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La ley del deseo

Drama. Thriller. Romance Pablo (Eusebio Poncela) y Tina (Carmen Maura) son dos hermanos, dedicados al mundo del espectáculo, que están marcados para siempre por la separación de sus padres y, sobre todo, por un oscuro secreto de Tina. Pablo, que malvive enamorado de Juan (Miguel Molina), conoce a Antonio (Antonio Banderas), pero entonces su vida se complicará aún más. (FILMAFFINITY)
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5
18 de febrero de 2023 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre las cintas más reconocidas de la primera etapa de Almodóvar, «La ley del deseo» constituye un compendio de las virtudes y los defectos del realizador manchego.
El estilizado esteticismo, culebronero y kitsch, pero nunca exento de una rara elegancia, se manifiesta en un puñado de (primeros) planos muy hermosos, en el consabido contraste de una paleta con predilección por rojos, amarillos y celestes —si bien aquí oscurecida por una iluminación de ribetes expresionistas— y en un montaje como siempre atrevido y, por ende, capaz de resultados, cuando menos, sorprendentes.
Asimismo, se hace palmaria una constante del cine almodovariano: brilla en los pasajes más desenfadados y se enfanga en unas sordideces en las que ha ido enrocándose con el paso de los años, en detrimento de aquéllos y del favor de numerosos espectadores, partidarios —yo por lo menos— del festivo Almodóvar de «Pepi, Luci, Boom y otras chicas del montón» (1981) antes que, por ejemplo, «La mala educación» (2004), seguramente de los títulos más sombríos de su carrera.
El equilibrio entre lo cómico y lo trágico, esencia del melodrama, se rompe en favor del segundo durante una media hora final que se nos atraganta hasta el punto de que la película parece mucho más larga de lo que en realidad es —100 minutos—, en parte malogrando el trabajo de un equipo y, sobre todo, un reparto en plenitud de facultades: de la contenida dignidad de Eusebio Poncela y Carmen Maura al nervio de Antonio Banderas y Fernando Guillén Cuervo, pasando por la frescura de una debutante Manuela Velasco.
Un año después, con una apuesta decidida y colorista por ese humor tan característico a medio camino entre el costumbrismo y el surrealismo, «Mujeres al borde de un ataque de nervios» pondría a Almodóvar —y al cine español (post) moderno— en el mapa internacional.
3
21 de junio de 2006
30 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro bodrio más de la factoría Almodóvar. No se si es peor ésta o Kika (Tampoco he visto "Entre tinieblas", ni "pepi, luci, boom..."). Desde luego nuestro Pedro tiene el mérito de hacer películas con reconocible estilo (Si obviamos las más que evidentes influencias de Fassbinder, Hitchcock, Fellini, Sirk...), cosa que no puede decir Amenábar, en cuyas películas no hay nada que no hayas visto mil veces. También hay que reconocerle su valentía, ya que sus films no son precisamente comunes, ni fáciles de asimilar (más en un país como el nuestro). Pero con todo, es un director absolutamente mediocre. No quiero ofender a nadie, ni dármelas de sabelotodo, pero jo** quitando "Hable con ella" y "Todo sobre mi madre" que tan sólo son malas (Bueno, no está mal, después de todo que una película sea mala es lo normal) las demás películas son bochornosas. Y no es que Almodóvar no tenga "talento", que puede que lo tenga, pero el talento no sirve de nada sin trabajo. Pero Pedrín está más pendiente de provocar y ser llamativo que de hacer cine.

"La ley del deseo" es tan mala que no hay por donde cogerla. Empezando por un guión lamentable (no es que tenga lagunas o algún fallo), unas actuaciones de muy bajo nivel -Incluso actores realmente buenos como Poncela o Maura, aunque tienen sus buenos momentos, están de un irregular nada común, tan solo Banderas se salva, porque lo de poner a su hermanito tiene...- pasando por una planificación de estudiante de segundo curso de audiovisuales, un uso de la decoración y el atrezzo meramente llamativo, una música muy Almodóvar (porque este tío pone la música que le gusta, sin más, aunque lo reconozco, por lo general el uso que Almodóvar hace de la música es casi lo único "salvable" de su filmografía), una fotografía que no tiene nada (están puestos los focos y hala, a rodar), etc, etc... Pero, sin duda, lo peor (que es lo peor de todo su cine) es la manía de resultar llamativo y con la excusita de la estética propia empezar a hacer planos y planos tan atractivos como absolutamente vacíos. Esto es, colocar la cámara dentro de la máquina de escribir, sobre-impresionar las ruedas del coche sobre los ojos de Poncela (como si fueran las ruedas sus ojos), poner un pedazo de plano del mar con el cielo y los guardias civiles paseando (¿A cuento de qué?)... ¿Acaso expresan algo estos planos? ¿Aportan alguna cosa? Es que señorito Almodóvar, la estética está muy bien, pero si no hay algo debajo de ella, se queda en la superficie, quedando debajo el más absoluto vacío. Pero bueno, mientras al señor Almodóvar le vallan dando premios y haciendo retrospectivas en la filmoteca francesa, todos contentos y el cine español a lo suyo.
K
5
20 de mayo de 2011
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedieta divertida que da paso a los siguientes sainetes gays del sobrevalorado Almodóvar. Si hay algo que caracteriza a todas sus películas, son sus pésimos guiones con diálogos de local nocturno de ambiente gay, y un sentido del humor propio del "ambiente". Pero no hay nada más en sus películas, aunque tras alcanzar la fama, Almodóvar pretenda hacerse el "interesante" y hacer cosas "trascendentes". Sin la mediocridad que caracteriza al actual modelo sociocultural y al lobby gay en el mundo, Almodóvar no sería nada. Y en la historia del cine no será nada. El tiempo le pasará factura.
7
29 de diciembre de 2007
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia de un triángulo gay, con un elenco típico del conocido director y un desparpajo sorprendente, donde sexo y desnudez, ya se sabe, no son nada convencionales. Es ficción pura y propia de una comedia negra, intrascendente pero entretenida, donde brilla sobre todo Carmen Maura. Téngase en cuenta los temas típicos de las imágenes o el relato, además del sexo (el deseo) y la psicopatía: teléfonos, policías, drogas, los medios, familias disfuncionales, la Iglesia Católica, la ciudad de Madrid y, desde luego, preciosas canciones (como "Lo dudo", de Los Panchos). El final, metafórico en gran parte, anima una tragedia. Tragedia de la locura, del descontrol, éxtasis del melodrama, fin.
1
28 de diciembre de 2010
15 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me gustó Almodóvar. Siempre he repudiado sus películas desde que hace un par de décadas vi sus primeras aberraciones. Aún así, contra mi voluntad, en casa de unos amigos, decidí darle una nueva oportunidad (más que nada, porque quedaba feo marcharme por esto). Total, que pusieron la película en DVD recién regalado y me bastó la primera escena para darme cuenta de que se iba a tratar de otra obra llena de fantasías sexuales del autor manchego. Y es que este hombre, lo siento, pero no sabe hacer cine sin mostrar que es un enfermo. Pero como es original, pues le ríen las gracias, pero esto ni es cine ni es nada. Una lástima, porque el intento de thriller no iba mal encaminado, aunque otros aspectos, como las actuaciones de Miki Molina y Antonio Banderas, también son muy mejorables.
En fin, si quieren ver una de porno gay basto con aires de cine de suspense, ésta es su película. El resto de los mortales, absténganse.
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