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España España · Valencia
Críticas de Sapristioca
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
9
2 de noviembre de 2008
37 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando entre 15 y 20 años después veo películas que me marcaron de joven, a veces ciertos mitos se me caen del pedestal. No ha ocurrido con La caída de los dioses, aunque sí la he podido colocar en su sitio.
Es propio de Visconti y de la época (incluso adelantándose a esa época) ciertos afectamientos en algunos diálogos y la utilización a veces desagradable de la música. También el excesivo "deseo de ser escandaloso", pero La caída de los dioses sigue contando de forma excelsa la evolución en los años 1933 y 34 de lo que fue el ascenso al poder del Partido Nazi, y en particular de las SS; y lo hace a través de la historia de una empresa siderúrgica familiar y de cada uno de sus componentes, como si se tratara de un fresco donde se delinean los diferentes protagonistas de la época: las SS, las SA, los empresarios conservadores que en principio se consideraban neutrales, los opositores perseguidos, los advenedizos sin escrúpulos borrachos de poder, los perversos y crueles que siempre sacan partido por su perversidad y crueldad en tiempos revueltos.
El preciosismo decadente de Visconti goza aquí de su máximo desenfreno en las cenas del castillo familiar y en el papel de débil y neurasténico que protagoniza Berger, personaje excesivo tratado como una venganza personal de Visconti contra el nazismo (pedofilia e incesto incluídos).
Ciertamente, la última fase de la película pierde su "realismo" de ficción dentro de la historia y se introduce en una especie de historia alucinógena; pero donde otros encuentran pérdida yo encuentro acierto al ser ese casi surrealismo una metáfora de la locura sin tasa del propio nazismo (algo como ocurre en el final de Lope de Aguirre de Herzog o en Apocalypse Now).
En suma, Visconti a tope en una historia necesaria contada con tintes shakespearianos; quizá mejor, claro, pero ¿Shakespeare habría perdido la ocasión de contar la degenerada lucha por el poder supremo del "hombre nuevo" alemán?
Sapristioca
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8
20 de julio de 2008
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me remite directamente a "Trenes rigurosamente vigilados", ganadora de un Oscar a la mejor película extranjera en 1967 y también dirigida por Jiri Menzel. Como ella, "Yo serví al rey de Inglaterra" está basada en una novela de Bohumil Hrabal y plantea la narración de hechos importantes desde una óptica de aparente ligereza, permitiendo así paradójicamente un retrato mucho más acerado.
Como el que no quiere la cosa, a través de la vida de un camarero bajito venido de un pueblo perdido y con deseos de llegar a ser millonario, la película despliega prácticamente treinta años de la historia de Europa, desde los felices veinte/treinta hasta los cincuenta y tantos. Y desde la visión nada partidista del protagonista aparecen grandes momentos, jocosos y trágicos.
La puesta en escena es fantástica, la belleza de las imágenes habla por sí sola, aunque a veces no es una belleza habitual (maravilloso comedor art decó del Hotel París, pero maravillosos primeros planos de los platos que son servidos).
No hay grandes reflexiones (o quizá las haya por no dogmatizar con ellas), sólo la demostración de que los grandes regímenes, los grandes vuelcos de la historia (como en Trenes...) atropellan sin compasión a los seres insignificantes (alabados sean).
Una última cosa: la forma narrativa, con ser "ligera" y lineal, puede aburrir a personas más adictas a narraciones típicamente americanas. En "Yo serví..." hay que dejarse llevar, unas veces por la historia, otras por las imágenes, otras por lo que a ti te pueda hacer reflexionar lo que se expone.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sapristioca
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9
30 de mayo de 2008
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace muchos años, en uno de esos cines llamados de arte y ensayo, vi Trenes rigurosamente vigilados. Me dejó una impresión tan buena (yo entonces sería poco más que un adolescente) que años después busqué el libro del mismo nombre, del escritor Bohumil Hrabal, en que se basaba la película. Eran 118 páginas deliciosas que capturaban esa impresión que recordaba. Ahora he vuelto a verla y no sólo no me ha defraudado sino que aún me ha gustado más.
Trenes... es una estupenda película en bello blanco y negro (en esta ocasión sí que el color hubiera quitado cierta magia a las imágenes) que narra de forma aparentemente liviana la historia de iniciación y despertar sexual de un joven en un contexto terrible, la ocupación nazi de Checoeslovaquia.
Desde la estación de trenes de un pequeño pueblo checo el aprendiz de ferroviario vive sus problemas juveniles con todo el dramatismo que le permiten las circunstancias, mientras por las vías pasan raudos los trenes "rigurosamente vigilados" de los alemanes; pasa la historia del momento trágico que le ha tocado vivir.
Y de una forma curiosamente entrañable, cómica a veces, se suceden hechos por lo demás terribles.
Destacaría la belleza de las imágenes del paso de los trenes a todo vapor por la pequeña estación con la figura endeble pero digna del ferroviario de turno en primer término; una lúcida imagen del arrollador paso de los acontecimientos por delante (y a veces por encima) del ser humano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sapristioca
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7
26 de agosto de 2008
23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soledad en medio de la gran urbe (cualquiera vale). Personas de aquí mismo (o de cualquier lado). "Una palabra tuya" nos convoca a un cine realista de ficción, y ya sabemos que la ficción, la buena, es la más veraz de las realidades. Y nos cuenta una historia de pocas personas, en realidad de dos amigas que se quieren de una forma asimétrica, desigual aparentemente, y que transitan por sus vidas intentando cambiarla porque no les vale, porque no les gusta. Ni siquiera tienen sueños de esos que brillan en las películas facilonas de mensaje estúpido (¡todo lo que sueñes está a tu alcance si te esfuerzas!), ni siquiera saben bien lo que buscan. No es la fama, no es la gloria, tampoco sueñan con la riqueza. Sólo quieren cambiar sus vidas a algo mejor que no saben bien qué es. Quieren ser felices, quizá; ahí es nada.
Con un comienzo de comedia se introduce la historia que irá cambiando su tono al drama. Hay sonrisas en medio de todo eso, hay momentos dulces y momentos amargos (en algún momento sorprendentes en el dramatismo que encierran). Hay locuras, hay pasados que marcan, y hay recelos, desconfianza, dudas (sobre todo en el personaje de Malena Alterio).
La actuación es soberbia y tanto la Alterio como Esperanza Pedreño ganan por completo al espectador. Buena banda sonora y buenos los flashback (sin abusar de ellos) que permiten discurrir por la historia con fluidez. A destacar el personaje de la madre de la Alterio, soberbia transición de lucidez a demencia. Y el pueblo de Guadalajara (el del cementerio).
¿Moraleja? Ninguna. Sólo que "el pasado no lo podemos cambiar, pero tal vez el futuro..."
Sapristioca
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10
27 de mayo de 2008
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la música hay quien se da por satisfecho con la melodía y el ritmo. Disfrutará, sin duda, de la música pero ciertamente se limitará al no encontrar placer en la interacción de los instrumentos, las texturas de los sonidos, la fuerza expresiva de un solo. Así, ciertos estilos musicales le horrorizarán.
En el cine hay a quien le basta una historia, un comienzo, un final, un amor, acción. Películas como Roma le horrorizarán; porque en esta película no hay nada de eso.

Ver Roma es como ponerse a escuchar una música improvisada con la que disfrutas de cada momento, independientemente de una melodía (historia) o de un ritmo; una improvisación fruto de una mente genial, libre y estructurada a la vez. Porque sólo una mente así puede ofrecer un homenaje tan grande a una ciudad (por otra parte eterna). Cuando leo en las opiniones que la ausencia de un trazado narrativo puede ser un defecto de la película, me pregunto ¿qué historia podría contener todo lo que contiene Roma? (es decir, ¿qué melodía podría contener lo que contiene un solo de Coltrane?)

Roma es una exposición de la ciudad en dos planos temporales: los recuerdos juveniles del director y un presente en el que él mismo sale como actor de su propio papel. Así consigue dar unos trazos entrañables, asombrosos, ácidos, "actuales" y pasados, surrealistas, bellos, limitándose a sí mismo el redondear una historia simplemente porque es imposible o porque no le dio la gana.
Hay que ver Roma con la mente abierta, libre, dejándose llevar por el torrente de sensaciones, igual que se escucha una música libre o se disfruta de un cuadro no figurativo. Y si no lo sientes, vuelve a la melodía y al ritmo, vuelve a la Forma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sapristioca
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