Estamos acostumbrados a historias donde cada personaje asume un rol inamovible. Podrían ir etiquetados, de puro previsibles: el malo, el bueno, el gracioso, el niño pesado, la vecina chismosa.

Tres anuncios en las afueras supone un puñetazo sobre la mesa estimulante y demoledor. Los personajes ¡¡¡dudan!!!. Todo lo que puedas prever al principio, va mutando, oscila (pero ojo, tampoco con esos giros estrafalarios, diametrales, a los que también estamos habituados). Los seres humanos somos poliédricos, influenciables, sufrimos, odiamos, amamos... y aqui estamos ante una película donde ¡por fin! aparecen seres humanos. No viven predestinados por un destino, ni por un guión. El final (que lógicamente no desvelaré), lo dice todo.

Puede criticársele quizá algún elemento inverosímil o hiperbólico, pero estamos ante una obra de ficción, ante una obra de arte. Si "Cien años de Soledad", que es una maravillosa ida de olla, es en su género una obra cumbre, "Tres anuncios en las afueras" merece, cuando menos, cierta comprensión (guardando las distancias, por supuesto: que nadie piense que pongo ambas obras al mismo nivel).

En cualquier caso, es una magnífica película, de visión obligada para aficionados a las historias de verdad, de las que llegan al alma y dejan poso.

El 8 va por ella, por el morbo que destila en todo el metraje. La película en sí es notablemente lenta, y admito que aburrida, si adoptamos un criterio normal.. Lograr disfrutarla depende de forma muy decisiva de los gustos personales. Paso al apartado "spoiler".

Situémonos: estamos en plena época Emmanuelle, con gente recorriendo cientos de kilómetros, a bordo de vetustos cacharros, por las infames carreteruchas de la época, para ver este tipo de películas en Perpignan (por ejemplo). En ese contexto irrumpe Historia de O, adaptación de la novela homónima de Pauline Réage (aunque eso es anecdótico), película en la que se muestra con cierta delectación, mucha elegancia y sensual fotografía el oscuro mundo del sadomasoquismo. Se aleja, por un lado, del erotismo "normal", que estaría abanderado por Emmanuelle, pero también marca distancias respecto a otros productos bastante más duros y zafios, centrados en mostrar cárceles, campos de concentración o mazmorras medievales. Historia de O es, en aquel momento, cine de primera, cine de amplia difusión. Y me atrevo a decir que es un producto altamente recomendable a quien quiera tener una primera aproximación al sadomasoquismo. Si esto no le gusta, no hace falta que profundice en el tema. Pero si siente una punzada viendo a Corinne Cléry atada, sudorosa... habrá descubierto algo en su interior.

He de decir que es mi primera crítica, así que gracias por leerla a quienes lo hagáis. Sobre la película... pues admito que no soy objetivo (bueno, aquí nadie lo es, por lo que llevo visto): es pura y simplemente mi película de humor favorita. Siendo americana, logra parecer inglesa: sutileza, sobreentendidos, ironía y mucha elegancia. Si, hay también histrionismo (quizá un tanto desatado en el tramo final), pero casi siempre dentro de un exquisito y desternillante orden. Nada que ver con productos posteriores de su director, como la para mí insufrible "Cita a Ciegas". Tiene también sus defectos; hay tramos de la cinta que no son de película 10. ¡¡¡Pero es que tiene tramos que son dignos de un 20!!!

Pese a estar en puertas de los 50, continúo teniendo bien cuidadito a mi niño interior, no vaya a esfumarse cualquier día. Y esta película, en muchas de sus situaciones, me logra emocionar hasta la lagrimita. Me sobra quizá el personaje de la grúa, que se me hace insufriblemente tonto (mi niño interior nunca tragó a Goofy, por ejemplo), pero los demás están muy bien llevados. Tópicos, sí, pero ¿qué queréis?, es una película para niños, caray!!! Aunque peinen canas, como yo.