Aunque la novela original, escrita por Nicholas Sparks y la película dirijida por Adam Shakman, tienen un montón de cosas en las que apenas se parecen, creo que el director ha sabido transmitir la esencia de la novela en imágenes, para comprender las impresiones que Landon se va llevando sobre Jamie. De verla como una chica mal vestida y marginada a verla como la chica más guapa y dulce del mundo. Desde la transformación de ella en el escenario, donde aparece tan favorecida que casi no parece la misma o en su primera cita durante los segundos previos en que él quiere besarla. Pero sobre todo cómo él descubre que ella es justo como a él le gustaría ser. Una persona sin complejos que no le da miedo la opinión de los demás y que lucha por lo que de verdad le importa sin escusarse.
La parte en que sucede el revés, cuando ella confiesa tener leucemia y que ya no tiene forma de curarse, me ha parecido magnifico. Cómo ella se muestra por primera vez vulnerable y asustada por miedo a perder a su novio tras haber dado impresión que quizás ella no lo quería tanto como él a ella y como ella a pesar de todo se mantiene fuerte y positiva a pesar del mal futuro que le espera. Una verdadera inspiración para Landon Carter de como afrontar las dificultades de la vida por duras que sean. Todo plasmado de una forma perfecta.