Si hay alguna cosa que caracteriza a Black Mirror es su impresionante habilidad para crear historias cuidadosamente hiladas, con gran destreza, que rodean al espectador de tensión en todo momento y acaban desembocando en una inesperada vuelta de tuerca. Sin embargo, en este episodio no existe ningún tipo de Plot Twist, el sello de la serie desaparece por completo. En todo momento el espectador puede llegar a intuir su final. Eso sí, el capítulo sigue manteniendo el mensaje que quiere transmitir: una clara crítica a la tecnología, aunque esta vez se centra más en la moral que puede llegar a provocar esta que en la propia ciencia.
Debo recalcar el papel de Aaron Paul, pues no resulta fácil la interpretación que hace. Josh Harnett y Kate Mara tampoco se quedan atrás, ya que en sus personajes se hace muy evidente la envidiable maña que estos poseen a la hora de representar sentimientos.
En conclusión, este episodio no pierde la esencia de la serie, pero dejará mucha menos marca y trauma en sus espectadores.

En algunas escenas, la película consigue un ritmo sorprendentemente bueno y se llena de suspense, para concluir con algún susto repentino. Aunque en varias ocasiones, el sobresalto resulta innecesario. Sin embargo, el largometraje cae en clichés que ya se han trabajado demasiado en este género durante los últimos años.
Cabe destacar la multitud de referencias que aparecen en el filme y la buena actuación de Ethan Hawke y Mason Thames como secuestrador y protagonista respectivamente. La ambientación de la historia está muy bien planteada y elegida, en cambio, el guion no consigue escapar de la barrera del terror ya visto, no obstante, presenta un par de buenas ideas bastante bien llevadas que quedan obsoletas a la conclusión del mismo por un final suficientemente deducible.

En conclusión, una buena película para pasar el rato con tus colegas y llevarte un par de sustos, pero que no despertará nada especial en ti.

Al acabar la película solo se me han pasado dos preguntas por la cabeza: ¿Qué locura acabo de ver? ¿Cómo se hace un film de animación tan bueno?
Una auténtica maravilla audiovisual, tan frenética que, en varios momentos de la película, es imposible enterarse de todo lo que sale en la pantalla, realmente se siente como estar bajando en picado por una montaña rusa de locura, diversión y nostalgia a partes iguales. Una obra muy fiel a los cómics originales y llena de guiños tan bien incluidos que constantemente han desatado los aplausos, risas y ovaciones del público (totalmente merecido). También cabe recalcar la habilidad de la película para capturar desde el primer momento mediante maravillosas combinaciones de todo tipo de animación. En conclusión, otro peliculón de animación más a la lista de películas imperdibles, no sé si supera a la primera, pero si no lo hace se queda muy cerca.

PD: No hay escena post-créditos.

Antes de empezar debo aclarar que, ante todo pronóstico, el primer filme de Puñales por la espalda fue una grata sorpresa para mí, pues no me considero un gran fan del género de misterio, sin embargo, el sorprendente guion de Rian Johnson al más puro estilo de Agatha Christie, me atrapó desde la primera escena de la película. Asimismo, desde que se anunció una segunda parte, la esperaba con muchas ganas y ahora mismo puedo confirmar que la espera ha valido la pena.

Con esta cinta, Rian Johnson no solo reivindica su habilidad para jugar con la perspectiva del espectador, sino que también muestra su destreza para manipular perfectamente el tempo de la historia. Del mismo modo, consigue modernizar perfectamente el filme, ubicando la acción del mismo en plena pandemia e incluyendo pequeños guiños como la partida del detective Blanc al actual videojuego "Among Us". No obstante, lo único que me desconcierta es no poder captar todos los detalles debido a la rapidez a la cual se nos presentan cada uno de ellos, aunque quizás esa sea la finalidad de la cinta. Finalmente, me veo en el deber de recalcar la extraordinaria actuación de Daniel Craig, quién demuestra, una vez más, porque es uno de los mejores actores del mundo. Así pues, teniendo en cuenta que las dos películas son completamente independientes entre sí, no sería descabellada la existencia de una futura tercera parte.