducción, lástima que parezca actuar en todo momento con un corsé, se le denota acartonada, con química con Heston pero más por el actor que por ella, recibió la cifra record de 200000 $ por 10 semanas de rodaje, asimismo Bronston debía pagar 200 $ a la semana a su peluquero. La actriz gala Geneviève Page deja gran poso con su rol de víbora especie de Lady MacBeth, incluso medio-sugiriendo sibilinamente una relación incestuosa con su hermano Alfonso. John Fraser da una ambigua interpretación, títere de su hermana, presencia corta pero dejando buenas perlas de evolución personal. Herbert Lom en su rol de villano exhibe contundencia en un personaje plano de maldad, pero muy divertido en su villanía despiadada, aunque su muerte queda bastante bufa. Frank Thring como el almorávide amigo del cid dota de una enorme hidalguía y majestuosidad a su personaje.
Spoiler:
Con todo lo bueno cabe achacar cierto envejecimiento, arrugas e incoherencias en aspectos que le impiden alzarse al Olimpo, hay situaciones bastante forzadas, demasiado hagiografía, demasiadas licencias hay que otorgarle, ejemplos; Cuando al inicio a El Cid le llama traidor el alférez del Rey y no pasa nada; Que Ximena en la pelea de justas por la ciudad de Calahorra de una prenda al paladín enemigo de su Rey queda muy chirriante; Como la forma tan ridícula en que el Rey Sancho es asesinado bajo las murallas de Zamora, una tomadura de pelo, acrecentado por el hecho de que el Cid lo esté espiando todo, chusco, o porque está El Cid en el castillo de Alfonso si este no quiere posicionarse en esta Guerra Civil? lo lógico es que estuviera en su tierra; El Rey Alfonso llegando a Valencia con su ejército, nos hemos perdido algo? La ciudad estaba sitiada, para que se mete el Rey en lo que es la trampa? Porque no ataca al enemigo desde fuera creándoles dos frentes? O como consigue llegar a la ciudad? Ben Yusuf le deja pasar con alfombra roja? Ha habido una batalla para llegar allí que no lo han contado?; Como se ha enterado Ben Yusuf que El Cid está muerto?; está otro que la hace envejecer y es que por su carácter de cine enfocado a la familia se obvian escenas de sangre y casquería, y eso en un film de batallas medievales es primordial en mor del realismo.
Hay más elementos confusos, no pondría entre ellos lo que solo son anécdotas, como el anacrónico pasodoble que se oye con la entrada de El Cid a Valencia o el principal, que la historia real dista mucho de la del film, El Cid fue un mercenario al servicio del mejor postor, un líder militar y político que supo entenderse con musulmanes y cristianos, el que quiere historia que vea un documental.
Recomendable a todos los que gusten de cine épico notable. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/04/el-cid.html
Charlton Heston realiza una actuación soberbia, encarnación del héroe, con rostro tallado por los Dioses, mostrando una tremenda evolución, imprime tremebundo carisma a su rol, lo dota de un aura cuasi-sobrenatural, es la misericordia, la fe, la pasión, el honor, el sentido del deber, la justicia, de un porte regio que hacen impensable a otro actor como El Cid. Sophia Loren en su momento álgido de belleza, expone glamur, delicadeza, atractivo, seducción, lástima que parezca actuar en todo momento con un corsé, se le denota acartonada, con química con Heston pero más por el actor que por ella, recibió la cifra record de 200000 $ por 10 semanas de rodaje, asimismo Bronston debía pagar 200 $ a la semana a su peluquero. La actriz gala Geneviève Page deja gran poso con su rol de víbora especie de Lady MacBeth, incluso medio-sugiriendo sibilinamente una relación incestuosa con su hermano Alfonso. John Fraser da una ambigua interpretación, títere de su hermana, presencia corta pero dejando buenas perlas de evolución personal. Herbert Lom en su rol de villano exhibe contundencia en un personaje plano de maldad, pero muy divertido en su villanía despiadada, aunque su muerte queda bastante bufa. Frank Thring como el almorávide amigo del cid dota de una enorme hidalguía y majestuosidad a su personaje.
Spoiler:
Con todo lo bueno cabe achacar cierto envejecimiento, arrugas e incoherencias en aspectos que le impiden alzarse al Olimpo, hay situaciones bastante forzadas, demasiado hagiografía, demasiadas licencias hay que otorgarle, ejemplos; Cuando al inicio a El Cid le llama traidor el alférez del Rey y no pasa nada; Que Ximena en la pelea de justas por la ciudad de Calahorra de una prenda al paladín enemigo de su Rey queda muy chirriante; Como la forma tan ridícula en que el Rey Sancho es asesinado bajo las murallas de Zamora, una tomadura de pelo, acrecentado por el hecho de que el Cid lo esté espiando todo, chusco, o porque está El Cid en el castillo de Alfonso si este no quiere posicionarse en esta Guerra Civil? lo lógico es que estuviera en su tierra; El Rey Alfonso llegando a Valencia con su ejército, nos hemos perdido algo? La ciudad estaba sitiada, para que se mete el Rey en lo que es la trampa? Porque no ataca al enemigo desde fuera creándoles dos frentes? O como consigue llegar a la ciudad? Ben Yusuf le deja pasar con alfombra roja? Ha habido una batalla para llegar allí que no lo han contado?; Como se ha enterado Ben Yusuf que El Cid está muerto?; está otro que la hace envejecer y es que por su carácter de cine enfocado a la familia se obvian escenas de sangre y casquería, y eso en un film de batallas medievales es primordial en mor del realismo.
Hay más elementos confusos, no pondría entre ellos lo que solo son anécdotas, como el anacrónico pasodoble que se oye con la entrada de El Cid a Valencia o el principal, que la historia real dista mucho de la del film, El Cid fue un mercenario al servicio del mejor postor, un líder militar y político que supo entenderse con musulmanes y cristianos, el que quiere historia que vea un documental.
Recomendable a todos los que gusten de cine épico notable. Fuerza y honor!!!
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