Esta telenovela soporífera, mitad ciencia ficción y mitad drama romántico (esto último no, aunque lo intenta) se ve lastrada ya desde el primer minuto de metraje por una ambientación incomprensible, por llamarla de alguna manera.

En esta, han intentado darle al filme cierto aire futurista pero lo único que consiguen es mostrar una sociedad inverosímil, en la que desde el primer hasta el último actor parecen sarasas, protagonista incluido. Basta con un vistazo rápido a cualquier escena en la que aparezcan dos o más marhomos para darse cuenta de esto que digo.

A pesar de todo, aunque el bueno de Spike no haya podido plasmar su sociedad utópica de una forma adecuada esto no es malo en si mismo (si nos olvidamos de la credibilidad que esto le resta a la obra, claro) . El verdadero problema de la nefasta ambientación de este filme es el contexto. ¿Cómo?, ¿Cuándo? y ¿Dónde? son tres premisas básicas que el director no aclara. Algunos dirán que esto no es importante y que se intuye al ver ingentes cantidades de rascacielos y tecnología de lo mas avanzada. Nada mas lejos de la realidad. Es esta carencia de contexto lo que lastra el segundo gran defecto de la obra. El guión.

Así es, el guión es como el de cualquier película de sy-fy en las que un tiburón con dos cabezas se dedica a arrasar con todo y en segundo plano hay un relación romantico-humorística de dudosa credibilidad. La diferencia es que en Her nos quitan los tiburones y dejan una relación inverosímil entre el bigotudo protagonista y una IA con una voz de lo más sensual.

El problema, como ya he dicho antes, es cuando entre el guión y la atmósfera no se consigue ni un ápice de credibilidad, es decir, que el director ni siquiera se molesta en intentar explicar como es posible que un ordenador tenga sentimientos, ni experimentos anteriores, ni la evolución de la tecnología en un contexto socio-tecnológico ni nada de nada. Spike Jonze nos suelta este bombazo como si hubiera que creérselo a pies juntillas sin ningún tipo de explicación previa, y es precisamente esto, lo que hace que durante todo el metraje te preguntes porqué el director te intenta tomar el pelo con comportamientos de la IA a cada cual mas surrealista que el anterior.

En definitiva, el guión, al igual que la IA , no tienen ni pies ni cabeza (nótese la ironía)

El cuatro se lo doy por la notable actuación de Amy Adams, capaz de brillar hasta en el mojón mas denso y oscuro, y por Scarlet, que me la pone dura sin ni siquiera aparecer en pantalla.

Me llamo Daniel Lugo y creo en el fitness. Con esta poderosa frase empiezan las andanzas del trío protagonista. Tres culturistas ciclados y reciclados que pese a tener los pectorales y deltoides mucho más desarrollados que la materia gris, consiguen elaborar un plan que les hará ricos.

El plan está listo y no puede fallar, los espectadores lo sabemos, lo sabe Daniel Lugo y lo corroboran las cantidades ingentes de películas de secuestros vistas por el mismo. Como no podía ser de otra forma, el plan es un éxito y consiguen secuestrar al alfeñique acaudalado y estridente que frequentaba el sun gym y sonsacarle su patrimonio devolviendo así la honorabilidad perdida al statu quo y haciendo del mundo un lugar un poco más justo, porque, seamos francos, ellos se merecen el dinero, ellos son seres con un físico superior, entrenan cada día para superarse así mismos, son superhombres. No, son mas que eso, ellos son hacedores.

Pero como siempre, la efímera gloria alcanzada por un pinchazo (de suerte) va disminuyendo y es en esta parte de la historia en la que, por una serie de infortunios que no entraré a comentar, nuestros protagonistas, tan anchos de espaldas como cortos de miras como siempre, se ven envueltos en un bucle de oligofrenia en el que falanges mutiladas y extremidades a la barbacoa son el pan de cada día.

Finalmente dos de ellos terminan en prisión condenados a un horrible pinchazo (ultracatabolizante) final. ¿Duro verdad? es el precio a pagar por perseguir los sueños diría Daniel Lugo. Aunque también diría que no es el final, también diría que si entrenas duro, la vida te dará otra serie.