Desde el punto de vista histórico guarda una fidelidad increíble. Retrata perfectamente la corte de la mitad del siglo XVI británica, así como el factor económico desde el trono y la angustiosa envidia desde Cromwell son las verdaderas causas de la escisión de la Iglesia Católica de ese reino y nacimiento del anglicanismo.
Es un auténtico canto al honor, la gallardía y la coherencia encarnado en el personaje de Sir Thomas Moro.
Leyendo la crítica de El País tengo fundadas sospechas de que quien la escribió o no ha visto la película o se ve obligado a menoscabar todo lo que representa limpieza de espíritu, hororabilidad y veracidad.