Esta serie habla de mujeres que son madres, compañeras y supervivientes. Van creando vínculos muy fuertes entre ellas que se consolidan después de hacer frente juntas al machismo estructural, al ejercido por hombres (incluso por sus propias parejas) y mujeres (contra las que les han enseñado a competir) y al que ellas mismas han interiorizado. Su unión las ayuda a resurgir día tras día a pesar de las dificultades, las hace aún más resilientes.

Aun así, esta serie habla de mujeres blancas, ricas y heterosexuales que cuentan con un escenario artificial e idílico para muchas otras mujeres. Este escenario encierra sus propias complejidades. Presiona a la comunidad a crear una apariencia y a mantenerla frente a los demás, comenta, critica y desvaloriza mirando por encima del hombro a todas las personas con las que conviven. El colegio "público" (y totalmente incompetente) sólo es una parte más de este escenario. Pero, en general, no deja de ser un decorado que excluye muchas otras realidades y que, por tanto, sólo ofrece una perspectiva: la de mujer blanca, rica y heterosexual (de hecho, la única protagonista que no es blanca es percibida como más atractiva por ser exótica). Esto minimiza el machismo, la discriminación y las formas de empoderamiento.

A pesar de esto, creo que la perspectiva que esta serie ofrece es apasionante, engancha e invita a la reflexión. Muchos y muchas podremos reconocernos en cualquiera de sus personajes, cuando a veces hacemos las cosas bien y cuanto otras, no tanto. Pero, para alguien que no tenga aún las gafas bien colocadas, pueden pasar desapercibidos comentarios, actitudes y apariencias normalizadas que, por desgracia, no deberían ser normales.

Unicornios es una película de la que esperaba otra trama, quizás más centrada en el dilema de pareja que se plantea en su sinopsis, donde uno de los miembros quiere cerrar la relación y otro no. Sin embargo, el film se vuelca en el mundo interior de la protagonista.

Después de verla pienso que es muy fácil que el público que haya superado la treintena mire por encima del hombro a la juventud que aparece en ella. Para que esto no suceda, creo que es importante comprender las circunstancias que atraviesan, la película es interesante porque explora un escenario en el que la juventud se mueve sin brújula y sin referentes adultos, pues la familia hace tiempo que dejó de saber cómo indicarles un camino que ya no existe. En una actualidad en la que las redes sociales se mercantilizan y generan puestos de trabajo precarios, pero en los que aún parece que se valora el arte y la creatividad, la juventud no puede creer en sentimientos reales ni en relaciones duraderas. La vida es superficial y efímera y, aun así, Isa intenta capturar las texturas de todos los detalles que la rodean. Sin embargo, incluso su proyecto personal se pervierte, ya que debe sobrevivir en un mundo en el que su identidad está continuamente expuesta y a la venta. En este escenario sería incluso perjudicial creer en el amor, a pesar de que la naturaleza humana lo reclame constantemente, por eso no hay lugar más que para la rabia y la frustración que Greta Fernández representa con gusto, con una mirada que se clava en quien sea capaz de devolvérsela.

Por eso, las películas que se atreven con el feminismo y el poliamor me parecen necesarias, sean mejores o peores, porque son las tablas en las que la juventud se sostiene. En el naufragio neoliberal, a medida que la juventud apuntala estos tablones, es posible ir comprendiendo lo que sucede y a la vez reconstruir el barco. Aun no sabemos el resultado, pero ese barco será el que transporte a todas las generaciones.