Increíble film en el que un matemático acaba en la paranoia debido a su incesante empeño por encontrar un número formado por 216 cifras. Este número tiene relación con la Tora Judía, el numero pi y la bolsa.
Paranoico y abrumador film en el que la imagen en blanco y negro ayuda mucho a la hora de narrar junto a sus frenéticas imágenes, sus primeros planos y su cámara al hombro.
Claustrofóbico y paranoico film increiblemente interpretado y fabulosamente realizado.

Me impresionó y emocionó positivamente el intento de la búsqueda de una respuesta a la vida y al orden del universo por medio de las matemáticas.
También es interesante el punto de vista religioso que da lugar entre alguno de los personajes que influyen al protagonista, pero me parece que se podía haber hecho más digerible para todos los públicos y no sólo para las mentes intelectualoides.

Pi, detrás de la simplicidad del círculo, la complejidad que esconde su carta de presentación.

Me ha sorprendido gratamente esta película, aun siendo consciente de su clara vocación de cine "rarillo" tipo David Lynch. Pero que caray!, me gustan sus ingredientes. El argumento, aunque supongo que con poca base científica, convence, la paranoia del protagonista la entiende todo aquel que ha estudiado matemáticas en algún momento de su vida, la continua reflexión existencial y también la estupenda banda sonora con drum n' bass.

En mi opinión, igual que comemos dulces y galletas saladas, deberíamos ver cine de todo tipo.

Una obra compleja y aparentemente caprichosa, que sin embargo no es tal pues resulta en todo momento un film más que interesante desde lo puramente cinematográfico.
De sesgo intelectual y con la presencia, enigmática y pseudoapocalíptica, del mundo matemático y de la cábala, propone una pirueta argumental y conceptual que conecta, sin cortocircuitos, la paranoia esquizofrénica y obsesiva, el ímpetu tecnológico y la sibilina conspiración, con el concepto del Poder y del Control - la Religión - al fondo del conjunto.
Es la historia de un hombre angustiado y finalmente vampirizado por una obsesión que trasciende su fijación matemática en un apoderamiento de todo su ser y estar. Y en esa pirueta Aronofsky aterriza sano y salvo, apenas con algún rasguño.
Muy buena la interpretación de Sean Gullette. Visualmente influenciada por los primeros trabajos de Lynch.

Pi es una película que me cautivó, por su atmósfera claustrofóbica y su sensación de paranoia. el único problema fue que me la publicitaron como una película de matemáticas, cosa que no es.

Que en una película cuentes tres anécdotas sobre matemáticos, y el potagonista sea matemático, no significa que sea una película sobre matemáticas.

Lo que sí es cierto, es que la cámara, la banda sonora, y el argumento impactan de verdad, lo suficiente como para que el que vea la película se sienta tan agobiado como el protagonista.

Mi nota, un 8.