Aristarain nos demuestra aquí que no hacen falta presupuestos millonarios para hacer buen cine. Nos va sumergiendo poco a poco con grandes dosis de buenos diálogos en la esencia de la película, los conflictos de las relaciones humanas. Nos da una lección de amor maduro, a través de la relación entre Federico Lupi y Mercedes samprieto. Un amor hecho a base de comunicación, respeto y confianza.. Aristarain nos da un guiño en la escena de la discusión padre e hijo, y nos muestra la falcilidad con la que las nuevas generaciones se traicionan a si mismas y abandonan sus sueños. Vendiendose por las promesas de la sociedad del bienestar, en la cual la vida se limita a tener un buen trabajo, y cuantas mas posesiones materiales mejor. Perfectos productos del capitalismo. Seduce al espectador con extraordinarios diálogos cargados de lecciones de vida y sencillez. Un film emotivo, simple y necesario. Una obra maestra. Un cante a la libertad y al amor.

Me ha sorprendido mucho esta filosofía positiva que desprende la película a aquellos espectadores activos, que ven en los pequeños detalles la grandeza de la vida. Sal con tu mejor sonrisa a vivir, que desgraciadamente somos el tiempo que nos queda, vuelve a emocionarte con las cosas que tienes entremanos y no te preocupes por tu futuro, porque tu futuro es hoy. Abre el corazón y dejate llevar por las emociones. Un film humano, sencillo y directo al corazón.