Buenísima película de terror que hace uso escaso (yo diría que nulo) de los ¨jump scares¨. ¡¡Por fin!! No se hace tediosa ni pesada en ningún momento. La tensión y el no saber qué te espera en el siguiente plano de la película te mantiene atento durante toda su duración (100 min, una duración más que correcta). Mucha gente se queja de que se debería haber dado algún origen o explicación a ¨eso¨ que te sigue. Yo creo que en ese desconocimiento esta el verdadero terror. No sabes qué te sigue (ya que cada vez que aparece cambia su forma, a cada cuál mas perturbadora), pero tampoco te hace gracia que te encuentre. El film también cuenta con un soundtrack brutal que hace que la tensión y la inmersión aumenten.

En conclusión, una película que se sale de lo común en el cine de terror, que te hace pasar un buen rato y que no se te hace pesada en ningún momento.

Interesante "found footage" del cineasta noruego André Øvredal (actualmente conocido por otros films de terror como "Historias de miedo para contar en la oscuridad" [2019] y "La autopsia de Jane Doe" [2016]).

Un grupo de estudiantes noruegos se verán inmersos en una conspiración del gobierno que girará en torno a distintos tipos de trolls (o gnomos) que viven en los paisajes noruegos.

La película te consigue enganchar desde el principio apoyándose sobre todo en el misterioso personaje de Hans, el cual poco a poco va descubriéndonos detalles sobre los trolls y simpatizando con los estudiantes, y los maravillosos paisajes noruegos. A pesar de ser una cinta de bajo presupuesto (como la mayoría de mockumentaries), los buenos efectos especiales hacen que los trolls se vean muy bien logrados. También es cierto que en algunos momentos de la película esta se hace tediosa y baja su ritmo considerablemente (en las escenas en las que no aparecen los trolls) *. En cuánto al sonido, este llega a ser bastante estridente e irritante en los momentos en los que gritan los trolls.

En conclusión, un falso documental como otro cualquiera que te hará pasar un buen rato y disfrutar de los bellísimos paisajes noruegos.

OPEN WATER es una película de bajo presupuesto (500 000 $) basada en hechos reales y el segundo largometraje del director neoyorquino Chris Kentis. Sorprendentemente, esta cinta tuvo gran éxito en los cines, recaudando la cantidad de 54 667 954 $.

Susan y Daniel deciden pasar unas vacaciones de verano en Las Bahamas. Una de las actividades que contratan es la de submarinismo en mar abierto. Cuando se encuentran en medio del océano, los organizadores de la actividad se olvidan de ellos y se marchan con la lancha, dejándolos completamente solos. A medida que pasa el tiempo, se van dando cuenta de que no están solos y que tienen unos acompañantes, tiburones. La pareja deberá enfrentarse al continuo ataque de estos escualos y a otro factor determinante: el cansancio.

En primer lugar, como he dicho antes, la película es de bajo presupuesto, por lo que la duración del film queda muy reducida y, probablemente, insuficiente para sacar todo el jugo a esta historia. Es por esto que, prácticamente a los 20 minutos, ya vemos a los protagonistas a la deriva en medio del océano.

Nada más empezar a ver la película, te das cuenta de que algo no va bien y que te va a «atormentar» durante toda la cinta. Resulta que la película parece estar grabada como si fuese un documental de tiburones de National Geographic. El incesante y molesto movimiento de la cámara hace creer que el director, o no sabía de la existencia de los estabilizadores y trípodes, o bien prefirió hacerlo de esta peculiar manera, a mi parecer equivocada. Además, hay ocasiones en las que en vez de un cambio de plano se realiza un zoom que parece que lo haya hecho un niño con su smartphone.

En cuanto al guion, es muy inverosímil el hecho de que un barco se olvide de ti y tarde más de un día en darse cuenta. Sin embargo, confiemos en que así fue en los hechos reales. Lo que ya sí que resulta totalmente inverosímil es que, si tu te encuentras a la deriva en medio del océano, por qué cuando ves un barco u otro signo de presencia humana no nadas como un poseso en vez de lo que hacen los protagonistas: chapotear y gritar; sinceramente, no lo comprendo. No faltan durante el transcurso de la película las típicas frases: «Algo me ha mordido en la pierna», «Ay, a mí también», etc.

Esta parte inicial de la película hace que te replantees seguir viéndola ya que llegas a considerar si de verdad te va a causar terror. No obstante, a mitad de la película se nota un cambio de ritmo que es de agradecer: los tiburones comienzan a ser más violentos. También, un gran punto positivo es que, al contrario que muchas películas actuales sobre tiburones (A 47 METROS, TIBURÓN 3D: LA PRESA, etc), estos escualos son totalmente reales: ni son CGI, ni desmesuradamente grandes.

En definitiva, estamos ante una película que, si bien al principio te puede parecer lenta y que no va a ninguna parte, a partir de la mitad te resultará más entretenida y fácil de «tragar», dejándote incluso un buen sabor de boca.

Positivo: decentes momentos de tensión y realismo.

Negativo: movimientos de cámara alocados que no tienen ningún sentido.

Un día bastante lluvioso, unos atracadores deciden atracar uno de los mayores bancos de Valencia. Pronto se torcerá el plan seguido y comenzará el verdadero suspense, en el que se planteará todo un conflicto, por una parte entre los atracadores y, por otra parte, entre ciertas personas relacionadas con el Gobierno.

La película es bastante entretenida y cuenta con más de un giro de guion, el cual acompañado del maravilloso reparto (Rodrigo de la Serna, Raúl Arévalo, Luis Tosar, José Coronado..., entre otros) hacen que se disfrute muchísimo de cada momento de la película. También, los momentos de tensión, en ocasiones, son acompañados de situaciones chistosas que te sacan unas buenas risas. Si que es verdad que el final puede parecer bastante simplón e incluso predecible (de ahí las 7 estrellas) * . Además, se nota que mucho de los "planes" de los atracadores son bastante clichés dentro de las películas de atracos.

En conclusión, una película que, sin ser una obra maestra ni mucho menos, conseguirá entretenerte y hacerte reír durante la hora y media que la estés viendo.