La ambigüedad con la salud mental era completamente prescindible. Realmente o nos entregamos al mundo de ficción onírico y espiritista o nada. Jugar con el “¿estará loca como su madre?” que propone la película hace que no acabe de encajar del todo. Personalmente me hubiera ahorrado el detalle del antecedente de la madre.
Y para mi lo peor es los ultimos 20 minutos, que resuelven la trama precipitadamente: la conversación con el “asesino” que resulta ser policia, sin sentido y precipitada. Su muerte, la aparición corriendo de el chico “porque oyó ambulancias (bueno tema aparte el desarrollo de este personaje y su cargante pagafantismo en este universo oscuro). Y lo que más rabia da: el gran plot twist de la anciana asesina, arruinado por un envenenamiento del que se recupera la protagonista súbitamente (y nunca más se supo del veneno), y esa escena de las escaleras donde una asesina diplomada que ha apuñalado cientos de veces se pone a rozar a la protagonista sin dar una. Como colofón el final de la anciana que de golpe y porrazo decide quitarse la vida para facilitarnos el final.
En fin una mala ejecución de una buena idea, que estropea la inmensa factura técnica.