Encontré una crítica de esta película en un blog de cine asiático y me encantó el afiche, luego leí de qué trataba y más me gustó.

La primera vez que vi la película se cortó a la mitad, quedé con muchas ganas de ver cómo terminaba y fui a comprar el DVD, el vendedor me dijo que se había agotado y que volviera otro día, pacientemente fui después, por lo que pude verla completa y créanme que valió la pena, porque es precisamente la segunda parte de la película que hace la diferencia. Hasta la mitad todo va "normal", dos jóvenes que se enamoran en la escuela y aman pasar tiempo juntos, en la segunda parte se revela el secreto y ¡vaya qué secreto!, la historia da un giro impresionante que te toma cual torbellino dejándote entre el escepticismo o la impresión. Precisamente para que la historia tenga su gracia hemos de poner de nuestra parte, si eres 100% racional y poco dado a soñar o imaginar, dudo que puedas verte envuelto en el emocionante y vertiginoso final, pero si eres de esos que creen que el amor a veces puede carecer de toda lógica podrás sentirte conmovido por el amor que los dos protagonistas llegan a tenerse.

Ojo con la versión que verán, la que vi en DVD no tenía subtítulos en partes importantes, no habladas, pero que te dejan con la duda, ¿qué leía el padre del protagonista?, ¿qué decía el papel que le enviaron a la muchacha? y cosas así, afortunadamente tenía los subtítulos que encontré en internet.

La película pudo ser mejor si no quedaran algunos cabos sueltos, pero son detalles en todo caso, nada que no se pueda entender, o mejor dicho, creer.

Hace mucho tiempo que quería ir al cine, por lo que aproveché mis vacaciones para invitar a mi mejor amiga, no había muchas opciones así que elegí la que creí era la mejor de todas, ¡ERROR!, la experiencia fue TORTUOSA. Apenas comenzó me di cuenta que no había hecho una buena elección, sufro de vértigo y el movimiento de la camarita no me gustó para nada, "debe ser así al comienzo, después cambia", pensé. ¡ERROR!, la situación después es peor, a cada rato me preguntaba cómo diablos el tipo ese no suelta la condenada cámara si su vida corre peligro, hombres tan valientes no existen, está claro. Traté de soportar estoicamente, pero cada vez se hacía más latente mi molestar, a ratos cerraba los ojos para disminuir la horrible sensación que me invadía en ese momento. Le hice un comentario a mi amiga, pero no me pescó mucho, luego volví a insistir y cuando ya estaba por sentir náuseas le dije que me retiraba que si ella quería seguía viéndola, pero salió conmigo.

Ya afuera, y no miento, tuvo que pasar una hora más o menos para sentirme algo mejor, el malestar me duró todo el resto del día. Para colmo la película, sin tomar en cuenta el movimiento satánico de la cámara, era malita, por decir lo menos, no tenía ni pies ni cabeza, no emocionaba, no asustaba, sólo provocaba mareos.

La decepción más grande que me he llevado en la vida en términos cinematográficos. Un BODRIO con todas sus letras. B-O-D-R-I-O. He dicho.