Pido disculpas de antemano ya que no aún no he terminado de ver la comedia de Tierney. He leído el resto de críticas y parte del argumento se dejaba entrever sin ser destripado.

Hoy es Noviembre de 2014 y hace sol. Antes de ver esta película, me he leído el artículo biográfico de Wikipedia sobre Trotsky. También he visionado un par de documentales biográficos sobre la figura histórica. Y mañana toca Asaltar los cielos, de José Luis López-Linares y Javier Rioyo.

Igualmente acabo de meterme entre pecho y espalda el film de Losey de 1972. Con esto sólo quiero indicar que no soy (y no quiero parecer por un momento) experto en marxismo y todas sus bifurcaciones, como tampoco lo soy en historia del XIX-XX (tampoco del cine europeo de los 70, ni falta que hace, ni falta que hace).

Después de ver el film de Losey he llegado a la conclusión de que no hay mejor forma de criticar a un personaje histórico. En El asesinato Trotsky, se podría hablar de algo que pasa por encima de la dimensión que tiene la figura que nos ocupa. La película de Losey es insufrible, ridícula, con lo peor del cine minimalista europeo de los 70. Vestía mucho meneársela a ras de hierba y con la otra mano escribir una escena de ruptura pasional que reíte al salir de clase. No sé lo que buscaba el director. No sé lo que buscaba la producción. No debería ser relevante, pero en este caso lo es.

Van unos 10 minutos de la película de Tierney y León ya la ha liado parda en la empresa de su padre y ha sido detenido por la policía. Después León vuelve a casa a por sus cosas, a por sus libros. Cuando su hermana le pregunta en la cocina sobre qué tiene pensado hacer, que dónde va a ir, León le responde que tiene previsto ir a Venezuela a hablar con Hugo.

Y no veo la forma de seguir con la crítica. No sólo porque únicamente lleve visionado los 10 primeros minutos. Me doy cuenta (es bastante visible) que no quiero hacer una crítica stricto sensu del film de Tierney. Sólo me salvaría en un plano intertextual. El cine comparado. La Historia y un guión cinematográfico. El héroe y su caricatura. No estoy hablando de El gran dictador de Chaplin (que aún no he visto), o de Tirano Banderas de Valle-Inclán (que sí he leído), o de Abraham Lincoln: Cazador de vampiros. Sólo espero –si no es mucho esperar– que los 90 minutos que le quedan al Trotsky de Tierney no me hagan sentir la vergüenza ajena que he experimentado con el Trotsky de Losey.

Cómo que la película no hiere, por favor (siento la alusión directa).

Esa mamá alemana cayéndosele el hotel encima STOP

Me levanto del sillón para dar un consejo en plan imbécil que da consejos:

Os ponéis ciegos de cine de autor/realista/extranjero(sección países en vías)/constumbristasocialpuntodevistai n d e p e n d i e n t e y luego andáis frente a las pantallas de cine/TFT/LSD insensibilizados con un ansia de realidad que sólo por la vena saciaríais.

Ahora el archisabido que no por ello menos para que cuando no lo:
Hay que ver más películas de Bruce Willis y Morgan Freeman

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